Si por algo es conocida la QUINTA DE LOS MOLINOS es por sus almendros en flor, todos los años, durante la floración, multitud de visitantes hacen casi imposible el caminar por sus senderos, si el tiempo lo permite y el cambio climático no nos modifica el calendario. Más de 1.500 ejemplares tiene censados el Ayuntamiento. Es muy importante resaltar que nunca se deben cortar las flores; se pueden mirar, fotografiar, dibujar... pero jamás tocarlas y menos arrancarlas, pues cada flor dará lugar a una almendra. Pero además, si las cortas, quien venga después ya no podrá verlas, o dicho de otra forma, si todo el que va, arranca algunas flores, puede que cuando tu llegues, veas más huecos que flores; eso por no hablar de la faena que le haces a los insectos que acuden a alimentarse, a los pájaros que se comen los insectos, etc. Para hacer un símil: tu vas al Museo del Prado ¿descuelgas los cuadros que te gustan y te los llevas?, pues las flores son obras de arte de la naturaleza, admíralas, pero no las "descuelgues" de su lugar. Tampoco es aconsejable comer las almendras ni los frutos de los jardines urbanos, pues están tratados con productos fitosanitarios que pueden afectar al fruto, a diferencia con una explotación agrícola, donde se trata la planta y luego se prepara para el consumo humano. Y tras estos consejos, vamos a visitar la Quinta.