Junto a la Biblioteca José Saramago, en el Parque de la Vaguada, se pintó en 2003 un mural que ilustra la transcendencia de la lectura. Un niño mira al infinito, tal vez concentrado en algún sueño efímero que le sugiere el texto que está leyendo en el libro que mantiene entre sus manos. De él salen efluvios que se materializan a su izquierda, prolongando el mural, con temas que de alguna forma rinden homenaje a la larga historia de este barrio tan rico en gentes muy diversas.
El mural se compuso de forma participativa con los vecinos del barrio durante dos semanas, dentro del programa municipal "Compartiendo Muros", por el Estudio Imperdible y con aportación de material por Pinturas Montó. Se mezcló lo antiguo con lo nuevo: un convoy de metro pasa bajo los aros de la Puerta de Europa en la avenida de la Ilustración; el antiguo tranvía, sustituido después por las "camionetas verdes" y hoy por los autobuses de la EMT, en concreto el 64, que unía Peñagrande con Estrecho; etc.
Pero el principal elemento es el niño y esa mirada perdida en el infinito de mundos de fantasía. Un niño que lee, será un hombre que comprenda, que tolere y que sepa convivir. La Paz no está en lejanos lugares, la paz y la libertad emanan del conocimiento, de la racionalidad, y la lectura es el más ideal de sus caminos.
@ 2025, by Santiago Navas Fernández