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viernes, 29 de diciembre de 2023

FIFI ALCALDE...



FIFÍ ALCALDE ¡¡ POR FIN !! 


(quizá para conocer a esta familia ejemplar, te convenga repasar su historia reflejada en otros relatos anteriores, ver aquí y aquí)


  • - Mira Fefé, te lo digo como madre y esposa, estoy muy preocupada con Fifí.

  •  

  • - ¿Qué le pasa ahora al inútil de nuestro primogénito? 


  • - No le llames así, ya sabes que es un poco disoluto, pero es nuestro hijo, Fefé... 


  • - ¿Nuestro? -la señora de Fefé le mira con los ojos henchidos de fuego. 


viernes, 22 de diciembre de 2023

NOCHE MALA.



No sabía porqué desde hacía dos o tres años, cada nochebuena una determinada canción de Navidad se repetía machaconamente en su cabeza. Estaba perdiendo la memoria inmediata y sin embargo comenzaban a aflorar recuerdos antiguos. La música no cesaba y él sentía un desgarro cada vez que la escuchaba, angustia, desazón, ¿Cómo describirla?

- ¿Qué te pasa, papá?

- No lo sé, hija mía... esa canción de Navidad-. Y entonces su hija cambiaba el disco y ya él se tranquilizaba, era extraño.

viernes, 15 de diciembre de 2023

NOCHE BUENA.


Cuando Melisa abrió los ojos se dilataron de satisfacción, todo estaba adornado de Navidad, fiesta que coincidía con su cumpleaños, pero esta vez era especial, entraba en lo que su mami denominó la preadolescencia. Los candelabros estaban iluminados, los de cinco y siete brazos sobre los aparadores del salón ante los espejos, para que su luz se distribuyera equitativamente; los de una o dos velas, a lo largo de la mesa, entre la sopera, los floreros, las viandas, las copas, los platos y las bandejas auxiliares. Del techo colgaban las lámparas encendidas al máximo de su potencia, entre guirnaldas de colores recios y otros adornos aquí y allá colocados por el indudable gusto de mamá y el despilfarro habitual de papá hacia “su princesa”.

sábado, 1 de julio de 2023

¿Y A TI QUÉ TE MOLESTA?

 



La conversación fue, más o menos, así, o en todo caso, fue lo que llegó a través del seto de Durillo que separaba a los que estaban sentados a la sombra del paseo, de la acera colindante.

sábado, 24 de diciembre de 2022

NOCHEBUENA EN CASA DE DON FEFÉ



El día 24 como siempre, Marcela aguarda en la puerta de la mansión de don Fefé y señora con el caldero del caldito caliente que prepara según receta de la abuela, mientras van llegando Fefito, Fefita, Fifí, Felifita, Filipondio y Lulú, acompañados de sus respectivos y respectivas, salvo Fefita que está soltera y Lulú que es monja y no viene por no dejar solos a los ancianos de la Residencia; pero los demás acuden sonrientes cargando con los nietecitos y nietecitas (y nietecites, que también los hay aunque a don Fefé no le guste). Es tradición que el caldero de Marcela se ubique a la entrada y a cada uno que llega se le entrega un vaso de barro con caldito antes de entrar sea la hora que sea, esto se hace en memoria del tatarabuelo que así recibió a los bravos que lucharon una noche de invierno contra el soez invasor derrotándole, no había comida, pero el viejo cocinero antepasado directo de don Fefé, preparó un caldo con las verduras (o hierbas) que encontró y algo de carne de procedencia inconcreta, la leyenda ha borrado de la historia la gran diarrea que el ejército vencedor sufrió y ha elevado a Cocinero Real al chusquero abuelete que se hizo rico con la fórmula para combatir el estreñimiento.

domingo, 9 de octubre de 2022

SEYDOU

 


Bajo el olivo centenario de la aldea y al caer la tarde, como cada día, el anciano instruía a los niños mediante historias morales sacadas de los párrafos del Corán que acababa de leerles. Después, sin más luz que alumbrase que las estrellas del cielo, Seydou su nieto, hacía de bastón y lo conducía hasta la casa, cuidando que no se tropezara pues sus ojos ya apenas veían, deslumbrados durante tantos años de caminar esquivando la flama diurna del Sahara para ir a vender los productos de la tierra hasta la capital. Pero esa noche iba a ser diferente, el abuelo se detuvo y apretó el hombro del aún niño.

miércoles, 5 de octubre de 2022

MEMORIAS DE UN BANCARIO II: Villafranco del Guadalquivir

 

Año 1988, en la Sucursal donde comencé un martes 16 de agosto (el lunes había sido festivo por "la virgen de agosto"), había dos personas y yo era el tercer empleado, los resultados económicos de la oficina eran buenos y habían decidido aumentar la plantilla. Interventor y Director, el cual estaba de vacaciones y le sustituía un correturnos designado para tal fin en los pueblos pequeños a fin de que nunca hubiera un solo empleado por oficina. Este hombre, de nombre de pila Juan, era un manchego afincado en la ciudad de Sevilla desde hacía muchos años, un buen hombre que me acogió con cariño y me ayudó a arreglar "los papeles" del contrato (porque en esos tiempos y allí, había que arreglar los papeles uno mismo). El otro empleado era el Interventor, un "peazo cacho" pan mojado en vino natural natural del lugar, lo suficientemente inteligente como para saber que ahí estaba su sitio y no en otro lado, lo suficientemente humilde como para ayudar a todo el mundo, lo suficientemente juerguista como para quedarse a dormir en la oficina  y no irse a casa tras una noche de parranda. Y ahí estaba yo, un chico de Madrid con sus zapatitos brillantes, su pantalocito de raya marcada, camisa blanca y corbata, bien lavado y peinado, dispuesto a todo. "¿Hasta dónde te gustaría llegar en el Banco?", "¡hasta Presidente!", ¡di que sí, con un par, pisando fuerte! 

martes, 13 de septiembre de 2022

MEMORIAS DE UN BANCARIO I: El emigrante.

 



Antes de nada, aclaremos términos. Un bancario en este sentido que yo utilizo, identifica al empleado de Banca, en contraposición con el dueño, propietario o alto directivo que es el banquero; pero como la Banca ya no se ejerce a nombre propio sino a través de sociedades, generalmente cotizadas y cuya propiedad se divide en acciones, siendo muy estrictos se puede decir que un bancario es banquero en el momento que tiene acciones de su u otro Banco (lo de las Cajas era otra cosa hasta hace años). Así que yo fui bancario hasta que además me hice banquero con el tiempo.


viernes, 4 de marzo de 2022

LA REBELDIA DE UN HOMBRE BUENO

  


"La rebeldía de un hombre bueno" reúne trazos de novela negra, de experiencia, de vivencia personal, de respuesta vital, de inestabilidad, de sueños... en una sola historia, la de un empleado de banca que se siente defraudado por la vida, que siente la angustia de no haber llegado a conseguir lo que pretendía, que ha dejado por el camino mochilas que quería cargar y ahora las echa de menos.

Por eso, tras repasar mentalmente su vida, decide replantearse si debe seguir viviendo en el mismo lugar y trabajar en la misma situación. La historia nos presentará anécdotas, alguna de ellas real, pero también situaciones figuradas en un lugar que existe realmente, aunque no todo lo que se cuenta se puede encontrar, pues la fantasía del escritor ha añadido lo que era necesario para redondear las situaciones.

Un inspector a punto de jubilarse, amigo íntimo del protagonista, acabará por descubrirnos la trama. Y otro viejo amigo de Marcial, descubrirá casualmente los últimos años del héroe perdido pero nunca olvidado.

sábado, 22 de enero de 2022

LOS 43 ATARDECERES DE EL PRINCIPITO EN MADRID.

 

 


- ¡Hola! ¿Qué haces ahí subido?

 

Giró su cabeza sorprendida por la interrogación, nadie hasta ahora le había hablado, y menos con ese tono inquisitorial, urgente, curioso. Ante ella, un niño rubio de pelo revuelto y grandes ojos, vestido de una extraña forma… o, mejor dicho, de una manera nada habitual, porque ella estaba acostumbrada a ver todas las extrañezas del mundo moverse a su lado.

 

- “¿Subido?” ¿no será más correcto decir “subida”?

 

- ¡Ah, perdón!, no sabía. ¿Qué haces ahí subida?

sábado, 30 de octubre de 2021

3 RELATOS PARA EL CAMBIO DE HORA

 


PASADO DE ROSCA ¿qué pasaría si al dar el cambio de hora te pasases dando vueltas atrás al reloj? ¿y si retrasaras también el calendario?

TRASNOCHADORA hay personas para quienes el cambio de hora no tiene transcendencia en su vida, porque lo que menos saben es qué es "hora" y "reloj".

OJO DE BRUJA toda su vida recordará cómo le pintó su madre para la que sería la última noche de "asustar", que aquel año coincidió con el cambio de hora.

martes, 7 de septiembre de 2021

TRILOGIA DE LAS TRES PRIMAS, NÚMERO 3: BLANCAFLOR Y LOS TRASTÁMARA

 


Cuenta nuestro investigador Anacleto Matero, de la Academia de la Historia Jamás Demostrada que hay una tierra en la Península Ibérica rodeada de altísimas montañas donde ni los godos, visigodos y ostrogodos que llegaron por allí, ni los romanos, hollaron jamás con sus embarradas sandalias. Testigo fue aquella inhóspita tierra en los tiempos anteriores incluso al hilo negro, de un hecho insólito e irrepetible que acabó en una celebración espectacular y cuyas consecuencias aún se sufren. De hecho, costó una dinastía entera de nobleza, reyes y reyas (perdón, reinas).

 

Cuenta el sabio investigador que aquel potente pueblo virgen de sangre extranjera, vivía entre dichas altísimas montañas, casi inexpugnables, al norte de la península con el gélido mar del norte a sus pies. Apenas labraba la tierra porque sandías, cebollas, uvas y demás piezas redondas, rodaban ladera abajo cuando estaban maduras, perdiéndose en los inmensos ríos y en el mar, a poco que se descuidaran. Así que se acostumbraron a los frutos secos, el escaso vino de alguna cepa enana y el pescado que podían pillar desde la orilla pues no se adentraban en el agua ya que habían llegado a la conclusión casi científica, de que haciéndolo, se mojaban. La carne la obtenían cazando algún jabalí que no corría lo suficiente. También en los inclinados huertos y con mucho ingenio obtenían algunas verduras de hoja y criaban vacas perfectamente adaptadas a las cuestas de las montañas: las había paticortas del lado derecho y paticortas del lado izquierdo, lo cual que unas miraban siempre al norte y otras siempre al sur.


jueves, 27 de mayo de 2021

AMANECÍA


AMANECÍA

 

 

Indalecio levantó la vista, un gato sentado sobre sus cuartos traseros observaba sus movimientos. Los huesos que acababa de descubrir le habían dejado helado, sin duda eran humanos. El capataz de la finca le había mandado mover los mojones por la noche tres metros más allá, así agrandaba los límites de la Huerta sobre el suelo público colindante. “Calla y hazlo, gañán, si no lo harán otros por ti…” Esa era la costumbre en aquellos tiempos, ir tomando trozos de la antigua dehesa, hoy en desuso porque ya no había ganado, o al menos no subía hasta allí, y el terreno había perdido todas sus encinas a base de cortar leña para calentar los hogares de la ciudad. Una mala disposición administrativa autorizó que cada cual entresacara lo que necesitase para abastecimiento propio, pero a una entresaca siguió otra y al final solo quedaron terrones, piedras y encinas sueltas que también acabaron en el fuego o como armazón de una chabola y ya no hubo nada más que sacar, así que ahora el erial era pasto de ampliaciones ilegales a favor de los propietarios de las huertas que lo rodeaban.

 

Años ha, un capitán carabinero concluyó que la desaparición de Sabino “el mielero” quedaba irresoluta. Ni cuerpo ni reo, sólo indicios de una pelea entre dos hombres que dijo un borracho que vio, durante una noche de farra nublado por el alcohol. Y como sin cuerpo no hay delito y a Sabino no le reclamó más que una alcarreña descalza en busca de los dineros, se dio carpetazo al asunto. Porque un puñal ensangrentado puede ser cualquier cosa, aunque nadie sepa decir de quién o de qué.

 

Así que Indalecio miró al gato, sus grandes ojos verdes le observaban y parecían preguntarle “¿pero tu sabes en la que te vas a meter como digas que has encontrado unos huesos?”. Y se lo imaginó, el capataz le echaría de la finca, perdería el trabajo y con ello, el único sustento de su familia y la chabola que a pulso se acababa de levantar en los Altos de Tetuán, donde su mujer trajinaba con los tres zagales. Ahora que estaban a punto de entrar en “la escuelita del Carmen” para hijos de trabajadores de la Huerta. No, no era por él ni por la Ambrosia, era por ellos, para que tuvieran un futuro que no fuera destripar terrones y mover mojones. A fin de cuentas, aunque aquellos restos fueran lo que quedaba de Sabino “el mielero”, el tiempo ya había borrado su recuerdo.

 

El Indalecio tomó una piedra y machacó el cráneo donde se conocía el agujero abierto por un puñal; luego hizo lo mismo con otros huesos y comenzó a diseminar los restos por todo el contorno, incluso mientras iba a la casa del guardés, o luego subiendo por la cuesta hacia la chabola que se acababa de levantar en los Altos de Tetuán, donde la Ambrosia trajinaría con los tres zagales… que se acababan de levantar.

 

Amanecía.



Este relato obtuvo el segundo premio en el certamen convocado por la Casa Vecinal de Tetuán y publicado en abril/mayo de 2021 en el blog:


cordelesdehesavilla.blogspot.com/2021/05/alberto-de-frutos-y-santiago-navas.htm 




@ 2021 by Santiago Navas Fernández

viernes, 2 de abril de 2021

LEYENDA DEL PASTOR PANTOLOS DIAZ


Andalduque del Garito y Limoná era el terrateniente, hijo de Hidalgo (de los hijosdalgo que citó Quevedo "porque de algo debían ser hijos"), como tantas rurales hidalguías adquirida con las rentas de la lana de las ovejas y la leche de las cabras, dueño y amo de Villalquinta del Garito, situada en un lugar del cual no me quiero ni acordar por donde se vuelve. En su escudo que ornaba la entrada a su casoplón, figuraba un ejemplar de cada animal dicho, mirando a un zarzal sobre el que una corona de tres puntas bailaba; debajo, como un subrayado, una espada copiada del As de Fournier, completaba las armas del Señor de la aldea que un escribano chamarilero le pintó el día que pasó por allí a entregarle el título.

 

El pastor de sus cabras se llamaba Pantolos Díaz, vivía el alma cántaro en un chamizo junto al tenao del rebaño, sin saber ni cuántas cuidaba, "un montón" decía juntando los dedos negros, pues no sabía contar. Sus greñas sucias y las manos callosas de uñas duras y oscuras, pintaban la imagen delgada y cubierta por la ropa vieja y raída heredada de su difunto padre, una cuerda deshilachada sostenía los pantalones y un bastón hecho con el alambre que sobró de la traída de la luz a la aldea pero que no llegó hasta el tenao, componía su uniforme de los 365 días del año y de la noche, pues la herencia no dio ni para un pijama. Al alba ya abría el ojo, saltando de contento porque venían las ordeñadoras y, entre ellas, Velladora la Mellá. Las demás se reían al ver cómo al mozo le asomaba una baba meliflua al mirarla, sin acertar a soltar una sola palabra. Al final la moza se iba igual que había llegado, con las otras mujeres llevando las cántaras de leche con que harían los quesos, de los cuales uno a la semana recibía Pantolos y una hogaza cada día. Y en la festividad de don Andalduque, una jarrilla vino. De lo de la carne ya se encargaba él, con las trampas que en el campo atrapan un conejo, un palomo o una serpiente. 


lunes, 11 de enero de 2021

ANOCHE VOLVÍ A SOÑAR CON TRACY

 


La cámara enfocaba a una mujer tumbada en una hamaca junto a una piscina, de repente la imagen se elevaba y alejaba a una velocidad vertiginosa, se veía sucesivamente el contorno de la urbanización, del país, del planeta, ascendía hasta el cosmos, la galaxia... y cuando ya todo era casi oscuro, deshacía el camino y volvía a pasar por todo aquello que habíamos recorrido antes, pero al llegar a la mujer no se detenía, alcanzaba su piel, se introducía por un poro, el rojo nos rodeaba y seguía penetrando para llegar a un paisaje desconocido, organismos y lucecitas como las del cosmos... y al fin, la oscuridad total, la música se detenía y el vídeo acababa. Me desperté así, recordándolo y a oscuras, sin saber si era pronto o tarde, ningún destello del reloj en la mesilla, ni en la ventana, ni insinuándose por debajo la puerta. Estaba en el negro más absoluto, perfecto.

Comencé a recordar. Julia y las niñas se habían ido al pueblo a pasar el fin de semana y yo me quedé para acabar ese trabajo tan importante que tenía que presentar el lunes "¿qué hice anoche?", a ver, en cuanto salieron estuve preparando las cosas que necesitaría y luego cené, vi una película y me tomé una copa... o dos, no sé. Luego entré en el email para recoger material que me habían enviado desde la oficina y allí estaba el vídeo... Pero no recuerdo más.

lunes, 28 de diciembre de 2020

EL OLIVO DEL OLVIDO

 

 

A esas horas de la madrugada, sólo estaba abierto un pequeño bar donde la gente tomaba el primer café del día. Siempre que viajo y puedo hacerlo, me encanta salir a pasear temprano para ver cómo la ciudad se va despabilando y se prepara para una nueva jornada. Las gentes que salen adormiladas de los portales, los vehículos que carraspean por las calles aún frías… y recibir al sol que va colándose entre las esquinas, lanzando destellos en los charcos que ha dejado un camión de regar, o la lluvia cuando la hay; el olor del amanecer en los jardines desparramados por la ciudad, como islas de fragancia virgen.


martes, 22 de diciembre de 2020

EL HOTEL DE INSECTOS (un cuento de Navidad)


 

- Los gatos y los “bichitos” no pueden ser amigos, porque los gatos los cazan y se los comen. 

 

Eso fue lo que dijo la pequeña de la familia, miraba por la ventana del balcón a las flores de invierno que brillaban al sol, a pesar de ser casi Navidad, el día era frío como correspondía, pero las nubes habían dado un respiro a la tierra y una luz de primavera inundaba la mañana.


sábado, 12 de diciembre de 2020

ALBA Y EL PRINCIPITO

 





ALBA Y EL PRINCIPITO

 

– ¡Hola!

 

Alba acababa de abrir los ojos y se encontró directamente con la mirada azul y tranquila de un niño de rizos dorados, vestido de una forma extraña, con una capa que le cubría los hombros. Aunque lo más raro de todo es que estaba sentado en el borde de la cesta y no parecía tener miedo.

 

– ¿Quién eres? – le preguntó.

 

– Yo.

 

– Quiero decir ¿cómo te llamas y cómo has llegado hasta aquí?

 

El niño rubio le miró con sus ojos azules, no parecía entenderla muy bien. Así que Alba pensó que tal vez fuera un extranjero y no la comprendía.


domingo, 27 de septiembre de 2020

LA GATA DE NEWTON Y EL DESCUBRIMIENTO DE LA LEY DE LA GRAVEDAD

 

 

El “Isra” levantó la cabeza del azadón, allí estaba su hermanastro otra vez, a la sombrita y con la gata sobre las piernas, acariciándola mientras miraba hacia un punto indeterminado,  como siempre, sin pegar un palo al agua, como siempre..., "¡qué harto estoy de ser el hermano mayor!". Y es que, como decía su abuela, Isaac había nacido cansado porque no llegó a completar los nueve meses de preparación antes de que su madre, recién enviudada, lo lanzase a la vida. Lo cierto es que siempre fue algo huraño y su relación con la gata fue la más consistente de su vida y eso que el animal se aburría hasta la saciedad con su amito.


jueves, 28 de mayo de 2020

7ª (y última) PARTE, MINI RELATOS DEL CONFINAMIENTO CON SONRISA



GASOLINA

– Pues no arranca.

 ¿Y por qué? ¡Yo quiero ir a la playa, Paco, que ya tengo hasta el bronceador dado!

 No te lo vas a creer, Maruja, la gasolina.

 Pues echas, que son solo tres horitas hasta la Malvarrosa.

 Que no, que tener tengo, pero que me ha caducado en el depósito.


MANIFESTEITOR

No, tranquilos, ya he hablado con él. Que es que tenía tantas ganas de manifestarse por algo, que cuando ha pasado por Núñez de Balboa y ha visto las banderas, con la música del “¡que viva España!” al ritmo de Manolo Escobar y a la gente dando botes (o a los botes, ahora no sé qué me ha dicho), se ha venido arriba recordando el mundial y ha comenzado a gritar ¡¡España Campeona!!, pero cuando ha comenzado con el “¡¡Illa, illa, illa… “, cinco bestias se le han echado encima a tortazo limpio y no le han dejado acabar “…Villa maravilla!!”. 

Pronóstico reservado y porque estaba por allí la policía y se lo ha llevado a rastras, que si no…