CUMPLEAÑOS
Hoy es el día de cumpleaños de mi mujer. Estoy triste porque no he podido salir a comprarle ningún regalo, tampoco he podido invitarla a comer ni llevarla al teatro y luego cenita romántica. Por lo menos he podido comprar dos donuts en la panadería, le hemos puesto cerillas y hemos cantado con Parchís. Es triste, si, pero bueno, el año que viene será mejor… (¡la pasta que me he ahorrado!)
Ah, no, perdón, que dice mi mujer que en cuanto levanten el confinamiento, lo celebramos y aún más… snif, señores del Gobierno, tengan en cuenta que luego viene la alergia de primavera, los resfriados de verano, la gripe del otoño… no sé, yo creo que podíamos aguantar un añito más de confinamiento ¿no creen?
DÍA 2
Mi mujer y yo hemos discutido y nos hemos repartido el apartamento. A ella “le ha tocado” la cocina, el dormitorio, el baño y la tele. A mi el resto, o sea: el salón, el aseo y la puerta de la calle por la parte de fuera, bueno, también el ordenador. Así que, si quiero ver la tele, le tengo que ceder sitio en el sofá. Lo bueno es que, si no me deja acceder al baño, no me puedo duchar y esto al cabo de unos días...
Ahora vendrá el tema de la comida, porque la cocina es suya. ¡Ya me pongo en lo peor, estoy viendo que me va a tocar limpiar mi parte!