La actual glorieta de San Vicente con la Puerta del mismo nombre en el centro, era más o menos el acceso que había al REAL SITIO DE LA FLORIDA, creado por Carlos IV, desde el cual salía de Palacio para dirigirse hasta El Pardo o a donde él quisiera que para eso era Rey, acompañado por su cara esposa doña María Luisa de Parma, la cual fue la verdadera instigadora de la creación de un pasillo por donde circular sin tener que para a cada paso y asomarse a saludar al pueblo que la vitoreaba, ¡encima! La puerta no ha estado siempre donde la vemos, hubo un tiempo que se situaba más cerca de la actual estación. Enfrente mirando al Río se ubicó en su momento el Asilo de las Lavanderas, institución benéfica promovida en 1871 por la reina María Victoria dal Pozzo della Cisterna, esposa de Amadeo I de Saboya conocida como "la Rosa de Turín"; atendido por las Hijas de la Caridad tenía un marcado carácter benéfico pues permitía a las mujeres que iban a lavar al río, dejar a sus hijos allí mientras ellas hacían su tarea y, además, contaba con seis camas para atender a las enfermas; se mantuvo en servicio hasta 1936 cuando debido a su situación cercana al frente de guerra acabaría destruido, aunque en 1946 se refundó como Casa de Caridad entre el Paseo Imperial y el de Pontones y permaneció hasta el inicio de los 70 del siglo pasado, reconvirtiéndose dos décadas después a servicios municipales.
Carlos IV primero adquirió la Finca de la Huerta de la Florida al Arzobispo de Toledo, abarcaba desde la actual Plaza de España, la estación "del Norte" y hasta el PARQUE DE LA BOMBILLA (ver Zancada aquí) y tenía en su interior un Palacio más o menos donde está la antigua estación hoy, que desapareció (como la estación vieja, pero con algún siglo de por medio); Godoy compró en 1792 la Finca de La Monclova que tres años después regalaría al Rey a sabiendas de su interés por estas tierras, a cambio el monarca le entregó unos terrenos agrícolas en Aranjuez; y por último se hizo con la Huerta de Alba o del Duque de Sora, la cual sufrió tanto cambio de dueños y modificó su terreno y denominación tantas veces, que ya uno se lía, el caso es que cuando falleció sin descendencia la XIII Duquesa de Alba, el rey se hizo con dichos terrenos. Posteriormente se segregaría, hacia 1830, el Monte del Príncipe Pío a favor del infante don Carlos, que sería el origen en el siglo XIX, del barrio de Argüelles, promovido por la propia Corona. En 1868 desaparece el Real Sitio de la Florida como tal, pasando sus terrenos al Ministerio de Fomento; de ahí se desprenderían terrenos para multitud de lugares que hoy podemos visitar, incluido el Palacio de la Moncloa.
Estos terrenos guardaban desde la antigüedad secretos que no saldrían hasta un momento muy reciente. Dentro del intercambiador de Príncipe Pío podemos ver unos paneles ilustrativos de cómo era el paisaje prehistórico en esa zona, aquí se encontraron numerosos fósiles de animales pero nunca de humanos, que fueron muy estudiados por el arqueólogo Casiano del Prado, nacido en Santiago de Compostela en 1797 y fallecido en Madrid en 1866 fue un gallego naturalista y apasionado por la ciencia arqueológica cuya biografía podéis conocer en Real Academia de la Historia; entre tales hallazgos está el del Hispanotherium Matritense, un rinoceronte que habitó en esta zona únicamente, de todo ello, además de los paneles citados, se puede encontrar información abundante en el Museo de San Isidro de Madrid y en otros yacimientos como el del Metro de Carpetana que visitamos en otra Zancada. No hay que olvidar que en este punto se unían las aguas de varios arroyos, el de más caudal puede que fuera el de Leganitos, que bajaba por la actual cuesta de San Vicente desde la actual plaza de España formando lagunas y dando lugar a zonas pantanosas en las que quedarían atrapados dichos animales.
La actual glorieta de San Vicente se encuentra situada en un enclave crucial, por un lado recibe la variante del sendero que conduce hacia la CASA DE CAMPO y asciende hasta El Lago y luego se prolonga por otros enclaves de ese gran Parque, dicho trazado se produce a través del Puente y Puerta del Rey que podemos ver sobre estas líneas. Cuya iniciativa se debe a Felipe II, el cual había ido adquiriendo anónimamente varios terrenos en esta zona que incluía la Casa de los Vargas y la Huerta de la Partida (ver fotos debajo de este texto) como casa de campo para él, y mandó construir una simple pasarela que salvase el río Manzanares. José I impulsó el túnel que se conoce como de Bonaparte, que comunicaba bajo el Campo del Moro el Palacio con la Casa de Campo, poco antes de dicho puente, en realidad era un método de escape ante un posible asedio que en la actualidad está pendiente de un nuevo uso como sala de exposiciones y actividades culturales, una vez recuperado por el municipio en tiempos de la alcaldesa Carmena; también José I en 1812 (del que hablamos en otra Zancada sobre la plaza de Oriente, ver aquí) mandó construir la Puerta del Rey, en realidad todo estaba en terrenos reales por lo que saliendo por dicho túnel accedía a la Casa de Campo sin pisar suelo externo. Fernando VII en 1816, cuatro años después, encargó a Juan de Villanueva la ampliación del puente, pero sin grandes pretensiones pues su único usuario era el monarca y sus acompañantes; finalmente adquiriría mayor anchura durante la II República al declararse la Casa de Campo de uso público. Tras las obras de remodelación de Madrid Río, el puente ha adquirido su máxima extensión histórica y la puerta ha quedado con un sentido únicamente monumental al quedare sólo en las columnas que diseñan una semi circunferencia más grande aún que el propio original.
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