Tengo el vago recuerdo de que cuando oí nombrar esta calle por primera vez, se me vino a la mente la Guerra de la Independencia de 1808, el por qué no lo sabría explicar, pero el caso es que me llamó la atención ese supuesto nombre propio hecho plural, sin embargo, tan solitario. Por circunstancias me tocó recorrer algún tramo hace unos años y fue entonces cuando me propuse prestarle más atención, observar sus edificios y conocer un poco de su historia. Casi paralela está la calle del Camino Viejo de Leganés, mientras que el trazado actual casi coincide con la antigua carretera de Fuenlabrada, la cual cambió su nombre a carretera de Carabanchel en 1859, en todo caso acababa (en su nueva denominación, o más bien comienza si hacemos caso a la numeración de las casas) frente al Puente de Toledo (leer su historia aquí). El viajero que iba hacia la Villa de Madrid tenía la visión del puente, luego la plaza de Pirámides con sus monumentales Obeliscos (de los que conocimos aquí) y tras ella, el antiguo Paseo de los Ocho Hilos (llamado así desde finales del XIX por sus cuatro hileras de árboles en cada lateral), que desembocaba en la Puerta de Toledo (leer su historia aquí), figuraos la impresión que un viajero de finales del sigo XIX o principios del XX recibía al acceder a la capital.