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sábado, 15 de abril de 2023

SERIE PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CXV: LOS CAPIROTES DE LA DEHESA DE LA VILLA.



Entre todos los paseos y recorridos dados por la DEHESA DE LA VILLA no puede faltar el agua, elemento imprescindible para ubicar estos terrenos en su ámbito histórico. Uno de esos paseos trató sobre el CANALILLO o ACEQUIA DEL NORTE (ver aquí) creado para surtir a las numerosas huertas que rodeaban la capital con el agua sobrante del Canal de Isabel II que abasteció las necesidades de Madrid desde finales del siglo XIX. Más antiguas son las captaciones de agua que se hacían en el núcleo urbano y alrededores que se fueron ampliando mediante los viajes o traída de aguas, como en tantas ciudades, de las que son guías y testigos los Capirotes que jalonan, aparentemente desperdigados por el actual bosque urbano de la Dehesa, como parte del VIAJE DEL AGUA DE PALACIO o DE AMANIEL. Para poderlo explicar con cierto sentido además de hacer su recorrido físico, necesitamos recordar algo de la historia de Madrid y la Dehesa, lo cual referimos en otros capítulos anteriores de los que vamos a recuperar algunos trazos.


"Fui sobre aguas edificada...", eso fue Mayrit, una atalaya de vigilancia de los caminos que llegaban a la capital del reino o taifa de Toledo que se ubicó en un lugar idóneo, con abundante agua en el subsuelo y cercana al arroyo que bajaba por la calle de Segovia. Estaba defendida por una muralla sobre un otero en el entorno del actual Palacio Real, el cual fue levantado sobre los edificios que lo precedieron. Reproducciones y restos de dichas construcciones, incluidos tramos de la muralla que escaló supuestamente el soldado "gato" de la leyenda, podemos verlas en el JARDIN DE MOHAMED I (ver aquí, y sobre este texto uno de los planos que sobre las etapas de Madrid existen en dicho lugar), también en la calle de la Almudena con restos de la antigua iglesia de dicho nombre levantada sobre la mezquita anterior, no olvidemos que Almudena se equipara con ciudad o población. Para el abastecimiento de la recién creada Mayrit (en la segunda mitad del siglo IX) se utilizaron los nacimientos de varios arroyos, pozos y qanats o mayras, que son captaciones a través de galerías subterráneas, tal y como se hacía en las zonas desérticas del oriente próximo a través de la técnica traída por los musulmanes que se asentaron en la Península. De ahí se bebía, se lavaba, se mantenía la higiene y se regaban las numerosas huertas que rodeaban el núcleo poblacional ubicadas fuera de la muralla. Veamos unos breves apuntes extraídos de otro artículo del blog (para ampliar pincha aquí): Alfonso VI tomó Toledo hacia 1085 y con él cayeron sus diferentes plazas, en el caso de Mayrit se cree que de forma pacífica; su nieto, Alfonso VII, en 1152 regaló la Dehesa que se conocía como "de Amaniel", bien por el nombre del Guarda de Enrique II o bien porque hubo una población o gran finca de nombre Hamaniel que figura incorporada al alfoz de Madrid en 1252. En el siglo XV Enrique IV ordenó construir una cerca que rodease los arrabales que se habían creado en el exterior de la muralla árabe, señal de que la población crecía, a la que seguirían sucesivamente otras nuevas ampliaciones, parece ser que en el XVI la población estaba en torno a los 14.000 habitantes.

La gran revolución se produce cuando en 1561 Felipe II decide que la Corte no puede ser itinerante y la ubica en Madrid creando el concepto de "capitalidad". Y desde ese momento comienzan los problemas de abastecimiento de aguas, por lo que Felipe III en 1601 traslada la capital a Valladolid que gozaba del caudaloso Pisuerga, a pesar de lo cual cinco años después regresa quizá resultado de la donación que hace a la Corona el Ayuntamiento de Madrid. Se comienza una nueva cerca que acabaría Felipe IV y que es mucho más conocida que la anterior, Madrid adquiere 40.000 nuevos habitantes, por lo que la situación comienza a ser desesperada tanto de aprovisionamiento de aguas como de evacuación de residuos. En 1610 Felipe III quiere construir un viaje de agua exclusivo para Palacio, lo que debe desarrollar la Junta de Obras y Bosques, y es fray Alberto de la Madre de Dios quien descubre unos manantiales suficientes al norte de la población. En 1614 se inician las obras que concluyen dos años después su primera fase y continúan ampliándose hasta 1621. Las primeras galerías recogían el agua del arroyo de Amaniel cercano a la fuente de Caño Gordo que conocemos hoy en el entorno de la entonces llamada Dehesa Chica, pero no era suficiente, por lo que se miró hacia donde señaló el fraile citado, en el Valle de la Zarza o Valde la Zarza ubicado junto al "cerro de los Pinos", en el actual cruce de las calles Sinesio Delgado y Capitán Blanco Argibay, donde corría el arroyo de los Pinos que desaguaba en el arroyo de la Huerta del Obispo. Y desde ahí bajaba casi recto hacia el citado Caño Gordo, donde se situó el Aljibe que concentraba las aguas de la traída. Este primer trazado no es el que atraviesa la Dehesa de la Villa actual.

El 24 de diciembre de 1734 un incendio fortuito acaba con el viejo Alcázar de los Reyes, hay que decir que el rey ya estaba planteándose hacer algo más digno que el austero edificio que había heredado de los Austrias. Felipe V ordena la edificación de un gran Palacio Real, lo que acarrea más necesidad de agua tanto para su construcción como para su mantenimiento, por lo que en 1746 se inicia la modificación del Viaje de Amaniel que es cuando se fijan en la Dehesa como tal, concluyendo esta segunda fase seis años después. Además, por culpa del deterioro sufrido en el primer trazado, quizá incluso con zonas impracticables, deciden que este segundo se inicie derivando el viejo desde parte del Valle de la Zarza, hoy Valdezarza. Aunque luego veremos en el recorrido que tan sólo quedan los Capirotes que recorren la Dehesa de la Villa, habiendo desaparecido muchos de ellos.


La técnica de construcción de las galerías es muy sencilla: unas realizadas en bruto, abovedadas y a nivel freático se encargan de recoger el preciado agua, conduciéndolo por otras construidas y recubiertas de ladrillo generalmente para darle consistencia, que en su parte baja tienen unas conducciones más al estilo de los romanos, es decir, hechas de barro cocido (o incluso más tarde de plomo) por las que transcurre el agua, dejando a los lados sitio para el paso de los operarios. Todo ello con un desnivel aconsejado del 1%, en dirección a un aljibe, depósito o arca cuyo nombre va en relación con sus funciones. Puede ser un simple lugar de almacenamiento, pero puede ser también de regulación del nivel, para saber el caudal que se acumula, de distribución o de cambio de sentido denominadas "cambijas". Algunas de estas funciones pueden coincidir con el uso de depósitos y ciertas galerías indistintamente; las técnicas de construcción y tratamiento del agua se fueron desarrollando gracias al ingenio de personajes como Andrés García de Céspedes (corte de Felipe III), Teodoro Ardemans (fontanero Mayor de Felipe IV, Arquitecto y Maestro de Obras de la Villa), Juan Aznar de Polanco (Matemático), etc.


¿Pero cómo sabían dónde captar el agua? Pues ahí entra en juego la experiencia y conocimientos acumulados: desde la observación de la presencia de lodo o determinada vegetación en un lugar, hasta el uso de materiales higroscópicos, pasando por otros tan curiosos como enterrar una piel de oveja y tras un cierto tiempo desenterrarla y observar si contenía agua, o arrojar polvo en determinadas piedras y observar si se humedecía, analizar los terrones y calidad de la tierra, pegar el oído a fisuras del terreno, etc. Las galerías debían tener la anchura suficiente para una persona y la altura imprescindible para ir, como mucho, algo encogido o de pie, con forma abovedada para que fueran más resistentes a un posible hundimiento.


¿Y cómo excavar las galerías? Tengamos en cuenta que, como vemos en la Dehesa, la galería va enterrada a más o menos metros, pero siempre usando una cota de descenso por debajo de las vaguadas y/o arroyos, así que cuando nos encontramos con un monte, la profundidad es aún mayor. Ahí es donde entran en juego los pozos. Se debían construir cada 15 metros aproximadamente y permitir el descenso en vertical de los trabajadores y sus sencillas herramientas (se cavaba a mano), además de servir para extraer los residuos correspondientes. Una vez construidas las galerías, se cegaban la mayoría dejando uno cada 80 ó 100 metros y se recubrían de ladrillo generalmente para darles solidez. Esos son los que se tapaban con los famosos Capirotes de forma piramidal y un pequeño orificio destinado a permitir la ventilación de los túneles; puede que también para ayudarse cuando se querían mover tamaño pedernal para abrir el pozo. Sobre la forma de los capirotes y su acción mágica sobre las corrientes de agua podría escribirse toda una teoría en conexión con las pirámides egipcias ¿verdad?

(1) Vamos a empezar ahora el paseo por encima del área infantil ubicado casi en la esquina de la avenida de los Mártires Maristas con la calle de Antonio Machado, ahí se encuentra el Capirote más alejado que se conserva y quizá el que marca el inicio de una galería de este Viaje o bien sea parte del que venía de Valdezarza. Como vemos está medio enterrado, tal vez por hundimiento del terreno o del propio túnel.

(2) Subimos por el camino de tierra junto a él, que nos lleva al cercano área de mayores, tras pasar la pista de bolos, chito, etc. vemos en una zona ajardinada antes de llegar a la carretera otro Capirote. Deberíamos ver más, procedentes de un viaje que debía partir desde la derecha y que debería incorporarse a continuación. En la foto superior vemos en primer plano una piedra, podemos encontrar varias y tal vez significaran algo en estos viajes, pero el capirote está un poco más allá, se ve pequeñito en la foto sobresaliendo sobre la pradera de césped que, visto desde más cerca, es el de la portada de este artículo. Al otro lado de la carretera y más abajo está el (9), quizá procede de otro ramal o quizá del mismo que éste, se halla algo enterrado y en una pradera de césped mantenido por riego, igual que el citado.

(3) Desde ahí, aparentemente la galería da un giro brusco a la izquierda, posiblemente pasando por debajo del Instituto Municipal de Medicina Preventiva Reina Fabiola, hasta encontrarnos con el siguiente Capirote que está por debajo del CIEA, a la espalda del Cantón de Limpieza que da a la calle Francos Rodríguez junto a la Casa del Escudo. Como vemos en la foto está algo deteriorado y desde él tenemos unas magníficas vistas sobre esta vaguada que va a parar tras cruzar el camino del antiguo canalillo, a la zona de huertos urbanos de la Complutense.

(7) No muy lejos de allí y más o menos a la misma cota, encontramos una base de pedernal como las que estamos viendo, no tiene Capirote, sino una gran roca insertada como el corcho de una botella de champán que sobra en Navidad, pero el original ha desaparecido ¿quién se ha llevado tamaño pedernal, cuándo y cómo? Arriba de esa cuesta que vemos en la foto está la calle Francos Rodríguez y el IES La Paloma, un poco más acá una zona de descanso en esplanada junto a uno de los kioskos que hubo hasta hace unos años. A la espalda del fotógrafo queda la vaguada que vimos en la foto del número (3).

(4) y (8) Vemos dos capirotes desde lo alto del monte del Punto Geodésico (un hito que podemos encontrar sobre dicha elevación y que señala la altura sobre el nivel del mar) que se asoman sobre la vaguada citada, un ramal del antiguo arroyo de Cantarranas. La foto está hecha desde media altura de dicho montículo, en primer término vemos el capirote marcado con el número (8) que debido a las lluvias se está desenterrando; mientras, la flecha señala otro capirote que está en lo más bajo de la misma vaguada citada, marcado con el número (4) ¡figuraos el obrón para hacer los correspondientes pozos y guardar la línea de la galería, descenso incluido!

(5) y (6): Tras superar dicho montículo, nos asomamos a otra vaguada menor al otro lado de la cual está la calle de Pirineos, donde se reúne el Viaje con otra galería cuyo origen esté posiblemente casi en paralelo a la actual calle de Francos Rodríguez y del que quedan otros dos Capirotes sucesivos. La foto superior está hecha desde allí arriba del número (5), para ubicarnos diré que a la izquierda de la foto queda la calle Pirineos y por la derecha entraría la otra galería que veníamos siguiendo a la altura más o menos del capirote número (6) que señala la flecha, más abajo de la cuesta que vemos. Con esta perspectiva intento que se comprenda el trabajo tan brutal de los poceros que construyeron las galerías. 

Este viaje, con todas las galerías dichas reunidas en la calle Pirineos, pasa por el entorno o por debajo de las construcciones de la zona, aún puede haber más galerías y de hecho en ciertas investigaciones se citan, pero sin capirote no es posible detectarlas a simple vista, aunque todo apunta a que en las cercanías del PARQUE DE FRANCOS RODRÍGUEZ se uniría el primer trazado antiguo de este Viaje y alguna otra galería más. En conjunto todas van camino del Aljibe citado donde existe el último capirote visible sobre dicha construcción que aún se conserva gracias a la intervención de diferentes entidades sociales del barrio, las cuales consiguieron  salvaguardarlos de ser derruidos para dedicar sus terrenos a la construcción de edificios, como le pasó a un tramo del canalillo que tras pasar por encima de Caño Gordo queda cortado por la pared de un jardín particular perteneciente a unas viviendas que edificó la Complutense para su personal, a partir de ahí se pierde el trazado que las asociaciones entienden debía ser público, hasta su tramo de la Dehesa.

Sobre estas líneas, dejo un plano con la ubicación aproximada de los Capirotes, por si queréis hacer el recorrido. Y también por donde podrían correr las galerías trazando simplemente líneas de conexión entre los distintos puntos, más el tramo primitivo proveniente del arroyo de los Pinos que reunió en el Aljibe de Amaniel, sería el Viaje de Palacio que se dirige hacia el Palacio Real para completar los 6 km de su recorrido total, pero eso ya lo veremos cuando hablemos de los diferentes Viajes de Agua de Madrid. Con esto ya acabamos por hoy.


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@ 2023 by Santiago Navas Fernández

-) Paseando por el entorno de la Dehesa de la Villa, pincha aquí.
-) Amanecer en la Dehesa de la Villa, breve historia, pincha aquí.
-) Tres caminos y dos paseos por la Dehesa de la Villa, pincha aquí.
-) Los restos de la Guerra Civil en la Dehesa de la Villa, pincha aquí.
-) Los 6 sentidos y otras curiosidades, pincha aquí.
-) El "Canalillo", pincha aquí.

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