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viernes, 3 de junio de 2022

SERIE PASEOS, PARQUES Y JARDINES DE MADRID LXXXIV: LA ROSALEDA DEL RETIRO.



Digámoslo: la Rosaleda más conocida de Madrid es la ROSALEDA DEL RETIRO. Y esto es porque EL RETIRO es un Parque tan renombrado y su rosaleda tan tradicional, figura en todos los mapas y guías turísticos como un lugar que hay que visitar. Su céntrica ubicación hace más accesible llegar hasta ella, cercana al Paseo de Coches y a la estatua del Ángel Caído. Ocupa apenas una hectárea de extensión, delimitada por un seto alto a lo largo de su perímetro de forma elíptica, cuenta con entradas laterales para su acceso, se distribuye en un enjambre de parterres colocados de forma simétrica, por lo que es sencillo de recorrer a través de sus varios caminos, además de tener un horario de visitas limitado.


Cuenta con más de 5.500 ejemplares de 130 especies diferentes, entre trepadoras y de suelo, que florecen espectacularmente en primavera, aunque no resulta extraño ver en otras épocas rosas diversas, gracias al esmerado cuidado con que se trata esta Rosaleda. Generalmente nos encontraremos con un cartel en cada parterre delimitado por setos bajos de boj, indicando qué variedad de rosal estamos contemplando.

La creación de la Rosaleda data de 1915 cuando el entonces Alcalde de Madrid, Carlos Prats, quiso dar a este Parque un aire más elegante, así que de la mano del conocido Jardinero Mayor de la Villa, Cecilio Rodríguez, que se inspiró en diversos modelos europeos pero en particular en la Rosaleda de Bagtelle del Bois de Boulogne en París, se creó la "Rosería", así la llamaron, en el lugar que ocupaba la estatua del Marqués de Salamanca (hoy se puede ver en la plaza de dicho nombre) y un invernadero de su propiedad, que a su vez y anteriormente, ocupaba un estanque que se helaba en invierno y en el que se podía patinar según los gustos de la época.

El Parque del Retiro se integra dentro del PAISAJE DE LA LUZ, declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2021. Originariamente fue la residencia de verano de los reyes borbónicos hasta que en 1868 pasó a manos del Ayuntamiento de Madrid y se abrió al uso de la ciudadanía. Sus épocas más oscuras fueron la Guerra de la Independencia frente a las tropas francesas, que acamparon en su interior y arrasaron con diversas construcciones, y la Guerra Civil tras el levantamiento militar de 1936, que afectó a sus jardines. Hoy en día, es lugar de alimentación para insectos como las abejas, que tan en peligro se encuentran a pesar de que son portadoras de vida sana (en las fotos superiores, abejas libando el néctar).

Precisamente por esa razón y a su término, se replantaron 4.000 rosales en la restauración de la Rosaleda del Retiro, al tiempo que se decidía crear la otra gran Rosaleda, la del PARQUE DEL OESTE que también vimos, pincha aquí. Su construcción se realizó de una forma más estructurada en función del interés botánico que tiene esta otra rosaleda. Sin embargo, prevalece la importancia y el peso de la del Retiro. Entre 2001 y 2006 se produce una gran restauración que afecta hasta a las estructuras metálicas que hoy podemos disfrutar en forma de arcos cubiertos.

El espacio se articula en torno a un estanque central y dos fuentes realizadas en piedra caliza de donde suaves hilillos de agua emiten un rumor que hace más romántico el paseo. El Estanque se ubica donde estaba la estufa del Palacio del Marqués de Salamanca, cedida al Ayuntamiento en 1876 a cambio de unos terrenos en el Paseo de Recoletos, protegida por una bella construcción realizada en hierro y cristal que, tras su desaparición durante la Guerra Civil, dejó el hueco para la instalación de dicho estanque aprovechando incluso determinados espacios para plantar rosales y árboles acuáticos. Tiene una planta rectangular con aberturas laterales y un surtidor central, son típicos los Nenúfares de sus aguas.

Frente a él se encuentra la Fuente de Cupido, datada en 1700 aproximadamente, y colocada allí en la construcción de 1915 sin que se conozca su origen verdadero. Se trata de una copa en piedra caliza de la que cae el agua resbalando por su estructura estriada. En el centro y más alto, se alza la figura sedente que le da nombre. 

Al otro lado del Estanque se alza otra similar denominada Fuente del Fauno (foto que abre esta Zancada) que también deja caer el agua pero desde una copa de otra composición, se sostiene sobre la cola de cuatro delfines cuya boca emite un surtidor de agua cada uno, además. A los lados, podemos ver unos Jarrones como vasos de piedra caliza colocados de forma simétrica e instalados en la restauración posterior a la contienda civil.

Cecilio Rodríguez Cuevas (Valladolid, 02/II/1865 - Madrid, 14/X/1953) entró como aprendiz de jardinero en el Ayuntamiento de Madrid a los 8 años, trabajó en los viveros, en el Paseo de Recoletos y en la remodelación del PARQUE DE LA QUINTA DE LA FUENTE DEL BERRO (que vistamos, ver aquí), hasta que en 1914 fue nombrado jardinero mayor del Retiro, donde diseñó la Rosaleda que hoy vemos y a partir de 1918, la Casa de Fieras, que visitaremos en esta serie de Paseos. Tras ser nombrado Director de Parques y Jardines del Ayuntamiento, en 1924 se le otorgó el título de Jardinero Mayor de la Villa de Madrid. Su actuación fue muy criticada por la prensa de la época y los vecinos, pues su mayor afán era cercar los jardines existentes emulando empalizadas y cable de espinos, so pretexto de mejorarlos suprimiendo su carácter público; la máxima tensión surgió cuando intentó hacerlo con la Dehesa de la Villa. Aún se recuerda que cuando fue preguntado de cómo mejorar el Campo de San Francisco de la Ciudad de Oviedo, aconsejó "embaldosarlo". El caso es que al llegar la II República, el nuevo gobierno municipal lo destituyó dado la novedosa corriente que aportaba de abrir Parques y Jardines a toda la población civil. Fue restaurado en su puesto tras la contienda surgida del golpe militar de 1936. Para saber más sobre él, te recomiendo la Real Academia de la Historia.




@ 2022, by Santiago Navas Fernández

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