En el paseo del Pintor Rosales.
En la esquina con la calle Francisco y Jacinto Alcántara, en un pequeño jardín, se encuentra la estatua a Eduardo Rosales que da nombre a esta conocida calle. Fue levantada en 1922 por el escultor Mateo Inurria Lainosa, promovida por el Círculo de Bellas Artes, elaborada en granito sobre pedestal en mármol, representa al pintor con su batín de trabajo, sentado y con la paleta y el pincel en sus manos. Se ubicó en un principio en la glorieta que formaba la calle de su nombre con el final de la del marqués de Urquijo, pero al suprimir la rotonda, fue trasladada a la esquina actual donde se encuadró rodeada de pequeños arbustos y cipreses por detrás (su biografía en Real Academia de la Historia).