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viernes, 27 de agosto de 2021

SERIE PASEOS, PARQUES Y JARDINES EN MADRID LIV: ALMENARA-VENTILLA, UN PASEO POR TETUÁN.



Este barrio tiene su frontera con Valdeacederas en la calle de Pinos Alta, aunque en realidad, las características urbanísticas son similares y solo notamos el cambio según nos acercamos a la Avenida de Asturias, espina dorsal y símbolo de la profunda transformación sufrida que duró los últimos 25 años del siglo pasado. El nombre de "Almenara" identifica el fuego que se encendía como señal en las atalayas árabes, pero en este caso se aplica a un barrio que incluye La Ventilla como espíritu definitorio y que hace alusión a una Venta o Ventilla que existía al paso de la Carretera de Francia. Se hace necesario pues, usar ambos nombres en el barrio. Es cierto que en la historia del antiguo distrito había un lugar que se le conocía como "la almenara del Obispo", un aliviadero de agua del Canal de Isabel II que hoy ha quedado dentro del PARQUE RODRÍGUEZ SAHAGÚN y del cual queda el recuerdo según vimos en el recorrido por él. Y ahí encontramos otro nombre que define otra característica: "los Pinos", del cual nos queda el Parque de dicho nombre, pero las dos calles de Pinos Alta y Pinos Baja (recomiendo echar un vistazo al artículo sobre el Hospital del Rey, ver aquí).


Almenara-Ventilla se encuadra entre la citada calle de Pinos Alta, la de Bravo Murillo, la de la Castellana y la de Sinesio Delgado. La historia va paralela a la zona más antigua de Tetuán, donde se asentaron traperos que venían con basuras de la capital a espulgar lo que fuese aprovechable. La llegada de inmigrantes de otras provincias dio lugar a asentamientos aleatorios, los grandes propietarios de terrenos de entonces (Montoya, Vizcaínos,..) trazaron las parcelas y las calles; el suelo no era bueno, las condiciones higiénicas peores, aún así, existían pequeños huertos que completaban la alimentación básica. Ordenes religiosas como los jesuitas se asentaron aquí y crearon escuelas, alguna de las cuales continua funcionando. Territorio de revolucionarios, es objeto de bombardeos durante la guerra civil y tras ella, el olvido hasta que se construye el "poblado de absorción": casas de una planta con corrales. Pero la inmigración sigue y la gente tiene que vivir donde sea y la chabola es la solución más inmediata. Hacia los años 60 del XX se construyen algunos edificios bajos en el entorno de Mártires de La Ventilla, la Plaza de Castilla y los bloques que ocultan el interior chabolista del barrio, pero sin dotaciones ni servicios, Tetuán en su conjunto está prácticamente igual que estaba antes de la guerra civil. El movimiento vecinal, que tiene su parque honorífico desde 2010 y que veremos más adelante, consigue que se preste más atención a las necesidades de la población y comienzan proyectos como el de la Avenida de Asturias (no se consolidará hasta el XXI). Todos recordamos las casas prefabricadas ubicadas con carácter provisional en la Plaza Castilla y que duraron 20 años, mientras la antigua calle de los Curtidos se transformaba en la avenida dicha mediante derribos y ensanches.

La Plaza Castilla se ve superada por la prolongación de la Castellana en dirección al cruce con el Paseo de Sinesio Delgado, todas las construcciones de este lado están dotadas con jardines y aceras suficientes, lo cual no evita el ruido del tráfico a pesar de la pantalla hecha de grandes Plátanos de sombra. Nos adentramos por la paralela calle de San Aquilino para encontrarnos con el futuro Museo del Transporte de Madrid dentro del Centro Integral de Transportes, en una explanada que contará con una gran plaza visitable y una pasarela que atravesará el conjunto sobre las antiguas cocheras del Metro.

Cuenta esta calle con un tramo hasta la calle San Benito donde pujan unos Manzanos entre las salidas del aparcamiento subterráneo, justo a la espalda de una de las famosas torres inclinadas de las que ya hablamos en anterior. Seguimos y nos encontramos con varios alcorques entre plazas de aparcamiento sin plantar ni señalizar. Así, llegamos a la Plaza del Este, un estancial creado por ensanchamiento de la calle Matilde Landa, que bajo algunos Almez y parterres tiene bancos y zona de juegos infantiles... ¡y un montón de acerado que al final constituye la mayor característica!. Matilde Landa fue una destacada dirigente comunista que prefirió la muerte antes que bautizarse, cosa que así ocurrió: primero se suicidó y luego la bautizaron P.C., una mártir que no reconoce así la Iglesia, claro; de su interesante vida podemos saber en la Real Academia de la Historia.


Cerca de allí, callejeando por San Leandro, llegamos a la Plaza del Triángulo - Ventilla donde nos encontramos con un espacio arbolado con Plátanos de sombra que parece servir a la Guardería de la CAM que hay justo allí, incluido un espacio para juegos infantiles, está en la calle Mártires de la Ventilla con la calle Magnolia (una flor preciosa). Y al otro lado de ésta, el Centro de Formación Padre Piquer y la Parroquia de San Francisco (si seguimos hacia abajo, también hay una churrería, lo digo sin ningún ánimo, pero oye, ya que estamos, pues lo mismo...). Delante de la iglesia hay una plazoleta ¡con jardineras! que tienen Aligustres del Japón, que ya podían estar en suelo y con un poco de césped para aliviar la sequedad de la piedra. Los mártires de la Ventilla fueron dos hermanos religiosos que daban clase en el complejo educativo que aquí levantó la Compañía de Jesús en 1931, llamados Juan y Demetrio de Andrés, y que fueron fusilados por elementos extremistas en tiempos de la Guerra Civil. La cercana calle de los hermanos de Andrés, también les rinde homenaje.

En esta plazuela delante de la iglesia, se encuentra el monumento a San Francisco Javier, una de las pocas esculturas del distrito que no está en propiedad privada o en la zona "rica" del entorno del Paseo de la Castellana. Realizada en bronce por el escultor Pablo Serrano Aguilar en 1969, se levanta sobre una peana que protege la obra anclándola al suelo para evitar males mayores. El encuadre resta mucho a la estatua, pues ni el fondo ni el entorno lo acompañan, no obstante el detalle y la actitud realista del representado, junto con el movimiento que parece adoptar, realza el fin de la obra. Sigamos hasta el final de San Aquilino.


Así llegamos a la calle de Vicente Gaceo (nombrada así por el co-fundador de Falange y miembro del SEU, amigo de José Antonio Primo de Rivera y Manuel Hedilla, que fue condenado a muerte por las fuerzas franquistas tras un Consejo Militar y cambiada su pena por prisión, tras salir de la cárcel se unió a la División Azul muriendo en la campaña rusa), comienza en la calle Luis Esteban, una vía que sube hasta Castellana desembocando a través de una zona generosa en jardines y arbolado de Plátanos de sombra mayormente. Esta calle de Vicente Gaceo, es como una gran plaza en cuyo centro hay un edificio de viviendas y en el contorno varios más; sobre un aparcamiento subterráneo, varios jardincillos con un pequeño vallado, acompañan diferentes árboles como Olmos de Siberia, Ailanto, Ciruelos púrpura, Aligustre de Japón, etc. ofreciendo frescor y sombra a la barriada, cuenta con un acerado demasiado ancho aprovechable para alguna zona de juegos infantiles o incluso área canina, pistas de deportes, etc.. Tiene conexiones peatonales con el Paseo de la Castellana y a la calle de las Magnolias justo al otro lado de la coqueta barriada.


Si salimos a dicho lugar, nos vamos a encontrar con una cuña ajardinada que desemboca en Sinesio Delgado, rodeada de asfalto y frente a la Residencia de Jesús Nazareno, en cuyo interior hay unos jardincillos privados donde se ubica una estatua al Sagrado Corazón de Jesús que no os podemos mostrar. En esta plaza de la calle de los Magnolios en forma de cuña encontramos Acacias del Japón rodeando a los últimos Pinos carrascos que marcan el final del Parque de los Pinos, hoy PARQUE DE LA VENTILLA cuyo recorrido hicimos en otra ocasión (ver aquí). También nos encontramos con la Vía Límite justo en la esquina de abajo, en confluencia con las calles de Luis Esteban y Alcolea, hecha a base de cemento y una triste Acacia de tres espinas: la soledad, el calor y el tráfico (esto es mío jugando con el nombre del árbol, es que da pena verla tan sola).


Bajamos ahora por la Vía Límite, construida en 1954 como consecuencia de los esfuerzos por erradicar los barrios pobres y las chabolas, con una serie de casas para gentes del lugar que se caracterizaron por tener unos 50 m2, dos plantas y un corral a la parte trasera, además como poblado, contaban con una plaza para actos diversos, una iglesia y locales comerciales. Hasta 2004 que se derribó y se volvieron a construir casas adosadas pero ya con otro fin y objetivo, aunque conservando parte de su aspecto exterior y estructura de barrio. Frente a esta calle discurre el Parque de La Ventilla, que es un aliciente más. 


Nos encontramos a poco con un espacio de aparcamiento amplio en la confluencia sobre dicha Vía de la calle General Pintos y de la calle Ordóñez (por cierto, ésta tiene una peatonal del mismo nombre, paralela a Vía Límite que va por detrás de la hilera de casas hasta la Plaza Norte). Cuenta este símil de plaza que se usa para aparcamiento con un inmenso espacio acerado por sus cuatro costados, sin una sombra, esto lo convierte en un horno durante los días de calor ¡qué poco se necesitaría para hacerla más amable si se arbolara y se la dotara de espacios de ocio!.


Fijémonos en la foto superior como ejemplo de lo que se puede lograr con algo de esfuerzo, está allí mismo, es una cuña ajardinada sin nombre entre la peatonal Ordóñez y la travesía de Geranios, al lado de la calle General Pintos. Es frondosa y fresca, con bancos a la sombra y zona de juegos infantiles. Si aquí se ha podio hacer ¿por qué no en otros puntos del barrio que estamos viendo y más que vamos a ver?


Por ejemplo en la Plaza Norte, a la que llegamos siguiendo la Vía Límite o la peatonal de Ordóñez, copia de la que hubo en su momento, hay que decir que es un solárium, toda acerada y según la web municipal "Un alcorque, un árbol" exactamente arbolada con seis Aligustres del Japón, si, 6 únicos que parecen una barca de remos en medio del océano Pacífico, cuando hay espacio como para hacer sus buenos jardines con sombra y como es un barrio joven, zona de juegos infantiles. De hecho el día que hice esta foto, por los soportales paseaba un joven con el carrito del bebé, seguro que si hubiera sombra, estaría en los jardines, mucho más fresquitos.  No sé, pero me da por pensar que si estuviera junto a la calle Orense, por ejemplo, tendría zonas verdes muy frondosas.


Y seguimos nuestro paseo hasta llegar muy cerca, a la Plaza del Oeste, en la que nos encontramos varios Cinamomos y Aligustres del Japón, pero que aparece igual de inhóspita que las anteriores. Y un poco abandonada, pues los hierbajos crecen a su libre albedrío como se puede apreciar en la foto.


Giramos a la derecha para encontrarnos con la calle del Padre Rubio (el padre José María Rubio, Dalias-Almería 1864-Madrid 1929, dedicó parte de su vida a evangelizar y educar en la Ventilla a primeros del siglo XX a los niños pobres, ayudado por los hermanos de Andrés que citamos antes), esta calle finaliza en una amplia curva sobre el talud que forma el barrio sobre la Vía Límite en esta zona. Un gran área para perros y multitud de Pinos piñoneros como los de la acera de enfrente, que es parte del PARQUE DE LA VENTILLA, además de algunos Arces camperos y Ciprés común, dejan espacio a unos miradores tristes, pues al igual que el citado Parque, esto es un lugar donde se acumula basura urbana, sea la razón por la que sea. Eso sí, desde aquí podemos observar las nuevas construcciones de la remodelación en torno a la Avenida de Asturias, si bien hay que decir que aquí, lo que encontramos, son edificios de protección oficial que sirvieron para el realojo de las chabolas existentes.


La esquina de la calle de San Benito, en cuesta, con la calle de Emilia, contiene uno de esos pequeños pero frondosos espacios en forma de jardín que tanto nos gustaría encontrar en nuestros paseos, donde a los Plátanos de sombra acompañan el Manzano japonés o el Ciruelo púrpura; lo llamaré como el Jardín de la calle Cristina, ya que ésta lo atraviesa de forma peatonal en este tramo y luego continúa  bajando así, de forma peatonal, hasta la Avenida de Asturias, al igual que numerosas otras calles que existen entre ésta y las ya citadas San Benito y Emilia, que transcurren paralelas a la avenida ascendiendo hacia la plaza Castilla. 

El trazado del nuevo barrio lo ha dispuesto así, la gran avenida como eje y las manzanas cuadradas que va disponiendo el cruce de diferentes calles que juegan a ser paralelas y perpendiculares entre ellas. Entre ellas hay tramos peatonales, con escaleras o no en función del desnivel del antiguo terreno, que sirven de enlace con la gran avenida. Sobre estas líneas veamos una pequeña selección.


Si subimos por la calle del Padre Rubio nos encontraremos con el JARDÍN DE LA PLAZA DE JOAQUÍN DICENTA, dedicada al dramaturgo y periodista, padre de una saga de dramaturgos y actores de sobra conocidos por todos. Este no-parque está hecho sobre el desnivel de dos calles salvándolo con paseos arbolados de Plátanos de sombra, Ciruelos comunes, Chopos negros, Aligustre del Japón, parterres, rosales, etc. y cuenta con zonas infantiles y pistas de juego, así como un terrario que tal vez se pudiera aplicar a zona canina. A la espalda, el impresionante edificio del Centro Deportivo Municipal Antonio Díaz Miguel, nombre del que fue entrenador de la Selección de Baloncesto durante 27 años discontinuos, pero que nos dio grandes alegrías deportivas, que cuenta entre otros, con una gran piscina municipal.


Al otro lado del parque, está la calle Mártires de la Ventilla y la Residencia de Mayores Isabel la Católica, donde en la esquina con la calle Joaquín Dicenta (el de la plaza o tal vez el hijo) han tenido la oportuna idea de poner una zona de gimnasia para mayores, eso sí, se nos van a derretir los abuelitos hasta que crezcan los cuatro pinos plantados. Esta calle está dotada de pequeños jardines delante de edificios de nueva construcción dándole un aire fresco y agradable. No lejos de allí está la sede de la AAVV Ventilla-Almenara.


La calle Joaquín Dicenta tiene unas escaleras adicionales a un pequeño jardín que nos elevan hacia la calle de San Leopoldo. Ésta a su vez se hace semi peatonal y cuenta con un espacio estancial sobre la curva que hace de mirador sobre la calle de San Benito y el Parque de Bomberos. Está dotado con unas cuantas Acacias de Tres espinas, bancos y algún elemento de gimnasia pasiva.


En la antigua calle del General Aranda, hoy Matilde Landa (sobre la que hemos hablado casi al principio), se inauguró en 1946 el Cine Generalife-Samary, con 500 butacas, en 1965 se quedaría solo en Samary y en 1982 fue adquirido por la Real Federación Española de Esgrima que lo dedicó a su propia actividad conservando la fachada tal cual. 


En la calle de la Palmera encontramos "Somos Ventilla" una iniciativa colectiva de vecinos de La Ventilla que intenta echar una mano con las necesidades del barrio, que son muchas, entre ellas las que la administración local no cubre, además de mantener la historia e información sobre el barrio, organizar actividades para la participación ciudadana. La Ventilla se caracterizó en los años 70 por su gran actividad social, así que no nos extrañe encontrar en sus calles asociaciones vecinales y de ocio, participación y acogida a inmigrantes, porque es parte de su esencia.


Andando la calle San Benito, nos vamos a encontrar con unos edificios a cuya trasera existe una inmensa terraza (ver foto superior) que es el techo del edificio del IVIMA, cuya entrada está abajo, por la calle Emilia. Como se puede apreciar, es un lugar inhóspito que produce una desolación absoluta, a veces lo usan los dueños de perros para que éstos desfoguen, con las consiguientes molestias por "los restos" que algunos dejan. Este solárium gratuito tiene otra característica que lo hace más apetecible y son sus vistas sobre la acera de enfrente de la Avenida de Asturias, la copa de los árboles de ésta y los parques cercanos y con esfuerzo la sierra, pero también la inmediata parte inferior, el Huerto urbano de La Ventilla en concreto. Sin duda que esta terraza se podría dotar de bancos y arbustos combinados con césped y rosales o similares, dado que el calado no puede ser muy hondo por ser a la vez tejado de dichas oficinas, incluso estaría justificado el uso de macetones; también zonas de juegos infantiles, pistas deportivas y de gimnasia.


Vamos a bajar por la calle Cañaveral para ver el Huerto, pero curiosamente nos encontramos como vemos en la foto, con un pequeño espacio de descanso dotado con dos bancos a plena solana ¿Qué costaría poner un árbol tipo Acacia por ejemplo?, al menos su estado de conservación es bueno, porque más abajo junto a la avenida de Asturias, existe otra plataforma similar que los gamberros no han comprendido cuál es su uso y, sobre todo, que no respetan que hay un público objetivo que necesita estos breves espacios de descanso. El Huerto urbano podéis conocerlo visitándolo, pero ya os digo que es verlo y enamorarse, la gente que voluntariamente lo cuida y cultiva frutas y verduras, puede darnos una certera explicación a los más urbanitas que no solo en los supermercados aparecen estos alimentos, sino que en realidad nacen del cuidado y amor a la tierra. Desde la acera de la avenida, se extiende la sombra de Catalpas y Parasoles de China. Y justo al lado hay una parcela de tierra y maleza que usan los vecinos como espacio para perros.


Un poco más arriba dejamos el Parque de Bomberos en el que se han preocupado de trabajar una jardinera que hay a la entrada y reconvertirla en un productivo Huerto donde se consiguen numerosos productos agrícolas, en pequeña cantidad, pero muy variados, casi una muestra que demuestra lo que se puede conseguir sabiendo hacerlo y con ganas de hacerlo.



Y al lado encontramos una plaza con el nombre de PARQUE DE SOROLLA que cuenta con una zona de gimnasia adulta (no hay nada para niños) y varios bancos entre parterres combinados con Ailanto, falsa Acacia, Árbol de Júpiter, un Olivo y en la acera, las sombreadas Catalpas. 


Esta es la vista que obtenemos desde la calle San Benito mirando hacia Plaza de Castilla, donde empezamos (no sé si reconocéis a la derecha el edificio negro del futuro CTI, citado al inicio, y al fondo las Torres inclinadas). Pasear por estas calles puede ser una oportunidad para conocer un barrio nuevo y viejo a la vez, con calles peatonales que sirven de paso de unas a otras y algunos espacios ajardinados, aunque también amplísimas aceras a las que se le podría sacar mucho más partido para contrastar el verde con el rojo ladrillo. Sí podéis, os aconsejo patearlas, pero nosotros, ya que estamos en el pequeño parque de Sorolla citado, vamos a cruzar la avenida.


La Avenida de Asturias: "la avenida del Príncipe de Asturias" dice el protagonista de la película de Pedro Almodóvar "Carne Trémula", rodada en parte en el asentamiento de casas prefabricadas junto a la calle de San Aquilino en lo que luego sería el principio de dicha avenida; "...te dejo la casa de la Ventilla, si no la tiran antes..." dice en el testamento la madre del protagonista; ambos son ejemplos de lo que fue ese asentamiento temporal y cuenta con imágenes de cómo estaba el barrio a medio desaparecer. La idea de hacer una gran vía de comunicación surge en el plan de remodelación de 1963 y se va desarrollando en los posteriores planes urbanísticos, hasta que se consolida en el de 1990. Toda esta zona eran casa bajas con escasos servicios y dotaciones, cuyas calles eran producto del arbitrio de quien se había construido su vivienda. Hoy quedan pocas y en todo caso, más cercanas a Valdeacederas. La avenida une la plaza de Castilla con el Barrio del Pilar, arbolada y ajardinada donde sobresalen los Plátanos de sombra y las Catalpa en los laterales y las falsas Acacias en la medianera, separando el PARQUE RODRIGUEZ SAHAGUN del PARQUE DE LA VENTILLA con una vía rápida y otra lateral de servicio y con una estación de metro, Ventilla, más o menos a la altura del parque Sorolla citado. De hecho, junto a estos grandes Parques que además delimitan el distrito de Tetuán, se ha edificado contemplando pequeñas zonas ajardinadas dotadas con variedades como el Aligustre, el Liquidámbar, el Almez, etc., tal y como podemos ver en el cruce con la calle de los Yeros, la calle Álvarez, etc. aunque algunas veces se hayan quedado un tanto cortos y aún haya solares que podrían ayudar a cambiar la fisonomía del ladrillo. También podemos encontrar iniciativas interesantes como el supermercado cooperativo "La Osa" (ver laosa.coop); la Agencia de Vivienda Social; el CEAR, etc.



Más o menos enfrente del Parque Sorolla está el PARQUE DEL MOVIMIENTO VECINAL formando un pequeño pero frondoso parque de árboles muy variados, desde la Catalpa y el Plátano de sombra, hasta la Acacia del Japón, el Árbol de Júpiter, el Árbol del Amor, etc. y el boliche con placa que figura casi al principio de este artículo sobre la construcción del barrio (ver El Diario-Somos Tetuán), erigido en agradecimiento al dicho movimiento que hizo posibles muchas de las mejoras y, sobre todo, la remodelación del barrio hacia algo distinto al chabolismo. Hasta aquí hemos llegado por la calle de la Costa Verde que es continuación de la calle de los Yeros y quiero puntualizar de ambas que son amplias, con aceras suficientes, a veces interrumpidas por entradas a los garajes de los edificios, en las que seria ideal hacer alcorques y arbolarlas para que se desprendan de esa aridez que da el cemento y el ladrillo.


Por una de las calles laterales, la calle Montoya, subimos a la Plaza de Donoso, donde nos encontramos con el Centro Cultural Eduardo Úrculo y la Biblioteca Municipal María Zambrano. Eduardo Úrculo (Santurce, 1938 - Madrid, 2003) fue un pintor y escultor fallecido en Madrid repentinamente cuando asistía a un almuerzo en la Residencia de Estudiantes, de larga obra, introductor del pop-art en nuestro país como miembro del colectivo Equipo Crónica; una escultura suya la vimos al finalizar nuestro recorrido por el ANILLO VERDE FERROVIARIO dentro de la estación de Atocha, "El viajero" realizada en 1991, si quieres saber más de su vida, pulsa aquí. María Zambrano fue una escritora y filósofa española nacida en Vélez Málaga en 1904 y fallecida en Madrid en 1991 (cuya vida puedes conocer entrando en la fundacionmariazambrano.org) que se educó en la capital a donde se desplazó con su familia, ya adulta hubo de exiliarse para ejercer su profesión, regresando tras el fin de la Dictadura militar.


Si seguimos hacia arriba de vuelta a Costa Verde, nos encontramos con otro pequeño parque aunque éste no tan frondoso, cuenta con zona infantil rodeada de Catalpa y Arce negundo, así como dotaciones de parterres, flores, bancos, etc. Al lado hay una de esas cosas que le han dado por llamar "pipí-can", más bien una zona de expansión para perros, por cierto que si alguno se hace algo más que pipí, la obligación de recogerlo es la misma que si lo hace en la acera, lo digo porque algunos usuarios de estos mal llamados "pipí-can" parecen olvidarse de las deposiciones de sus mascotas. Bueno, también hay un solar al que se le podría sacar algún "rendimiento verde".


Desde ahí tomamos la calle Cañaveral alejándonos de la avenida y llegamos a una especie de plaza donde confluyen la calle Delfín, la calle Aguileñas y la calle Marcelina, al otro extremo de la cual encontramos unos jardines de setos y Falsos Plátanos, como se ve en la foto superior, que le dan frescura y sombra a la amplia acera, pues eso es lo mismo que se podía hacer en el centro de esa pequeña plazoleta que está al otro lado, aunque fuera plantando una falsa Acacia, un Aligustre del Japón o cualquier otro árbol pequeño.


Seguimos subiendo por Cañaveral hasta el cruce con la calle Viña Virgen, dejando también otra especie de plazoleta sobre la que se podría actuar dando frescor y carácter al entorno de acerado, asfalto y ladrillo. Incluso podría cambiársele el nombre, como ha hecho un comercio en la esquina de forma un tanto simpática, lo vemos en la foto, no le falta originalidad a "la plaza china", pues es que además contamos por la zona con numerosos inmigrantes de esta nacionalidad, o parecida, ya sabéis que distinguirlos es otra cuestión.


Un poco más de esfuerzo y llegamos a una zona verde que llamaré JARDIN DE PINOS ALTA aunque carece de nombre, pero que presenta la fisonomía adecuada: parterres, flores y césped, árboles como Plátano de sombra, Ciruelo púrpura y Ciprés de Arizona, bancos con zonas de juego infantil y... ¡un pipí-can!, pero cuidado, que está junto a los bancos. Forma una cuña la calle Cañaveral con calle Pinos Alta, calle Manuel Marchamalo y casi algo de la calle Vezo, que ya está en el barrio de Valdeacederas. De Pinos Alta poco cabe explicar, comienza junto a la antigua Carretera de Francia y baja en busca de los Pinos que habría por ahí, en contraste con la calle Pinos Baja que, seguramente, recibió su nombre por estar más abajo de las pinaras. Manuel Marchamalo (Humanes de Guadalajara 1845 - Madrid 1912) fue un profesor bien relacionado en la alta sociedad española de su tiempo, ingeniero de Caminos, promovió junto con otros amigos la construcción de casas para pobres en el barrio de Tetuán a primeros del XX; su grupo en el que figuran personajes muy famosos de la época todos relacionados con el desarrollo de primeros de siglo, forman el grupo de los Nueve, que también tienen calle por los alrededores; su biografía la podemos conocer en Real Academia de la Historia.


Cogemos desde ahí la calle Simancas que transcurre por detrás del edificio de la actual Junta Municipal de Distrito, antiguo edificio del municipio de Chamartín de la Rosa construido en 1934 según proyecto de José María Plaja, el cual fue inhabilitado por republicano poco después, el edificio sigue la línea de los centros oficiales de aquella época, con trazos rectos y sólidos, un balcón en la fachada bajo el reloj y un patio interior. Durante la Guerra Civil fue usado como checa y ha sido sede oficial del Ayuntamiento de Tetuán, luego Junta Municipal combinándola con otros servicios oficiales como cuartel de Policía, Juzgado, Casa de Socorro, Biblioteca, etc. Se amplió a la trasera derribando el antiguo Parque de Bomberos y la Caseta de Limpiezas, para dedicarlo a oficinas, levantando un edificio moderno de fachada acristalada. Destaca su Salón de Plenos realizado con madera noble.


Y de ahí llegamos al cruce con la calle del Conde de Serrallo, título noble creado por Amadeo I en 1871 a favor del mariscal Rafael Echagüe y Bermingham, que Alfonso XII en 1876 promovió a Grandeza de España, el cual militar y político se lo ganó por participar en las guerras carlistas (a favor de los isabelinos, claro), en la de Filipinas, África, etc. Estuvo a las órdenes de O'Donnell y ejerció como diputado en diferentes representaciones, incluso por Puerto Rico, donde también estuvo. Pero a nosotros lo que nos importa es el aspecto de la plaza, con todo respeto hacia los siete Condes de Serrallo que van. Según vemos en la foto, hay Plátanos de sombra en el acerado, pero en el centro se podría mejorar bastante. En el otro lateral de la rotonda está la Parroquia de Nuestra Señora del Espino, sobre acerado separada por una antigua calzada hoy sin uso que bien se podría aprovechar para hacer un jardincillo. 


También desde Conde Serrallo podemos acceder a la calle Cuatro Amigos (un grupo más reducido y selecto del constituido como de los Nueve que decíamos antes), que tiene unos jardines muy escasos y descuidados y un acerado excesivamente ancho, con lo cual se podría mejorar incorporando hasta una zona de juegos infantiles. Desde ahí salimos por un pasillo peatonal a la Plaza de Castilla. Fin de ruta.


Con esto concluimos el largo paseo por Almenara-La Ventilla y ya sólo nos queda Valdeacederas para completar el distrito. Espero que sirva para tener una idea más amplia de lo que es cada uno de los barrios e incentive el gusto por seguir investigando la historia que está plagada de detalles y pormenores. Si resumimos, esta vez sí hemos visto muchas zonas verdes en este barrio, aparte de arbolado y parterres por algunas calles, hay varios jardines sin nombre como los de la Plaza Este, Plaza del Triángulo-Almenara, Parque del Movimiento Vecinal, Parque Sorolla, Huerto Urbano, Plaza de Joaquín Dicenta, Jardín de Pinos Alta, Jardín de calle Cristina, Jardín de la calle de las Magnolias, cuña del Parque de La Ventilla junto a calle Padre Rubio,... son espacios pequeños, alguno sin aprovechar aún todo el acerado, pero vamos mejorando, podemos tener esperanzas.

Para ir a la Zancada sobre Tetuán, pincha aquí.
Para ir a la Zancada por el barrio de Berruguete, pincha aquí.
Para ir a la Zancada por el barrio de BellasVistas, pincha aquí.
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Para ir a la Zancada por el barrio de Valdeacederas, pincha aquí.





@ 2021, by Santiago Navas Fernández 


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