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viernes, 10 de septiembre de 2021

SERIE PASEOS POR PARQUES Y JARDINES DE MADRID LVI: UNA ZANCADA POR LA COLONIA DEL MANZANARES.




Cuando visitamos la Ermita de San Antonio de la Florida (ver aquí), conocimos la estatua de Goya frente a ella, o mejor, frente a ellas, pues recordemos que hay dos. Se ubica en una rotonda ajardinada dando la espalda a la COLONIA DEL MANZANARES, a la cual accederemos tras cruzar el Puente de la Reina Victoria que vemos en la imagen de portada, obra del arquitecto Julio Martínez-Zapata Rodríguez y el ingeniero José Eugenio Ribera Dutaste, inaugurado en junio de 1909 coincidiendo con la festividad de San Antonio, recibió el nombre en honor a la esposa de Alfonso XII, doña Victoria Eugenia de Battenberg, aunque durante la República se llamó Puente de Galicia, volvió tras la contienda al actual.



El origen de la Colonia lo relacionamos con la Real Institución Cooperativa de Funcionarios y Empleados del Estado que construyó aquí las casas para los funcionarios del cercano Palacio Real a mediados de la década de los años 20 del siglo pasado, según proyecto de los arquitectos Eduardo Ferrés i Puig (ver biografía en Real Academia de la Historia) y José Azpiroz y Azpiroz (ver en Urbanpedia), denominada también como la Colonia de los Infantes ubicada en un extremo de la isla que forma el río Manzanares por un lado y la M30 por otro. Actualmente es una parte más del barrio de la Bombilla al que curiosamente, no ha llegado el metro a pesar de su cercanía.



El tráfico nos lleva a la primera calle, la Ribera del Manzanares que recorre el barrio paralela al río, tranquila y sombreada gracias a los altos Plátanos que se mezclan con arbustos y jardines entre los que se intercalan zonas de descanso, gimnasia para mayores y áreas infantiles, en contraposición a la carretera de circunvalación M30 del otro lado que, en varios tramos, corre a la altura de las viviendas e incluso a veces con la escasa separación de un "quitamiedos" y una pantalla de cristal, tema que no ha llegado a solucionarse nunca a pesar de los diversos intentos que podemos comprobar que se han hecho desde la Asociación de Vecinos (pincha para ver su web), que también se encargan del Huerto Ecológico que vimos en el PARQUE DE LA BOMBILLA. A la Colonia original se sumaron los edificios de varias plantas y hoy "la isla" tiene su terreno totalmente ocupado pero con verdes espacios que la hacen muy agradable para vivir.


Entramos por la calle más conocida y que ha dado su nombre coloquial al barrio, San Pol de Mar, referencia al pueblo costero catalán cercano a Barcelona. Esta calle fue el centro de la Colonia que en torno a los años 50 del siglo pasado se construyó en esta zona, donde se encuentra el conocido Teatro, antiguo Cine, que fue tan famoso hace unas décadas. La barriada, o Colonia de San Antonio que es como se la denominó, se levantó por parte de la Secretaría General del Movimiento y el Instituto Nacional de la Vivienda por una serie de arquitectos dirigidos por Fernando Moreno Barberá, dejando una plaza en la que hoy se reubica una fuente que sustituyó a la original, según la remodelación del año 2000, rodeándola de arbolado y ampliando el espacio para aparcar. La fuente en granito tiene una forma sinuosa adaptada a las necesidades del nuevo diseño de la plaza, consta de un surtidor central a chorro y le acompañan hasta tres anillos de otros surtidores menores que juegan con la dirección del agua para crear un efecto de movimiento constante.


Conecta esta calle con la entrada/salida a la M30 donde encontramos una curiosa escultura realizada en china, arena y cemento dando forma a una vistosa virgen que se apoya sedente en una base de granito, instalada en 1950 para marcar la entrada a la mencionada Colonia, seguramente en relación directa con el nombre de la calle, puerto de mar, pero también con los marineros que tienen como protectora a una Virgen, la patrona del mar; la obra se atribuye al escultor José Torres Guardia (ver aquí) del cual ya vimos otras obras en nuestra visita a Barajas (ver aquí). ¿Y por qué San Pol de Mar? pues no lo sé, pero quizá nos diga algo el origen del arquitecto catalán citado al principio como constructor de la Colonia de los Infantes, por cierto, muy interesado en las nuevas tendencias para la creación de ciudades jardín que posiblemente aplicara a ésta igual que hizo con otras colonias en las que intervino.


A la derecha se abre un espacio donde cabe un parque con un área de juegos infantiles, zona canina y la ruta que marca el contorno del barrio en forma de acerado, pensada para practicar deportes, entre los sencillos bloques de viviendas. Los Castaños de Indias, Aligustres y otras especies allí existentes pretenden aislar del ruido de la autovía a sus moradores.


Y justo cuando llegamos hasta las pistas de tenis junto al soterramiento de la M30, nos encontramos con el enlace hacia el nuevo MADRID RIO a través del Salón de los Pinos. Aquí acaba el barrio por este lado, volvamos ahora hacia el río Manzanares, pues allí nos vamos a encontrar con varias sorpresas.


Se trata de unas columnas de orden Jónico, con basa ática, capitel de volutas y fuste estriado que no tienen más función que adornar. Tienen su origen en 1920 cuando un colector discurría paralelo al río entre esta zona y Legazpi y servían para disimular los respiraderos correspondientes, pero hoy, con el arreglo de la vía fluvial, han quedado como una cosa anecdótica. Los podemos ver en más sitios por Madrid, que no os sorprendan. 


También en esta zona encontraremos una bonita fuente elaborada con bloques de granito formando un muro al que se adosan dos bancos y un pilón redondeado al que debía caer el agua de los dos caños que se ven. Sobre ellos está el antiguo escudo de Madrid en el que aparece el dragón en su cuarto izquierdo, adosado a la pared. Dicho monumento se erigió en homenaje y recuerdo a las antiguas Fuente de la Teja y Fuente del Sopapo, que existían a la inauguración de la Colonia de los Infantes cerca de la calle del Acantilado, al otro lado del eje central del barrio, según consta en la placa situada a la espalda de la fuente que lleva por fecha 1984.


Si siguiéramos dicho paseo junto al río, llegaríamos hasta el Puente de los Franceses por esta ruta regenerada al igual que todo el conjunto de MADRID RÍO. Allí junto se encuentre el Centro Deportivo Municipal José María Cagigal, dedicado al filósofo, jesuita y orientador deportivo nacido en Deusto en 1928 y fallecido en Madrid en 1983, impulsor entre otros, del INEF que presidió hasta 1977, cuya vida podemos leer en la Real Academia de la Historia. Al lado y mirando hacia la Casa de Campo, nos encontramos con una gran pasarela que cruza sobre la autovía M30; su tamaño, inclinación y elaboración se explica para que sea posible su uso en tan corto espacio por bicicletas, pasando de un lado a otro para enlazar con el Anillo Verde Ciclista (ver aquí).


Cerca de allí y callejeando por la Colonia, descubrimos el IES José Ortega en una amplia plaza a resguardo del ruido y las molestias del tráfico lejano. También bajo la pasarela citada anteriormente, se abre una camino peatonal que transcurre paralelo a la M30, lo vamos a recorrer para apreciar lo que decíamos de la excesiva cercanía del tráfico. Por cierto, que nos cruzaremos con otra pasarela que cruza hacia la Casa de Campo.


Arce Negundo, Olmo de Siberia, Acacias diversas, Cipreses, Chopos y algunos Pinos entre arbustos, flores y cesped, así como otras modalidades arbóreas, intentan proteger del ruido al caminante en este mal final del soterramiento de la M30, nunca resuelto. Aún así, ya digo que es un paseo muy agradable.


El centro de la Colonia de los Infantes tal vez sea la plazoleta de la Meseta, de curiosa forma en torno a la cual se conforman diferentes calles con las casas de una o dos plantas. La plaza está arbolada con cipreses y cuenta con varios bancos para disfrutar del absoluto silencio, sólo roto por el extraño cruzar de algún vehículo y los pajarillos que habitan en la vegetación circundante. 


Desde aquí parte la calle del Comandante Fortea, héroe de Filipinas, muerto cuando era Gobernador del Archipiélago junto a su mujer, sus hijas y unas sobrinas (puedes leer su biografía en Real Academia de la Historia). Esta calle es eje de esta parte del barrio en donde se entrecruzan los jardines con las casas, donde encontramos numerosos comercios, algún colegio e institución religiosa. Zonas infantiles y de paseo arman este reducto de Madrid que parece más una población en sí misma.


Chopos, Catalpas, Acacias, Olmos, Ciprés, alguna Tuya, etc. se van sucediendo por los diferentes espacios verdes. Los senderos formados por aceras entre cesped invitan a pasear y adentrarse entre los bloques. Os invito a que disfrutéis del paseo porque nos dirigimos hacia el final, junto a la calle San Pol de Mar.

 

Pero antes de irnos, me gustaría que admiraseis dos espectaculares ejemplares de Plátanos de Sombra que hay en dos plazoletas cercanas al final de nuestro recorrido. Por suerte, el diseño y asfaltado ha tenido a bien salvar para disfrute  estos dos viejos seres vivos que ofrecen cobijo bajo sus frondosas ramas.



Y con esto, acabamos la ruta y nuestra Zancada por hoy. Por cierto, por si acaso os habéis liado, son dos/tres Colonias: la de funcionarios es la Colonia de los Infantes o Colonia del Manzanares, es decir, dos nombres para la misma que se erigió hacia los años 20 del siglo pasado, y la Colonia de San Antonio que se levantó a mediados del siglo pasado.


 

@ 2021/2022, by Santiago Navas Fernández


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