El grupo escultórico "El sueño de San Isidro" con el que abro este paseo, representa a San Isidro dormitando sobre un yugo de yunta de bueyes, algo tan típico en un agricultor, con un ángel que lo custodia y protege a su cabecera mientras agarra con fuerza el arado; de esta forma se quiere referir el atribuido milagro del Santo que se encontró todo el trabajo hecho mientras rezaba, un gran incentivo para orar, claro que sí. La ubicación del conjunto escultórico hace que las figuras resalten sobre el cielo de Madrid precisamente dando la espalda al lugar donde se ubica la Ermita del Santo al otro lado del río Manzanares, hacia el que desciende el talud que se crea tras la valla. Obra realizada en piedra caliza por el escultor Santiago Costa i Vaqué (Mora de Ebro, Tarragona, 02/08/1895 – Tolosa, 03/02/1984) que en compañía del arquitecto Víctor D'Ors (Madrid, 1909 -1994), hijo del filósofo Eugenio D'Ors, ganaron el concurso para realizar en 1943 la fuente en conmemoración del doscientos aniversario del nacimiento de Juan de Villanueva, la cual podemos admirar hoy en el Paseo de Camoens en el PARQUE DEL OESTE (la vimos aquí). A dicha fuente la acompañaban cuatro grupos escultóricos cuya inspiración debía ser la historia y espíritu de Madrid, todo el conjunto estuvo en la Glorieta de San Vicente hasta 1994, cuando se instala allí la réplica de la famosa puerta de Sabatini (de la que hablamos aquí).
En ese momento y debido al deterioro sufrido en los cuatro grupos escultóricos, se decidió que no acompañaran a la fuente a su nuevo destino. Pero dado que el de San Isidro no estaba tan mal, se reparó lo imprescindible y se ubicó donde la vemos ahora, allá por el 2007, tras la construcción del antiguo DALIEDO DE SAN FRANCISCO, levantado en el solar del antiguo Convento que está pegado a la Basílica de San Francisco el Grande en cuyo diseño y resolución tuvo tanto que ver el arquitecto e ingeniero de Carlos III, Francesco Sabatini (1721-1797). La demolición del antiguo convento fue provocada por su abandono a mediados del siglo XX. Una vez plantadas las Dalias que suministraba el Invernadero de Arganzuela, se comprobó que no se adaptaban bien, así que se decidió en 2016 sustituirlas por Rosales, mucho más aptos para un clima como el de Madrid y de floración más prolongada, sumándose este espacio a las diversas rosaledas que se encuentran por la capital.
Por supuesto también se le cambió el nombre por el sencillo de JARDIN DE SAN FRANCISCO, sumando a su nómina otras plantas y árboles que ofrecieran un espacio con sombras y paseos. Y aunque en realidad uno y otro son lo mismo, yo lo distinguiría del PARQUE DE LA CORNISA, donde se integra, entendiendo que la antigua Dalieda forma un conjunto en sí mismo únicamente con los actuales rosales y delimitado por la valla instalada, mientras el resto del Parque es inmediato y sin solución de continuidad, enlazando por un pasillo vegetal que se inicia en la Gran Vía de San Francisco y baja paralela por la calle del Rosario, tal y como señala la propia web municipal en el mapa descriptor, ver aquí.
Dicha web también nos da los datos más destacados de sus instalaciones, que siempre pueden variar, visto lo visto:
- Superficie: 4.242 m2
- Árboles. Nº total: 72
Liquidambar 24%
Magnolio 21%
Forsitias 14%
Cerezo silvestre 11%
Arbustos Nº total: 4
Juniperos 100%
Macizos arbustivos. Superficie: 1.082 m2
Escalonia 17%
Juniperos 17%
Forsitias 12%
Cotoneaster horizontal 11%
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