Lo primero que nos llama la atención, visto desde la plaza de Legazpi, es el Depósito que, con sus casi 20 metros de altura y 14 de diámetro, acumulaba el agua que iba a dar servicio a los edificios que el proyecto de Matadero tenía, es el único construido de los cinco previstos cuya misión era acumular agua por la noche para garantizar el suministro diario si fallaba el habitual. Se levantó entre 1916 y 1918 con una capacidad de 800 metros cúbicos. Está en una de las entradas desde la plaza dicha separado con una valla, pasó por diferentes circunstancias como estar rodeado de árboles frutales plantados por los propios trabajadores, o por maleza salvaje cuando quedó abandonado el recinto, etc. Condenado a desaparecer si no se encontraba otra opción, en 2011 se decide su rehabilitación para crear una sala de exposiciones temporales adaptada en la cuba interior y replantando la vegetación que habitó su entorno en la base.
El primer matadero o similar que se conoce en Madrid data del siglo XV cuando los Reyes Católicos deciden reorganizar el gremio de los carniceros, estaba por la calle de Toledo pero tan cerca del Hospital de La Latina que ésta protestó por las molestias que causaba a los enfermos. A mediados del XVII se reubicó en la plaza de Vara del Rey el que sería conocido como El Rastro, nombre que se le daba en genérico, al lugar donde se mataba y desollaba el ganado para el abasto público. Pocos años después, se construyó un nuevo matadero cerca de la Puerta de Toledo donde se llevó el negocio de vacuno y carneros, también es donde se llevaban los toros de lidia desde la plaza (recordar nuestro recorrido por la zona y la antigua nave del Pescado, hoy Universidad Carlos III, pincha aquí); en el XIX cambiaría por razones higiénicas a uno nuevo en la calle de Toledo. El problema de estas ubicaciones eran los despojos, la sangre, etc. que originaban malos olores, suciedad y plagas; por otro lado, todos los mercados no eran suficientes para las necesidades de la población, así que el Ayuntamiento de Madrid planteó en 1899 un concurso para la construcción de un gran Matadero y Mercado general, que ganó el arquitecto Joaquín Saldaña con un proyecto inspirado en los edificios similares que existían en París y Londres, pero por diversos motivos nunca se ejecutó. Mientras, el Ayuntamiento de Vallecas había pedido permiso para levantar un gran Matadero en el barrio de Numancia, permiso que fue denegado. En 1907 el consistorio capitalino encargó al arquitecto municipal Luis Bellido la construcción de un amplio Matadero en la Dehesa de Arganzuela, ignorando a Saldaña que se agotaba en continuos pleitos. Durante varios meses Bellido visitó mercados en Francia, Bélgica, Alemania, Italia, Grecia, etc., hasta que finalmente presentó un proyecto en 1910 basado en el modelo alemán, coincidiendo en las fechas con que el Manzanares se estaba canalizando, lo que ayudó a ubicar el futuro Matadero donde lo conocemos, una dehesa en principio de propiedad estatal que ofrecía como ventaja una inclinación natural hacia el río en el que derramar la sangre y otros despojos. Una de las novedosas ideas del proyecto, era usar hormigón armado para levantar grandes naves huecas, por lo cual se recurrió al ingeniero José Eugenio Ribera que formó un fructífero tándem con Bellido comenzando en 1911 a planificar las obras, pero diferentes problemas retrasaron los trabajos; unas veces por desajustes presupuestarios, otras por la escasez de hierro que provocó la primera Guerra Mundial, etc.
Triplicando el presupuesto inicial, el Matadero y Mercado Municipal de Ganados comienza a ser una realidad entre 1924 y 1925 a medida que sus naves van entrando en funcionamiento. Francisco Javier Ferrero Llusiá es el encargado en 1926 de ejecutar el proyecto de nave para aves diseñado por Bellido. En 1927, ante diferentes denuncias de la prensa, se realizó un estudio que concluyó advirtiendo de ciertas deficiencias de organización, limpieza y cuidados, así como un exceso en las primas que se repartían los directivos y que provocaban el encarecimiento del servicio. Entre 1927 y 1930 el arquitecto Francisco de Escondrillas construyó la cercana Colonia del Pico del Pañuelo para trabajadores del Matadero. La ubicación cercana al frente durante la Guerra Civil lo sometió a algún que otro bombardeo de los golpistas, se usó como almacén de armamento pero también de productos no perecederos. Y en 1935 se inauguró el Mercado de Frutas y Hortalizas en la única parcela libre de la Dehesa de Arganzuela que quedaba, al otro lado de la calle del Vado de Santa Catalina (actualmente su estructura está en readaptación, desde hace años por cierto), lo que permitió cerrar la nave dedicada a este fin que hasta entonces se situaba en el Mercado de La Cebada.
En total sin la nave de frutas y hortalizas, son 165.415 m2 y 48 edificios (64 contaría su director en 1921, los que se quedaron por el camino se debe a su no finalización, bombardeos durante la maldita Guerra o mala conservación en la década del abandono, años 80-90), realizados al estilo fabril de la época, un neomudéjar muy atenuado, con uso de ladrillo rojo visto y piedra de mampostería, cerámica de Talavera y arcos de herradura modificados como principales elementos que aún se pueden ver, más la introducción del hierro. Se mantuvo en funcionamiento, cerrando progresivamente, hasta 1995. Los usos de los edificios se organizaban entre labores administrativas y de dirección, matadero, mercado de abastos, mercado de trabajo y sección sanitaria, dedicando naves enteras a cuadras, alojamiento de terneras, mataderos separados por tipo de ganado (porcino, aves o vacuno), mondonguería y secaderos de piel, naves frigoríficas, hornos, etc. Estando conectadas las naves de la calle central por unos "puentes" como vemos en la foto sobre el texto, que contaban con unos raíles para desplazar colgando las piezas de carne y evitar arrastrarlas o cargarlas, además de proporcionar cierta protección a la propia nave.
Aún se puede apreciar la gran chimenea de la nave del hielo y hornos, ambas en un recinto casi pegado que aprovechaba su espacio para ambos usos: calentar agua para lavar las pieles y crear el hielo para la conservación, lo que ocurría en la contigua nave que hoy acoge una Sala de Exposición al lado del punto de información y servicios. Llamada la nave 0, fue modificada en 2007 dotándola de 36 pilares de hormigón armado coronados por arcos de herradura, distribuidos en cuatro hileras y creando cinco naves contiguas, en cierto modo nos puede recordar a una mezquita. Tanto ella como lo que hoy ocupa el Espacio de Diseño y el punto de información al lado, sufrieron en los años 90 un gran incendio cuando las instalaciones estaban abandonadas y ocupadas por personas sin hogar que habitaban allí y hacían fuego para protegerse contra el frío. Los antiguos hornos han dado paso a la Cantina y la Cineteca actual que cuenta con dos Salas: Azcona y Bureau. Además existe un plató de rodaje, un archivo y una terraza a la trasera. Todo ello realizado en 2011 por los arquitectos José María Churtichaga y Cayetana de la Cuadra Salcedo. Pegada pared con pared se encuentra la antigua nave 17 que hoy alberga Medialab, un terrario, sala de exposiciones y un aula.
A través del paseo de la Chopera se puede entrar directamente al punto de información, los separa un pequeño espacio ajardinado entre el muro exterior y el edificio, como vemos en la foto sobre este texto. Tras la Guerra Civil continua el servicio de matadero y Mercado. En 1940 se dedica a almacén de patatas lo que luego sería el actual Invernadero (que luego visitaremos), en 1943 se incorpora un pabellón para autopsias y en 1945 se construyen abrevaderos. En 1967 el Estado cede la Dehesa de Arganzuela al Ayuntamiento para que construya un Parque, es cuando crea el citado PARQUE DE ARGANZUELA el arquitecto Javier Ferrero que fue inaugurado en 1969 como vimos, pulsa aquí. Poco después se programó la demolición del Matadero, pero por suerte se aplazó su ejecución, pues ya comenzaban voces a reclamar la conservación del patrimonio histórico, sin que se pudiera evitar otras pérdidas como el Mercado de Olavide; corriente destructiva que ha dejado numerosas bajas de edificios en el distrito de Tetuán por ejemplo, uno de los principales en cuanto a neomudéjar popular. Así llegamos a los años ochenta donde comienza la recuperación gracias a una nueva forma de ver la ciudad desde el gobierno municipal: menos especulación y más servicios a la ciudadanía. En 1983 se cambia el objetivo de la Ley Arganzuela para impedir la demolición del conjunto. Pero no será hasta 2005 cuando se le otorgue su uso cultural y se comienzan a recuperar los edificios que se puedan.
En 1998 se incorporan frente a la Junta Municipal dos fuentes en medio de unos jardines con césped rodeados por arbustos de boj y Plátanos de sombra, un pequeño estanque recoge el agua de los chorros en torno a un vaso coronado por un cesto de frutas sobre el que un surtidor lanza un sencillo hilo de agua. Además, cuentan con focos para iluminación nocturna. Y delante de ellos mirando hacia la puerta de entrada desde el Paseo de la Chopera, una escultura en recuerdo del arquitecto Luis Bellido y González (Logroño, 08/05/1869 - Madrid, 15/12/1955), instalado en 2023 obra en bronce del escultor Pedro Quesada que descansa sobre una peana de granito mientras mira unos planos que sostiene entre sus manos.
El arquitecto Guillermo Costa restauró en 1991 la nave de mercado de ganado que, como podemos ver en la foto superior de la entrada ampliándola, tiene una cabeza de vaca; usada como nave de patatas desde su inauguración en 1940, la convirtió en un Palacio de Cristal al estilo decimonónico conservando las estructuras de acero que cohesionan cristaleras y huecos para el paso del aire. Dedicada a Invernadero desde 1992, mantiene la planta de la nave en sus cinco sectores, en cuatro de los cuales se simularon microclimas para zonas tropicales y subtropicales más otras para plantas de lugares desérticos y plantas acuáticas contando con numerosas cascadas y estanques, en total más de 9.000 especies. Aunque su visita es muy limitada en días y horas, merece la pena hacerla y disfrutar. El invernadero supera en tamaño y en cantidad de especies al invernadero de Atocha, por ejemplo.
A su lado se encuentra el llamado Recinto Ferial de Arganzuela, un gran espacio abierto donde se celebra la fiesta de la Melonera, pero también cualquier otra actividad que necesite un espacio diáfano, como una pista de patinaje, etc. Aquí se ubicaba una Dalieda con más de 3.000 ejemplares que fue desmantelada durante la construcción de MADRID RÍO y sus plantas distribuidas entre el DALIEDO DE SAN FRANCISCO (ver aquí) y el REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID (ver aquí). O sea, que lo del fenómeno de la Puerta del Sol de construir "sartenes" paseables, no es nuevo (con perdón).
@ 2023, by Santiago Navas Fernández
P.D.- Estos son los enlaces a las otras etapas recorridas en Madrid Río:
-) Tramo I: del Puente de los Franceses al Puente de Segovia. Pulsa aquí.
-) Tramo II: del Puente Oblicuo al Puente de Toledo y su entorno. Pulsa aquí.
-) Tramo III: el Parque de Arganzuela y su entorno. Pulsa aquí.
-) Tramo IV: de la Pasarela de Praga al Nudo Sur. Pulsa aquí.
-) Madrid Río y la Casa de Campo. Pulsa aquí.
-) Madrid Rio y la M-30, de cifras e Historia. Pulsa aquí.
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