
Por alguna razón sin concretar, vamos a salir desde la parte de atrás del PARQUE DEL CUARTO DEPÓSITO ubicado en la plaza de Castilla, el cual ya visitamos (ver aquí), pues esa es una esquina de la demarcación actual de Nueva España, barrio que contiene parte del origen de la población de Chamartín de la Rosa, junto con otro barrio, el de Castilla, del que ya hablaremos. Nos movemos por la calle Mateo Inurria, un vial asfixiado por el multitudinario tráfico que lo recorre y aceras, a veces imposibles. Sin embargo, hace un siglo más o menos, esto era un lugar de recreo y se levantaron varias colonias que vamos a visitar, como continuación a las que ya hemos visto en anteriores paseos por Chamartín.


Nos metemos por la primera bocacalle a la derecha, calle Daniel, que fue la única entrada posible a la Colonia los Cármenes, que llega hasta la calles Francisco Suárez, levantada en 1926 con proyecto de Luis de Sala y María y constructor Felipe Arteaga, autor de la Colonia del Hogar del Ferroviario y la Colonia Alfonso XIII, que vimos en el anterior paseo. A través de la Cooperativa de la Unión Nacional de Funcionarios Civiles del Estado acogida a la Ley de Casas Baratas para funcionarios civiles del Estado, se levantaron 7 manzanas de 10 viviendas cada una, con entrada única según he dicho, que daba a una plaza distribuidora. Eran casas de una o dos plantas y de dos más torreón en altura, con jardín a un lateral, a tres o a cuatro laterales, la mayoría de ellas adosadas y alguna independiente, con diferente distribución y capacidad. Se mantiene el ambiente y alguna de las casas originales.


Bajamos por la Colonia, en mi caso he elegido la calle Saxífraga, por su nombre inconfundible, claro, que al final me permite ver el Colegio Mayor Juan Luis Vives y salir a la plaza de la Madre Molas ante el Colegio de Consolación. Bajamos por la calle de Fray Bernardino Sahagún hasta la calle de Menéndez Pidal, en la que se encuentra la antigua residencia y Fundación Ramón Menéndez Pidal pegada a la Fundación Olivar de Castillejo (¿sería por aquí donde pararon las tropas napoleónicas antes de entrar en Madrid según contaba Pérez Galdós?). La Fundación Ramón Menéndez Pidal ocupa la vivienda que fue de la familia que formó éste con María Goyri en un lugar apartado de la gran ciudad, levantada entre 1924 y 1925 rodeada de un Olivar que ya era centenario, cuenta con árboles frutales y arbustos olorosos, jaras, romero y mejorana originarios de la Sierra de Guadarrama. La casa de estilo regionalista conserva sus muebles originales y que se convirtió en lugar de referencia para la intelectualidad de la vida cultural española del primer tercio del siglo XX. Y sigue siendo un lugar imprescindible por sus archivos, legados, actividades culturales, etc. En la misma parcela está La Fundación Olivar de Castillejo, legado de don José Castillejo que compró en 1917 y donde levantó la vivienda en estilo neomudéjar que se conserva para la Fundación, en su origen, ambos terrenos eran uno sólo. José Castillejo nació en Ciudad Real en 1877, fue un jurista y pedagogo, primero alumno y luego profesor de la Institución Libre de Enseñanza, en la que, como secretario de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, promovió la Escuela Plurilingüe y la Escuela Internacional en la Residencia de Estudiantes. También fue delegado del Comité Internacional para Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Casado con Irene Claremont, en agosto de 1936 marchó a Londres de donde ella era natural, con sus cuatro hijos y, tras ser depurado por el franquismo al igual que numerosos catedráticos de la Universidad Complutense, falleció en 1945; su esposa seguiría con su actividad cultural dejando un gran legado que se reúne en la Fundación y promovido por su actividad cultural. Ambas fundaciones, originarias de un mismo terreno físico, son anomalías de la especulación que se dio en este barrio y mantienen con sus Olivos centenarios, un cultivo que caracterizó al Madrid antiguo.

Salimos a la calle Henri Dunant y de ahí a la plaza del Presidente Cárdenas, en cuyo centro se instaló en 1980 una escultura abstracta, del escultor Lorenzo Frechilla del Rey (Valladolid, 1927 - Madrid, 1990), realizada en acero corten, que une cuatro prismas alargados: el que hace pie sobre base de cemento enterrada dentro del jardín es algo más ancho, los otros tres se mantienen en un extraño equilibrio y son iguales entre sí. Corresponde a la serie "columnas" de la que existe otra escultura en la calle O´Donnell.


Bajamos por la calle de Alfonso XIII hasta la plaza del Perú, por cierto que hasta aquí llega la calle de Príncipe de Vergara que recorrimos desde su inicio en dos etapas que podemos volver a ver pinchando aquí. En un lateral de la plaza nos encontramos con la Estela de Chavín, una escultura de 2 metros y medio de alto y casi un metro de ancho. También es conocida como la Estela Raimondi. El monumento representa una divinidad antropomorfa con rasgos felinos, serpientes y otros animales sagrados de la cultura Chavín de Huántar (región Áncash). El dios se muestra de pie, con una boca con colmillos, garras en manos y pies, y serpientes en su cinturón y cabellera. También lleva adornos sobre su cabeza y dos báculos en sus manos. La iniciativa para su colocación se debe a Luis Miguel Rico, un peruano que habitualmente paseaba por esta plaza preguntándose por qué teniendo el nombre de su país, no había nada que lo identificase, dicho y hecho se puso a intentar conseguirlo y así fue, a través de los presupuestos participativos con la participación posterior de las autoridades competentes.


Y en la esquina de dicha plaza con la avenida de Pio XII, se encuentra un recinto vallado que recibe el nombre de JARDIN GLORIA FUERTES que está dividido en dos partes. En esta primera, más estructurado como un jardín ornamental, cuenta con un tablero y ambientación relacionada con el juego del ajedrez y es uno de los lugares donde se puede practicar este juego (el otro es el JARDINES DE PABLO SOROZÁBAL, ver aquí), en determinados días y horas, bajo supervisión de monitores especializados, en jornadas organizadas por el Ayuntamiento (consulta aquí fechas y horarios). También contiene un monolito dedicado a la poetisa que vivió en la zona, que cuenta con una placa instalada en 2001 donde podemos leer:
Se borrará tu voz vendrá tu sueño,
se borrarán las huellas de tus manos,
pero nunca la tinta de tus versos.
Al otro lado del edificio del Forus Chamartín, está la segunda parte de este jardín, más amplia y dedicada al descanso, cuenta con dos mesas de pingpong, un área infantil y gran arbolado y bancos para descansar, con algunas praderas de césped, hasta una pequeña pérgola sostenida sobre columnas de ladrillo. Y separado por la calle de la Madre de Dios está el amplio Centro Comercial que fue de Jumbo, hoy de Alcampo, sobre una gran parcela con aparcamiento en superficie que albergó los Estudios Sevilla de cine en el siglo pasado.
En la acera de enfrente, los chalets unifamiliares nos advierten de la presencia de otra zona de esa Ciudad Jardín de primeros del siglo XX. Es la Colonia las Magnolias, en la que encontramos nombres de calle tan curiosas como San Telmo, Triana, Macarena, etc. que nos llevan con el sentimiento hasta Sevilla, sobre todo si como en mi caso, has vivido en esa ciudad. La Cooperativa Las Magnolias promovió en los años 50 de la pasada centuria, la construcción de casas unifamiliares de dos plantas mayormente, para sus socios, con unas parcelas de unos 300 metros cuadrados con jardín, el destino era una incipiente, aunque ficticia, "clase media económica". Subsisten bastantes casas.
Al llegar hasta la calle Jerez, la tomamos a la derecha y cruzamos Pio XII, donde coincide con la calle Madreselva que, curiosamente, está cortada por una casa en el camino hacia la Colonia de Los Pinares. Se encuentra entre las calles Comandante Franco, Madre de Dios, Madreselva y Pio XII, con la peculiaridad de que estar cerrada a la circulación por sus calles, tanto de vehículos como de peatones, es la primera y creo que la única hasta ahora con esta característica. Es obra en 1926 de Manuel Ruiz Senén, impulsada por la Sociedad Cooperativa de Casas Baratas para periodistas y realizada por Fomento de la Propiedad S.A.; sobre una parcela trapezoidal, se divide en siete manzanas sobre un eje central ajardinado y quebrado, con entrada desde una plazoleta en la calle Comandante Franco, a la Colonia. Se trata de viviendas unifamiliares de dos plantas y con torreón, en estilo neomudéjar y con toques regionalistas que nos recuerdan los Cármenes de Granada. El corte en la entrada hacia la calle Drácena, nos obliga a girar hacia abajo por calle Madre de Dios a calle Palmito, lo que nos permite disfrutar del jardín sin nombre que existe en ésta.
Este espacio verde dotado de numerosos estanciales, área infantil, praderas de césped y árboles muy crecidos de Liquidámbar y Olmos en particular. Linda con la Colonia Albéniz entre las calles Torpedero Tucumán, Santa María Magdalena y Alfonso XIII. Fue construida entre 1919 y 1928 con proyecto de Francisco Iñiguez Almech y José Enrique Marrero Regalado, promovida por la Cooperativa de Casas Baratas y Montepío de directores musicales y pianistas, en unos terrenos de su propiedad en la finca denominada Marea Alta, lindante con la Colonia de los Pinares y desarrollada por Fomento de la Propiedad, S.A. Casas bajas con un pequeño jardín, una o dos plantas, sobre un eje central y calles laterales con nombre de maestros de la música.
Podemos pasear un poco por sus calles abiertas, recuperamos la calle Drácena para dirigirnos hacia la de Santa María Magdalena donde se encuentra la Parroquia de este nombre, frente a ella, una placita exhibe unos gigantes Morales de la China. A la espalda de la Parroquia, hay unos jardines colindantes con sombras de muy crecidos Pinos, Almez, Olmos y algunos Eucaliptos, entre otras variedades. También una extensa colonia de gatos cruza las pistas de juego y el área infantil. Los interbloques conectan con este pequeño espacio verde y, en uno de ellos luce un recoleto Huerto Urbano aprovechando una esquina del terreno.
Desandamos el camino por calle Drácena hasta el cruce con la calle Crucero 25 de mayo, hay que estar atentos por que es un interbloque ajardinado hasta Alfonso XIII, que cuenta con Plátanos sombra, Perales de flor, Chopos, algún Ciruelo rojo, Castaño de Indias, etc. sobre praderas de verde césped y algún área infantil. Un paseo central nos permite envidiar a los vecinos de estos bloques, cargados de razón para ser felices entre el frescor y las frondosas sombras.
Al salir a Alfonso XIII giramos hacia la derecha, a pocos pasos y en la acera de enfrente se encuentran los Huertos Urbanos de las 40 Fanegas, un espacio en la esquina de la calle Puerto Rico, de convivencia vecinal en medio del asfalto. En vez de hacer aquí un parque, se ha dedicado el espacio al cultivo por parcelas, de forma que se impulsa el compartir y conocer de dónde vienen las frutas y hortalizas que vemos en las tiendas, es otra forma de tener plantas en la ciudad.
Regresamos por esa misma acera de Alfonso XIII hasta la siguiente calle, de Paraguay, donde se encuentre al "parque urbano", una denominación que se nos queda corta en la ciudad, claro. Diseñado para imitar el ciclo hidrológico natural en espacios naturales, el agua de lluvia queda retenida en oquedades, se evapora o es absorbida por las plantas o se infiltra en el terreno. Así se aprovecha y se evita su pérdida por el alcantarillado y las acumulaciones que pueda esto originar. Para ello, se han usado diferentes tipos de SuDS (Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible) como depresiones con vegetación y gravas, pavimento poroso y zanjas drenantes enterradas con gravas envueltas en geotextil. Así podemos encontrar especies mediterráneas como lavanda, mirto, almez, romero, tomillo y aliso, etc. que crean hábitats idóneos para los polinizadores autóctonos. Lástima que "alcornoques" de dos patas rayen y/o pinten los paneles informadores, pues el estado del que vemos en la foto, es de los primeros días de su instalación, pero al día que estuve allí, estaban todos vandalizados.
Bajamos Alfonso XIII y cruzando a la acera de enfrente, para encontrarnos con el
PARQUE BERTA CÁCERES, un espacio dedicado a esta activista hondureña que fue asesinada en 2016 por luchar en defensa del medioambiente y los derechos de la población indígena de los Lenca, nombrada en mayo de 2022
Heroína Nacional por el Congreso Nacional de Honduras tras la condena de varios integrantes de la trama que urdió su asesinato, podéis leer más en
wikipedia.org/Berta_Cáceres. En el parque destacan Cedros, Plátanos sombra, Ciruelo rojo, Pinos, etc. con un área infantil y una plazoleta donde una estructura en forma de cono formada por un gran enredo de cuerdas, reta a subir con habilidad a los peques. Al otro lado de calle Santa María Magdalena con la que nos volvemos a encontrar, hay un espacio con varias pistas de petanca, que reciben las sombras de cumplidos Almeces; también hay una pista deportiva y de patinaje, y en la esquina y alrededor de la pista, más espacios estanciales y pasillos entre setos de Aligustre y Durillo, que protegen espacios con césped donde se elevan Acacias, Cedros, Ciprés, Olmo, etc. y revolotean libremente en busca de comida Mirtos, Urracas, Palomas y Gorriones.


Nuestra siguiente parada está frente a la plaza José María Soler, en la cual nos encontramos. Se trata de una esquina ajardinada según lo dicho anteriormente y el PARQUE MIGUEL ANGEL BLANCO, dedicado al joven concejal del PP en Ermua, asesinado cobardemente por ETA tras un angustioso secuestro que mantuvo en vilo a toda la población española. Su cruel muerte marcó un antes y un después en la historia terrorista en España y, sobre todo, en el País Vasco. Curiosamente este parque que alberga el busto, obra de la escultora navarra Diana García Roy, que también había realizado el busto instalado en Ermua en 2010, esta vallado y tiene puertas, no es muy grande, pero da para albergar un bar con amena terraza y un nutrido arbolado de diferentes Acacias, además de Olmos blanco y de Siberia tras la estatua.


Subimos por es misma calle de Federico Salmón hasta su final, junto a la pasarela sobre la M30, denominada Ángel Gordillo, existen unas instalaciones deportivas y un área infantil, por cierto en muy mal estado. Justo el inicio de la pasarela parte de una zona ajardinada con Pinos, Olmos, Chopos y una Rosaleda muy coqueta en una isla central de césped, rodeada por caminos hormigonados. Si seguimos caminando bajo la dicha pasarela, nos encontramos una gran pista de patinaje y pequeñas islas de verde césped con Pinos y algún Ciprés frente CEIP Isaac Albéniz, que está en la calle Drácena que hasta aquí llega.


Pasamos por un estrecho pasillo entre los bloques de viviendas y la vallas que aíslan la M30 para descubrir pequeños interbloques y más instalaciones y juegos, a lo largo de la calle de Rosa Jardón, peatonalizada en buena parte y donde se suceden diferentes centros educativos. También por aquí encontramos pistas deportivas y un campo de fútbol con césped artificial. Tras ellos y lindando con enlace a la M30, añadimos una instalación de Pumptrack.
Prácticamente hemos acabado, estamos en el límite administrativo del barrio, así que vamos a volver cerca de donde salimos: tomamos la calle Comandante Franco que, si os acordáis, era el límite superior de la Colonia de los Pinos, aquí está la que fue su gran entrada, aún se conserva la rotonda que daba a la avenida de Stuyck, cuyo nombre me figuro que se referirá al apellido de esta saga familiar que data del siglo XVIII con la llegada del que sería director de la Real Fábrica de Tapices, pero tampoco estoy seguro. Y así llegamos ante la Torre de la Quinta de San Enrique, recinto que se refiere a lo que vulgarmente se conoce como Palacio de los Duques de Pastrana, aunque es errónea la denominación, pero de todo esto hablaremos en capítulo aparte cuando veamos la historia de Chamartín de la Rosa, actualmente Chamartín a secas y que es el nombre de este barrio y otros que estamos visitando. Ahora sigamos, que vamos a acabar en dos pasos.


Salimos al paseo de La Habana que también está a punto de concluir en breve su lago recorrido desde su inicio en la Castellana, junto a la Fuente de los Peces que vimos, entre otras cosas,
aquí. Nos llama la atención a la izquierda de la calle, un gran Cedro al lado de la Iglesia de los Agustinos Recoletos, por cierto, cuya arquitectura es muy particular; y también frente a nosotros, un edificio rodeado por un muro, todo de un estilo inequívocamente de otra época frente a los modernos edificios del entorno, es la Residencia de Primera Infancia Rosa de la Comunidad de Madrid y la Escuela Infantil del mismo nombre y titularidad.

Y llegamos ya al final de nuestro paseo, donde se juntan la calle Menéndez Pidal con el paseo de la Habana están los pequeños JARDINES DE SAN LUIS GUANELLA, un gran Ciprés en la esquina, rodeado de Rosales en suelo, baldosas de granito y bancos a juego, dos Ciruelos rojos y un Cedro en arriate redondo, forman el foro correspondiente, al que se une una pradera de césped al fondo que, a pesar de estar vallada, se puede entrar por un acceso ad hoc. Enfrente, tras un buen muro, se esconde el jardín del palacio citado, Magnolios y Chopos se alzan a la vista. Y un poco más abajo la plaza de los Duques, el Metro de Duque de Pastrana y el centro histórico de Chamartín, cuando se apellidaba "de la Rosa", ya veremos por qué en otra zancada futura.
@ 2025, by Santiago Navas Fernández
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