Acabada la senda, antes de seguir, hay que referirse a unos montículos que nos hemos encontrado y seguiremos viendo en nuestras rutas por el parque, entre todos destacan unos en concreto que son más llamativos por su elevación: LAS PIRÁMIDES, usadas en algún caso como pedestal gigante para la exposición de una escultura, en total son cinco estructuras numeradas según la costumbre romana, del I al V, de origen artificial creadas usando la tierra retirada para hacer el Lago y la Ría con sus dos estanques, Sur y Norte. La III y la IV están dentro del Anillo central y el resto, son externas.
Pirámides I, situadas junto a la II y ambas mucho menores que las otras, son dos montículos en los que domina el césped pero también se han plantado árboles, en la más alta de las dos se aprecian unos espectaculares olivos. Sirven para marcar el cierre de los feriales junto a una de las puertas del Parque por el lado de la avenida de Logroño y del campo del golf limítrofe.
Pirámide II, simula un antiguo zigurat mesopotámico bordeado por dos caminos y una rampa que asciende dando la vuelta a su estructura cuadrada, ofreciendo diferente vistas del Parque, hasta llegar a su cima, desde la que podemos ver la estatua 6, el campo del golf, la zona norte de Madrid y el aeropuerto de Barajas.
Pirámide III, es la que da acceso a la escultura número 12, Espacio México, a través de unas escaleras que se van estrechando a medida que ascendemos o de la gran rampa que veíamos ante dicha escultura, las laderas son muy características, se componene de arbustos que realzan el monumento.
Pirámide IV, sobre su loma se alza el monumento número 11 con las letras NOS que, leídas desde el otro lado, se leen SON, es de césped y está adornada con cipreses. Al lado de la III, delante de los Jardines Temáticos.
Pirámide V, la otra gran pirámide que hemos visto en la escultura 14, Sky Hole, nos permite admirar el Olivar de la Hinojosa, el lejano pero no tanto, Madrid de los rascacielos, con el lago y la arboleda de El Capricho a nuestros pies. Los atardeceres son espectaculares, alguno de los cuales podéis seguir con El Principito aquí.
La Pirámide Solar fue pensada para guardar y recargar los vehículos de uso en el Parque, dotados de motores eléctricos en un proceso iniciado en 2008 de transformación hacia energías naturales, de forma que la energía solar captada por los 1030 paneles fotovoltaicos adosados como una cortina a sus caras, se transforma en energía eléctrica y se acumula para que durante la noche, los vehículos recarguen sus baterías. Pero no solo esos, incluso opera como "electrolinera" para otros vehículos municipales. Inaugurada en 2012 con sus 18 metros de altura en el centro y 38 metros de arista, su aspecto es impresionante y un referente desde diferentes puntos del propio Parque. Esta medida, unida al uso de agua reciclada y a la instalación de luces especiales para evitar la contaminación lumínica, lo convierten en un centro avanzado en el cuidado del medio ambiente. Buen lugar para acabar esta ruta admirando los árboles metálicos junto a la puerta de entrada/salida de los vehículos eléctricos.
Tomemos ahora la entrada junto al Auditorio, abierto un año antes de la inauguración del parque con capacidad para 9.500 personas y que cuenta con una fuente cibernética, es decir, del mismo estilo que la que hay en la fuente de la plaza de don Juan de Borbón, que es la entrada principal al Parque, pero no es parte del Parque, conviene aclararlo. Por detrás del dicho auditorio, se abre un paseo que cuenta con numerosas zonas de juegos infantiles y canchas de deportes variados, a un lado y otro, que sube paralelo a la vía del ferrocarril y a los aparcamientos que tanto abundan por esta zona.
Vamos ahora por la puerta principal que ya señalamos. Da casi directamente a la Plaza del Recibimiento, a los pies del monumento de las Vigas y en la que podemos apreciar su amplio espacio y en un extremo, cuatro columnas diferentes junto a unos pequeños estanques de planta irregular y conectados por una pasarela con barandilla que da a la parte de atrás. Las columnas, las cuatro irregulares y de hormigón, reciben el nombre de Pilastras y están pensadas para encuadrar la naturaleza que nos espera y como transición hacia la ciudad que dejamos atrás. En una de ellas, se recuerda mediante una placa, la inauguración del propio Parque. A su espalda está el monumento a las Víctimas de Terrorismo. A un lado, encontramos las Nubes cromáticas, consistente es un juego de agua y luces en el suelo, en principio se pretendía que los aspersores pulverizaran el agua sobre las luces consiguiendo el juego de color que inspira su nombre, pero en la actualidad hay 16 chorros, no muy altos con tres focos alrededor de cada uno de ellos, colocados longitudinalmente. Unas flores de temporada acompañan este lugar. El efecto, al igual que los estanques, es romper la sequedad que inspira esta plaza del Recibimiento.
El Pórtico Principal es un arco "triunfal" sobre el camino principal desde la entrada por la plaza de don Juan que nos facilita la entrada hacia el interior del Parque y la zona que cade dentro del Anillo central. Se ubica salvando el desnivel que hace el Canal en esa zona, previo al puente, por cierto, que en éste se abren observatorios para vez el Canal por debajo e incluso algunos árboles han crecido tanto que empiezan a sobresalir por dichos huecos. A partir de aquí el terreno baja, con lo cual actúa como un mirador que nos permite ver lo que nos espera si entramos. Enmarcando el espacio hay dos columnas de hormigón delante del pórtico, y tras él un raíl que sale del suelo, como vemos en la foto superior tomada desde el mismo. Poco más adelante encontramos otro pórtico de hormigón que es la escultura número 10 y después la 9, donde se abre la senda para dejar lugar a un amplio espacio con zona de juegos, zona para mayores y un kiosko.
Si seguimos, llegaremos al Olivar y la Estufa, entre los que nos encontraremos las columnas de hormigón que ya vimos en la primera parte, llamadas Hitos, y que trazan una línea imaginaria que llega hasta el otro lado de la Ría. También por allí llegamos al Jardín de las 3 Culturas, pero antes podemos admirar la Plaza Central a la derecha, junto a la Estufa y a la Ría, la primera hace de mirador y la segunda de plazoleta con escaleras que pueden servir como gradas también.
Dentro del Anillo y entre la Ría y el Lago, hay una zona de la que sólo hemos hablado de la escultura número 13, de otro pedazo del Olivar de la Hinojosa y de las dos pirámides que tiene en su cúspide las esculturas de NOS y Espacio México. Pero hay más creaciones increíbles que admirar. A un lado de dichas Pirámides está El Laberinto, imitando los jardines típicos de dicho nombre realizados en esta ocasión, con arbustos de poca altura, tiene dos modalidades. Una pequeña y cuadrada con carácter infantil y otra mayor y circular para adultos. Se distinguen perfectamente a simple vista.
Por último los Jardines Monotemáticos se sitúan a los pies de la Pirámide IV (la del NOS) con una entrada junto al mismo nivel en el que comienza la rampa de la Pirámide III. Están concebidos como jardines independientes, de hecho, están separados por terrenos de transición de uno al siguiente, delimitados por paseos, son accesibles y en línea ascendente desde la entrada dicha, en la que un pórtico parecido al Pórtico Central señala el comienzo, unos olivos en un alcorque común y precedidos de cipreses, nos observan entrar. Jardines de concepción en línea con la Geometría Euclidiana que pretende seguir el ciclo de la vida humana, desde el nacimiento (el paso por el Pórtico), adquiriendo posteriormente los conocimientos necesarios hasta completar la adquisición de la conciencia del YO, el “NOS” que preside la Pirámide IV a la que ascendemos finalmente. Un Viaje Iniciático que comienza en el Vestíbulo de Acceso, ya descrito en el párrafo anterior que nos da paso al primer jardín. Se llama El Círculo, pues en él aparece de base un círculo atravesado por un crucero superpuesto, simboliza el estado primitivo y espiritual del hombre, el paso del huerto inicial al jardín como lugar más elaborado. El segundo recibe el nombre de El Octógono, figura intermedia entre el cuadrado y el círculo, orden terrestre y orden celeste, símbolo de regeneración donde predomina la línea recta, artificio humano no presente en su perfección dentro de la naturaleza, representación de lo terrenal, la esencia del ser humano. El siguiente jardín es el de Los Hexágonos, representación de lo intelectual y lo científico; si en el anterior el hombre alcanza su madurez y es consciente de su poder y capacidades, aquí es donde se desarrolla la inteligencia y la mente se eleva. De ahí pasamos a La Pirámide Invertida previa al final del viaje, el retorno al origen, a la Madre Tierra donde desaparece el cuerpo, lo físico y el alma se eleva a la estación final. Y por fin llegamos al Vestíbulo Final, un espacio parecido al previo al Círculo que nos conducirá a “Los Cantos de la Encrucijada”, nos espera el NOS.
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