FIFÍ ALCALDE ¡¡ POR FIN !!
(quizá para conocer a esta familia ejemplar, te convenga repasar su historia reflejada en otros relatos anteriores, ver aquí y aquí)
- Mira Fefé, te lo digo como madre y esposa, estoy muy preocupada con Fifí.
- ¿Qué le pasa ahora al inútil de nuestro primogénito?
- No le llames así, ya sabes que es un poco disoluto, pero es nuestro hijo, Fefé...
- ¿Nuestro? -la señora de Fefé le mira con los ojos henchidos de fuego.
- Ni te contesto, Fefé. Hay que hacer algo por Fifí y el otro día tomando el té en el Círculo hablé con “ella”
- ¿” Ella”; quién es “ella”?
- ¡La lideresa, ya sabes! -don Fefé asiente- Bueno, pues me dijo que andan locos porque no encuentran un líder para el Ayuntamiento, sólo necesitan una imagen, claro, luego ya ellos hacen el resto. Total, que la pregunté y me contó... yo creo que Fifí da el perfil.
- No sé Fefota, porque lo mismo entra tu hijo y los perros-flauta esos se lo comen, que rojos son un rato, pero no son tan tontos, al menos son universitarios que se han sacado el título, no como “tu” hijo, que se lo hemos tenido que acabar comprando.
Días más tarde, don Fefé comió con “ella” y el “jefe nacional”, por el asuntillo del estadio y la remodelación de las calles adyacentes. Quedaron en montar una asociación de empresas que se encargarían de los proyectos “no preocuparos de nada, tengo yo una constructora que nunca ha entrado en ninguna puja y con un árbol accionarial que se pierde en los archivos chinos, que nos va a venir de perlas para la ocasión”.
- Por cierto, os quería hablar de mi hijo, Fifí -. Ambos líderes se miraron de reojo, de sobra lo conocían en los círculos sociales, un desastre, cuarenta y cinco años y soltero porque ninguna le aguantaba, más inútil que una sartén sin mango... -Hará lo que queráis, sólo con que le deslumbréis con el cargo y el coche oficial, ya es vuestro, luego le sopláis las sandeces que debe soltar y listo. En cuando a los rojos, los odia visceralmente, en el fondo es envidia, pero precisamente por eso es más de fiar.
Ambos “líderes” quedaron en valorar la posibilidad. En el fondo Fifí era un chollo: tenía título universitario (nadie diría nunca que fue comprado por don Fefé) y sería fácil construirle un currículum como freelance, inversor, emprendedor, etc. En cuanto a su soltería se le podía justificar debido a la dedicación a los negocios familiares y “sus profundas convicciones religiosas”. Pero habría que buscarle una novia, no faltaría alguna hija obediente de una buena familia de la Orden.
- Contad si es necesario con Fefita, sabe llevarlo. Mi hija lo domina totalmente y la tenéis en el partido un poco relegada, ponerla a su lado, de vicealcaldesa y lo tendréis todo resuelto.
- Hombre Fefé, si ponemos a dos hermanos ya sabes que los capos de los clanes protestarán, la dejamos en la sede el partido, pero la hacemos su asesora personal ¿te parece?
Don Fefé aceptó. Quedaban ocho meses para las elecciones municipales, había que mover todos los palos y le tocaba rascarse el bolsillo para que “el niño” tuviera algo a su favor. Avisó a su hombre de confianza de que le trazase un recorrido dentro del grupo de empresas como responsable de diferentes delegaciones por el mundo, donde debiera haber residido, dominio de idiomas y que coincidiera con los periodos conocidos que pasó en España o de viaje por el extranjero. Que pidiese a los colaboradores internacionales que le hicieran también algo de currículum y lo tuviera en un máximo de cinco días. “Esto me va a costar noches de insomnio ¡hacerle un currículum a Fifí, más fácil había sido un crecepelo para ranas!”, pensó en colaborador.
Un mes después currículum en mano y novia en ciernes, se volvieron a reunir como venían haciendo semanalmente en su restaurante favorito ubicado en los alrededores de la población; don Fefé aseguró a los líderes del partido que Fefita estaba al tanto de todo y asumía su papel, ella sería el cerebro de Fifí. A continuación, y tras dar el visto bueno acudió Fifí que comenzó con los protocolarios saludos y luego intentó dar muestras de su valía, momento en el que intervino don Fefé no fuera a ser que lo demostrara realmente y todo se viniese abajo. Con tan solo una mirada lo hizo callar antes de que “la broma” le costase más favores. Al final el líder dijo:
- Hijo mío, yo hubiera sido en esta vida lo que yo hubiera querido, pero lo he llegado a más porque no me dio la gana, no sé si me entiendes -Fifí lo observó sin decir nada, no sabía qué, mientras don Fefé se santiguaba mentalmente “¡vaya par!”. El líder continuó- Bueno, ahora tenemos que resolver un problema... Eso de Fifí está muy bien para Fortuny, pero en política te vendría mejor un nombre algo más serio -. Don Fefé cogió la servilleta y la observó sin mirar, pero fue entonces cuando le asaltó la solución.
- Debe ser un nombre común pero singular, que selle este pacto como “operación... -y señaló el trozo de tela que tenía en la mano ¿Cómo no había caído?, era su restaurante favorito, donde se encontraban cada jueves para cerrar compromisos y se llamaba...- José Luis”. Fifí es desde ahora mismo “José Luis”
Y tras un breve silencio, surgieron los aplausos en el grupo que de esta forma sellaban el pacto. José Luis, antiguo Fifí, sería alcalde.
@ 2023, by Santiago Navas
P.D.- Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario