Como ya hemos visto que ocurrió en otros lugares de Madrid y sus alrededores, a principios del siglo XX se produce una fuerte inmigración hacia la capital en busca de horizontes, coincidiendo con cierto decaimiento de la actividad agrícola y el consiguiente empobrecimiento rural. Familias enteras intentan incorporarse a la nueva situación que va a suponer la industrialización y como la vida en la ciudad es más cara, la gente busca acomodo en poblaciones que estén alrededor, en terrenos donde poder levantar su propia casa y que además les ofrezca una posibilidad de trabajar lo más cerca posible. De ahí surge en el municipio de Hortaleza el barrio de las Cárcavas. Al mismo tiempo los ayuntamientos sienten ese aluvión de nuevos vecinos e intentan dar solución a la demanda y planificar una organización del territorio, en este caso, es en marzo de 1928 cuando se crea la plaza de arquitecto municipal para Hortaleza. Las Cárcavas fue uno de los poblados de dicho término, varios de los nuevos vecinos solicitaron que se le diese el nombre de "La Unión" debido a la confraternidad que existía entre sus pobladores, adoptándose por acuerdo municipal ese mismo mes y año de 1928.
Uno de los primeros asentamientos no viviendas que se produjeron en la colonia, fue la Parroquia de San Antonio (hoy San Antonio de las Cárcavas) que atendían los monjes desplazados desde su homóloga de San Matías, la cual visitamos en nuestro recorrido por el viejo pueblo de Hortaleza, ver aquí. Cerca de allí nacería el Barrio del Cerro que recibiría el nombre de Barrio de San Antonio y con el que acabaría fundiéndose en lo que conocemos como Las Cárcavas-San Antonio. Hoy ambos barrios han quedado separados del Distrito de Hortaleza por la M11, las vías del tren y la carretera de circunvalación M30, ubicados en una esquina del Barrio número 166 de Madrid conocido por el nombre del arroyo que lo atravesaba: Valdefuentes. Las Cárcavas estaba atravesado por el antiguo Camino Viejo de Burgos a Madrid y San Antonio por el antiguo Camino Alto de Hortaleza o de Valdecarros. Al oeste transcurría la Cañada de los Toros o Camino de los Cenagales, que acababa en la Dehesa de Hortaleza, donde hoy se ubica el Campo de Golf de La Moraleja y el Encinar de los Reyes; de él nada podemos ver porque ha sido enterrado bajo las construcciones de chalés y calles como Aretha Franklin, Carmen Rico Godoy, etc. pero su nombre se conserva en un pequeño tramo, al igual que los otros antiguos caminos, reconvertidos en calles del barrio.
Las construcciones a lo largo de los caminos y carreteras siguieron produciéndose y en 1940 el ayuntamiento decidió realizar el plan de Entidades de Población, que pretendía identificar por barrios todas las construcciones, así quedaron asignadas al Barrio de La Unión todas aquellas casas diseminadas que estaban a más de 500 metros del centro del pueblo. Otras colonias se fueron formando y asumiendo este mismo dictamen, pero poco duraría porque en el inicio de la década de los 50 todos los municipios alrededor de Madrid fueron absorbidos por Decreto en beneficio de la capital. El motivo fue crear una ciudad grande al estilo de las capitales europeas pero sacrificando los municipios lo que obligaría a una replanificación urbanística que incluyó el cambio de nombre de numerosas calles.
Con la legalización de la AAVV Las Cárcavas en 1967 comienzan los trabajos de urbanización, entre ellos estaba el más importante, llevar el agua corriente y los saneamientos a las viviendas. Otra de las importantes metas que se marcó la Asociación fue cuidar de dónde levantaban los vecinos sus viviendas para evitar que fueran demolidas por ocupar terreno rústico no edificable. La urbanización de calles y calzadas no llegaría hasta mucho después, en torno ya de los años 90 del siglo pasado. También fue en esa década cuando se cerró el vertedero ilegal y se comenzó el proyecto del Parque Forestal de Valdebebas.
Vamos a comenzar pues nuestro paseo desde la entrada por la calle Gregorio Sánchez Herráez, a continuación de la histórica Huerta de Mena. En esta esquina se abre el parque que está junto a la calle dedicada a la actriz española Rafaela Aparicio (Rafaela Díaz Valiente, Málaga, 9/04/1906-Madrid, 9/06/1996). Cuenta con frondosos paseos y una gran variedad de arbolado como Olmo de Siberia, la vistosa Catalpa, el Ciprés de Leyland, Chopo, Sauce Llorón, etc. y algunos testigos en forma de Pinos piñoneros de los que hubo por aquí. Tiene un área de juegos y un mirador desde el que contemplar los modernos edificios de oficinas al otro lado de la autovía y el trazado del tren. El desnivel con la calle está salvado mediante rampas y escaleras.
Sin distinguir uno de otro, nos adentramos en la zona que corresponde a la calle Maruja Mallo, una pintora española perteneciente a la Generación del 27, cuyo nombre real era Ana María Gómez González (Vivero, Lugo, 5/01/1902 - Madrid, 6/02/1995). Tiene juegos infantiles y unas pistas que asoman a la calle citada. Ambas áreas están conectadas por caminos y con zonas estanciales diversas y elementos para practicar gimnasia. El arbolado es el mismo dicho, al que hay que sumarle diferentes arbustos y flores de temporada. En realidad, todo es una unidad pero que no tiene un nombre propio y se le aplica el de las calles colindantes.
Casi al lado, subiendo un poco, nos encontramos con la esquina que forman las calles dedicadas a María Blanchard y María Moliner, donde una parcela en cuesta contiene un pequeño jardín con amplia zona de juegos infantiles y arbolado de Pinos, Castaño de Indias, Plátanos de sombra, Magnolios y algún Abedul llorón o la singular Zelkova japonesa. Las calles contienen elementos de las mismas especies dichas formado una mancha de sombra que invita a sentarse en los varios bancos que encontramos. Estamos recorriendo la zona moderna, donde se han construido chalés y algún edificio que no sobrepasa las tres alturas. Por completar la explicación de los nombres, he de añadir que María Gutiérrez-Cueto Blanchard (Santander, 6/03/1881 - París, 5/04/1932) fue una pintora española considerada la gran dama del cubismo. Y María Juana Moliner Ruiz (Paniza, Zaragoza, 30/03/1900 - Madrid, 22/01/1981) fue una bibliotecaria, archivera, filóloga y lexicógrafa española, autora del Diccionario de uso del español que se trabajó solita y a mano.
Volvemos a bajar hasta cerca de la autovía M11 para conocer el "área infantil Alto de Hortaleza", un espacio verde dotado con una gran zona de juegos infantiles y que está junto a una depresión del terreno que permite el paso de una carretera por debajo de dicha vía y la del tren, para entrar en la zona de edificios que veíamos antes. Su conformación arbórea consiste en Falsos Plátanos y Plátanos de sombra en su mayoría.
Subimos por la calle que lleva el nombre de Camino Alto de Hortaleza y en la esquina de la calle dedicada a Elena Fortún giramos para conocer una zona de pinar, donde se ha dejado un lugar especial a dos olivos especialmente mimados. Además de los dichos, podemos encontrar algunos Arces, Aligustres del Japón o Acacias de diferentes especies. Elena Fortún (María de la Encarnación Gertrudis Jacoba Aragoneses y de Urquijo, Madrid, 18/11/1886 - Madrid, 8/05/1952) fue una escritora española dedicada a la literatura infantil y juvenil, creadora del famoso personaje de Celia, de la cual ya tuvimos noticias en este blog cuando comentamos el monumento que tiene en el PARQUE DEL OESTE, ver aquí.
Llegamos así a la antigua Vía Pecuaria que se conserva señalizada como un camino, junto al que transcurre el carril ciclista paralelos ambos a la calle dedicada a Francisco Umbral, hermanastro del poeta Leopoldo de Luis. Francisco Alejandro Pérez Martínez (Madrid, 11/05/1932 - Boadilla del Monte, 28/08/2007) fue un novelista, columnista, poeta, periodista, biógrafo y ensayista español cuyos apellidos corresponden a su madre y el segundo nombre al padre.
Casi al comienzo de esa vía se encuentran los restos de los Fortines de Mataespesa, dos reliquias de casamata originarios de la Guerra Civil que se declararon protegidos en 2013 y en el 2021 fueron trasladados a la ubicación que vemos tras la ampliación del IFEMA, en cuyos terrenos se encontraban. Además de ellos, se reprodujeron las trincheras que les unían y que aún existían en su anterior destino. El proceso concluyó con una musealización del lugar y su vallado, en realidad para su conservación que debía incluir visitas públicas al lugar, adaptadas para personas de baja movilidad. Estos recuerdos de la Guerra Civil en esta zona, eran parte de la defensa organizada por la República en los frentes del Jarama y Guadalajara contra los sublevados golpistas en 1936 que intentaban tomar Madrid.
Seguimos recorriendo la serpenteante Vía Pecuaria, hoy camino de cemento, donde se alternan los Cerezos, Almendros, Olivos, Madroños, Pinos, etc. con algunas Encinas, Acacias, Ciprés, etc. En algunos momentos se han practicado pequeñas formaciones con la piedra típica o con macizos de arbusto en recuerdo del origen de este camino, mostrando la crudeza del paisaje según era por allí, que integran el ARCO VERDE.
Llegamos al PARQUE GREGORIO PECES BARBA un poco más adelante. Un espacio eminentemente infantil por la gran cantidad de zonas dedicadas a juegos y actividades, que incluyen no sólo los columpios habituales, sino además pistas para patinaje, escalada, etc.
Resulta muy llamativo el paseo sombreado con Morera de China o de Papel, junto con especies de Pinos, Falsas Acacias, Acacia del Japón, Cinamomo, Mimosa plateada, Cedro, Liquidámbar, etc. y especies tan raras como el árbol llamado Azucena de Porcelana, de origen oriental. Cuenta con zonas de paseo y estanciales, praderas de césped y fuentes. Lo que echo en falta es alguna zona de gimnasia para la tercera edad.
En un lateral de este Parque se ha construido una urbanización que goza del frescor del dicho arbolado. Tras la cual y subiendo por la calle del Camino de Montoro llegamos al antiguo núcleo poblacional, origen del barrio, del que aún se reconocen sus casas bajas. Pero sobre todo la plaza de la Unión, realizada en honor de dicho acontecimiento y que a través de los tiempos nos ha llegado. Está rodeada de un vallado y encontramos en su interior una zona para mascotas, otra zona de juegos infantiles, pistas y un skate entre los Pinos que regalan su sombra con generosidad. Además de un edifico que es un club juvenil de la Parroquia de San Antonio de las Cárcavas que está justo enfrente.
No es el único edificio. La Asociación de Vecinos Las Cárcavas - San Antonio ocupa en la actualidad lo que fueron las primeras escuelas de la población.
A mano derecha de la Parroquia se encuentra el Huerto Urbano de San Antonio. Incluido en la Guía Municipal oficial de Huertos, se creó en el 2016 con una serie de voluntarios que disfrutan de sus pequeñas cosechas. Es visitable siempre que haya alguien allí, en el verano acoge a los niños del campamento urbano que organiza la Asociación y se les enseña temas relacionados con el medio ambiente, el cultivo y la producción de alimentos.
Seguimos nuestra ruta junto al campo de fútbol las Cárcavas de césped artificial, donde el equipo del barrio celebra sus encuentros. El CDO Hortaleza tiene allí sus instalaciones para dar clases a los que quieran practicar este deporte, añadiendo una serie de servicios ligados a este uso. En la historia de los pueblos y a partir de un determinado momento, todo barrio o población, tenía su equipillo de futbol integrado por los propios vecinos.
Al final nos encontramos con el Camino Viejo de Burgos que si lo tomamos en sentido norte llegaremos hasta una placeta que contiene el JARDIN RICARDO ARIAS CAMACHO, dedicado a uno de los presidentes de la AAVV que mejor recuerdo ha dejado entre sus vecinos, los cuales le tributaron este homenaje. Se trata de una piedra erecta en la que se incrusta una placa con su perfil dibujado y unas palabras alegóricas. Ricardo fue el cuarto Presidente y entre los diferentes hechos destacados que se recuerdan en los años 90, impulsó el sueño de crear un gran Parque en la zona norte de Madrid, una especie de Casa de Campo, fruto de la cual nació el cercano PARQUE DE VALDEBEBAS-FELIPE VI que se ha ido incrementando con más metros cuadrados en sucesivas fases, aunque muy alejado de las pretensiones del activista vecinal y sindical.
La calle dicha acaba frente a una pared que es la que sostiene la Avenida de las Fuerzas Armadas que separa el barrio del PARQUE VALDEBEBAS-FELIPE VI (ver aquí), hace un giro para continuar por la de Villafranca del Bierzo, donde encontraremos un pequeño Pinar bastante abandonado y pruebas de lo que fue el pueblo antes de convertirse en un lugar de urbanizaciones, incluso hay alguna calle inconclusa y edificios tan singulares como el que podéis ver sobre estas líneas.
Nada más, si os es posible, daros un paseo por el barrio y descubriréis que aún hay espacios entre bloques y campos de futbol o canchas de deporte que descubrir. Parada del metro no busquéis pero ¡quién sabe! cualquier día llega, pero podréis gozar de calles arboladas en cantidad.
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