La Ampliación se construyó a mediado de los años 50 del siglo pasado y es obra del arquitecto Severiano de la Peña y Costa. Lo más característico es el Pórtico de O´Donnell, entrada que es desde la avenida de las 13 Rosas, realizada en el austero estilo con esa sosería de los edificios oficiales de la época, de fría piedra, rectilínea y algo tétrica. Consta de dos grandes portones para vehículos y otros menores para el paso de peatones. Llama la atención su galería superior con unos grandes ventanales en cuyo hueco se ha colocado una estructura en forma de cruz, curioso para un Cementerio no religioso.
Adosados a los lados hay sendos edificios de servicios, en uno de ellos, el que vemos en la foto, vivía el guarda del cementerio con su familia, de gratis claro, como ocurría en tantos otros y que ya vimos, por ejemplo, en nuestro paseo por el CEMENTERIO BRITÁNICO citando una curiosa anécdota sobre Rita Garrido, la hija del guarda (ver aquí).
A partir de ahí nace una avenida de dos sentidos y bulevar ajardinado central. Tras una primera formación de bloques de Nichos y sepulturas, se abre en los laterales una nueva forma de enterramiento en pequeñas lápidas para urnas, todas de un tipo similar y custodiadas por arbustos llamados Callistemon laevis, conocidos como Limpiatubos, árbol del cepillo y/o escobillo rojo, cuyo nombre lo dice todo. Y un gran arbolado de Olmos, además del común en estos recintos, el Ciprés, usado como ya expliqué en otro momento, porque sus raíces se adentran rectas hacia abajo en el suelo y así no afectan a los hitos funerarios sean nichos, tumbas, panteones o esculturas.
Un poco más adelante existe una zona más amplia central que no se puede considerar como unos jardines porque únicamente constan de césped y árboles en el contorno de su espacio, pero en todo caso, podrían servir como lugar de remanso si se les añadiera bancos, caminos, algunos arbustos y flores. En general circulando por esta vía de la ampliación no siente uno el espíritu de recogimiento propio de un Cementerio, puede que se deba a su gran extensión y la gran vía por la que circulamos, a los lados se abren otros caminos y calles más estrechos con tumbas y panteones de forma similar a lo visto en las Mesetas.
No será la única figura que encontraremos en estatua, tumba o panteón por esta zona. Sobre esta foto vemos la dedicada a Juanita Cruz, de nombre Juana Cruz de la Casa (Madrid, 12/02/1917 - Madrid, 18/05/1981), fue una torera (o toreadora) considerada como una de las pioneras del toreo femenino español. Su primera corrida la hizo con 15 años, lo que causó un gran revuelo y se la prohibió torear, no obstante, premiso tras permiso especial, comenzó su carrera junto a Manolete, entonces un desconocido, y Dominguín. Consiguió fama y fue muy considerada, de fe republicana huyó a América cuando se produjo el golpe de Estado que dio lugar a la Guerra Civil y posterior dictadura. El franquismo prohibió el toreo femenino, pero ella estaba ya muy lejos. Tras la Segunda Guerra Mundial regresó a Francia, junto a su hermano exiliado español; ya retirada, años después entraría en España pero anónimamente. En total fueron 700 corridas con su indumentaria muy personal, traje de luces y falda larga. La escultura es obra de Luis Sanguino.
El Crematorio del Cementerio de La Almudena se inauguró en 1973 y fue el primero que funcionó en España. En un principio la mayoría de los usuarios eran extranjeros que fallecían en Madrid y alrededores. En 1981 solo se incineró al 1,5% de los fallecidos, mientras que al 98,5% restante se les dio sepultura. En los últimos años ha ido en aumento el número de personas que se incineran llegando así a un 65% de incineraciones frente al 35% de inhumaciones en 2017. En 2019 las incineraciones alcanzan el 70% del total de servicios. Junto a él, encontramos edificios de galerías internas que funcionan como Columbarios, entre tanto enterramiento hay uno muy conocido, el de José Luis López Vázquez.
El jardín PARQUE DE LAS MARIPOSAS está dedicado al recuerdo de los bebés que fallecieron durante la gestación o poco después de nacer. Consta de columbarios en pared y arbustos alrededor, una zona ajardinada con rosas blancas en un entorno sereno para el esparcimiento e inhumación de cenizas. Paseando en su interior podemos encontrarnos con una fuente, un monolito y bancos blancos que invitan a la reflexión, visibilizando el duelo perinatal y ofreciendo un espacio digno y especial para honrar a los más pequeños.
Y con esto concluimos nuestros paseos para conocer el CEMENTERIO DE LA ALMUDENA y esos pequeños espacios interiores con nombre propio y mucha historia. Quizá a alguien le parezca triste o morboso, pero la realidad es que la muerte es lo único seguro en la vida, nada muere si antes no ha tenido vida, e incluso la muerte no llega hasta que no se olvida al fallecido. Por eso en algunas culturas existen costumbres para conservar ese recuerdo vivo, sino específico con el paso de las generaciones, al menos si con monumentos generales. Como más cercanos a nosotros, los Altares del Día de los Muertos en muchos países de América del Centro-Norte y del Sur (no sólo México), curiosamente, en países asiáticos más orientales, se encuentran ritos con ciertas similitudes a los citados de América, o quizá no sea tan casual.
¿Acaso el océano Pacífico actúa cómo transmisor de costumbres?
@ 2025, by Santiago Navas Fernández
Otras zancadas sobre el Cementerio de La Almudena:
-) El Cementerio Civil, el Cementerio Hebreo y 3 monumentos más. Ver aquí.
-) La Elipa (I) y el Cementerio de la Almudena. Ver aquí.
-) Un poco de Historia Ver aquí.
-) Del Pórtico a la Capilla. Ver aquí.
-) Del Cementerio Antiguo y la Necrópolis. Ver aquí.
-) Las Mesetas. Ver aquí.



















No hay comentarios:
Publicar un comentario