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viernes, 25 de agosto de 2023

SERIE PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CXXVII: MADRID RÍO II, DEL PUENTE OBLIUO AL PUENTE DE TOLEDO Y SU ENTORNO.

 



Comenzamos en la margen derecha al inicio del puente Oblicuo que ¡parece mentira! era la antigua M30 y por ahí cambiaba de orilla la autovía. Ha quedado como testigo mudo de lo que fue y como Mirador hacia el cauce, gracias al arbolado de las orillas y los sedimentos acumulados en el lecho, donde han crecido de forma natural diferentes plantas de río, podemos disfrutar de diferentes especies de aves (garcilla, pato real, grulla real, cormorán, etc.) y puede que algún pez. Permitidme un alto para indicar que no lejos de aquí se encontraba la Quinta del Sordo donde vivió Goya, que tan ligado está a estos lugares según hemos visto en visitas anteriores, estaba en el camino que iba hacia las praderas de San Isidro que un día recorreremos y que ya hablaremos entonces de dicha finca, cuyo nombre recibe no por don Francisco sino por su dueño anterior que también era sordo.


Justo según pasamos junto al puente y en la marquen izquierda, se encuentran unas naves municipales integradas dentro del paisaje con sus muros de cemento sobre aparente base de piedra. Lo primero que nos encontramos es una zona de juegos que lleva por nombre Bosque de Trepa como el que vimos junto a la COLONIA DEL MANZANARES y que volveremos a encontrar en otros recorridos, consiste en la disposición de troncos secos entre los que se enlazan cuerdas para que sirvan de lugar de aventura a jóvenes exploradores, mediante pasarelas, lianas, escalada, etc.

El camino aquí entre el río y el Paseo de la Virgen del Puerto es compartido con bicis y viandantes y recibe el genérico nombre de Salón de Pinos, denominación que vemos en todo MADRID RÍO formada por un ancho vial y Pinos piñoneros a su alrededor, como en la sierra de Guadarrama. El Paseo de la Virgen del Puerto está cubierto sucesivamente por Plátanos de Sombra y Acacias del Japón, incluso algunos edificios al otro lado de la vía, cuentan con jardines propios. Así llegamos hasta el JARDÍN DEL MAESTRO PADILLA que cubre el espacio bajo el Puente de San Isidro, entre la calle Alejandro y el Paseo de los Pontones. Un espacio dividido en dos alturas mediante unas escaleras para superar la cota entre la orilla del río y el Paseo que da acceso al puente, cuyo nombre fue impuesto por el alcalde Álvarez del Manzano en 1991 en homenaje a José Padilla Sánchez (Almería, 23/05/1889 – Madrid, 25/10/1960), compositor y pianista autor de músicas tan conocidas como Valencia (que se convertiría en himno de la ciudad), El Relicario, La Violetera, etc. y puso música a numerosas Zarzuelas. Según la web municipal, estos son los números oficiales del Jardín:

Superficie: 5.689 m2 

Árboles: 74
Pino piñonero 39%
Tilo de hojas grandes 22%
Almez 12%
Aligustre del Japón 8%

Arbustos: 51
Rosas 100%

Macizos arbustivos: 342 m2
Griñolera 42%
Hiedra 12%
Piracantas 11%

Respecto del puente de San Isidro decir que su origen fue un puente de barcas que permitía el paso peatonal hacia la zona de la Ermita hacia 1900, conocido como el Pontón de San Isidro, al cual sustituyó una pasarela del mismo nombre. Anteriormente a eso, hubo una pontona construida por la Archicofradía de San Isidro en 1733 para que los fieles pasaran más directamente hacia las praderas del Santo. El crecimiento de los barrios de Usera y Latina más la construcción del estadio Vicente Calderón en 1966, hicieron que se proyectara un cruce mejor por encima del río en 1969 y en cinco años ya estaba en servicio con 26 metros de anchura y 289 de longitud, creando dos sentidos separados para el tráfico de vehículos. No podemos continuar por debajo debido a las obras de remodelación de la M30 tras el derribo del estadio de futbol, así que debemos cruzar al otro lado, supongo y espero que dejen un sendero por la margen izquierda aunque sea junto a la espectacular pared que han levantado donde antes se encontraba el campo deportivo, desde mi punto de vista, una obra inadmisible, pues se ha trastocado seguir con MADRID RÍO a cambio de permitir edificios de lujo. Veamos ahora, por curiosidad, algunos rasgos históricos.


En 1958 el Atlético de Madrid emitió deuda hipotecaria que fue suscrita en su casi totalidad por los socios que pusieron sus ahorros al servicio de la construcción del nuevo estadio. Se compraron los terrenos y en agosto del año siguiente se comenzaron las obras; el 2 de octubre de 1966 se inauguraron las instalaciones con un partido oficial de la Liga Española de Futbol en el llamado Estadio del Manzanares, con capacidad para 62.000 espectadores que se reduciría a casi 55.000 poco después. Una de sus gradas descansaba mediante unas vigas de hormigón sobre la margen del río (en la foto se ve) bajo la cual pasaba la M30, donde ahora mismo ha quedado ese gran horripilante muro. En 1971 se cambió el nombre por el de Vicente Calderón. Las reformas, remodelaciones y arreglos fueron constantes, en 1992 se detectó aluminosis y se ordenó el cierre temporal; en el 2007 la cervecera Mahou, el Atlético y el Ayuntamiento firmaron un acuerdo de recalificación de terrenos y traslado del campo. Pero no fue hasta 2019 cuando comenzó la demolición y las siguientes obras que aún perduran. Vicente Calderón Pérez-Cavada (Torrelavega, 27/05/1913 - Madrid, 24/03/1987) fue empresario y Presidente del Atlético de Madrid durante 21 años en dos etapas, en la primera acabó la construcción del Estadio, como anécdota contar que además de socio del Atlético lo era del Real Madrid también. Parece ser que la primera fundación del equipo se produjo el 26 de abril de 1903 como "Athletic de Bilbao en Madrid" impulsado por la Sociedad Vasco-Navarra de la capital, pero que unos años después, el talante de otros miembros impulsaran el actual Atlético de Madrid. El primer campo de juego estaba situado hacia Menéndez Pelayo, tras las tapias de EL RETIRO. En 1911 apareció la equipación blanca y roja que conocemos en ambos "Atletis", pues el de Bilbao seguía siendo cabecera del de Madrid, el por qué es pura anécdota: casualmente un miembro del de Bilbao había ido a comprar la equipación a Londres donde no encontró suficiente indumentaria para ambos equipos, así que se trajo la del Southampton Football Club que había suficiente disponible, que es rayada en rojo y blanco. En 1913 el Atlético de Madrid inaugura su nuevo estadio de O'Donell y adquiere su "independencia" del homólogo vasco, lo cual le permitía jugar en cualquier competición contra el equipo matriz, aunque este hecho no se reflejaría en los Estatutos hasta diez años después. Ese mismo año de 1923 se inaugura el Stadium Metropolitano cerca del final de la avenida de Reina Victoria, primero de hierba en el que va a jugar el Atlético pero no como propietario, sino que era un estadio para todos los equipos de Madrid que quisieran usarlo. Sería su sede hasta la construcción del Estadio del Manzanares.



Una vez visto todo esto y dadas las obras dichas, tenemos que cruzar al otro lado y lo vamos a hacer por el puente que allí mismo encontramos, el antiguo puente Y. Las tablas del suelo del Puente del Principado de Andorra suenan al pasar sobre él las ruedas de bicicletas y patines, cosa que está prohibida, pero ya sabemos que... Tiene forma de Y, midiendo el brazo largo 69 metros de longitud por 31 del corto, es un túnel de vigas de hierro que nos recuerda ligeramente al ferrocarril. Su forma evoca los valles del Norte y de Oriente que confluyen de forma similar en el Gran Valira del Principado de Andorra. De hecho su nombre actual le fue otorgado en 2011 para recuerdo de la visita del Presidente andorrano y en correspondencia de la pasarela nombrada "de Madrid" en la capital de dicho principado desde 2008. El original había sido inaugurado en 2009 con el nombre de Puente de Y. Hay que decir que cuenta con un mirador sobre el río que no os podéis perder.

Seguimos por la margen derecha ya porque no hay otra solución, a través del Salón de Pinos que separa el río de la avenida del Manzanares en este caso. Podemos ver el muro que os decía que habían dejado tras el derribo del Estadio, con un gran balcón sobre el río, dicen que están haciendo unos jardines ahí arriba ¡ya les vale!. En el lecho del río crecen auténticas arboledas tras la renaturalización que parecen querer ocultar el muro. 

A lo largo del "salón" nos encontramos con varios elementos de juegos infantiles, gimnasia para mayores, etc. Y hasta un rocódromo de la Comunidad de Madrid con el nombre de ROC30 en la confluencia del paseo de San Millán. Esto del "salón" ¿no os recuerda al hogar? ¿no os inspira ese sentimiento de tranquilidad que da (o debiera dar) de llegar a la propia casa y encontrarnos con nuestro ambiente, nuestro espacio, etc.? Pues ese es el sentimiento que tal vez los creadores quisieron despertar en nosotros, visitantes, así que vamos a disfrutarlo.

Justo a continuación se encuentra la Presa número 7 por la que cruzaremos a la margen izquierda pues allí mismo acaban las obras de remodelación dichas. Las fotos sobre este texto corresponden a dicha Presa, tras ella se ve el Puente de la M30, ambas fotografías son parecidas, una está hecha en verano y la otra en invierno. Curioso ¿verdad? ¡cómo cambia el paisaje!

Bajo el Puente de la M30 hay unos frondosos jardines que cuentan con zonas de juegos infantiles, un aparente Río Seco alrededor de sus apoyos (que continúa por los JARDINES DE ARGANZUELA como veremos en la siguiente etapa) y la entrada/salida para vehículos de la autovía soterrada. Un pequeño laberinto de caminos ha sustituido al Salón de Pinos habitual en este lado y que sí encontramos en la margen derecha, como veremos. El puente de la M30 ha permitido que el tráfico se desvíe por él y así el siguiente Puente histórico (donde acabaremos nuestra ruta de hoy) se convierta en peatonal y se conserve prácticamente como se levantó en su día. Lo tenemos a la vista.

Entre ambos, el de la M30 y el de Toledo, en un plano inferior, se encuentra la Pontona Grande, cuyo nombre no dudéis que se refiere a su anchura. Una pontona es una plataforma flotante o varias pequeñas unidas para salvar un río, básicamente. En este caso, evoca los diferentes pasos que hubo en el río pero de una forma más práctica aún conservando el suelo de madera, como son los atracaderos de un puerto. Desde su centro podemos observar el río con los puentes dichos en cada sentido.

¡Y por fin!: el Puente de Toledo une ambas márgenes del río desde la glorieta del Marqués de Vadillo a la glorieta de Pirámides. Cuenta con rampas que suben desde las orillas del río hacia ellas. Consta de diferentes adornos en forma de columnas o alzados de piedra del mismo estilo churrigueresco que fue levantado entre 1718 y 1732 por el arquitecto Pedro de Ribera (1681-1742), aunque su historia parte de unos años antes.

En el siglo XVII Felipe IV proyecta un camino hacia Toledo con un puente sobre el río. El primer ensayo es de Juan Gómez de Mora que ejecutaría José de Villanueva entre 1649 y 1660, conocido como Puente Toledadana. Pero una riada se lo llevó apenas diez años después (sí, he dicho una riada, sí, en el Manzanares sí). Pero para desesperación de los incrédulos que me leen ahora, diré que otros diez años más después, en 1680 una vez acabado el nuevo puente, otra riada se lo llevó también. Comenzó el nuevo proyecto en 1682 José del Olmo y lo continuó José de Arroyo y dos años después se hizo cargo de las obras Teodoro Ardemans. Y llegamos así hasta 1715 que se le traspasa el trabajo a Pedro de Ribera que no lo comienza hasta 1718 gracias al empeño del Marqués de Vadillo. Así que como en el cuento de los tres cerditos, fue pasando de uno a otro material hasta que el último arquitecto usó la piedra para hacer fuerte al definitivo puente que resistiría el ataque del lobo feroz Manzanares, al cual Quevedo llamó "aprendiz de río".

En 1952 el ingeniero Carlos Fernández Casado hace un estudio y determina el problema que hay de estructura por culpa del tráfico rodado que transcurre sobre él. Cuatro años después es declarado Monumento Histórico Artístico. En 1972 se inician las obras de construcción de los puentes que han de liberarlo del tráfico. Por otro lado, la M30 pasaba bajo sus arcos y dejó una huella que se calculó en un estudio realizado en 1980 como de gran deterioro. En 1992 es declarado BIC y comienza su restauración patrocinada por Caja Madrid que concluye cinco años después. Con el soterramiento de la M30, tras haber reforzado y corregido algunos pilares, se abren los jardines que lo rodean hoy en día como parte integrada en MADRID RÍO.

La pasarela del puente mide 180 metros de largo y casi 10 de ancho, con ampliaciones en forma de balcón hacia fuera del puente. Consta de 9 ojos sobre arcos de medio punto y está adornado con gárgolas, molduras y relieves típicos de la época y contrafuertes de apoyo. Hacia la mitad hay dos hornacinas, una a cada lado, que contienen las imágenes de San Isidro y de Santa María de la Cabeza, ambas adornadas al estilo barroco con profusión de decoración como jarrones, escudos, hojas, cruces, rosetones, etc. realizadas en piedra de granito. Las dos estatuas dichas son obra del escultor Alonso Villabrille y Ron (1663-1732) encargadas por el arquitecto director, ambas realizadas en piedra caliza que no han perdido demasiado detalle a pesar del tiempo transcurrido. La de San Isidro representa el momento de su más conocido milagro, el del pozo donde había caído su hijo, el futuro San Illán (era una familia de santos, como las familias reales, también las hay santas), por eso ambos miran al cielo; y la de Santa María que los contempla. La decisión de instalarlas se tomó en 1722 por decisión de la junta municipal para que protegieran la instalación (acordaos que éste hacía el tercer puente en pocos años). Y algo de resultado ha dado, con permiso de la maestría de Ribera claro.

Los JARDINES DEL PUENTE DE TOLEDO ocupan más de 40.000 metros cuadrados y se han dispuesto en torno al monumento de Ribera, formando líneas y dibujos de colores donde el suelo ha usado diferentes tierras combinados con los diferentes verdes de setos de ligustrum, viburnum y laurus y flores como las rosas. Entre los setos se han plantado árboles de hoja caduca, Albizias y Liriodendros, que abren sus copas como parasoles durante el verano. En la zona hacia el río se han realizado unas gradas que van bajando hasta el pretil de la orilla. El puente queda así como un mirador privilegiado sobre Madrid y desde el que puede apreciarse la majestuosidad de estos jardines trazados al estilo barroco de la época borbónica pero con un sentido moderno y contemporáneo.

En la plaza del Marqués de Vadillo podemos encontrar dos altas columnas que encuadran el puente sobre un acerado de piedra de granito igual a la que se usó para el puente mismo, tras ellas y antes de embocar la entrada, unos jardines combinan el color verde del césped y arbolado de Acacias de Tres Espinas con el albero de la roca arenisca. A los lados exteriores del puente, sendas rampas nos conducen a los jardines.


La entrada por Pirámides presenta dos fuentes iguales a cada lado de la bocana de paso y dos rampas a cada lado que suben desde la base en posición perpendicular al paso, donde se encuentran otras pequeñas torres de inspiración como las vistas en la otra glorieta pero sin llegar a tanto. De la plaza y las altas columnas egipcias que vemos y dan nombre a Pirámides, ya hablamos en nuestro recorrido por el "otro" PASILLO VERDE: "EL PASEO INICIÁTICO" (ver aquí). Sólo insistir que ese tramo de la calle de Toledo que parte de aquí subiendo hasta la Puerta de Toledo, se denominó el Paseo de los 8 Hilos desde finales del XIX, porque se arboló con 4 hileras de árboles en cada lateral ¡una joya envidiable en nuestros días!

Una vez visitados los Jardines y el propio Puente prácticamente ya hemos acabado la ruta de hoy, regresamos al inicio de nuestro paseo atravesando el Salón de los Pinos de la margen derecha, pero pegamos un salto virtual hasta sobrepasar el Puente del Principado de Andorra ya que ese tramo lo tenemos visto cuando veníamos.


Del resto hasta llegar más o menos a la altura del Puente Oblicuo, el paisaje no cambia: alguna zona de juegos, gimnasia, etc., pero sí vamos a citar algunas curiosidades, como por ejemplo estas fuentes (ver foto sobre el texto) en una caseta de granito que hay más o menos en el kilómetro 3,10 de este lado, aunque encontraremos más así a lo largo de todas las etapas ¿Y que son esas placas redondas que hay en el suelo por todos lados (la otra foto superior)? Pues son hitos que marcan el punto kilométrico de MADRID RÍO por el que transcurrimos, y también la distancia que hay hasta la desembocadura del Manzanares en el margen izquierdo, y la distancia que hay desde el nacimiento en la sierra de Guadarrama en el margen derecho. Es como los que nos encontramos por las carreteras pero hecho para caminantes ¡y que sea esto lo único que ha quedado de la autovía que fue!



@ 2023, by Santiago Navas Fernández

P.D.- Estos son los enlaces a las otras etapas recorridas en Madrid Río:

-) Tramo I: del Puente de los Franceses al Puente de Segovia. Pulsa aquí.

-) Tramo III: el Parque de Arganzuela y su entorno. Pulsa aquí.

-) Tramo IV: de la Pasarela de Praga al Nudo Sur. Pulsa aquí.

-) Tramo V: el Matadero y Mercado Municipal de Ganados. Pulsa aquí.

-) Madrid Río y la Casa de Campo. Pulsa aquí.

-) Madrid Rio y la M-30, de cifras e Historia. Pulsa aquí.


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