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sábado, 8 de enero de 2022

SERIE PASEOS, PARQUES Y JARDINES DE MADRID LXVII: BARAJAS, mucho más que un aeropuerto.

Pues sí, así es, Barajas es mundialmente conocido por el aeropuerto de Madrid que lleva dicho nombre. Pero Barajas es en realidad un pueblo, bueno, hoy ya un Distrito, el último en incorporarse en la gran absorción que el viejo núcleo de Madrid hizo a su alrededor allá por el inicio de la década de los 50 del siglo XX (¿qué lejos parece, verdad?), uno de los asentamientos más antiguos que componían el alfoz; contaba en ese momento con algo más de 2.600 habitantes. El distrito de Barajas incluye Ifema, el Parque Juan Carlos I (cuya visita hicimos a lo largo de cuatro artículos en agosto de 2021, ver aquí el primero y a continuación seguir con los demás), El Capricho (ver aquí), el Castillo de la Alameda (ver aquí), y el Aeropuerto Adolfo Suárez que ocupa bastante más de la mitad de su territorio entre propio y necesario. En alguno de los barrios que integran el actual Distrito se han encontrado restos arqueológicos, utensilios y tumbas, del paleolítico en adelante, lo que certifica la existencia de aldeas o asentamientos independientes en su origen, por eso se denomina Casco Antiguo de Barajas a la antigua ubicación.


Estudios urbanísticos realizados en 1929 y 1934 aconsejaban incluir a Barajas en la ampliación del término de Madrid, hasta que finalmente cuando se produjo dicha absorción, se incluyó en el Distrito de Chamartín hasta que en 1970 pasó al Distrito de Hortaleza, y en 1987 siendo alcalde Juan Barranco, se "independiza" pasando a ser el distrito número 21 que se divide en los barrios de Alameda de Osuna, Aeropuerto, Casco Histórico de Barajas, Timón y Corralejos. Ocupa una extensión de 4.266,59 hectáreas. A 1 de enero de 2020 contaba con unos 50.000 habitantes censados, de los cuales casi 20.000 residían en el barrio de la Alameda, algo más de 7.500 en Casco Histórico y Corralejos cada uno, y en Timón casi otros 13.000, con estos datos, lo que podemos demostrar es su destino como barrios dormitorio para muchos madrileños que se acomodan en las nuevas urbanizaciones, en particular Alameda, Corralejos y Timón. Cuenta además, con una Biblioteca y tres Centros Culturales, entre los que destaca el "Villa de Barajas" por estar ubicado en un edificio de ladrillo estilo mudéjar cerca de la plaza Mayor, que fue el Cuartel de la Guardia Civil hasta hace relativamente pocos años (cuya foto vemos arriba), cuando era un pueblo independiente; dos Centros Deportivos y otros tantos Centros de Salud completan la dotación del distrito. Esto para que nos ubiquemos.

En la foto de arriba podemos ver el Cementerio viejo, situado en una esquina del actual Caso Histórico de Barajas y que estaba a las afueras de la población, por cierto, que a su espalda están construyendo a día de hoy, un parque que tiene muy buena pinta. El nuevo Cementerio se ubica al otro lado de las carreteras de autovía que circundan y atraviesan el distrito. El origen del nombre tiene dos versiones: una dice que deriva del árabe "baraxa" por unión de los vocablos "axa", gran señor, y "bar", hijo de, aludiendo así a su dependencia de un "Gran Señor" y propietario cuyo hijo le da nombre al lugar; la versión medieval nos cita "baral" o "barales", una vara larga y gruesa que sería muy abundante en la zona, que fue modificándose hacia el vocablo "barajas". 


En 1919 irrumpe la aviación en España. Se crean diferentes aeródromos en Alcalá, Getafe y Carabanchel, pero se empieza a pensar en un lugar apropiado donde construir un aeropuerto, por lo que se plantea un concurso al cual optan Carabanchel Alto, Getafe, Vallecas y Barajas, se lo lleva éste último obviamente, el motivo fue que poseía un territorio amplio, llano y poco habitado, al mismo tiempo no demasiado lejos de la capital; era 1929. Los terrenos costaron menos de un millón de pesetas y se construyó una única pista de tierra, en círculo y con un edificio anexo según el proyecto ganador realizado por el ingeniero marqués de los Álamos y el arquitecto Luis Gutiérrez Soto. Entre los recuerdos de aquella época está el club Avión, conocido lugar donde la gente "bien" iba a tomar una copa y confraternizar, mientras observaban los aviones, o lo mismo no. No es hasta 1930 cuando comienzan los vuelos y dos años después, los de carácter comercial; pero al llegar la Guerra Civil, la actividad se paraliza; en 1939 se reinaugura con el aterrizaje de un avión de Lufthansa, casualmente. Se crean otras dos pistas más de tierra y aquí es necesario contar que el mantenimiento de las mismas se otorgaba a un oportuno rebaño de ovejitas o cabras que se comían la hierba ¡ya ves!, hasta 1944 no se asfalta la primera pista (¡adiós ovejas, adiós cabras!). Y a partir de 1950 comienza el desarrollo del aeropuerto, lo que afecta a la economía popular de Barajas que va cambiando de la agricultura a los servicios, mientras se comienzan a construir nuevas viviendas en forma de colonias o de casas individuales. Lo cual no quiere decir que abandone su esencia propia. "Bajar a Madrid" se hace por autobuses, hasta que en 1999 lega por fin el metro a Barajas con la linea 8, aunque lo lógico hubiera sido con la 5 que llegaba a la Alameda aprovechando el trazado del viejo "tren de la gasolina" (ver el artículo correspondiente cuyo enlace está en la introducción).



De estas tierras hay constancia de que existía un otorgamiento a un tal Martín Sánchez de Velasco que fue revocado en 1327. También se conoce de la existencia de "un privilegio" que Juan I otorgó a Pero (ó Pedro) González de Mendoza para que constituyera los señoríos de Barajas y de la Alameda, que eran dos aldeas distintas de antiguo y desconocido origen que hacia los siglos XII o XIII se articulaban en forma de pequeñas alquerías y granjas agrícolas al estilo musulmán, lo cual hizo el rey como pago de unos determinados servicios prestados, aunque ya hacía uso de ellas desde que en 1369 se las otorgara Enrique II, entre otras muchas más. Pero (o Pedro) González de Mendoza, señor castellano de transcendental importancia, ver biografía en Real Academia de la Historia (Guadalajara, 1340 – Aljubarrota-Portugal, 14/08/1385), estaba casado con Aldonza de Ayala y fue mayordomo mayor con Enrique II y con Juan I, su hijo, tuvo cuatro descendientes entre los cuales estaba un tal Juan Hurtado de Mendoza (lo de los apellidos yo tampoco lo entiendo) al que le correspondió el mayorazgo que comprendía Barajas y Alameda, creado y heredado en 1382. Pero Juan murió sin descendencia, así que según las disposiciones dejadas por el padre, el mayorazgo fue a engordar el que ya había recibido un hermano suyo llamado Diego (igual que el abuelo y que el bisabuelo iniciador de la saga), que formó un mayorazgo nuevo y más amplio en 1385, el cual confirmaría Enrique III. En 1397 y en testamentos posteriores, este último Diego deja Barajas (y otras cosas) a su prima Mencía García de Ayala, con la condición de que a su muerte los traspase a la hija de Diego, o sea su propia hija, llamada Aldonza (os sonará del Quijote, además de la propia antepasada), designándola tutora (ya cada uno que piense lo que quiera). ¡Y ahora viene el lío! Mencía presenta ante el municipio la cesión que le había entregado en 1397 Diego como respuesta a la reclamación presentada por Aldonza, la hija de Diego, que reclamaba la propiedad temiéndose lo peor, pues cinco años después de la muerte del padre, la tutora Mencía había casado con Ruy Sánchez Zapata, Rodrigo Zapata para los íntimos, nombrándole su heredero universal (¡de esto se entera "el Sálvame" y tenemos especiales para un mes por lo menos!).


Enterado del asunto, interviene el rey Juan II y dice que se pongan de acuerdo Ruy y el hijo mayor del fallecido Diego, llamado Iñigo, con lo cual a Aldonza ni caso así que a la pobre solo le queda morirse y así lo hace. Ruy no es ningún mindundi: ¡es Copero Mayor! tanto de Juan II como lo había sido de Enrique III. Los Zapata eran una dinastía que habían emigrado desde Navarra a Madrid con la clara idea de hacer fortuna, de hecho se dice que son descendientes de la dinastía del rey Sancho Abarca, pero que para dulcificar su apellido cambiaron la Albarca, un tanto basta, por la Zapata, más fina (el hecho no es broma, la forma de contarlo sí, mejor ver el escudo de la familia que figura sobre estas líneas para comprobarlo). De esta forma los Zapata pasan a ejercer su dominio que va creciendo exponencialmente. En fin, que una vez establecido Ruy, se vuelve a casar y tiene un hijo al que llama de igual forma (dicen que hubo otra rama de otro tercer matrimonio pero que se entendieron entre ellos de maravilla ¡la pela es la pela!), el segundo Ruy es padre de un tal Juan Zapata (nombre que si repasamos la historia familiar se repite en tíos, primos, hijos, sobrinos, etc. hasta volverte loco) que llegaría con el título de Copero hasta los Reyes Católicos siguiendo la tradición familiar y que casó en 1464 con María de Luján, otra saga de emigrantes aragoneses en busca de fortuna en la Corte de Madrid. Y tras varias generaciones de Zapata, llegamos a Francisco de Zapata y Cisneros (sobrino del famoso Cardenal por parte de madre, tal y como hace suponer el apellido), nombrado I Conde de Barajas al instaurar el título Felipe II a su favor, por los servicios prestados, pasando de "señor" a "señor Conde".



El Palacio de los Zapata estaba en la actual Plaza Mayor de Barajas, en un lateral haciendo esquina con la actual calle de Orion, pero ya no existe, allí falleció Francisco de Zapata y Cisneros (¿Madrid?, 1520 - Barajas, 20/09/1594), cuya biografía podemos leer en Real Academia de la Historia. Con el paso del tiempo, la saga aragonesa de los Zapata, condes de Barajas, se uniría a la cordobesa de los condes de Fernán Núñez y con la gallega de los condes de Cervellón, mediante oportunos matrimonios; algunos de sus familiares están enterrados en el particular cementerio cercano al Castillo de la Alameda de Osuna, cuyos terrenos ya sabemos que eran suyos y del que hablamos en el artículo al respecto citado al inicio. Por eso la actual plaza Mayor se llamó Plaza de los condes de Cervellón hasta el siglo XIX, durante el período republicano se denominó plaza de la República, luego fue la plaza de España y durante un tiempo tras la guerra Civil, plaza de los hermanos Falcó, titulares de los tres títulos dichos, además de otros actos que supuestamente merecieron tal privilegio, pero el pueblo reclamó y las autoridades concedieron cambiar el nombre al actual, que es el que le correspondía cuando Barajas era un municipio.



La estructura de la plaza conserva columnas antiguas, combinándolas con otras más modernas que siguen la línea marcada en su original levantado por el segundo conde de Barajas, Diego Hernando de Mendoza, como la típica plaza medieval, de soportales y abierta (ver en las fotos sobre el párrafo anterior), aunque por desgracia en 2011 se permitió la demolición de uno de los laterales ¡a pesar de estar "protegido"! (ya lo dijo Quevedo: poderoso caballero es don dinero). Actualmente en su centro hay una escultura en forma de pájaro desplegando las alas, sobre una fuente en un entorno ajardinado entre Cedros, Cinamomos y falsas Acacias, que parece un halcón, tal vez en honor a los que se usan en el cercano aeropuerto para mantener libre el cielo de bandadas de otras aves. Fue elaborada por el escultor José Torres Guardia en 1999 en piedra, se ubica dentro del vaso de un estanque que está rodeado por arbustos y plantas de flor, cuenta con cuarto surtidores de chorro vertical junto a la escultura, además de 27 surtidores perimetrales que impulsan el chorro hacia el centro del vaso, acompañados por otros tantos focos. 




A juego con ella, existe otra escultura similar en la esquina donde se encuentran la avenida General con la avenida de Logroño. Del mismo año y autoría de José Torres Guardia también, representa una figura redondeada y con el centro hueco en un círculo perfecto, realizado en piedra, se sitúa en el centro de un vaso con agua junto a unos pequeños jardines. 12 chorros de arco divergente rodean la figura y se acompañan de dos alineaciones semicirculares paralelas de 16 y 20 chorros respectivamente por la parte posterior, acompañados de focos de luz sumergidos.


En uno de los laterales de la plaza Mayor se conserva una referencia a la multitud de tahonas que se ubicaban en la población; en el siglo XVIII se conocían hasta 8 de ellas que daban servicio a Madrid. Barajas desde siempre fue territorio de buenas huertas y abundantes cereales que proveían las necesidades de las poblaciones cercanas. Y así siguió hasta que el aeropuerto puso en mano de sus vecinos otras labores. En uno de los soportales de la plaza vemos una pared donde aparece el título "TAHONA I", si el portal está abierto, podremos ver dentro un artilugio propio de estos obradores que ha quedado para el recuerdo.


En otro extremo de la plaza encontramos una fuente pública de agua de las que hubo por las viejas calles, cerca de la calle Camarillas (barrio de), antiguo camino hacia el poblado de las Rejas que bajaba hasta el arroyo de dicho nombre, y que hoy desemboca en un descampado con vistas al aeropuerto, donde se distinguen las pistas, algún hangar y se puede disfrutar del ruido de los aviones. Dicen que desde ahí parte un sendero que en casi 2 horas nos lleva a Paracuellos del Jarama rodeando el aeródromo, lo dejamos para otro día.



La antigua Casa del Pueblo, comprada y equipada por la Agrupación Socialista de Trabajadores de Barajas en 1912, se constituyó en un referente entre los vecinos para usos asistenciales, de auxilio, formación, etc., aún se puede ver desde fuera; tras la Guerra Civil fue incautada y cedida a "al sindicato" de entonces, la FET de las JONS y, por tanto, al Estado. Al cumplirse el centenario en el 2012, todos los grupos municipales se pusieron de acuerdo para solicitar la cesión del edificio al pueblo y así constituir un centro de documentación propio. Su estado de abandono y la ocupación que sufrió, debió acabar en un fuego por lo que se aprecia al asomarse a la reja de la puerta y es prueba de que nada se ha hecho (ver foto). Aprovechar esta foto porque ya nadie podrá sacar una igual, pues ha sido recientemente (enero/febrero 2022) derruida por decisión de... ¡ni idea!, pero la oposición pidió explicaciones.
 

Desde el lado opuesto de la plaza Mayor, podemos adentrarnos por la calle Orion para llegar a la plaza de Mercurio, donde se ubica la actual Junta Municipal del Distrito, que ocupa el lugar donde estuvo el edifico del viejo Ayuntamiento, del cual solo queda el recuerdo. Una campana figura junto a la fachada de la iglesia contigua, desconociéndose el motivo por lo que fue colocada ahí. Esta plaza peatonalizada que era la plaza Chica es un agradable y silencioso lugar donde podremos descansar.



Antes de continuar, quiero hacerme eco de un artículo publicado en la web de  madridciudadaniaypatrimonio, que aconsejo leer. Se trata del "Dintel del Hospital de San Julián". Según el autor, hacia 1573 la familia Zapata fundó el citado hospital en lo que era la calle San Julián, cuyo nombre tuvo que cambiarse a la absorción de Barajas por Madrid y le pusieron la de Orión que actualmente ostenta. Esta pieza se encuentra en la fachada del número 18-20, una antigua casa cuyo solar está pendiente "de algo", tal vez construir otro edificio. El caso es que aunque en la foto no se puede apreciar (en el artículo citado podéis verlo con detalle), sobre él hay una fecha: 1578, y unas letras que representarían los nombres de Jesús y María; un dintel de tal tamaño en piedra estaría en un edificio a juego y, lógicamente, en esos años habría muy pocos en la zona, siendo el citado hospital uno de los más idóneos, aduce con gran sentido el autor, aunque nadie piense en un edificio enorme, hay que tener presente su uso que explica muy bien dicho artículo, en que además se pide su conservación. También cita el autor, los indicios respecto a otra construcción de la misma época: Convento de Nuestra Señora de la Concepción de Franciscanos Descalzos y une fotos y mapas para ubicar éstos y algún otro más, leer el artículo, no os arrepentiréis.  



Y para meditarlo un rato, vamos a sentarnos junto a la Fuente que vemos en la foto, está en un lateral de la plaza de Mercurio frente a la Junta Municipal, alzada en 1999 cuando se remodeló la plaza, formada por un vaso pétreo que sirve de asiento también, mientras un surtidor central rodeado de ocho chorros de baja altura, en sentido divergente para simular la silueta de un cáliz, expulsan el agua a la sombra de un Magnolio, falsas Acacias y Aligustres del Japón.


Enfrente se abren los JARDINES DE MANUEL JIMENEZ inaugurados en 2018 en memoria del último alcalde democrático del Ayuntamiento de Barajas, que lo fue en diferentes épocas y hasta escasos días antes del fin de la Guerra, destacó por ser promotor de la escolarización infantil en Barajas. Al acabar el conflicto bélico fue detenido y encarcelado durante dos años, cuando recuperó la libertad, volvió a su antiguo oficio como jardinero, aunque lo que no pudo recuperar fue su condición de afiliado al partido socialista y al sindicato UGT. Natural del mismo Barajas, nació el 15 de julio de 1887 y falleció en Madrid el 15 de febrero de 1971.


La iglesia contigua es la Parroquia de San Pedro de Antioquía, original desde la fundación que realizó el mentado Francisco Zapata y Cisneros, señor de la Alameda y conde de Barajas, como hemos visto y demuestra el escudo familiar que figura en las dos columnas a los lados del Altar Mayor, del cual hemos visto en foto más arriba.


En la Iglesia se encuentra la tabla de Nuestro Señor de los Milagros, donde aparece Jesús departiendo con María y Juan en la “santa conversación”, incluye otras representaciones más; es muy adorado en Lima, Perú. A la entrada hay una media lápida, falta la otra media, en la que parece leerse un nombre femenino “Lucía” y hay unas flores que podrían ser parte de la identificación de una orden religioso-militar medieval hoy desaparecida, con ambas pistas tal vez se podría saber a quién pertenecieron. También la parroquia es sede de la Hermandad Rociera, se conoce en el "simpecao" y la bandera de Andalucía que hay en un lateral.



Muy cerca de allí está la plaza del Jubilado, magnífica idea de quien pensara en este pequeño homenaje, por cierto. Dotada de jardines y sombras, zona infantil y de juegos para mayores. Que forma un remanso verde igual que los que vemos a lo largo del Casco Antiguo en otras plazas y cruces que nos sorprenden a la vuelta de una esquina, tanto la propia plaza Mayor y la de Mercurio visitadas, como los jardines sin nombre que nos podemos encontrar paseando por la calle Araceli, o la de Ayerbe junto a los aparcamientos y desde la que podemos contemplar el aeropuerto, la de Alar del Rey a la entrada por la avenida de Logroño y en esta misma avenida, o la de Alas y su particular zona de juegos de chito, bolos o lo que cada cual quiera, la calle Trópico a la espalda del Centro de Mayores y luego en el cruce con la calle Canal de Suez, o la plaza de los Pajarones, la plaza de los Pilares, etc. No olvidemos que según estadística anterior a la pandemia, Barajas era el segundo Distrito en número de árboles por habitante que, teniendo en cuenta que más de la mitad de su territorio está privado de arboleda por el aeropuerto, sale a una gran proporción y podemos decir que es un Distrito Verde. De hecho, abundan y se distribuyen por todos los parques, jardines y calles: falsas Acacias, Plátanos de sombra,  Aligustre del Japón, Cedro llorón y del Atlas, Cinamomos, Olmo de Siberia, Arce Negundo... algunos Almez aquí y allá, con Ciruelos púrpura, también a la entrada desde la rotonda de la Soledad, donde se ven Olivos, Encinas y Pinos piñoneros, con Ciprés de Leyland, etc. y una especie que nunca había escuchado: el Zalkova Japonesa o Keyaki cerca del inicio de la avenida General.


También podemos destacar la plaza de Nuestra Señora de Loreto y sus alrededores, perteneciente a la Colonia Iberia, que mantiene un gran rosetón al fondo con la imagen de dicha Virgen adoptada por la aviación como su patrona y cuya parte abierta corresponde a la calle Gran Poder. La Colonia se dedicó a empleados de la empresa Iberia (creada en 1927) dentro de la costumbre adquirida de promover vivienda protegida para los trabajadores de determinados colectivos o empresas, aunque en este caso la declaración de protegida no llegó hasta 1957. 


Fue levantada en agosto de 1949 según proyecto del arquitecto Fernando Montes; para que nos hagamos una idea de cómo era de grande la población de Barajas en relación a lo que es hoy día, decir que estaba en las afueras. La Plaza era el centro neurálgico, pues en sus soportales había comercios y una escuela, sobre la cual se construyeron dos plantas de pisos. Su estilo bascula entre las novedosas líneas de espacios abiertos y la de bloques cerrados (caso de los que se contruyeron en la calle Plus Ultra), usando la austeridad típica de las construcciones de la época pero mucho más relajada que en otros casos de viviendas del período franquista. En 1953 bajo el mismo arquitecto, se levantaron otros edificios de viviendas un poco más arriba alcanzándose en conjunto las 336, los bloques variaban su diseño (en linea alrededor de la plaza con soportales, en cuadrado cerrados como los vistos, o en línea formando una E con varios brazos horizontales, etc.), y en cuanto al diseño desde las mayores que contaban hasta con puerta de servicio y cubrían los 90 m2 destinadas a empleados de alto nivel, hasta las más sencillas "soluciones habitacionales". Debido al uso de materiales de no muy buen calidad su progresivo deterioro aconsejó la intervención posterior, se establecieron proyectos de  rehabilitación en 1975 y 1990 que no llegaron a fructificar, pero por fin, en 2001 se produjo una remodelación integral que ahora se puede ver, aunque algún bloque original ha desaparecido, nos podemos hacer una idea de lo que fue la vida aquí.


A la espalda de la plaza, en la calle Aeronave, encontramos unos pequeños jardines pero muy frondosos, que hacen esquina con la calle Timón, a lo largo de la cual nos iremos cruzando con otras zonas verdes que cuentan con zona de juegos infantiles, alguna pista de patinaje incluso, lugares de descanso siempre y frondosas sombras de las que los vecinos pueden disfrutar. El aprovechamiento que se ha hecho de determinadas esquinas me parece muy apropiado, es muy corriente encontrarse con pequeños espacios arbolados y con algunos bancos, parterres y flores, lo mismo a lo largo de las viejas calles reconstruidas sus viviendas como entre edificios de nueva planta. Para otro día dejamos el paseo por el interior de los nuevos barrios de Alameda, Corralejos y Timón.


Si subimos por la calle Gran Poder vemos dichos bloques y andando un poco llegaremos a la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, situada en la rotonda de la avenida de Logroño que evita el cruce con la M11 y sirve de recibimiento a los visitantes y vecinos. El mantenimiento corresponde a la Hermandad de Labradores de Barajas pues su advocación pertenece a dicho colectivo. Permanece cerrada debido a la dificultad de acceder a ella por un único paso en la rotonda, de hecho, sólo se abre durante las fiestas populares del Distrito en septiembre, tiempo de recolección agrícola, lo que nos confirma que la advocación tiene mucho que ver con los labriegos en su origen. Su construcción, igual que la Parroquia de San Pedro, combina el ladrillo con la piedra y es robusta y casi recuerda a una pequeña fortaleza en medio del otero desde el que vigila y protege a sus fieles, corresponde al siglo XVII igual que el retablo de su interior, cuenta con las tallas de la Virgen de la Soledad en el centro, como titular del templo, y de Jesús Nazareno y Santa Rita de Casia en los laterales. Prometo intentar visitarla por dentro.



Y aunque el paseo acaba, el Distrito sigue. Si tomamos la calle Artemisa paralela a la M11, llegaremos hasta "el Mirador de la Playa", una plataforma de adoquines que corona un montículo al que se llega por un camino de tierra pero delimitado, en el que nos vamos encontrando la altura que alcanzamos según subimos, escrito sobre unas losas... No voy a decir cuánto es al final, ahí lo dejo para verlo el próximo día. Lo que son espectaculares son las vistas desde este punto hacia la sierra de Madrid, las 4 Torres (ya son cinco) y los barrios colindantes. Al lado de este mirador, se encuentra uno de los varios pasos elevados sobre la autopista (uno de ellos sólo peatonal), que permiten la unión entre el barrio de Corralejos y el de Timón. Justo debajo del mirador, también distinguimos una rotonda un tanto desangelada (ver foto) desde donde se inicia el BOSQUE URBANO DE BARAJAS. Aquí lo dejamos y aquí lo retomaremos.



@ 2021, by Santiago Navas Fernández

P.D.- Quiero insistir que en este como en otros artículos de este blog, las fotos son propias salvo las antiguas. Las citas a otros blogs y/o artículos publicados, sólo pretenden ampliar la información mejor contada por expertos que no por un paseante de tantos como somos. Se agradece la difusión de mis artículos que están a disposición de quien quiera usarlos.

 

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