
El barrio de Justicia es parte del distrito Centro, ya vimos parte cuando hablamos de las Salesas (ver aquí) y ahora vamos a conocer algo más. Sobre estas líneas el Teatro María Guerrero; obra del arquitecto Agustín Ortiz de Villajos (el cual también es autor del Teatro Circo Price visto cuando recorrimos Lavapiés, pincha aquí, y de la Iglesia del Buen Suceso de la calle Princesa cuyas ruinas descubrimos desperdigadas por el Monte de El Pardo, ver aquí), fue costeado por el marqués de Monasterio con el nombre de "Coliseo/Teatro de la Princesa" a partir de 1884. De planta irregular, se aprovechó al máximo para construir un patio grande, inaugurado el 15 de octubre de 1885 con la comedia "Muérete y verás" de Bretón de los Herreros y el sainete "El corral de comedias" de Tomás Luceño, contaba con un estilo interior neomudéjar donde el hierro sirve de ornamento y constituyó el mayor hito del siglo XIX en el uso de este material; la fachada es más clasicista con sucesión de arcos de medio punto en composición tripartita, aunque fue muy alterada cuando se produjo la ampliación en 1918 para crear un piso más realizada por Pablo Aranda. No sería la última.

El teatro pasa por dificultades económicas hasta que en 1908 lo adquiere Fernando Díaz de Mendoza esposo de la principal figura artística de la época: María Guerrero, que se establece en dicho escenario acabando con sus largas giras. Diez años después fallece la actriz en la que era su casa, la quinta planta del Teatro, construida expresamente por el matrimonio. Entonces pasa a manos del Estado con diferentes usos a lo largo de la historia, siempre en torno al espectáculo teatral o como lugar de formación. Actualmente y desde 1978 es sede del Centro Dramático Nacional. Está ubicado en la calle Tamayo y Baus (Madrid, 15/09/1829 - íd., 20/06/1898) dedicada a este dramaturgo español de larga tradición familiar ligada al mundo del espectáculo.

Muy cerca, en la calle Prim, encontramos el Teatro Marquina, en este caso mucho más joven. Eduardo Marquina (Barcelona, 21/01/1879 - Nueva York, 21/11/1946) fue un dramaturgo español, entre otras cosas, que regaló al Montepío de Autores un solar que dedicaron a construir un teatro al que le otorgaron su nombre en agradecimiento. Se inauguró el 21 de diciembre de 1962 con la obra "Operación Embajada" de Joaquín Calvo Sotelo, pero tras veinte años cerró sus puertas, hasta que en 1966 lo compró Alejandro Colubi que lo mandó derribar y construir otro edificio nuevo, volviendo a reinaugurarse dos años después.


Y no lejos de allí completamos el triángulo con el Teatro Infanta Isabel, el cual en su acceso principal, conserva unas vidrieras de la casa Maumejean. Fue inaugurado como barraca de cine en 1906, según proyecto del arquitecto Eladio Laredo Carranza, inaugurado un año después con el nombre de "Cinema Nacional" que cambió su nombre pocos meses después a "Petit Palais" combinando el cine con otros espectáculos. Sería el arquitecto citado el que levantaría el nuevo edificio que ya llevaba el nombre con el que le conocemos, donde se daba teatro, cine y espectáculos variados. A éste seguirían en años sucesivos ampliaciones.

Damos un salto mágico ahora y nos vamos al Teatro Barceló. Levantado en 1930 por Luis Gutiérrez Soto (en estilo racionalista parecido al de La Isla del Manzanares, el cine Europa de Bravo Murillo o el antiguo aeropuerto de Barajas), contaba con sala de proyección, una sala de baile en el sótano y una terraza al aire libre en la azotea. En 1980 y con el apoyo del alcalde Tierno Galván, sufre una profunda transformación y se convierte en el centro de La Movida madrileña, movimiento cultural multidisciplinar de la juventud que reclamaba un cambio absoluto en vestido, formas, estilo, música, etc. alcanzando fama mundial. Hoy en día sigue siendo un lugar de espectáculos diversos.


Casi enfrente se encuentra el Mercado de Barceló que nombraba Almudena Grandes en su libro más costumbrista sobre Madrid. Inaugurado en 1956 hizo desaparecer los puestos de la calle de la Corredera, su gran transformación fue entre 2009 y 2014 bajo proyecto de los arquitectos Enrique Sobejano y Fuensanta Nieto, que crearon el Centro Polivalente que da cobijo a un mercado, una biblioteca y un polideportivo. Por cierto y ya que todo se apellida Barceló, hay que decir que es en honor al marino nacido en Mallorca en el año 1717 Antonio Barceló, que comenzó como simple marinero en la Armada Española y llegó por méritos de guerra a Teniente General.

Tras la Biblioteca se encuentra el Colegio Isabel la Católica, antiguo Grupo Escolar Pablo Iglesias, levantado en 1931 en la línea de otros muchos por Madrid realizados en la esfera de la Institución Libre de Enseñanza, por Bernardo Giner de los Ríos y Antonio Flórez Urdapilleta. Ante él se levanta un Huerto Urbano, como vemos en la foto sobre este texto.
Integrados en la plaza de Barceló encontramos los JARDINES DEL ARQUITECTO RIBERA, que cuentan con una zona de juegos infantiles y un área canina diferenciadas, en cuanto a las plantas, la web municipal nos presenta la siguiente relación, en la que nos incluyen los manzanos, pero haberlos, los hay:
Superficie: 4.333 m2
Árboles: 88
Arce campestre 30%
Plátano de sombra 25%
Almez 13%
Ciruelo rojo 13%
Macizos arbustivos: 358 m2
Adelfa 69%
Pitosporo 16%
Agracejo 15%

En el centro se encuentra el Monumento a Mesonero Romanos. En 1913 el alcalde de Madrid Francos Rodríguez, encarga al escultor Miguel Blay (Olot, Gerona, 1866 - Madrid, 1936), un monumento que se ubicaría al año siguiente en el paseo de Recoletos entre las calles del Almirante y de Bárbara de Braganza. Y en 1967 se trasladó a la ubicación actual, junto a los restos arqueológicos de un Viaje del Agua, cuya noria se guarda en el cercano Museo de Madrid con el cual enlaza por su parte trasera. Sobre base escalonada de piedra se alza pedestal sobre el que descansa busto del homenajeado en su senectud, sin ningún atributo que identifique actividad o época; a sus pies y en bronce, la figura de una mujer vestida de madrileña según costumbre de la época y un niño desnudo que se empina para ofrecerle flores. Por detrás del pedestal se dispone corona de laurel, manuscrito y varios utensilios de escritura. Ramón de Mesonero Romanos (Madrid, 1803 - 1882) fue un periodista y escritor madrileño que destacó por sus investigaciones y escritos sobre Madrid, los cuales reflejó en numerosos artículos y libros que dejó escritos, por lo que recibió el título de cronista de la Villa.
Tras las rejas observamos el patio del Museo donde se encuentra otra de las viajeras fuentes madrileñas, la Fuente de la Fama. Inicialmente instalada en 1732 en Antón Martín, encargada por Felipe V a Pedro de Ribera, para facilitar el suministro a la población, se nutría del Viaje del Abroñigal y se hizo famoso el dicho de "Dios lo quiso, el rey lo mandó y el pueblo lo pagó" como respuesta a la subida de impuestos para financiarla. Dicen que de ahí y por estorbar al tráfico, viajó al barrio de Peñuelas, pero el caso es que en 1880 se desmontó y guardó. En 1911 se encargó al escultor Ángel García su reinstalación en el Parque del Oeste añadiéndole 68 sillares del demolido Cuartel de San Gil. Y no fue hasta 1941 que apareció por aquí. Realizada en piedra berroqueña y blanca de Colmenar, se levanta sobre un pilón cual trébol de cuatro hojas al que arrojan agua de su boca cuatro delfines; sobre ellos descansa un pilar profusamente ornamentado al estilo churrigueresco y cuatro esculturas de niños sosteniendo una concha sobre sus cabezas. Por encima una "Fama" o "Victoria alada" soplando una trompeta, obra del escultor Juan Bautista.


Este edificio, que es el Museo de Historia de Madrid, data de 1721, realizado para el Real Hospicio del Ave María y San Fernando fundado en 1674. Obra de Pedro de Ribera en estilo churrigueresco se considera cumbre de su autor y representativa del barroco madrileño, aunque sólo se conserva dicha portada y una capilla anterior al edificio de Ribera. En 1919 abandona su función de Orfanato (lo veremos con más detalle cuando hablemos del Colegio San Fernando) al declararse Monumento Histórico Artístico gracias a la intervención de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, comenzando una remodelación que acabaría en 1929 con la apertura del Museo Municipal y su posterior desarrollo hasta hoy, que alberga multitud de recuerdos, obras de arte, maquetas, mapas, objetos, etc. en referencia siempre a Madrid.


Y no nos vamos muy lejos, porque una calle más allá nos encontramos con el Museo del Romanticismo. El edificio se asienta en el que fue Palacio del marqués de Matallana, construido en estilo clasicista entre 1776 y 1779 por el arquitecto Manuel Rodríguez García. Con fachada a la calle de San Mateo y trasera a la de Beneficencia frente al Colegio Isabel la Católica citado antes. En sus salas se albergan pinturas, muebles, utensilios de uso común o específico, adornos, vestidos, etc. Luego estuvo alquilado al conde de la Puebla del Maestre hasta 1920 lo alquiló el Estado fijando en él la Comisaría Regio de Turismo por orden expresa del monarca. Un año después le encarga a Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, II marqués de la Vega Inclán, la creación de un Museo donde recoger obras de arte y que no se inauguraría hasta 1924. Siendo adquirido tres años después por el Estado de forma definitiva y en 1962 declarado Monumento Histórico - Artístico.

Al lado se encuentra un edificio singular: la Catedral del Redentor, una Iglesia Anglicana asociada a la Iglesia Española Reformada Episcopal, que consiste en tres edificios levantados en 1890 por el arquitecto Enrique Repullés Segarra. La Congregación protestante fue fundada en 1880 por don Juan Bautista Cabrera y una serie de cristianos, con liturgia propia. En el edificio central se ubica el templo con una espectacular fachada y a cada lado dos edificios de similares trazas dedicados a seminario, escuela de oficios y viviendas. Y aunque sólo nos sirva de referencia, entre los edificios dichos y el museo citado, se encuentra la trasera de la Fundación Fernando de Castro "Asociación para la Enseñanza de la Mujer". Un edificio clasicista levantado en 1891 por Pablo Sánchez Alonso-Gasco. La asociación la había impulsado Fernando de Castro en 1870, político y catedrático en tiempos de Isabel II, que estaba muy preocupado por la participación de la mujer en actividades culturales, y diez años después adquirió este solar para crear una escuela destinada a las damas de media y alta sociedad que quisieran ganarse la vida con el arte, por carecer de rentas o marido adecuado. La entrada es por San Mateo.

Y con esto concluimos, vamos a darnos un descanso y seguiremos otro día, que aún queda.
@ 2024, by Santiago Navas Fernández
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