En realidad estamos hablando del PARQUE DE LA EMPERATRIZ MARIA DE AUSTRIA, conocido popularmente por diversos nombres. Es el gran parque del sur de Madrid y más en concreto, del distrito de Carabanchel. Por detrás de él en este distrito, encontramos el PARQUE DE LAS CRUCES (ver visita pinchando aquí), la PARQUE DE SAN ISIDRO (visitado aquí) y el PINAR DE SAN JOSÉ como siguientes en extensión. La entrada está detrás de la gran e impresionante puerta del Intercambiador que encabeza esta zancada, construido entre 2004 y 2007 para albergar los autobuses procedentes de las poblaciones del sur (Getafe, Parla, etc.) liberando así la plaza de algo más de carga de tráfico y conectando con Metro, líneas 6 (desde 1981) y 11 (desde 1998), además del ferrocarril de Cercanías a Toledo.
La Plaza Elíptica ha sido históricamente un cruce de caminos nada más y nada menos, pero sin ser una plaza hasta que Carabanchel no es adherido a Madrid en 1948, cuando se empieza a aplicar el Plan Bigador de 1946. Además de la carretera a Toledo, por aquí pasaba el ferrocarril que sólo llegó a existir en parte, que iba a San Martín de Valdeiglesias, paralizado tras la II República y reconvertido en militar sólo hasta los cuarteles a la salida de Madrid hacia Extremadura, su trazado lo ocupa ahora la Vía Lusitana, aproximadamente. De igual forma, la entrada desde Toledo se derivó a Santa María de la Cabeza con la construcción en 1952 del Puente de Praga (vimos los puentes del Manzanares en nuestro recorrido por el PARQUE LINEAL citado aquí). En 1954, la plaza recibió el nombre de José María Fernández Ladreda, ministro de Obras Públicas entre otros numerosos cargos políticos, aunque en realidad era militar. El nombre original lo recuperó la plaza en 2017, el cual sobre todo describe su forma. En el centro, un gran jardín con muy crecidos cipreses sobre una pradera de césped y flores de temporada ocupa la mitad del espacio total, la otra mitad es para una fuente, con un estanque central redondo en cuyo centro tiene un surtidor de elevado tiro de agua que cae sobre otro vaso concéntrico de mayores dimensiones que en su lado interior contempla otros surtidores de menor altura constituyendo un muro de agua que da frescor al césped, flores y árboles citados. Adheridos a este gran vaso a ras de tierra, otros dos estanque bajos más de formas irregulares y redondeadas, contienen el agua que unos surtidores con chorros más fuertes en el centro y más bajos en la zona externa, lanzan moderadamente, de forma que ni el viento arroje el líquido elemento sobre el tráfico que pasa por la rotonda. Actualmente la plaza tiene una cierta restricción a la circulación de determinados vehículos más contaminantes y además, en 1986 se inauguró el paso subterráneo que entra o sale de Madrid desde o hacia Toledo, todo ello por las grandes concentraciones de CO2 que provocaba el exceso de circulación.
El parque dibuja a vista de pájaro, un hermoso triángulo verde cuya cuña se inserta en la plaza y su base están en la avenida de los Poblados y la calle Cazalegas, con los laterales acotados por la Vía Lusitana y la carretera de Toledo, la A42; tiene una extensión de 597.458 m2, en la cual se distribuyen, según descripción del Ayuntamiento en su página web, las siguientes especies:
Árboles. Nº total de unidades arbóreas: 7.995
Pino piñonero 31%
Olmo de Siberia 9%
Plátano de sombra 9%
Ciprés de Arizona 5%
Arbustos. Nº total de unidades arbustivas: 341
Adelfa 18%
Laurel 16%
Tuya 9%
Macizos arbustivos.
Adelfa 29%
Pitosporo 8%
Agracejo 7%
Es fácil aparcar allí o en los alrededores por la Vía Lusitana, que tras una profunda mejora, presenta un arbolamiento admirable, habiendo dejado mucho espacio para aparcar, pero cuidado, los jueves hay mercadillo. No obstante, la Plaza Elíptica conecta varias líneas de autobuses y las 6 y 11 del metro. Comenzaremos desde ahí, saliendo del intercambiador.
Pero antes de nada, vayamos con la parte culta ¿quién fue la Emperatriz María de Austria y Portugal? Pues conviene aclarar que el título no le viene por España sino porque casó con Maximiliano II de Austria, un primo suyo, con quien tuvo un montón de hijos e hijas; pero no se crea usted que llegó descalza a la boda, porque era hija de Carlos I en España y de Carlos V en Alemania (bueno vale, ambos son la misma persona, pero así le daba un poco más de intríngulis) y de la Emperatriz Isabel de Portugal, enésimo cruce de los dos reinos peninsulares tras los Reyes Católicos ¡a ver si de una vez nos unificábamos!, pero a la vista está de que no fue.
Carlos I de España y V de Alemania (¡siempre tienen que ser más los germanos, oye!) era hijo de Juana I, la hija de los Reyes Católicos (más conocida injustamente como "la loca") y de Felipe I, "el Hermoso" (nuestro primer Habsburgo, que aquí simplificamos en Austria), y de ahí le vinieron los títulos, que sumados dieron lugar a la corona más fornida del mundo en aquella época, por extensión y fuerza militar, aunque lo cierto es que muchos disgustos y esfuerzos le costó al Rey sacarlo adelante. Ya puestos, podía haber creado la Unión Europea y habríamos ganado unos siglos, pero no estuvo al tanto.
Los reyes Carlos I e Isabel de Portugal, tuvieron cinco hijos y les sobrevivieron cuatro. La reina falleció a los 36 años, con lo que el Rey se quedó muy tocado, de hecho, no se volvió a casar, aunque tuvo sus líos, porque dejó varios "bastardos", alguno famoso y todo. María fue la primera hija hembra de los citados, pero la segunda en el número de hijos, por detrás del futuro rey Felipe II. Nació en 1528 en Madrid. Tuvo varios hijos a su vez, entre ellos Ana de Austria, que fue la cuarta y última esposa de Felipe II, su tío. Pero no penséis mal, no hubo incesto porque esto ocurría con relativa frecuencia por diversos motivos de Estado, en este caso, fue por la herencia del trono; no conseguía Felipe heredero ninguno y como la estirpe de "las Austria" solían dar muchos niños, pues acordaron la boda como mejor solución, de hecho tuvo 5 y uno de ellos llegó a ser Felipe III; en honor a la verdad, la primera esposa de Felipe II le dio un descendiente, Carlos, pero falleció en extrañas circunstancias siendo aún muy joven.
Pero sigamos con la emperatriz María de Austria y Portugal: su esposo, el emperador Maximiliano II falleció en 1576 y unos años después, ella se volvió a España, que hace mejor tiempo y además no hay herejes saliendo por las esquinas, y se fue a vivir con su hija y su hermana al Convento de las Descalzas Reales de Madrid, asistida por el maestro Tomás Luis de Victoria, pero no como religiosa, pues continuó su activa vida en la Corte. Por ejemplo, apoyando la constitución del Colegio Imperial y la construcción de la nueva Colegiata sobre la base de la Casa de Estudios que los Jesuitas tenían donde hoy día está el Instituto San Isidro, en la calle de Toledo, aportando incluso terrenos de su propiedad. Al Colegio le abastecía La Casa Grande de Torrejón de Ardoz, cedida a los Jesuitas también por doña María; este lugar producía, además de alimentos, otras cosas como ladrillos para las obras de los Jesuitas en Madrid y era quien surtía de viandas a la Casa Imperial, de hecho era la mayor finca agrícola de Europa de su tiempo. Hoy es una instalación hotelera que cuenta con el Museo de Iconos, único en el continente.
El legado de la Emperatriz a la Compañía de Jesús tras su muerte, fue causa de disputa judicial por parte de sus herederos naturales y retrasó muchos proyectos mientras decidían los jueces qué sentenciar. No sé si tal debate influyó en la posterior expulsión, casi un siglo después, de la citada orden religiosa o fue por los principios en que se basa.
Y ahora ya podemos visitar el Parque, que es a lo que estamos. Nuestro recorrido parte de la salida que hay detrás del intercambiador de transportes sito en la Plaza, desde allí se extiende un paseo arbolado y rodeado de praderas verdes, con arbustos y flores, que es muy agradable, liso y ameno. Según avanzamos, vemos a la derecha, junto a la Vía Lusitana, edificaciones que corresponden a un gimnasio, piscina, restaurante y a otros comercios, pero que no se adentran en el Parque, sino que están en esa acera y lindan con él, separaos por una pequeña calle para servicio de los dichos locales.
Este camino que tomamos discurre paralelo a la Vía Lusitana y bordea lo que era el parque original, una zona llana, en cuña como un triángulo invertido, que se va ensanchando según avanzamos y da cabida a zonas infantiles, pistas para jugar al chito y calva, un circuito biosaludable, algunos aparatos de salud y hasta un campo de fútbol con hierba artificial: la Escuela Oficial de Fútbol Carabanchel. Desde el sendero propuesto atisbamos a ver parte de la zona incorporada posteriormente y donde se incluyó un lago artificial. No bajemos hasta él, sigamos el sendero que se mantiene y pasa junto a nuevas y espectaculares zonas de juego infantil cubiertas por frondosas sombras de diferentes especies como Plátanos de Sombra, Cipreses, Chopos, Arizónicas, etc. hasta que llegamos a un mirador desde el que podremos contemplar el final de Madrid por el sur, podemos optar por descender por unas escaleras que se abren ante nosotros o dar la vuelta y hacer el camino de regreso buscando siempre el sendero más cercano a la carretera de Toledo para ello.
Si hemos optado por esto último, comprobaremos que es similar al camino por el que vinimos, es parte del circuito bio saludable que los constructores del Parque diseñaron. Además de las especies dichas, existen algunos Magnolios y numerosos Arces que ayudan a mitigar la solanera. A la mitad más o menos, hay un camino que cruza y que destaca entre los diferentes senderos, lo tomaremos en dirección izquierda para llegar nuevamente a la vista del lago, más o menos donde lo descubrimos, pero si no lo encuentras, coge en dicha dirección, ya sabes que "todos los caminos conducen a Roma", además, la observación te indicará donde esta el campo de futbol y el sendero de descenso que buscamos.
El lago se creó con la intención de que sirviera de referente para las aves, un cartel nos advierte de los trabajos que se hacen para que los pájaros adecuados establezcan allí su hogar (datos a 2020). En reciente visita a final de agosto de 2025, el lago aparece con una isla central naturalizada y numerosas aves acuáticas instaladas en el agua, así mismo, en un recorrido ornitológico he podido comprobar la presencia de variedades como Palomas domésticas y Torcaz, Pito Ibérico, las inconfundibles Cotorras argentinas y alguna otra de Kramer, el Carbonero común y el Garrapinos, Abubilla, Mirlo, Estornino, Golondrina, la tan común Urraca, Papamoscas, etc. El lago está surtido desde una ría que nace en una gran fuente cerca de la Vía Lusitana. Te recomiendo que por el camino que descendimos sigas en dirección recta, sin ir directamente al lago, así verás el inicio de la ría, al otro lado de la cual o si la cruzas por uno de los varios puentes que la jalonan, encontrarás un panel explicativo del proyecto ya en desarrollo y un poco más allá, un otero artificial para observación, merece la pena subir y ver el entorno y el surtidor central de agua como muestro en la foto bajo este texto.
Desde ahí y por una zona algo más árida con Pinos y Acacias en particular, donde también se han proyectado modificaciones del paisaje como la pradera de plantas de flor natural para atraer mosquitos fertilizantes en particular, puedes caminar dando la espalda a la zona del lago y llegarás hasta las pistas de bicicrós y cometas y te cruzarás con un carril bici accesorio al ANILLO VERDE CICLISTA que viene desde la avenida de los Poblados hasta la plaza Elíptica. También te encontrarás con un reservado para perros, pistas deportivas, campo de Voleibol, rocódromo, etc. Y con el Auditorio, no excesivamente grande, pero en el que se han llegado a proyectar películas en las noches de verano. Es una zona muy bien aprovechada.
Si continuamos hacia la calle Cazalegas, admiraremos los pinares que allí se encuentran y al final, en la entrada más al Sur, la Avenida de los Poblados; nos encontramos con las escaleras al mirador que mencionamos antes, subirlas es atrevido pero bonito, son cómodas y van descubriendo el Madrid de esa parte de forma pausada. Salvo que el termómetro suba mucho, es recomendable. Y si no quieres, puedes bordearlo por el lado de la carretera de Toledo y seguir hasta el inicio de nuestro recorrido, seguro que descubres algún rincón interesante.
Y con esto ya hemos terminado el paseo, sólo nos queda perdernos por los laterales, por los caminos no visitados, aunque los hayamos visto de lejos al pasar, que transcurren entre praderas de un cuidado césped, por lo menos hasta llegar al Pinar propiamente dicho en la parte trasera, sentarnos en los sombreados bancos a disfrutar del canto de los pájaros y de la agradable sombre. Eso sí, si quieres hacer un alto y beber o comer algo, depende de ti, porque no hay ningún quiosco a mano, fuentes sí encontrarás, pero tampoco aseos públicos en todo el recinto, craso error que se repite en numerosos espacios de ocio.
@ 2020/2025, by Santiago Navas Fernández
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