2ª parte: SIETE MINI RELATOS CON SONRISA PARA EL CONFINAMIENTO

CUMPLEAÑOS

Hoy es el día de cumpleaños de mi mujer. Estoy triste porque no he podido salir a comprarle ningún regalo, tampoco he podido invitarla a comer ni llevarla al teatro y luego cenita romántica. Por lo menos he podido comprar dos donuts en la panadería, le hemos puesto cerillas y hemos cantado con Parchís. Es triste, si, pero bueno, el año que viene será mejor… (¡la pasta que me he ahorrado!)

Ah, no, perdón, que dice mi mujer que en cuanto levanten el confinamiento, lo celebramos y aún más… snif, señores del Gobierno, tengan en cuenta que luego viene la alergia de primavera, los resfriados de verano, la gripe del otoño… no sé, yo creo que podíamos aguantar un añito más de confinamiento ¿no creen?

DÍA 2

Mi mujer y yo hemos discutido y nos hemos repartido el apartamento. A ella “le ha tocado” la cocina, el dormitorio, el baño y la tele. A mi el resto, o sea: el salón, el aseo y la puerta de la calle por la parte de fuera, bueno, también el ordenador. Así que, si quiero ver la tele, le tengo que ceder sitio en el sofá. Lo bueno es que, si no me deja acceder al baño, no me puedo duchar y esto al cabo de unos días... 

Ahora vendrá el tema de la comida, porque la cocina es suya. ¡Ya me pongo en lo peor, estoy viendo que me va a tocar limpiar mi parte!

RUTINAS

09:00 levantarse, aseo personal, desayuno generoso para coger fuerzas y poder hacer la limpieza de la casa;

11:30 piscolabis y nos sentamos a escuchar las noticias;

13:30 aperitivo, si puede ser en línea con amigos y/o familia, bien, si no, otro día será. Este horario se puede adelantar algo en función de las necesidades;

15:00 concluido el tiempo libre desde el aperitivo, preparación de viandas y comida viendo las noticias. A lo que seguirá sin solución de continuidad, siesta generosa;

17:30 piscolabis, que dormir abre mucho el apetito, tiempo libre de lectura, redes sociales, etc.;

19:00 merienda para coger fuerzas que a las 8 hay que aplaudir a rabiar, si se puede y la vecindad se presta, ejercicios en forma de baile, si no, en privado;

21:30 preparación y engullido de cena, frugal, mientras vemos las noticias, tras lo cual y una vez recogida la mesa: película, serie o similar en el sofá con copa y cositas de picar;

23:55 recena, para que el cuerpo no se oxide y porque hemos tenido emociones muy intensas ante el tv;

00:55 segunda copa, si hace falta acompañar de algo de picar (sugerencia: croquetas variadas, una o dos por persona) hasta la hora de acostar.

ATENCION: hay que respetar escrupulosamente las comidas y las horas de sueño, si no, la dieta no funciona correctamente y nos puede producir abultamientos no deseados.

EL PISITO

“¡Uy, que mono!”, “¡es una delicia, todo a mano!”, “¡qué fácil de limpiar”! así cada cuál al conocerlo, quedaba encantado con nuestro pisito. Al principio hicimos alguna cenita con amigos y eso, no muchos, claro.  Alguna fiestita, un cumpleaños…

Ahora no viene nadie.

Ahora escuchamos a lo lejos sirenas y aplausos a las 8 de la tarde y nos asomamos a la única ventana de nuestro monísimo piso de 30m² que da a un patio de luces interior.

¡Qué bien!, pensamos entonces, no tendremos que aguantar ruido de vecinos, la temperatura será siempre la misma ¡qué bien!... Llevamos quince días metidos en una cueva ¿qué digo cueva? Cuchitril 

Pero tenemos una ventaja, cuando salimos a aplaudir chocamos nuestra mano con la del vecino de enfrente, por supuesto con guantes. Es otra forma de socializar. 

CROQUETA

Los nervios están a flor de piel, como suele decirse. Hacer tres días que mi mujer no me habla, se prepara su comida y a mi me tira un mendrugo de pan en el mejor de los días, así que debo hacérmelo yo si quiero algo más. La primera noche dormí en un sillón (no tenemos sofá), las otras dos me ha dejado tumbarme en la alfombra junto a la cama. Es un paso.

Estábamos bien, llevábamos el confinamiento bien. No sé, creo que todo se torció cuando le dije que parecía una croqueta. Pienso que no entendió el chiste porque tiene el sentido del humor muy tocado. Eso sí, agradezco al Gobierno que prolongue el confinamiento, puede que me perdone, aunque solo sea por hablar con alguien.

DIA 18: LIMPIEZA

He descubierto rincones que ni sabía que tenía en casa. Me he aventurado por lugares inhóspitos tras los muebles y no explorados desde que los pusieron. He recorrido las oscuridades bajo sofás, camas y diverso mobiliario con la linterna y un cepillo, recogiendo rastros que varios años allí depositados, aceitunas momificadas, migas de pan como rocas de granito, monedas sueltas con la efigie del emérito, calcetines de trágico final…  Por no mencionar la de secretos y recuerdos que han aparecido tras los libros de la estantería.

Creo que, junto con la resistencia al lavado constante de manos durante varias veces al día, estoy experimentando cosas inimaginables gracias al confinamiento. Incluso me ha dicho mi mujer que, tras las manos, pruebe con otras partes de mi cuerpo.

¡Resulta increíble lo que la piel humana aguanta sometida a frotación de agua y jabón!

PENÚLTIMO DIA DEL CONFINAMIENTO

MI vecino está gritando como un loco: “pringaos, que sois unos pringaoooooos ¿Qué vais a iros pasado mañana a un bar? Pero si van a estar todos copados ¿o no os habéis enterado qué están dando número y hora para entrar? Jajajajajajajaja ¡¡¡Yo ya tengo reservado cincooooooo, jajajaja, uno cada día a partir del de apertura, que no voy a salir de uno nada más que para irme al siguiente ¡¡¡pringaooooooos!!!! ¿sabéis lo que quiere decir “aforo máximo”? pues que no vais a entrar porque no cabéis y lo que menos quiere el del bar es que le pongan una multa por exceso de borrachooooosss, jajajajajaja, pero yo no, yo ya tengo hechas mis reservaaaaaaaasss ¡pringaos!

Y el tío descojonao desde su balcón, ¡será cabrón!

@by Santiago Navas Fernández