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viernes, 12 de agosto de 2022

SERIE PASEOS, PARQUES Y JARDINES DE MADRID XC: DEL PARQUE DE LA CORNISA A LA VIRGEN DE LA PALOMA.


Si recordáis cuando visitamos el DALIEDO DE SAN FRANCISCO versus PARQUE DE SAN FRANCISCO (ver aquí), vimos que justo a la espalda de la escultura El sueño de San Isidro se encuentra en un plano más bajo el PARQUE DE LA CORNISA, un Parque frondoso y seco a la vez, hecho a base de explanadas y cuestas, todo ello cabe en su escaso espacio de distribución que vamos a conocer a continuación, pero antes, despidámonos de la Plaza de San Francisco con las siguientes visitas.



 

En un lateral de la plaza se encuentra otro edificio de carácter religioso y en estilo neomudéjar que es el Colegio Arzobispal o Seminario Menor de Madrid, edificio de finales del siglo XIX diseñado por el arquitecto Benito Guitart Trulls. Por un lateral nos metemos por la calle de San Buenaventura, donde se ubica el Seminario de Madrid y la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, en un edificio que se levantó sobre el solar dejado por la demolición del Palacio de los duques de Osuna tras compra en 1900 por el Arzobispado de Madrid, un año después comienza a elaborarse el proyecto de los arquitectos Ricardo García Guereta y Miguel de Olabarría, sustituido por Juan Moya Idígoras tres años después debido a su fallecimiento. Por allí vemos asomar el PARQUE DE LAS VISTILLAS, cuyos terrenos proceden también como el solar donde se levantó el Seminario, de la subasta de los bienes de los duques de Osuna efectuada en 1896 y adquiridos en este caso por el Ayuntamiento de Madrid al iniciarse el siglo XX. Pero ya lo veremos próximamente.


Giramos a la derecha por la calle Jerte para encontrarnos con el Huerto Urbano del barrio, frente a una gran explanada que sirve de zona de juegos. En el talud que aquí se ensancha, apreciamos otras mesetas similares de acceso restringido desde la calle de Beatriz Galindo, que tiene más pistas de deportes y jardines en una inclinación imposible de permitir el paseo. Podemos admirar al igual que desde el antiguo Daliedo, el horizonte contra la sierra de Madrid al frente y la gran mole de la Basílica en altura a la espalda (como en la foto de portada). Existen escaleras y rampas para su descenso hacia la hilera de edificios de la Ronda de Segovia. Nos sorprenderá ver algunas tiendas de campaña en un extremo donde viven personas sin hogar. 


El PARQUE DE LA CORNISA cuenta con pequeños macizos de rosales sobre pradera de césped, una gran variedad de arbolado entre el que destacan los Magnolios y los Almendros, además de Plátanos de sombra, Palmeras, Acacias, Cedros y otros que proporcionan una sombra muy agradable y rodean una amplia zona de juegos y varias pistas de deportes. Desde aquí se forma un gran talud sobre la Ronda de Segovia que se salva con diferentes soluciones verdes, como las citadas pistas de deportes y otros coquetos jardines, además de rampas y escaleras para el servicio de paseantes.


Pero no es la única zona singular que contiene un pequeño remanso entre los edificios, hay otros pequeños Parques y Jardines que vamos a visitar antes de volver hacia Las Vistillas que, aunque de pequeña extensión, su importancia es mucha para dar calidad a la ciudad. Veamos.


Si seguimos la calle del Rosario llegamos a la calle de las Descargas y bajando por ella, nos encontramos con unos jardines que están escalonados para salvar el desnivel con la calle de la Ventosa. Reciben el nombre de JARDINES DE DON CECILIO RODRÍGUEZ (no confundir con el Jardín homónimo ubicado en el PARQUE DEL RETIRO, dedicado al recuerdo del que fuera su Jardinero Mayor desde 1914 y del que hablaremos más cuando visitemos dichos otros espacios), en este caso, se compone de dos explanadas sucesivas dotadas de buena sombra, área infantil, algunos rosales y flores sobre pradera y varios bancos.


Más adelante de esa misma calle pero en ambas aceras, nos encontramos con otra zona ajardinada que recibe el nombre de JARDIN DE MARÍA DOMÍNGUEZ. Lo que más me ha sorprendido es la gran presencia de gatos, por lo demás, su composición es similar y su estructura se acopla perfectamente al desnivel del terreno, moviéndose entre edificios de viviendas. El nombre le fue concedido en recuerdo de la periodista y poetisa feminista, que se convirtió en la primera mujer alcaldesa de Madrid durante la Segunda República. Bajando por sus escaleras llegaríamos a la Ronda de Segovia.


Y enfrente encontramos la calle de Muñopedro, como el municipio segoviano, muy ajardinada y que nos llevará hasta una pequeña zona con juegos infantiles y frondoso arbolado en forma de cuña que en Google llaman JARDÍN AMARILLO, casi ya lindando con el paseo Imperial del que hablamos en la Zancada sobre el PASILLO VERDE FERROVIARIO (ver aquí y la GUÍA BÁSICA correspondiente aquí). Paralela está la calle de Gil Imón y un brazo de la travesía del mismo nombre sirve de enlace a la Ronda con la de Muñopedro ¿y quién era Gil Imón? Pues un ministro de tiempos de Felipe III y Felipe IV del cual habló el Conde Duque de Olivares como uno de los ministros más honrados e inteligentes que conoció nunca. Pero también era el padre de Fabiana y Feliciana, de las que se cuenta que no eran ni muy agraciadas físicamente ni muy inteligentes, sin embargo el amoroso padre las llevaba a todas las fiestas y ocasiones en las que se reuniese gente de su edad con la esperanza de que encontraran pretendiente; lo cual que comenzó a comentarse "ahí viene don Gil con sus dos pollas", palabra que tiene una tercera acepción en la RAE que la define como "mujer joven", así que debido al carácter seco y frío tanto del uno como de las otras, el dicho fue variando en "don Gil y pollas" que acabó constituyendo el insulto que no hace falta que mencione y que todos sabéis. Y si esta historia no es cierta... ¡¡ a mí que me lo expliquen !!


En la Ronda de Segovia en dirección a la cercana Puerta de Toledo encontraremos un recuerdo de los restos de la "Cerca de Felipe IV". Ante el crecimiento de la ciudad y con el fin de controlar las mercancías que entraban y salían de Madrid, u otros motivos defensivos cuyo objeto no existía, el monarca quiso ampliar los antiguos muros y asentar las aduanas o portazgos. Del muro que mandó levantar en 1625 queda este resto que estuvo en pie a lo largo de su trazado en ciertas zonas hasta 1868. Por cierto que buena parte de las rondas y avenidas que conocemos como la presente, tienen su origen en la existencia de dicho muro, que han funcionado como rotondas de circunvalación una vez derribado el muro para construir calles.


Casi al lado se encuentra el Parque de Bomberos número 3 de Madrid, el último del tercio que se construyó a partir de 1904 para el servicio municipal, entrando en servicio tres años después (muchos 3 hay en esta historia). El edificio de ladrillo fue diseñado por el jefe del servicio y el segundo jefe del propio Cuerpo de Bomberos, no obstante enseguida se quedó pequeño. Años después se habló de su derribo para beneficio de la Gran Vía de San Francisco y conseguir que la vista permitiera conectar la Puerta de Toledo con la gran Basílica, pero por suerte no se llevó a cabo, eso sí, la acera es más estrecha y el uso de los Bomberos es prioritario.


Pero nosotros vamos a volvernos para salir de nuevo a la Gran Vía de San Francisco, cruzamos la acera y una "pequeña lengua" ajardinada cuya continuidad rompen escaleras que nos pueden conducir a la calle del Águila, la de Calatrava o la del Ángel, recibe el nombre de JARDIN DE SIMON VEIL, primera mujer en presidir el Parlamento Europeo y Ministra de Sanidad en el Gobierno francés que despenalizó el derecho al aborto.


En la calle del Águila, por cierto, es donde se encuentra la Capilla de San Isidro que sólo puede visitarse con cita previa y en los oficios de misa católica. Por cierto, la calle se llama así porque un vecino muy particular sacaba un águila dorada cada vez que pasaba una procesión por allí. La capilla se distingue por las señales externas, entre otras, la campana para llamar a misa que está en una ventana de la fachada que da a la sacristía, pues el conjunto está integrado en un edificio de viviendas y depende de la Parroquia de San Andrés, primer lugar de enterramiento de San Isidro. Se supone que en el lugar de la capilla fue donde nació el zahorí, por eso se compró el solar en el siglo XIX y se instaló la Capilla, restaurada en 2018 y abierta en abril, más o menos el día que se estima nació allá por el 1080 y pico. Dentro encontramos sendos tapices, una talla de Santa Lucía y otra de San Isidro "florido", o sea, vestido de rico, no de jornalero; entre ambos un Cristo crucificado obra de Rafael Teseo, cofrade de la Archicofradía. Por cierto, que las de San Isidro, San Andrés y San Pedro, están hermanadas desde 1587.


Otra iglesia que no nos podemos perder es la Parroquia de San Pedro el Real, más conocido como iglesia de la Paloma, donde se encuentra el cuadro de la Virgen de la Soledad, la imagen de mayor devoción entre los madrileños y la patrona Castiza que celebra su fiesta el 15 de agosto junto con la conocida Verbena. Ese día el barrio se llena de gente y la iglesia también, para ver cómo los Bomberos de Madrid descienden el cuadro de su patrona. Veamos por qué. Para empezar hay que decir que la calle de la Paloma se llama así en recuerdo a una ejemplar que todos los años bajaba a posarse sobre la Virgen de las Maravillas cuando procesionaba; haciendo esquina con esa calle frente a la iglesia, está la calle de Isabel Tintero en honor de una mujer que rescató el famoso cuadro que preside el altar de la iglesia, la cosa fue así: un hombre que buscaba leña en un solar encontró el cuadro, tomó el marco de madera y dio la imagen a unos niños, uno de los cuales era sobrino de Isabel que al verlo, se lo quedó a cambio de unas monedas, le volvió a poner marco y lo colgó en la entrada de su casa; poco después un familiar que acababa de tener un hijo, lo llevó y lo "presentó" ante la imagen, la historia comenzó a correr por el barrio que entonces era uno de los más pobres de trabajadores inmigrantes de la ciudad y se expandió por todo Madrid; con las donaciones obtenidas por Isabel, ya casi acabando el siglo XVIII se montó una capilla pegada a la Parroquia, que pronto se quedó pequeña. Un siglo después se tiró abajo y en 1912 se levantó la actual iglesia de estilo neomudéjar con detalles neogóticos por el arquitecto Lorenzo Álvarez Capra, con base de una cruz latina y naves laterales, la fachada consta de pórtico y dos torres donde se aprecia el uso del ladrillo y la piedra. En 1978 se reconstruyó y en su interior se dispusieron los bancos mirándose de frente entre ellos y no hacia el altar como es costumbre, dando la sensación de entrar en un salón donde se celebra una asamblea.


La fama de la imagen llegó hasta la casa Real y allá se fue María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, a rezar a la Virgen como hacían muchas embarazadas y madres (punto positivo para la Virgen), por su hijo Fernando que estaba malito y la Virgen o la escuchó o es que era designio divino, pero el caso es que el zagal llegó a reinar como Fernando VII (punto negativo para España). También fue muy devota Isabel II ¿y cómo no si lo anteriormente dicho se considera cierto? Investigaciones posteriores plantean que la imagen no es de la Virgen si no de una monja cuyo padre mandó retratar antes de encerrarse en el Convento de por vida allá por Burgos, tal fue su Fe que se la nombró Beata y sus seguidores hicieron copias de la imagen para diseminarla por todo el país, una de ellas se dice que es esta. En 1936, un fiel ante la suposición de que el anticlericalismo atacara el lugar, se llevó el cuadro a su casa, varios vecinos se lo estuvieron pasando, uno lo ocultó entre los entrepaños del cabecero de su cama, luego estuvo en un sótano de la plaza de San Bernardo y, tras la guerra, el obispo de Madrid se lo quedó en una capilla hasta que pudo volver a la mencionada iglesia. El popular nombre de Virgen de La Paloma le viene de su primera ubicación en tal calle.






@ 2022 by Santiago Navas Fernández

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