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viernes, 13 de septiembre de 2024

PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CLXXI : OTRAS PLAZAS Y OTRAS CALLES DEL BARRIO DE JUSTICIA.



Del barrio de Justicia ya hemos visitado las Salesas (ver aquí) y los Teatros, Museos y el conjunto que forma la zona de Barceló (ver aquí). Nos queda pasear por sus calles y plazas que son diversas y curiosas. A eso vamos a dedicar esta Zancada, admirando los edificios de este barrio en el que además de todo lo visto, se levantaron Palacios, Conventos e Iglesias y muchas casas de inquilinos de las cuales, alguna fachada nos llama la atención por su singularidad. Vamos a comenzar con la imagen del Mural que encontramos en la calle Augusto Figueroa número 14. Se representan unos osos de diferentes colores escalando sobre sí mismos, son obra del colectivo Nevercrew con motivo de la Feria Urvanity Art de 2020. Este grupo suizo está integrado por Pablo Togni (Bellinzona, 1979) y Christian Rebecchi (Lugano, 1980).



Comenzamos en la calle Hortaleza ante la Fuente de los Delfines o de San Antón en la esquina del edificio del COAM que forma con la calle de Santa Brígida. Esta fuente es anterior incluso al edificio en el que se apoya, de hecho, se sabe que desde el siglo XVII existía un pilón simplemente, con el nombre de Recogidas en atención al cercano convento que luego veremos. En 1772 se sustituye por una fuente llamada de los Galápagos realizada por Ventura Rodríguez y hacia 1900 se sustituyen los galápagos por los actuales delfines. El actual edificio del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid ocupa una parcela con historia: en 1753 se instalan los padres Escolapios y Fernando VI les regala unas casas y capilla sobre las que construirán unas escuelas dos años después; entre 1735 y 1740 Pedro Ribera realiza la Iglesia de San Antón en estilo barroco, de la cual sólo se conserva su planta interior, pues la portada fue cambiada a clásica como se ve ahora, por Francisco Rivas al levantar el Colegio y Convento en 1794 que sí respetó la fuente como parte del antiguo pilón, con el almohadillado y la inscripción inaugural. La ampliación del Convento y Escuelas continuó hasta 1832. En 1936 se convirtió en la cárcel de San Antón y tras la Guerra, volvió a su función lectiva, pero su deterioro obligó a cerrarlo. Tras diversas vicisitudes se llegó a un acuerdo con el COAM en 2005 para que éste instalara su sede allí a cambio de una reforma integral de los edificios, añadiéndose a la Escuela y Sede, un centro deportivo y una escuela de música municipales, centro de mayores, aparcamiento y jardín público en el cual encontramos gran variedad de especies y un punto de sombra y frescor cuya temperatura está muy por debajo de la colindante calle de Hortaleza, ratificando la importancia del arbolado en la ciudad.


En 1093 un noble francés prometió fundar una orden religiosa y un hospital si su hijo sanaba de lo que entonces se llamaba "el fuego de San Antón". Y así debió ocurrir porque años después se extendió hasta Madrid la Orden Antoniana o de los Hermanos Hospitalarios de San Antonio con el correspondiente Hospital dedicado a luchar contra enfermedades como la lepra, la peste, la sarna, otras cutáneas, y el referido “fuego de San Antón”, también conocida como culebrilla. La Iglesia levantada por encargo de los Escolapios que se hicieron cargo del lugar tras la extinción de la Orden en 1787 decretada por Pio VII, es menor de lo que se proyectó en principio por Ribera, realizada en estilo barroco, contenía diversas obras de arte, actualmente destaca una copia del cuadro de la "Última Comunión de San José de Calasanz" pintado por Goya en 1819 y una verdadera reliquia de San Valentín. Ya sabéis que podéis visitar la iglesia a cualquier hora del día y cualquier día de la semana, que dicen que Dios está en todas partes y a todas horas pero aquí además, recibe en casa.



Casi enfrente se encuentra la antigua Iglesia y Convento de Santa María Magdalena, vulgarmente conocido como "Recogidas" por dedicarse al cuidado y atención de mujeres de la mala vida, edificado en 1625 no se tienen referencias de autor. En 1916 se realiza una gran reedificación por Jesús Carrasco-Muñoz Encina sobre los antiguos restos dándole dos patios y una forma en L, con ladrillo en el exterior evocando los conventos del siglo XVII; en 1897 había sufrido la rehabilitación de la fachada con espadaña en su centro por Ricardo García Guereta. En 1936 sufrió un grave incendio por disturbios de orden público, rehabilitada posteriormente cayó en el abandono hasta ser adquirida por la Unión General de Trabajadores que en la década de los 80 del siglo XX la rehabilitó para oficinas y sede estatal conservando su fachada.


La calle Farmacia fue antes la calle de San Juan, está casi a un lado del COAM y su cambio de nombre fue a raíz de instalarse allí la Real Academia de Farmacia, que fue Facultad de Farmacia de San Fernando. El edificio se debe a Pedro de Zengotita Vengoa, levantado entre 1827 y 1830, al que posteriormente se le añadiría un frontón triangular sobre la cornisa del frente, y también la puerta de entrada al Instituto de Toxicología. Suele pasar desapercibido debido a su ubicación, pero es BIC desde 1997.


Seguimos por la calle Hortaleza y luego subimos por la de Augusto Figueroa para encontrarnos en el cruce con la de Fuencarral con la Ermita Humilladero y Oratorio de la Virgen de la Soledad. Según parece, por orden del marqués de Navahermosa que tenía una casa al lado, se levantó una capilla en 1712 junto a lo que fue Arco de Santa María; pero otra teoría dice que en una caballeriza del marqués de Torrecilla existía un cuadro de la Virgen de la Soledad alumbrado por un farolillo, que tanta devoción levantaba que fue erigida la capilla. En cualquier caso, es una cosa inusual que en un lugar tan especulativo se conserve esta edificación. Cuando vimos el CAMINO DE SANTIAGO, ya comentamos que los humilladeros eran lugares de culto junto a los caminos y a la entrada/salida de las poblaciones, obviamente aquí está claro el por qué.


Volvemos a bajar por la calle Augusto Figueroa hasta llegar al Mercado de San Antón. El origen está en un mercado de cajas de madera que existía en la zona y que durante la Guerra Civil aún estaba en funcionamiento. Es en 1945 cuando, obra del arquitecto Carlos de la Torre y Costa, se levanta un edificio en este lugar para este fin. Tiene buena acogida, pero la modernidad acaba con él y en 2007 la Asociación de Comerciantes del Mercado, lo mandan derribar para construir otro edificio más adaptado a las necesidades del momento que se inaugura en 2011 con tres plantas y dos sótanos de aparcamiento, en la primera está el mercado tradicional, en la segunda es multifuncional con puestos de degustación, sala de exposiciones, etc. y en la tercera un restaurante con terraza y vistas al barrio.


De aquí entramos por el tramo peatonal de la calle Barbieri a la plaza de Chueca. Aquí estuvo hasta primeros del XIX la cárcel de mujeres conocida como La Galera. Cuenta Mesonero Romanos que era barrio de chisperos, manolería y fabricantes de utensilios de hierro y de hecho, así lo refleja en algunos sainetes don Ramón de la Cruz. En 1861 aún no existía la plaza, sabemos que en 1865 ya sí, era la plaza de San Gregorio y tenía una fuente en el centro a la que acudían los aguadores. En 1945 se cambia el nombre por el actual y también a la calle por la que hemos entrado que se denominaba calle del Soldado. La nueva plaza fue un lugar tranquilo hasta que en la década de los 70 comenzó su declive, recuperada por la acción del colectivo LGTBI dándole su carácter y modernidad. Chueca es el nombre con que se conoce el barrio entero y se debe al ilustre Pío Estanislao Federico Chueca y Robres (Madrid, 05/05/1846-20/06/1908), un compositor muy prolífico, con una formación académica irregular y, sin embargo, uno de los principales autores del género chico, destacando "La Gran Vía" compuesta junto a Joaquín Valverde en 1886. En este caso está acompañado en la calle adyacente por Francisco Asenjo Barbieri (Madrid, 03/08/1823 - Madrid, 19/02/1894), compositor y musicólogo español, autor destacado en zarzuelas. Creador de un teatro musical característicamente español.



Tomamos de frente la calle de San Gregorio y en la esquina con la de San Lucas vemos un jardincillo con área de juegos con un espectacular arbolado de Plátanos de Sombra y alguna terracita de algún bar que ha sabido aprovechar la ubicación. Bajamos San Lucas y tomamos a la izquierda la travesía de Belén, donde se ubica la Capilla Cachito de Cielo, perteneciente a las Misioneras del Santísimo Sacramento, en un edificio sin interés cuyo proyecto data de 1867 obra de Francisco P. Rodríguez, lo curioso es esa capilla de 1880 de estilo neogótica con un retablo con nubes realizado en escayola simulando un "cachito de cielo", que es como vulgarmente se llama.


Volvemos y seguimos por la calle de Luis de Góngora, frente a frente el Palacio de Viluma y el Convento de las Mercedarias Descalzas, "las Góngoras". El Palacio fue construido entre 1857 y 1859 por el arquitecto Jerónimo de la Gándara, transformado posteriormente en 1934 por Joaquín Saldaña. Conserva su vistoso jardín a la calle citada, aunque su entrada principal se encuentra en la de San Lucas, como siempre digo, ya podían estos jardines del centro estar abiertos al menos unas horas al día.


El Convento e Iglesia de las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción fue fundado en 1663 por don Juan de Góngora sobre unos terrenos cedidos por él que fueron parte de las huertas de los duques de Frías, siendo uno de los mayores levantados en el siglo XVII. Se debe a Fray Manuel de San Juan Bautista y de Villarreal, en 1669 Manuel del Olmo realiza la ampliación de la Iglesia y la cúpula, además de otros elementos relativos a la fachada y elementos decorativos. El convento gira en torno a un patio interior ajardinado.


En el número 16 de la calle Piamonte, frente a la escuela del Colegio de este convento, hay una construcción de finales de los 40 del siglo pasado poco notoria en sí pero muy curiosa, pues es un edificio garaje salvado de su reconversión en pisos y muestra una estructura expresa para su función, el Garaje Piamonte. Regresamos y en el número 10 observamos un edificio (de los muchos que hay por la zona) que tiene una cenefa de azulejería en el alero superior, hay que levantar la cabeza o desde la calle Santo Tomé.


Precisamente en el número 8 de esa calle hay un edificio de ladrillos de colores que data de 1893 realizado por Santiago Castellanos Urizar para viviendas de don Francisco Lamarca, apellido que os sonará de nuestro paseo por Salesas, al lado de aquí. Y en Conde de Xiquena 3 encontramos la siguiente cerámica "Hijos de Vicente Rubio", que anuncia un comercio de almacén de carbón y producción de carbón vegetal desde 1870, con el escudo del águila bicéfala de Carlos I y el de la inicial del apellido del fundador. Seguimos hacia la calle de Prim.


En esta ruta hay demasiados edificios en los que pararnos, así que podemos disfrutar del paseo y observar de vez en cuando, como este de la esquina de la calle de Prim y la de Barquillo, en otro tiempo famosa por sus tiendas de música. El citado edificio fue levantado en 1899 por Jesús Carrasco-Muñoz Encina para la marquesa de Eguarás, sobre una parcela rectangular sacando dos viviendas por planta y aportando la solución del chaflán de la esquina en un estilo neomudéjar que integra los miradores acristalados; en el portal se conservan azulejos en los plafones en tonos azules y suaves formas, del taller de Daniel Zuloaga y que conforman la primera presencia del Art Nouveau en Madrid. La otra foto nos muestra un pequeño patio ajardinado del actual Cuartel General del Ejército, antiguo Palacio de Buena Vista del que hoy no hablaremos.


Y llegamos a la plaza del Rey donde lo primero que nos encontramos es con el Monumento al teniente Ruiz. Jacinto Ruiz y Mendoza (1779-1809), fue una figura destacada como teniente de la Guerra de la Independencia, el cual junto a los capitanes Daoíz y Velarde, defendió el Parque de Artillería de Monteleón, tras una cruenta batalla cayó herido para morir poco después. La estatua fue encargada a Mariano Benlliure con los fondos recaudados por el general Martínez Campos y el teniente de infantería Ibáñez Marín, e instalada en el centro de la plaza en 1891, posteriormente, al construir el aparcamiento, se desplazó a su posición actual. Realizada en bronce representa al homenajeado gracias a los bocetos de la familia, en actitud de arengar a las tropas hacia la batalla y situado sobre un pedestal de roca. Al fondo de la plaza vemos la Casa de las Siete Chimeneas.


Llamada así obviamente por las siete chimeneas que asoman en el tejado, para verlas necesitamos dos perspectivas. En 1574 Pedro de Ledesma mandó edificar una casa al arquitecto Antonio Sillero, nueve años después la compra Baltasar Cattaneo, un comerciante que manda ampliarla a Andrea de Lurano en 1586, comienza a conocerse como la "casa de Cataño", con un aspecto casi igual al que tiene ahora mismo, incluyendo las siete chimeneas que le darán su nombre posteriormente. Pasaría a propiedad de los condes de Mejorada hasta 1675, luego a los condes de Polentinos hasta 1881, en cuyo período Ortiz de Villajos realiza una ampliación y reforma de importante envergadura. En 1881 la compra el financiero Jaime Girona que intenta recuperar su anterior espíritu y darle un estilo más herreriano suponiendo que el proyecto original se le podía atribuir a Juan de Herrera, encargándoselo a Manuel Antonio Capo. A primeros del siglo XX se estableció allí el Lyceum Club Femenino que reunía a mujeres de la generación del 27 y dio lugar al nombre de "las sinsombrero", el club tras la Guerra Civil pasó a ser Sección Femenina. Chueca Goitia y Domingo Salazar la reformaron en 1958. Tras pasar por las manos de una entidad bancaria, se incorporó al Ministerio de Cultura cuya sede está enfrente.


Y ahora toca leyenda: cuentan que la casa se construyó para acoger a Elena, hija de un montero del rey de extraordinaria belleza, de la que se enamoró el príncipe Felipe (hijo de Carlos I y que sería Felipe II). Como era plebeya, ni pensar en la boda real, así que se casó con el capitán Zapata que al poco fue enviado a Flandes y murió en San Quintín y su viuda murió de pena, o asesinada, pues algunos sirvientes afirmaron haber visto las puñaladas en su cuerpo. El caso es que se dice que dio a luz una niña que ocultó, o mataron, y se empezó a especular que porque era hija de Felipe II. Con el tiempo se cuenta que se vio una figura femenina caminando por las habitaciones, tal vez el espíritu de Elena, o tal vez la hija encerrada y criada de forma oculta. El caso es que cuando el Banco de Castilla (que es el que se estableció allí) ordenó una reforma, debajo de un suelo apareció el esqueleto de un cadáver y varias monedas de la época de Felipe II, lo que acrecienta la leyenda. ¡Ah! y dicen que las siete chimeneas son cada una por cada pecado capital.



Esa sede del Ministerio fue las oficinas centrales del Banco Urquijo, levantadas sobre el antiguo Teatro Circo Price, como nos recuerda una plaza en la fachada. Un poco más arriba, vemos una estatua de Chillida denominada "Lugar de encuentros II" que está dentro de la serie de dicho título como la que vimos en el Museo al Aire Libre de Rubén Darío; compuesta en 1971 en acero corten para protegerla de la corrosión, se compone de un pie sobre el que se sustentan otras tres piezas perpendiculares, con un espacio central sin fin aparente. Se considera la primera obra con esa característica, como es el caso del Peine del Viento de San Sebastián.  


Subimos por la calle de las Infantas donde lo primero que vemos es un jardín cerrado que corresponde a la trasera del Palacio de Fontagud, del que tampoco hablaremos para dejarlo a mejor ocasión.


Y llegaremos a la plaza de Pedro Zerolo, así denominada desde 2016, donde lo primero que nos encontramos es con un gran lazo rojo realizado en una cinta metálica de 5 cm de grosor sobre la entrada al aparcamiento, apoyada sobre pilotes de piedra y soportes metálicos. Obra del estudio de arquitectura de Teresa Sapey, quiere representar la lucha contra el Sida y la solidaridad de toda la ciudad con los afectados. Este efecto vanguardista surgió del proyecto cuando en 2005 se remodeló el aparcamiento bajo la plaza, titulado "Chueca An-Dante".


En la plaza también encontramos el Monumento a Vázquez de Mella, que era quien prestaba su nombre al espacio antes de 2016. Levantado en 1946 obra del escultor Víctor Hevia Granda, en 1950 fue trasladado al Paseo del Prado por obras en el aparcamiento. Tres años después pasaría a la plaza de la Platería de Martínez hasta que en 1999 volviese a este lugar. Juan Vázquez de Mella y Fanjul (Cangas de Onís, 08/06/1861 - Madrid, 26/02/1928), político tradicionalista anti-masón y católico a ultranza, escritor y filósofo español, fue ideólogo del carlismo durante la Restauración, murió arruinado tras el progresivo hundimiento de su partido, cuya ideología resulto muy afín al franquismo, de ahí este reconocimiento. Podéis conocer más de su vida en Real Academia de la Historia.


Y llegados aquí, podemos descansar en esta plaza, en una de las varias terrazas o en cualquier otro bar de los alrededores. O irnos a casa, que también. En todo caso, os dejo otra imagen de los JARDINES DEL COAM en la zona más pegada al edificio del colegio y que sirve a la sala de exposiciones/actos contigua.


@ 2024, by Santiago Navas Fernández








viernes, 23 de agosto de 2024

PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CLXIX: TEATROS, MUSEOS Y BARCELÓ EN EL BARRIO DE JUSTICIA.


El barrio de Justicia es parte del distrito Centro, ya vimos parte cuando hablamos de las Salesas (ver aquí) y ahora vamos a conocer algo más. Sobre estas líneas el Teatro María Guerrero; obra del arquitecto Agustín Ortiz de Villajos (el cual también es autor del Teatro Circo Price visto cuando recorrimos Lavapiés, pincha aquí, y de la Iglesia del Buen Suceso de la calle Princesa cuyas ruinas descubrimos desperdigadas por el Monte de El Pardo, ver aquí), fue costeado por el marqués de Monasterio con el nombre de "Coliseo/Teatro de la Princesa" a partir de 1884. De planta irregular, se aprovechó al máximo para construir un patio grande, inaugurado el 15 de octubre de 1885 con la comedia "Muérete y verás" de Bretón de los Herreros y el sainete "El corral de comedias" de Tomás Luceño, contaba con un estilo interior neomudéjar donde el hierro sirve de ornamento y constituyó el mayor hito del siglo XIX en el uso de este material; la fachada es más clasicista con sucesión de arcos de medio punto en composición tripartita, aunque fue muy alterada cuando se produjo la ampliación en 1918 para crear un piso más realizada por Pablo Aranda. No sería la última.

viernes, 2 de septiembre de 2022

SERIE PASEOS POR PARQUES Y JARDINES DE MADRID XCIII: UNA ZANCADA POR LAVAPIÉS.





Pocos jardines vamos a ver aquí, solo algunas placitas y un par de iniciativas de los vecinos, una de ellas arrancada por iniciativa municipal al día siguiente de hacer este artículo (espero no haber tenido nada que ver). El barrio de Lavapiés no existe administrativamente hablando a pesar de que es uno de los más tradicionales y castizos de Madrid, forma parte del barrio de Embajadores encuadrado en el Distrito Centro y creció con gentes humildes que se asentaron en este arrabal cuyos terrenos descienden en cuesta hacia el río. Su origen supera los 500 años según vestigios y menciones en planos antiguos, sobre el nombre existen varias teorías. Una de ellas dice que era un barrio judío nacido del agrupamiento de los creyentes de esta religión siguiendo las órdenes reales de que debían organizarse en barrios propios, esta teoría se basa en los restos encontrados de una sinagoga ubicada donde ahora está la parroquia de San Lorenzo (casualmente el santo que murió torturado en la parrilla por su fe, ver foto debajo del párrafo) y del cementerio hallado en la lindante calle del Salitre, hasta ahí el núcleo poblacional. Ahondando en esa teoría, cuando los monarcas españoles ordenan la expulsión de los judíos, el barrio comienza a adaptarse a los nuevos tiempos y de ahí nombres de calles como "de la Fé", "Amor de Dios", etc. que lo mismo valían para un cristiano que para un judío que para un musulmán (que tal vez también se refugiaron por aquí) y ambos con una costumbre común: lavarse antes de la oración, para lo cual se piensa que se instaló la Fuente que ahora veremos. Cualquier cristiano que visitara el barrio debía lavarse los pies al salir por haber pisado la impureza de un territorio donde vivían infieles. Sin embargo hay quien atribuye su existencia a la obligación de lavarse los pies de los viajeros y el uso que para ello se hacía de la Fuente situada hasta que no se levantó la cerca de Felipe IV en los arrabales exteriores de Madrid. La teoría menos comprometida es la que dice que como el terreno era pura escorrentía los días de lluvia, allí se mojaban quiera que no, todo el mundo los pies. A partir del siglo XVIII parece ser que algunas personas como Ramón de la Cruz o Mesonero Romanos, comienzan a denominar Avapiés al lugar debido a que la composición de dicho nombre no distinguía en el castellano antiguo la separación de palabras, pero esto ya son discusiones un tanto técnicas.