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viernes, 17 de marzo de 2023

SERIE PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CXII: DEHESA DE LA VILLA, RUTA POR LOS RESTOS DE LA GUERRA CIVIL.



Si buscas encontrarás numerosos paseos, rutas y explicaciones sobre los restos que la Guerra Civil dejó en Madrid. Algunos han desparecido y otros se conservan, ocultos, semi ocultos o a la vista. No voy a descubrir nada que no se sepa si paseo por la Dehesa de la Villa y os muestro lo que he reconocido y lo que he reunido para la ocasión, para ello os acompaño un mapa con los puntos de interés numerados sucesivamente. Este gran Parque que fue una posesión real, cazadero, lugar de descanso de los ganados trashumantes, o de ejércitos que volvían de la batalla, habitual de huertas, almacén de madera y bellotas, proveedor de aguas, circuito de carreras de coches, motos y bicicletas, etc. hoy es un lugar de paseo, ocio y deportes. Pero además de su paisaje y estructura que ya hemos visto en otros recorridos anteriores (ver aquí) esconde restos visibles, semi ocultos y ocultos de aquella lastimosa Guerra Civil. No podemos olvidarlo para que no se vuelva a repetir.


La contienda Civil que avergüenza la Historia de España comenzó la tarde del 17 de julio de 1936 y no se extendió al territorio peninsular hasta el día siguiente. Aquél 18 de julio fue un caos, aunque las batallas se produjeron por todas partes, Madrid era el objetivo que daría la victoria, por tanto el Ejército rebelde se dirigió desde todos los territorios ocupados para batallar la capital, concentrándose el conflicto más intenso en la zona de la Ciudad Universitaria, el Hospital San Carlos y la Dehesa de la Villa. Se creó un frente que abarcaba desde Peña Grande hasta Villaverde, plagado de defensas y observatorios, búnkeres, nidos de ametralladora y trincheras, prueba de ello aún perduran los del Parque del Oeste y El Capricho, las ruinas de Casamatas en El Pardo y el Parque Felipe VI-Valdebebas, en el Cerro Almodóvar, etc. La intensidad de la batalla llegó a derruir barrios como el de Comillas, que vimos hace poco, la Ciudad Universitaria casi entera, el Asilo de Santa Cristina totalmente y apenas quedó en pié nada del Hospital de San Carlos. El 27 de agosto de 1936 comienzan los bombardeos de los aviones alemanes sobre la capital y el 30 de octubre se decide el traslado de los hospedados en el Asilo de La Paloma a Levante, mientras el Gobierno de la República se establece en Valencia dejando el frente de Madrid al general Miajas (ver biografía en Real Academia de la Historia).

La Dehesa de la Villa se convierte en segunda línea de defensa (en algunas partes llegó a haber hasta cinco). A la altura de la cale Ofelia Nieto, se cortaba el acceso a la Dehesa por ser terreno de batalla: "No Pasar". Vamos a comenzar nuestro paseo desde el actual IES La Paloma (1), una vez desalojado de sus residentes como he dicho, el antiguo Asilo se convirtió en cuartel. Allí se ubicó una doble batería que podía intercambiar fuego hasta el Cerro Garabitas, contaba con un tren de servicio de municiones y un parapeto, hay quien dice que había un túnel por donde circulaban vehículos, que unía su patio con el frente de guerra cerca del Manzanares. Las cosas no debían pintar muy bien porque los rebeldes franquistas avanzaron por Campamento y Carabanchel y sólo a base de trincheras consiguieron detenerlos a las puertas de Madrid, entonces la batalla se estabilizó y el frente se convirtió en un toma y daca durante todo el resto de la Guerra. Hacia donde está la terraza del primer quiosco (el de La Paloma) se situaba la entrada a un polvorín y lugar de reparación de morteros y a pocos metros un almacén de munición protegido por ametralladoras.

Vamos a bajar por la calle Pirineos, veremos el Colegio Salesiano (2) que quedó prácticamente destruido en la contienda (como ya contamos en nuestra visita a este lugar). A continuación encontramos la actual Clínica Isadora (3) que también conocimos en el paseo por la Dehesa, en su pared trasera aún conserva la herida con que le arrancó trozos de ladrillos un obús que no iba para allí (foto bajo este texto), piénsese en la forma que había de calcular la trayectoria y caída de un proyectil disparado desde tan lejos, casi artesanal. No muy lejos, casi al pie del puente de la avenida de Federico Rubio y Galí sobre la avenida del Arquitecto Sánchez Arcas, hay una parcela vallada junto a los pilares de un edificio de viviendas, haciendo esquina con la calle de Valls Ferrera, en cuyo interior había un búnker hasta que se construyó el mencionado edificio. 

Algo más adelante por la calle de Pirineos está "El Castillo" (4), otra residencia en su origen que debido a su forma de edificación y altura, se dice que fue lugar de observación y comunicaciones ubicando una antena en su azotea que emitía información desde el estudio situado en su sótano. Para entenderlo mejor debemos ubicarnos en aquellos tiempos donde apenas había construcciones y el arbolado era distinto pues recordemos que la Dehesa fue replantada de pinos a finales del siglo anterior.

La calle termina frente al Colegio de Huérfanos Ferroviarios, pero un ramal empedrado que desciende por su lateral, contiene nada más comenzar, una base de hormigón que apenas asoma del suelo (5). Se trata de un búnker enterrado que aquí se ubicaba, el mencionado Colegio levantado en 1922 tuvo que ser desalojado igual que lo fue el Asilo de La Paloma, los niños que lo habitaban fueron llevados a Cataluña. Se convirtió en centro avanzado del mando militar y residencia de combatientes, siendo reforzado con otro nido de ametralladoras en la parte trasera junto a la antigua enfermería, pero el paso a esa zona se encuentra cortado y poco más puede verse. González Bastante (ver su biografía en Fundación Pablo Iglesias) dirigía el Colegio cuando recibió a Durruti con el que observaría el frente desde sus amplias terrazas. También indicó al coronel Dumont los lugares más adecuados para instalar los nidos de ametralladoras y a los dinamiteros les indicó las entradas más apropiadas a los túneles del alcantarillado que les conducirían hasta el Hospital San Carlos, que acabaría tomando el ejército franquista. Por último, facilitó a la sanidad militar de la República la enfermería y los colchones del Colegio, siendo por ello acusado de despojar los bienes de la institución tras la derrota militar.


Tomamos el camino del antiguo "canalillo" (ver aquí la visita que hicimos). Se abre ante nosotros una vaguada que corresponde al antiguo cauce de un ramal del arroyo Cantarranas. Hasta hace muy poco aún podían encontrarse vigas de cemento que sostenían el recuerdo de lo que fueron alambradas de espinos que correspondían a la fortificación de las trincheras que allí existieron (6), se han conservado gracias a que esta zona era muy húmeda y contaba con una exuberante vegetación que ha ido secándose y ahora, con la instalación de plataformas para un determinado juego deportivo, se ha arrasado aún más; algunas vigas han sido salvadas y colocadas por los voluntarios del Cerro de los Locos en la cima de éste en torno a una vieja construcción que vamos a visitar. Se distinguen también las terrazas de huertos populares en estos terrenos que a la caída del canalillo son ya competencia de la Ciudad Universitaria pero que en su tiempo fueron trincheras. 

Más clara es la reliquia de la Casamata (7) o nido de ametralladoras que ha permanecido semi oculta en una especie de infravivienda que alguien había aprovechado para uso particular. Un incendio en 2021 arrasó esta zona y acabó con esa apropiación indebida, dejando a la luz el búnker realizado en piedra de adoquines y ladrillo, que no se puede visitar pero se puede ver en su totalidad. En la foto sobre el texto vemos su ubicación desde el Colegio de Huérfanos, con la vaguada a sus pies, junto a la casa de los guardas y del paseo del Canalillo por encima; a su espalda se levanta el Cerro de los Locos. Al final del artículo, pongo una selección de fotos en forma de collage de dicha Casamata a día de hoy.

También siguiendo por ese paseo y a vista del dicho, se conserva la ruina de una construcción (8), con paredes cuya altura se ha conservado gracias a que estaban semi enterradas. Se trata de un antiguo nido de ametralladorasrefugio observatorio desde el que el mando militar podía observar con cierta protección y a la vez podía servir como defensa de segunda línea. Los más antiguos del lugar la conocen como "el parlamento" por aquello de reunirse allí a charlar al solecito invernal, pues por su situación queda a cubierto del frío viento de la sierra.

Estamos a los pies del Cerro de los Locos, conocido así como dijimos en uno de los paseos por la Dehesa por la afluencia de diferentes gentes y sus usos poco comunes en su época. Recibe el nombre de Cerro de las Balas (9), hoy coronado por una torreta que fue un transformador de luz en cuya azotea lucen antenas de comunicación. Desde él obtenemos unas vistas impresionantes, las mismas que disfrutaban los militares sobre al ancho frente, desde el cauce del Manzanares, la Cuesta de las Perdices, Moncloa y sus edificios, el Parque del Oeste y un poco más cerca la Casa de Campo con el Cerro Garabitas asomando entre la arboleda, desde el cual se intercambiaban los disparos. En todos los laterales del Cerro, en paralelo al camino del canalillo se suceden las trincheras superpuestas y reconvertidas en senderos, se sabe que existían diferentes cuevas que lo socavaban, hoy completamente selladas.

En un lateral del Cerro encontramos otra construcción similar (10) a la dicha en el punto (8) que ha sido mejorada con la aportación voluntaria y artística de los merodeadores de este espacio: un arco hecho con adoquines, alcorques, unos pequeños jardincillos que cuidan ellos mismos, etc. 

Y a los pies del Cerro, al otro lado del camino del antiguo "canalillo", otra construcción similar de observación (11) con la sombra de un bien crecido Pino, los más jóvenes se creen que es otra cosa, pero allí estuvieron Miajas y Rojo, Durruti y Dumont ¿y quién sabe si Azaña y/o La Pasionaria mismos? Tampoco podemos olvidarnos de las trincheras que descendían por ese terreno hacía el frente (12) dicho, hoy reconvertidas en pistas de bicicross y tan adaptadas a este fin que ya no se reconoce su origen, sin duda la imaginación del primer usuario de este deporte vio clara su utilidad.

Seguimos por el camino del "canalillo" y a la altura del "reactor nuclear" (nada tiene que ver con la Guerra, bueno sí, pero de otra forma, ver en nuestro primer paseo por la Dehesa ya más que citado) miramos ladera arriba del camino. Resulta difícil pero debemos guiarnos por un camino que pasa más alto y en paralelo al del canalillo, donde distinguimos como una especie de taludes de tierra en los que se aprecian dos "mordidas" que corresponden a sendas entradas a un antiguo almacén de armas que allí se guardaban a los efectos oportunos (13). Consta según el recuerdo de gentes, de tres amplias estancias rectangulares en su interior. No hace muchos años dicen las crónicas que hubo un derrumbe por la zona, pero sin consecuencias. Durante mucho tiempo estuvieron abiertas y servían de lugar de juego a los niños y de residencia puntual para vagabundos (del resto de usos posibles ni hablamos).


Acabamos el camino donde se cruza el "canalillo" con la antigua carretera, hoy pista de ciclistas y deportistas varios, nada más pasar una gran revuelta que se conoce como la Curva del Peralte. Al otro lado y más o menos sobre la entrada del túnel de Sinesio Delgado había otro búnker (14) hoy solo visible su parte más alta gracias al arrastre de la tierra que lo rodea por efecto de las lluvias, es una plataforma de hormigón que invita a pasear sobre ella y hacerse ¿una foto?, se le supone un almacén de municiones y alimento, el cual se especula que estuviera conectado por un túnel con cierta casa en la cercana calle de Mecánico Rada, siguiendo un trazado similar al del actual túnel de Sinesio Delgado, de hecho, al principio he puesto una foto de unas "chimeneas" de ladrillo que se encuentran en esa dirección sin aparente sentido. A la vista de éste almacén y más pegado a la carretera hay otra construcción asomando entre vegetación y suelo (15), que está ligeramente elevado sobre la cota del camino y que era un nido de ametralladoras. Por cierto, "mecánico Rada" hace mención a Pablo Rada (ver su biografía en Real Academia de la Historia), el menos conocido de los cuatro tripulantes que en 1926 atravesaron el Atlántico en el hidroavión Plus Ultra.

Tomamos ahora la carretera e inmediatamente llegamos, subiendo, a la Curva de la Muerte, denominada así espero que por lo pronunciado de su ángulo y no por hechos terribles, para incentivar la expectación en las carreras de coches que se celebraban en el siglo pasado. Rodea este tramo un monte cuyo pié descansa en la que es hoy una pradera separada del espacio propio de la antigua calzada, pero hasta los años 70 se distinguían las ruinas de un pequeño Fortín con un nido de ametralladoras (16). Si nos damos cuenta hoy es un inmenso mirador de algo más de 180º, entonces debió ser un lugar de ubicación que además también domina sobre la A6 en la Cuesta de las Perdices, ideal para una buena defensa y otear los aviones alemanes que bombardearon casi todo Madrid (salvo el barrio de Salamanca).

Y con este vestigio, llegamos al final de nuestro recorrido. Si subimos la antigua carretera hoy pista de deporte, llegaremos a la Casa del Escudo y a la rotonda donde acababa el tranvía que trajo durante la República a las gentes obreras que celebraban la fiesta del 1º de Mayor entre sus Pinos. No podemos olvidar la famosa Compañía de Acero organizada por el Quinto Regimiento en el bando republicano que tuvo su sede en los Salesianos de Estrecho. Esta compañía conocida popularmente como la de los "aceros" reunía voluntarios y voluntarias que marchaban desfilando tanto por el interior de Madrid para insuflar moral de victoria a la población, como cuando iban al frente de la Dehesa por toda la calle Francos Rodríguez tanto para hacer prácticas como para luchar en la contienda.

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@ 2023, by Santiago Navas Fernández


PD.- Otros artículos de la serie dedicados a la Dehesa de la Villa:

-) Paseando por el entorno de la Dehesa de la Villa, pincha aquí.
-) Amanecer en la Dehesa de la Villa, breve historia, pincha aquí.
-) Tres caminos y dos paseos por la Dehesa de la Villa, pincha aquí.
-) Los 6 sentidos de la Dehesa y algunas curiosidades más, pulsa aquí.
-) Los capirotes de la Dehesa de la Villa, pincha aquí.
-) El "Canalillo, pulsa aquí.


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