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viernes, 16 de diciembre de 2022

SERIE PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CII: UNA ZANCADA POR LA CALLE PRÍNCIPE DE VERGARA Y ALEDAÑOS (2ª de 2).



Partiendo de donde acabamos en la anterior Zancada, hemos de recordar que la calle que nos sirve de argumento en esta ruta, era mucho más corta cuando se creó, tras los planes urbanísticos y con el crecimiento de los barrios, se constituyó en un gran eje que contaba con un bulevar, posteriormente el diseño de la ciudad lo suprimió en beneficio del tráfico rodado y hoy día cuenta con plátanos de sombra a sus lados y una mediana entre los dos carriles donde imperan los Ginkgo Biloba, árbol resistente y cuya hoja es de una forma muy característica. Nada más comenzar y a la espalda de la calle Felipe Campos, nos encontramos unos pequeños jardines fruto de una parcela que ha quedado encerrada entre edificios de nueva planta y también con una zona ajardinada en la calle del Duque de Sevilla donde encontramos la Fuente Fundición realizada por la famosa fundición Averly de Zaragoza creada en 1855 y que es la autora de numerosas obras repartidas por toda la geografía nacional, ésta en concreto consta de un vaso sobre suelo, de dos metros de diámetro, del cual parte la estructura que vemos en la foto apoyada sobre un pie de piedra, con ornamentación toda elaborada en hierro y dos platos sucesivamente puestos de diferentes diámetros unidos por el eje central hasta culminar en una piña de donde brota el agua que cae hacia el pilón derramándose por el borde de dichos platos.


Subimos y en frente nos encontramos con un gran edificio perteneciente a la Junta de Distrito de Chamartín, la calle Cartagena por aquí adopta casi una funcionalidad peatonal. Aquí estuvo la estatua dedicada al Oso y el Madroño, obra del escultor ciudadrealeño José Ramón Poblador Arias nacido en 1940, elaborado en piedra e instalado en la Navidad de 1994 a la entrada del Museo de la Ciudad inaugurado en este edificio en 1992 tal como se ve en la foto de archivo sobre este texto. Pero cuando el Museo se cerró, la estatua se "archivó" en un almacén, no preocuparos, descubriremos dónde se ubica actualmente cuando visitemos los barrios de Ciudad Jardín y Prosperidad, que será muy pronto.

Al otro lado del edificio de la Junta de Distrito está la plaza de Andrés Segovia, donde se alza sobre una peana de granito un busto realizado en bronce en 1993 por el escultor Santiago de Santiago dedicado a este guitarrista español. Andrés Segovia Torres (Linares, 1893 - Madrid, 1987) comenzó su aventura musical en Granada y enseguida dio un recital propio pasando a Madrid posteriormente, trabajó en la mejora acústica de la guitarra y viajó por todo el mundo, donde ha recogido grandes premios, desde EEUU a Japón pasando por Italia, Francia, etc.; abandonó España durante la Guerra Civil y regresó hacia los años 50; en 1981 recibió el reconocimiento real al ser nombrado I marqués de Salobreña, título que ostenta su hijo Carlos. De su biografía os recomiendo la de la Real Academia de la Historia.

En el centro de la plaza en 1989 se levantó el monumento Homenaje a la Música, obra del autor Pepe Rojas, natural de Aracena, Huelva, que es autor de otros monumentos que existen por Madrid. Realizada en bronce y asentada sobre el cimiento del suelo en el centro ajardinado de la plaza, representa mediante unas formas abstractas que recuerdan notas musicales entrelazadas en una especie de baile que van variando en función del lugar de observación.

A continuación está el edificio dedicado al Auditorio Nacional de Música, que responde a una necesidad, la de crear un lugar de acústica perfecta para los conciertos musicales, aparte del Teatro de la Ópera. Se encarga el proyecto en 1983 al arquitecto José María García de Paredes Barreda, al cual auxilian Ignacio García Pedrosa y Ángela García de Paredes de Falla. El aspecto del edificio es el de una caja de ladrillo asentada sobre una base de piedra que le da mayor aislamiento de cualquier ruido externo. Además del Auditorio propiamente dicho y de una Sala de música de Cámara, cuenta con otras varias salas de ensayo que pueden admitir un cierto público y otras dependencias para trabajo y dirección, etc. Se terminó en 1988 situando la entrada ante la plaza de Rodolfo y Ernesto Halffter, ambos hermanos compositores musicales de profesión, de ascendencia alemana por parte de padre y catalana por madre, nacieron en Madrid en 1900 y 1905 y son parte de una familia musical, también miembros del Grupo de los Ocho en tiempos de la República Española y de la generación del 27 en el área musical; se dice que Ernesto fue el único discípulo de Falla, cuyos herederos le encargaron concluir "Atlántida"; mientras Rodolfo se alinea con el bando republicano, Ernesto lo hizo por el golpista, así que el primero en 1939 tuvo que exiliarse y fue acogido por México donde continuó su carrera de éxitos mientras Ernesto lo hacía en España. Fallecieron en 1987 y en 1989 respectivamente. Es curioso que algunos buscadores indican la presencia de la plaza de Joaquín Rodrigo justo aquí al lado, pero no encontrarás ningún cartel de dicha plaza y no estaría mal encontrar a este compositor recordado en esta zona tan musical.

Frente al auditorio se elevan los JARDINES DE PABLO SOROZÁBAL dedicados a este músico nacido en San Sebastián en 1897 y fallecido en Madrid en 1988, muy conocido por zarzuelas y operetas como "La del manojo de rosas", "Katiuska", "La tabernera del Puerto"... y otras composiciones líricas entre las que también se encuentran bandas sonoras de película, para conocer más detalles, te dejo el enlace a Real Academia de la Historia. Según la web municipal, estos son los datos relativos a este Jardín:

Superficie: 4965 m2.
Especies arbóreas:
Arce negundo 30 %
Ciprés común 30%
Koelreuteria 30%
Ciruelo rojo 10%
Especies arbustivas:
Cotoneaster horizontal 40%
Junipero de Pfitzer 20%
Lonicera nítida 40%

Tal y como vemos en la foto superior, un busto sobre pedestal de granito y una placa nos recuerdan al homenajeado, obra elaborada por el escultor Gabriel Navajas e instalada en 1993 cuando se realizaron los presentes jardines en una parcela que había quedado libre tras la urbanización de la calle Príncipe de Vergara en la zona de la Cruz del Rayo, así llamada por el simple y sencillo hecho de que allí cayó un rayo sobre una cruz que había ¿para que complicarse más con el nombre?. La figura de Sorozábla aparece mirando desafiante hacia un lado.

Estos jardines albergan el Parque de piezas de Ajedrez denominado “El Sueño de lo Imposible”, obra del escultor Gustavo Herrera. La instalación realizada en 2015 pretendía promocionar este juego - deporte y ser lugar de encuentro para aficionados, consta de un tablero gigante de 4 x 4 metros fabricado en hormigón, cuenta con las 32 figuras del ajedrez y seis esculturas gigantes: el rey de 4,8 metros de altura, la dama de 4 metros, un peón, una torre, un caballo y un alfil todos ellos entre los 2 o 3 metros, realizadas en polimetilmetacrilato, acero y silicona e iluminadas con leds recargables con energía solar, creando una ilusión visual.

Y por detrás la citada Colonia de la Cruz del Rayo consistente en una serie de casas bajas unifamiliares y bloques de viviendas de una o dos plantas dotadas de patio trasero y jardines, responden a un proyecto del arquitecto Eduardo Ferré y Puig en 1927 y declarado BIC en 1978. Estas colonias se correspondían con el proyecto de Ciudad Jardín diseñada por Ebenezer Howard cuya teoría se extendía por Europa y que se promocionaron a través de la Ley de Casas Baratas de 1911, en este caso se debe a la Real Institución Cooperativa de Funcionarios del Estado, Provincia y Municipio, en terrenos propiedad de Gregorio Iturbe. Estas casas son parecidas a otras colindantes levantadas en terrenos del ensanche, como la Colonia de la Prensa y Bellas Artes en la que participó Casto Fernández-Shaw, o las diferentes Colonias que llevan el apellido del terrateniente Iturbe, similares a las de dicho nombre levantadas en la Fuente del Berro, o la Colonia de El Viso que da nombre al barrio y es del arquitecto Rafael Bergamín. De todas ellas, algunas casas no se conservan sustituidas por edificios de viviendas en la actualidad.

Antes de llegar a la plaza de Cataluña, nos encontramos en la acera de los pares con el PARQUE DE LOS OLIVOS ante la sede del Consejo Oleícola Internacional, único organismo mundial dedicado al aceite de oliva y la aceituna, creado en 1959 bajo el auspicio de Naciones Unidas. Por supuesto España es miembro y de los fundacionales (casi la tercera parte del aceite de Oliva mundial se produce en nuestro país según datos de 20025/6, y de ahí, el 80% en Andalucía). Otros miembros son casi todos los países con costa mediterránea, algunos del próximo Oriente, la Unión Europea y algún otro más como Argentina y Uruguay. Los olivos de la entrada forman una especie de Jardín rodeados por las banderas de los países miembros y una Paloma en piedra caliza portando una rama de Olivo, tal como se expresa en la Biblia que ocurrió tras el Diluvio Universal. Simple y significativo. En el pedestal que sostiene la obra, tal vez la paloma de Picasso, figura el lago del Consejo realizado en una pieza metálica incrustada sobre el granito.

Continuamos por esa acera en dirección a la plaza de Cataluña y nos encontramos con el monumento titulado Haciendo Futuro en la puerta del edificio de las oficinas de Aegon, obra del escultor Alberto Bañuelos-Fournier instalada en 1991 tras la construcción del mencionado edificio que dejó una zona ajardinada al frente. La obra se titulaba "Quilla N.º 18" elaborada dos años antes por el autor tras unas investigaciones sobre la extracción y esculpido de la piedra de Carrara, ingeniero burgalés nacido en 1942 se dedicó a la escultura desde 1982. Elaborada en mármol de Calatorao sobre una base de granito escalonado, presenta una parte de la piedra sin labrar y otra esculpida que termina en una punta aproada, acompaña la placa que instaló la empresa promotora con el nuevo nombre.


La Plaza de Cataluña es una gran espacio donde se cruzan varias calles y que se extiende más allá de lo que sería la manzana natural, llenando un espacio al que asoman modernos edificios, rotondas que dan sentido al tráfico, espacios verdes para ocio de los residentes y visitantes. Tal así encontramos en el cruce con la calle Pradillo, o la calle Rodríguez Marín y la avenida del Dr. Arce. Espacios de descanso dotados de bancos y arbolado variado entre los que destacan los Pinos como recuerdo del pinar que existió en el lugar. 

Detrás a la derecha, se encuentra el PARQUE DE BERLÍN. Sobre un solar que en tiempos fue un tejar, se levanta este espacio que tiene su origen en la anunciada visita del alcalde de Berlín, Willy Brandt en 1966, siendo en Madrid Carlos Arias Navarro el munícipe que planteó la necesidad de dedicar una plaza o calle a la ciudad alemana, pero fue la colonia de alemanes y la cercanía del Colegio Alemán quienes decidirían el destino del Parque. Su inauguración se retrasó hasta el 9 de noviembre de 1967 y una casual coincidencia de fechas hace que sea el 9 de noviembre de 1989 cuando cae el muro de Berlín y el 9 de noviembre de 1990 se instalan los trozos de dicho muro que veremos dentro del estanque grande, tres piezas que el alcalde Álvarez del Manzano compró por 9 MM de pesetas de entonces y del erario “público”, valga la redundancia. Según la web, estos son los datos del Parque:

Superficie: 49.116 m²
Árboles: 809
Castaño de Indias 21%
Plátano de sombra 15%
Álamo plateado 14%
Ciruelo rojo 11%
Arbustos: 54
Acebo 43%
Espino de fuego 31%
Rosa de Siria 7%
Macizos arbustivos. Superficie: 1.619 m²
Adelfa 29%
Vinca 19%
Rosas 10%

Una de las curiosidades del Parque es la Senda Botánica que, por desgracia, no está señalizada más que en el mapa de la web municipal, comienza en la entrada que hay en la esquina de las calles San Ernesto y Marcenado, frente al aparcamiento junto a la Fundación Santamarca que costó la tala de 70 árboles y las protestas vecinales contra el Concejal que lo permitió; aquí se encuentra un ejemplar de Ailanto junto a la zona canina y suma la Senda hasta 13 árboles de interés señalizados. También el parque es atravesado por una de las rutas WAP que sí se encuentra señalizada en este punto (explicamos el proyecto “Gente que camina” en este blog, pincha aquí), de hecho los paseos de cemento del Parque sirven como parte de la ruta, sin embargo, no he encontrado ninguna señalización para bicicletas. Dicho esto, nosotros vamos a recorrer el Parque entrando desde la calle del Dr. Marco Corera, que es la más cercana a la plaza de Cataluña. Nos encontramos con una gran explanada de tierra dura y áspera a cuya izquierda se ha situado una zona de juegos infantiles muy amplia casi pegada a los edificios y algunas terrazas de bar, descubrimos un Olivo por allí cerca, pero también un precioso ejemplar del Árbol de las Tulipas. Al frente se ven las canchas de deporte acotadas y que se asoman al Ailanto dicho. Así como Pinos que son el recuerdo de la vegetación que habitó este espacio antes del Parque y que hoy conforman lugares de descanso junto con bancos de merendero.

También encontramos el Auditorio con el escenario elevado sobre el terreno y con una construcción alrededor en forma de semicírculo cuya estructura bien podría evocar algo relacionado con un tren o una estación, pero que por su forma deducimos que son piezas similares a las del juego Lego, curioso que la fábrica primigenia esté en Baviera, Alemania, como curiosidad añadir que las originales piezas de madera fueron sustituidas por las actuales de plástico.


A la izquierda, en la entrada de una senda, se encuentra un ejemplar de Cedro del Atlas de vistoso ramaje que es el número 13 de la Senda Botánica. Y en la senda de al lado vemos una Mimosa cercana a una Mahonia, el número 2 y 3 de dicho recorrido. Y los Liquidámbar que luego mencionaremos aunque éstos no están incluidos en dicha Senda. Tomamos por aquí y nada más pasar nos encontramos con una pradera en la que se ubica el monumento a Ludwig Van Beethoven (1770–1827) realizado por el escultor húngaro Franz Rotter (1910-1989), especializado en bustos en la Escuela de Escultura de Praga. Se asienta sobre una base de granito diseñada por el arquitecto Guillermo Costa Pérez-Herrero, sobre la que se levanta la simulación de un piano realizado en piedra con la inscripción correspondiente. Fue realizada por iniciativa de la ciudad alemana de Bonn, de donde era natural el músico, y el Ayuntamiento de Madrid. Poco hay que decir y mucho que tatarear sobre la obra de este genial músico.

A continuación se nos abren dos caminos, el que gira y vuelve a subir contiene los puntos 5 y 6 de la Senda que corresponden con un Acebo y un Abeto; pero el camino que desciende y que tomamos, pasa junto a un Cornejo, punto 4 del recorrido y la Fuente del Parque, vulgarmente llamada “la charca”. Y ello es debido a que cuando se comenzó a perfilar el actual Parque hacia finales de los 60, fue concebida como un pequeño estanque naturalista donde el césped llegaba hasta el mismo agua, las diferentes remodelaciones posteriores en busca de un mantenimiento y cuidado más sencillo llevaron a dotarle de un contorno de cemento y un vallado bajo que lo protegiera, así como a sustituir los antiguos nebulizadores por un surtidor de chorro de agua.

Junto a este reducto de agua se encuentra un magnífico ejemplar de Sauce Llorón, el cual tiene en el interior del tronco un nido de Carpintero que se identifica por el agujero circular perfecto que forma la entrada, además cuenta con un singular hongo que ha nacido precisamente sobre dicha entrada formando a la vista una “seta” que antiguamente se recogían pues constituía una estupenda yesca; el hongo en sí es una planta que introduce y extiende sus raíces por el interior del árbol y se alimenta de él en una perfecta simbiosis.

Al otro lado de la Fuente crece la Hierba de la Pampa (quizá la conozcáis por cualquier de los otros nombres populares que tiene), es una planta de extraordinaria belleza pero invasiva, por lo que los jardineros deben mantenerla ceñida a su espacio. Un poco más arriba destaca una gran Arizónica y algo más arriba aún descubrimos varios Liquidámbar de aspecto monumental, son los que en el otoño-invierno adquieren ese tono rojizo tan característico de sus hojas, que aún resulta más espectacular cuando aún no se han coloreado todas sus hojas, combinando el tono invernal con el verde pálido; puede que la forma de sus hojas os recuerde a la bandera de Canadá aunque a decir verdad, lo que ésta muestra es una hoja de Arce.

Enfrente, al otro lado del sendero que desciende desde la parte alta, en una zona de talud cubierta por césped, descubrimos el busto dedicado al héroe madrileño Álvaro Iglesias Sánchez inaugurado en 1982, obra del escultor Santiago de Santiago del cual ya hemos visto más obras en nuestros recorridos, realizado en bronce sobre una base de granito negro pulido. El homenajeado recibió a título póstumo la Cruz de la Orden de la Beneficencia y otras medallas de Protección Civil y del Ayuntamiento por el acto heroico que le costó la vida a los veinte años de edad, cuando al pasar por la calle Carranza donde se había producido un incendio en un edificio, entró a salvar a varias personas atrapadas, lográndolo con tres de ellas, pero en la cuarta fue alcanzado fatalmente por las llamas.

Descendemos para llegar ante una estatua del Oso de Berlín, en cuyo pedestal figura el nombre de la ciudad. La idea partió de la colonia de residentes alemanes en Madrid que contrataron al escultor Antonio Navarro Santafé que ya había realizado el monumento del Oso y el Madroño y otros más por Madrid, que lo elaboró en actitud rampante elevado sobre sus patas traseras tal y como figura en el escudo de la ciudad de Berlín, más o menos. Así estuvo esperando hasta que un año después, por fin pudo instalarse en su emplazamiento y de esta forma el naciente Parque adquirió su conocido nombre.

El Oso mira hacia el estanque, en cuyo lateral encontramos los puntos 10, 11 y 12 del recorrido botánico que corresponden con la Abelia, la Tuya y los Durillos, en un camino paralelo se encuentran los hitos 7, 8 y 9 que son Arizónica, Limpiatubos y Álamo, éste ya casi en la misma salida del Parque. El Estanque del Muro de Berlín se planteó como la simulación de un lago natural a cuyo borde asomaba el césped al igual que he dicho que se hizo con el estanque de la Fuente, incluso se instalaron dos cisnes que vivían y surcaban las tranquilas aguas, pero las remodelaciones posteriores acabaron creando el vallado sobre jardín y el muro de hormigón que lo aíslan, finalmente se instalaron los surtidores que vemos, uno con chorro más alto rodeado de otros tres más pequeños. En 1990 se instalaron las tres piezas en forma de "L" dichas, traídas del Muro de Berlín, cuentan que un operario quiso limpiar las pintadas que venían en uno de los laterales pero por suerte fue detenido a tiempo pues se trataba de conservarlo tal y como había sido extraído de su entorno, fruto de la separación en los bloques políticos-militares que surgieron tras la caída del nazismo en Alemania. Junto al estanque y por el lado más bajo de cota, se emplazó una placa sobre granito que lo recuerda.

Desde ahí vemos la entrada más baja, la que da a la plaza de la Virgen Guadalupana y en la que encontramos el primer cartel que existió con el nombre del Parque, un monolito en el que se encuadran doce azulejos con el nombre y la imagen del Oso de Berlín, aunque no son los originales, nos podemos hacer una idea y es algo original; aunque hay que contar que alguien autorizó la instalación de una placa en la zona baja por parte de la empresa que se encargó de remodelar el alumbrado del Parque ¡hum! En cuanto a la fuente citada en el centro de la plaza, se trata de la última de una serie de fuentes remodeladas o instaladas a lo largo del final de los años 90, ubicadas generalmente en el centro de rotondas como auxiliares de regulación del tráfico y que consta de una serie de surtidores en altura que le dan un aspecto sólido a partir del central, que sube hasta 12 metros de proyección del agua, al que van rodeando otros menores haciendo diferentes dibujos.

Enfrente se encuentra la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe con forma de tienda de campaña del desierto, aunque hay quien apuesta por un gorro típico mejicano, ya que la advocación de la iglesia hace mención a una Virgen de ese país. Obra de los arquitectos Enrique de la Mora y José Ramón Azpiazu con los ingenieros José Antonio Torroja y Félix Candela. Presenta una planta octogonal inscrita en una circunferencia de un diámetro de 55 metros donde se levanta el altar en el centro y los fieles en los graderíos que lo rodean. La cubierta se sostiene sobre cuatro pilares huecos interiores. El proyecto del encofrado del edificio por parte del hispano-mexicano Félix Candela ha sido calificado como «magistral», mientras que para Enrique de la Mora significó la primera actuación en España de un arquitecto mexicano. El retablo del Altar Mayor y los candelabros son obra del artista Eladio García de Santibáñez, así como la ornamentación del presbiterio del templo.

A continuación de la iglesia y con fachada a la calle Príncipe de Vergara, tenemos el Cuartel de las Cuarenta Fanegas, cuyo nombre deriva de las cuarenta fanegas de terreno que el duque de Ahumada regaló a la Guardia Civil y que a su vez dio nombre al barrio surgido a finales del siglo XIX, hoy sede de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. "Las 40 fanegas" se llama una revista que edita la Asociación Pro Huérfanos del cuerpo. Y la antigua carretera de Chamartín que hoy se corresponde con la calle del Príncipe de Vergara, también se conocía como carretera de las Cuarenta Fanegas. Una de las primeras edificaciones en este sector de Chamartín, sirviendo junto con los pinares que le circundaban entonces de zona de prácticas para la Academia Militar allí instalada, es el edificio que se encuentra en el interior del recinto: el Colegio Infanta María Teresa para huérfanos de la Guardia Civil levantado entre 1912 y 1914 por un arquitecto del cuerpo sin identificar, en un estilo ciertamente neomudéjar; en 1984 el ingeniero José García Mallo realizó un proyecto de reforma y acondicionamiento. Durante la guerra civil posterior al golpe militar de 1936, se instaló aquí una checa. De aquí salió también el “convoy militar” que provocó el intento de golpe de Estado del 23-F.

Y ya sólo nos queda para concluir pasear por el último tramo visitando la plaza de la República de Ecuador, donde la calle Serrano acaba, arbolada en el lateral más alejado de Príncipe de Vergara. Y después alcanzar la plaza de la República Dominicana, tristemente famosa por el brutal atentado que sufrió un convoy de guardias civiles jóvenes por parte de ETA, murieron 12 de ellos y quedaron heridos otros 60. Los daños de la explosión contra el convoy perduraron en las fachadas de los edificios durante mucho tiempo. Y con este rechazo de la barbarie que por fin acabó, aunque algunos políticos insistan en usar la banda terrorista para sus intereses electorales, despedimos nuestro paseo por la larga calle Príncipe de Vergara. Por cierto, aquí también se construyeron espectaculares edificios de viviendas para personas con ingresos medios a mediados del siglo pasado según iba creciendo la ciudad de Madrid y formando barrios nuevos.


Si quieres ver la primera parte de este recorrido por la calle del Príncipe de Vergara y aledaños, pulsa aquí.


@ 2022 by Santiago Navas Fernández


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