El desnivel existente en el talud sobre la M30 se cubrió en la década de los 80 del siglo pasado mediante ajardinamientos arbolados con Pinos generalmente, para separar las viviendas de la autovía y aislar el ruido, si bien no se consiguió en todos los casos, más tarde se instalaron pantallas, pero si paseáis por la zona comprobaréis con horror que la solución ha fracasado. De esas pequeñas zonas verdes con columpios, fuentes y zonas deportivas, surgieron pequeños jardines asociados a la calle donde se encuentran: Ricardo Ortiz y de Antonio Pirala. Y es desde ahí desde donde vamos a comenzar nuestro segundo recorrido por La Elipa.