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viernes, 24 de enero de 2025

PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CLXXXV: LA PLAZA DE ESPAÑA.



La icónica plaza de España de Madrid que ahora conocemos, ha sufrido a lo largo de la historia numerosas transformaciones, la última ha sido ejecutada desde 2021 con una serie de incidencias sobre la base de un proyecto de iniciativa popular promovido por el gobierno de Ahora Madrid en 2017, el cual ha significado una inversión de más de 70MM de euros sobre los 37.000 m2 del espacio destinado a este fin. Su mayor característica es la peatonalización que ha permitido conectar la puerta del Sol con el PARQUE DEL OESTE y con la CASA DE CAMPO sin cruzar un solo semáforo, un hecho inédito para una ciudad como Madrid y que se extiende hacia otros recorridos transversales, como consecuencia de dicho proyecto, como son por ejemplo, la CUÑA VERDE DE LA LATINA, la SENDA REAL, MADRID RÍO, etc., con lo que alcanzaría los 90.000 m2. La otra novedad es que el ejecutivo de Ahora Madrid liderado por la alcaldesa Manuela Carmena, promovió la participación vecinal, incluso convocando un referéndum voluntario en el que se inscribieron más de 200.000 ciudadanos para concluir dicho diseño, cuyo proceso fue largo y laborioso y ocupó los cuatro años de legislatura, pero fue un hecho sin precedentes ni nada que se le parezca después.


En primer lugar, se convocó un concurso internacional que ganaron los arquitectos Fernando Porras-Isla, Lorenzo Fernández-Ordoñez y Aránzazu La Casta (Porras Guadiana Arquitectos), que también fueron los coautores de MADRID RÍOEl diseño se denominó Welcome Mother Nature "Bienvenida Madre Naturaleza" y obtuvo el 52% de los votos en una macro consulta ciudadana promovida por el ejecutivo municipal, que unía preguntas sobre la GRAN VÍA (que también sufrió una gran transformación en este corto período de cuatro años) con diversas actuaciones por los distritos. Básicamente lo que se pretendía era adaptar el centro de la ciudad a las nuevas corrientes sobre movilidad, para lo cual se reducirían los carriles en la calle de la Princesa para ampliar aceras, se harían más accesibles los JARDINES DE SABATINI y también la conexión con el PARQUE DEL OESTE, se soterró el tráfico de la calle Bailén bajo un espacio ajardinado con arbolado y se crearon espacios de ocio como la esplanada cercana a la calle de la Princesa, incluyendo paseos peatonales y carriles bici en varios sentidos, con una inmensa remodelación de las zonas de juego infantil y respetando el Monumento a Cervantes en el centro de la plaza, así ordenado por Patrimonio y que os voy a presentar a continuación.

En 1915 se convoca un concurso que gana el arquitecto Rafael Martínez Zapatero y el escultor Lorenzo Coullaut Valera para conmemorar el 300 aniversario de la muerte de Cervantes, aunque las obras no comenzarían hasta 1925 con la aportación de Pedro Muguruza Otaño, que simplificaría algunos ornamentos y eliminaría una Victoria Alada. 

El centro del Monumento a Cervantes son las esculturas en bronce de Don Quijote y Sancho Panza cabalgando sobre Rocinante y su jumento Rucio, respectivamente, mientras el propio don Miguel los observa desde lo alto.

Haciendo espalda suya se alza una enorme columna de granito coronada por un globo terráqueo alrededor del que se sientan las alegorías a los cinco continentes en posición de leer la obra cumbre de Cervantes: Europa le muestra un ejemplar a América y el resto ocupa cualquiera de los otros laterales con Oceanía, Asia y África. 

A la trasera de dicha columna y del conjunto monumental, la alegoría femenina de la Literatura descansa en una butaca mientras sostiene un libro en su mano, flanqueada por otras dos alegorías: al Valor Militar y al Misticismo, en forma humana masculina, en referencia a dos características de Cervantes, la vida religiosa y la militar.

En 1950 el hijo del escultor, Federico Coullaut-Valera, completó el monumento con las figuras de Dulcinea y Aldonza Lorenzo ubicadas sobre pedestales de granito a los lados del Monumento en la zona delantera.

Y posteriormente en 1960, en los laterales añadió los grupos escultóricos de Rinconete y Cortadillo y de La Gitanilla. En el estanque, que en un principio recibieron en su centro las estatuas de Sancho y Quijote, se diseñó instalar los escudos de los países donde se habla el castellano por el mundo. En 2018 la Comunidad lo declaró Bien de Interés Cultural.

El proyecto además, ha aportado la Fuente del Cielo junto a la entrada por las antiguas rejas remodeladas de los JARDINES DE SABATINI, realizada en mármol de makauba que dicen inspirada en el cielo de Madrid (cuando no existía contaminación debe ser), una serie de pétalos de flor se alinean en torno al surtidor central de agua que, lentamente, deja escurrir por todos ellos el líquido que se recoge en el vaso, todo a nivel de suelo y que invita falsamente a meterse dentro, pero esta no es su función, quede claro y además, debido a la suavidad del mármol cubierta de la fina capa de agua, puede ser hasta peligroso.

 

También se ha llevado a cabo la reinstalación de la Fuente del Nacimiento del Agua junto a la Iglesia de las Carmelitas Descalzas de Santa Teresa de Jesús, declarada BIC en 1995, obra de Jesús Carrasco-Muñoz Encina entre 1923 y 1928 con una monumentalidad que se destaca desde lejos en su cúpula de "trencadis" (mosaico obtenido a partir de fragmentos cerámicos, básicamente azulejos, unidos con argamasa; muy habitual y característico en la arquitectura modernista catalana​ y el modernismo valenciano, creado por Antonio Gaudí). Llama la atención por su mezcla de toques modernistas y medievales junto con detalles góticos y renacentistas. Su portada recuerda el origen abulense de la Orden, fachada almenada y que evoca Las Moradas teresianas. En cuanto a la Fuente, también denominada de Las Conchas, de amplia factura, viene a recordarnos con su nombre, la gran afluencia de arroyos que por esta zona corrían en busca del Manzanares, hoy día calles y plazas que pisamos. Estuvo ubicada donde hoy se sitúa "la esplanada", desde 1969 por obra del arquitecto municipal Manuel Herrero Palacios, compuesta por un gran vaso a cuyos extremos encontramos dos enormes conchas sobre las que se alzan dos ninfas elaboradas en bronce por el escultor Antonio Campillo, cada una deja caer desde un cántaro el agua que llena el pilón de la fuente desde las estrías de las conchas.


A ambas aportaciones, se ha sumado un recorrido por los restos arqueológicos hallados durante las obras, correspondientes a las caballerizas del antiguo Palacio y de las murallas, con indicación sobre las nuevas losas de granito del lugar que ocupaban; además, parte se han conservado dentro de un habitáculo levantado al efecto y cubierto ahora por ajardinamientos, pero mientras se abre o no se abre, unas claraboyas nos permiten asomarnos a su interior. El llamado Palacio del Marqués de Grimaldi fue construido sobre proyecto de Sabatini y por orden de Carlos III, cerca del Palacio Real para residencia y lugar de trabajo del Secretario de Estado. Sin embargo no sería este marqués el primero en ocuparlo, sino su sucesor el conde de Floridablanca en 1782. El nombre de Godoy le viene porque Carlos IV, diez años después, se lo ofreció a su Secretario Manuel Godoy, que residió en él. Y no acabaría aquí, porque la llegada de los franceses modificaría su nombre al de Palacio de Murat, siendo sus usos posteriores los que le darían nuevos nombres. El caso es que la reforma de la plaza nos permite ver los cambios sufridos en la zona, así como la remodelación de los edificios colindantes y viejas estructuras renovadas como "el paso de ronda del Cuartel de San Gil" o los ascensores que elevan al público desde la Cuesta de San Vicente a la plaza de España.

¿Quién lo diría? pero hace menos de cinco siglos, la plaza de España actual, era una zona hundida a las afueras de la ciudad usado como huerto de hortalizas, regado por las aguas de diversos arroyos como el de Leganitos que ocupaba aproximadamente la calle que lleva su nombre y se desviaba por el llamado Camino del Río (aún queda un recuerdo detrás del Senado) que actualmente es la Cuesta de San Vicente, cuando Felipe II trasladó la corte de Toledo a Madrid. Así fue recogido en el plano elaborado en 1656 por Pedro de Texeira bajo encargo de Felipe IV, situándola dentro de la Cerca. El conocido como Prado de Leganitos mantuvo esta ubicación hasta que Carlos III decidió el traslado del convento de San Gil desde la plaza de Oriente a este lugar que denominarían "de los gilitos". En 1789, se inició la construcción de un edificio para convento sobre la finca adquirida por el propio rey, pero los frailes nunca llegaron a mudarse, a pesar de varios proyectos de ampliación y modificación. Sería con José I cuando se estableció allí la Guardia de Corps que protegía el Palacio por el flanco norte, adoptando el nombre de Cuartel de San Gil, al que se añadiría después la Caballería y Artillería pasando a llamarse Maestranza de San Gil; el espacio que quedó entre el cuartel y la actual Cuesta de San Vicente se denominó plaza de San Marcial. En ella estuvo ubicada también la Fuente de la Princesa o "de los dieciséis caños" que surtía de aguas a otras fuentes del entorno mediante un entramado de bombas que impulsaba su distribución.

Desde mediados del siglo XIX se venían planteando modificaciones urbanísticas en el centro de Madrid que afectaban a la Puerta del Sol y su entorno, y se especula con una gran vía que atraviese el centro, en cuyo proyecto, se traza que atraviese la recién abierta plaza del Callao y baje a la plaza de San Marcial. Una ley de 1896 permitió al Ministerio de Guerra la venta del solar del Cuartel que no se derribaría hasta 1906, algunos de sus restos se pueden ver en los JARDINES DE FERRAZ junto a la calle de dicho nombre, antes de la entrada al túnel de la calle Bailén. El arquitecto municipal Jesús Carrasco Muñoz, expuso en lo que hoy es la plaza de España, un anteproyecto para la creación de “una plaza amplia y regular” flanqueada por edificios modernistas de diferente estilo, cuyo destino sería la presidencia del Consejo de Ministros, así como organismos similares municipales, civiles y militares, e infraestructuras para el transporte, como el acceso por túnel a la estación del Norte. Todo ello cerrado por el noreste con un gran pórtico dedicado a las Artes, las Letras, las Ciencias, el Comercio y la Industria. En la misma plaza habría un quiosco de música y el monumento a Cervantes que se convocaría en 1915 como hemos visto. La transformación comenzó en 1911 y en 1917 ya habían concluido los ajardinamientos, aunque la configuración final no se decidió hasta 1921, cuando se resolvió definitivamente el tercer tramo de la GRAN VÍA, a costa de parte del barrio de San Marcos. 

La Guerra Civil que paralizó tan cruelmente la vida de los ciudadanos, afectó por su ubicación a la plaza, que fue utilizada como plataforma para la instalación de maquinaria de guerra, huerta provisional y lugar de batalla, deteriorando gravemente todo lo hecho hasta la fecha. Tras la reconstrucción, en los años 50 del siglo pasado comienza el desarrollo urbanístico del contorno y el entorno de la plaza. Se ensancha la calle de la Princesa y se levantan varios edificios, entre ellos los dos más emblemáticos de la plaza: el Edificio España (1948-1953), levantado por los hermanos Otamendi en estilo neobarroco como el más alto de España, que el franquismo quiso identificar con la prosperidad en el país; se dedicó a diversos usos, pero el más común ha sido siempre como hotel. En la crisis inmobiliaria de 2008 corrió peligro de ser derribado pero finalmente se mantuvo y sigue en pie totalmente reformado en su interior.

Y la Torre de Madrid (1954-1957, en su primera fase, y 1960 hasta su cota máxima), obra de Julián Otamendi Machimbarrena y restaurada en 1996 por Manuel Salinas Larumbe, sobre un solar en chaflán, cuya propaganda presumía de que era la torre más alta del mundo, levantada en estructura de cemento y dedicada a apartamentos, locales comerciales, de ocio, etc. Pero al igual que entonces, una nueva generación de edificios con visibles cristaleras y otros estilos, van sustituyendo a los antiguos, como vemos en la foto sobre este párrafo.

Al otro lado de la plaza, en torno a la calle Bailén como si dijéramos, dos edificios destacan: Casa Gallardo y la Real Compañía Asturiana de Minas. La famosa casa de una gran G en lo alto de su fachada, es BIC desde 1997, recibió en 1915 el Premio del Ayuntamiento a la mejor casa construida, y partió de un Palacio de autor desconocido, como tantos que se ubicaron alrededor del viejo Prado de Leganitos por ser zona fresca y rica en aguas, como hemos dicho antes; el dicho palacete fue reformado y ampliado tanto en altura como en extensión por los arquitectos Enrique Daverio Bara y Federico de Arias Rey, ocupando el antiguo jardín y cocheras, creando un patio interior, la cúpula de pizarra tan visible y en un estilo con toques art-Decó en un chaflán que llama poderosamente la atención. El edificio de enfrente, el de la Real Compañía Asturiana de Minas, a un nivel un poco inferior a la plaza, es algo anterior, proyectado por el arquitecto Manuel Martínez Ángel se levantó en la última década del XIX para servicio de dicha compañía, donde se albergaban sus oficinas, y viviendas, una de ellas ocupada por el cronista de la Villa Elías Tormo durante 50 años. A las puertas del edificio fue asesinado el arquitecto constructor que era también el presidente de la empresa, a manos de un estudiante que lo abordó en 1933. Su actividad siguió hasta los años 50 del pasado siglo y luego ha quedado para diversos usos, incluyendo una reciente rehabilitación y un mejor acomodo en el entorno de la plaza tras la reforma comentada.

En 1969 se produjo una reforma liderada por el arquitecto municipal Manuel Herrero Palacio que ubicó junto al espacio de la calle de la Princesa, la citada antes Fuente del Nacimiento del Agua, a la que añadió una lámina de agua y un pequeño bosque de Olivos centenarios, Robles y Cipreses frente al Monumento a Cervantes. En 1972, en pleno desarrollismo del vehículo a motor, se produjo la construcción del paso elevado que unió en superficie la calle de Bailén con Ferraz para el paso de vehículos, así que el acceso a los JARDINES DE SABATINI sufrió una importante merma que ha sido recuperada ampliamente tras la reforma de 2021, con la aportación además de trozos de la antigua verja.

Hoy en día podemos disfruta de una amplísima zona verde donde los espacios de descanso, buenas sombras de los viejos y altos Plátanos de Sombra se mezclan con la de Pinos inmensos y otros nacientes, y otras especies de las habituales. Las aceras de la calle de la Princesa se han nutrido de dos filas de arbolado. Y en la esplanada allí al lado, se ha levantado el Café de Cervantes como una montaña verde que acogerá jardines verticales en su pared simulando ser eso, una elevación natural, o al menos, así lo dice el proyecto aprobado, luego ya veremos en lo que queda. Sería muy interesante visitar el entorno de la plaza, pero ya lo hemos hecho en su mayor parte en otros paseos como los referidos a la Plaza de Oriente y su entorno o al PARQUE DEL OESTE y sus diversos jardines como los de Debod, Ferraz, etc. Os recomiendo seguir la visita a estos espacios a través de mis otros paseos (pincha aquí, aquíaquí o busca a través de las etiquetas que hay en el margen derecho del blog).


@ 2025, by Santiago Navas Fernández.

P.D.- Si te interesa profundizar en la historia de la plaza de España, te recomiendo el informe de "Madrid, ciudadanía y patrimonio" accesible pinchando aquí. Y en cuanto a la última reforma, la puedes conocer con más detalle en "Madrid proyecta" pinchando aquí.

viernes, 8 de diciembre de 2023

SERIE PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CXLII: SAN ISIDRO, DEL PARQUE DE LA ERMITA AL PARQUE DEL SANTO (2 DE 2).


Retomamos nuestra zancada anterior en el cruce de los paseos del Quince de Mayo con el paseo de la Ermita del Santo y frente a la dicha Ermita que visitamos. Nos vamos a encontrar otra vez con la presencia constante de Goya enseguida, pero antes hablemos de una escultura de grandes dimensiones sobre una meseta al nivel de calle.

viernes, 1 de diciembre de 2023

SERIE PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CXLI: SAN ISIDRO, DEL PARQUE DE LA ERMITA AL PARQUE DEL SANTO (1 DE 2).


Goya, del cual hablamos en la Zancada anterior largamente, nos dejó testimonio de lo que sus ojos veían durante su tiempo. Cerca de donde se ubicó la Quinta del Sordo (su lugar de retiro según vimos aquí), estaba la pradera de San Isidro a la que los madrileños y visitantes iban a celebrar la romería del Santo; como testimonio, el cuadro así titulado que se guarda en el Museo del Prado, realizado en óleo sobre lienzo en 1788 y que abre este artículo. Al fondo de dicha pintura se puede ver el Madrid que Goya vivió con el Palacio Real y San Francisco el Grande como edificios más reconocibles, abajo del desnivel hacia el Manzanares, y desde ahí, la gente se arremolinada en las praderas de la romería. En realidad este cuadro es el boceto preparatorio para la escena principal de un conjunto de tapices pensados para la decoración del dormitorio de las Infantas que un año antes había encargado Carlos III, pero acaecida su muerte en 1788, Carlos IV inducido por su esposa María Luisa de Parma, se inclinó más por potenciar los Reales Sitios de Aranjuez, La Granja o El Escorial, con lo cual abandonó el proyecto a pesar de lo cual se conservan otras obras similares como la de "La gallina ciega" que os sonará mucho, espero.