Entre todos los paseos y recorridos dados por la DEHESA DE LA VILLA no puede faltar el agua, elemento imprescindible para ubicar estos terrenos en su ámbito histórico. Uno de esos paseos trató sobre el CANALILLO o ACEQUIA DEL NORTE (ver aquí) creado para surtir a las numerosas huertas que rodeaban la capital con el agua sobrante del Canal de Isabel II que abasteció las necesidades de Madrid desde finales del siglo XIX. Más antiguas son las captaciones de agua que se hacían en el núcleo urbano y alrededores que se fueron ampliando mediante los viajes o traída de aguas, como en tantas ciudades, de las que son guías y testigos los Capirotes que jalonan, aparentemente desperdigados por el actual bosque urbano de la Dehesa, como parte del VIAJE DEL AGUA DE PALACIO o DE AMANIEL. Para poderlo explicar con cierto sentido además de hacer su recorrido físico, necesitamos recordar algo de la historia de Madrid y la Dehesa, lo cual referimos en otros capítulos anteriores de los que vamos a recuperar algunos trazos.