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lunes, 31 de mayo de 2021

SERIE PASEOS Y JARDINES DE MADRID XLI: LA CASTELLANA, DEL CUARTO DEPOSITO A LA PLAZA DE CASTILLA, UNA RUTA CIRCULAR.

Junto a la Plaza de Castilla se encuentra el PARQUE DEL CUARTO DEPÓSITO, perteneciente a la Comunidad de Madrid y sede de la Sala de Exposiciones de la Fundación Canal, del que partimos para nuestro recorrido, el cual visitamos en otro momento (ver aquí) con especial atención a su Rosaleda. Iremos desde este Parque hasta la Plaza de Castilla, colindante sí lo sé, pero nosotros vamos a hacer un recorrido que consiste en bajar por un lado de la Castellana y subir por el otro, fijándonos en jardines, edificios y monumentos de esta peculiar vía.


 


Poco después de comenzar, nos topamos con el único Centro Comercial interior de esta gran avenida, el Castellana 200 que adopta dicho nombre por el número del Paseo que ocupa. Una fachada de cristal nos sorprende, pues mirándolo desde abajo, vemos como sus paneles adoptan la forma de unas olas que parecen moverse reflejando el propio Paseo, los árboles y el tráfico de vehículos que pasan por la calzada otorgándole mayor sensación de movimiento. El Paseo de la Castellana está ajardinado, así que no insistiremos en ese tema, ya sabes que por sus laterales te puedes encontrar zonas de sombra, áreas de juego infantiles, bares y terrazas donde disfrutar de un tranquilo descanso bajo castaños, cedros, etc. Por eso no voy a pararme en cada esquina o rotonda que crucemos. 

 


Vamos a desviarnos a mano derecha tras pasar el edificio y llegaremos a la calle del Doctor Fleming pasando por la calle de Juan Hurtado de Mendoza para encontrarnos con el PARQUE DE SAN FERNANDO, construido en torno a la Parroquia de tal advocación. No quiero pasar sin señalar unos jardines que hay en las fincas particulares de enfrente, aún más frondosos que el propio Parque. Pero fijémonos en el de nuestra ruta, podremos encontrar una zona de juegos infantiles, la terraza de un bar y la estatua AL NIÑO del escultor Santiago de Santiago Hernández, regalada en 1979 por el artista a UNICEF y al Ayuntamiento de Madrid, que fue instalado en este Parque a su inauguración, en un principio sobre un estanque con fuente, luego fueron retirados ambos quedando solamente la composición escultórica y, por fin más tarde, tal como se ven ahora dentro de un pequeño jardín.


 

Seguimos por la calle del Dr. Fleming en busca de los JARDINES DEL DOCTOR FLEMING. La verdad es que más parece una zona fresca de los propios portales a los que da sombra, que unos jardines públicos, amplios y dotados de zona infantil, paseos, bancos y alguna terraza. Pero poco más. 


Están a la espalda del Ministerio de Hacienda y Función Pública (al menos a la fecha del paseo, con el tiempo podría cambiar el nombre), impresionante edificio por sus paneles de hormigón y ventanales que rompen la estructura gris pero sin disolver las líneas rectas que no se cruzarán jamás. Levantados en 1979 según proyecto del arquitecto catalán Antonio Perpiñá Sebriá (1918 – 2004) incluye una torre de veintiséis plantas dejando amplios espacios hacia el lado oeste donde se instalaron unos jardines con láminas de agua, de ellas una tenía una escultura del artista José Luis Sánchez que en su momento contaba con unos nebulizadores a su alrededor que hacían el efecto de que flotaba, hasta que una mala decisión determinó que se cerrasen los jardines con una verja que ocupó parte de la acera y desaparecieran jardines y láminas de agua, impidiendo el paso de los paseantes. Antonio Perpiñá nos lo volveremos a encontrar cuando visitemos AZCA (ver aquí) y también es autor de la Ciudad de los Poetas (ver aquí), cerca de la Dehesa de la Villa, ente otros trabajos; Sánchez es un escultor famoso que entre otras cosas nos dejó las verjas de la Parroquia de los Sagrados Corazones que ahora veremos.



De ahí desembocamos junto al Colegio San Agustín en la calle del Padre Damián y el paseo de La Habana hacia la Plaza de los Sagrados Corazones. Antes de entrar en ella y a la vista del estadio de futbol Santiago Bernabeu, descubrimos un curioso panel en el lateral de la Parroquia del nombre de la plaza. Hay que señalar que aquí existía una iglesia de estilo neo mudéjar que fue derribada ¡para ampliar la calle! increíble ¿verdad?, bueno pues entre 1962 y 1965 se levantó la actual Parroquia de los Sagrados Corazones según diseño del arquitecto Rodolfo García-Pablos González-Quijano, autor de otras cuantas parroquias más por toda la ciudad. En cuanto al estadio y su historia, mejor leerlo en realmadrid.com, y, si así lo estimas, un paseo por su sala de triunfos siempre es algo curioso de ver. En cualquier caso, hay que decir que fue levantado con el nombre de Estadio de Chamartín según concurso convocado en 1944 que ganaron los arquitectos Manuel Muñoz Monasterio y Luis Alemany Soler, a los que acompañó el ingeniero Carlos Fernández Casado, y que nació con una capacidad para 100.000 espectadores, eso sí, recordar que no estaban sentados. Desde entonces no ha parado de remodelarse y crecer, o sea, que si lo humanizamos ¡no representa la edad que tiene!



Vamos a fijarnos en un llamativo monumento que hay en un lateral de la plaza, de ubicación muy reciente. Se llama El árbol de la vida, es obra del escultor Jaume Plensa, instalado en diciembre de 2020 en honor al esfuerzo realizado por los sanitarios durante la Pandemia del COVID-19, a cuya inauguración acudieron autoridades nacionales y locales.

 

 

De aquí bajaremos a la cercana Plaza de Quito, donde en un reducido espacio se ha situado una zona de juegos infantiles, una fuente y un monumento a José Martí, para que no olvidemos a pesar del nombre, que estamos junto al Paseo de La Habana. La fuente se instaló en 1975 y está rodeada de un pequeño jardincillo, cuenta con varias bandejas y 16 surtidores. El monumento a José Martí es obra del escultor cubano José Villa Soberón, formado en Praga y que desarrolló su trabajo en La Habana, y del arquitecto cubano Rómulo Fernández Villoldo; es un obsequio del gobierno cubano a España, elaborada en la isla y trasladado para su montaje e inauguración por el alcalde Juan Barranco en 1986; se trata de un monolito de cuatro caras acabadas en dos bandas que se abren, en posición contraria al sentido del paseo de La Habana. Rematada en acero y mármol verde, destaca la cara de José Martí, la estrella de la bandera cubana, las bandas que suben hacia el cielo y las inscripciones de autoría, con una frase del poeta y libertador homenajeado.

 


José Julián Martí Pérez (La Habana, 1853-Dos Ríos, 1895) era hijo de valenciano y tinerfeña, fue un político, filósofo, poeta, periodista y escritor que se acabó de formar en España a donde fue desterrado en 1871, por su mal estado de salud tras varios años de cárcel en su Cuba natal; su azarosa vida le llevó a residir en París, Méjico, Nueva York, etc. mientras salía y entraba de su país, fraguando su fama de escritor por la que recibió el sobrenombre de “el Apóstol”, con el que es conocido en Cuba. Fundó el Partido Revolucionario Cubano en 1892 desde su exilio en Nueva York. Es considerado como uno de los libertadores de su país.


 

Seguimos bajando por el Paseo de La Habana hasta su inicio en el cruce con el Paseo de la Castellana, justo donde encontramos la Fuente de los Peces, una cuña ajardinada con una fuente de seis caños que son peces escupiendo agua y seis surtidores más sobre un pequeño estanque rodeado de vegetación al que no se puede acceder; fue realizada en 1957 al tiempo que el edificio Huarte, ante el que se encuadra, como solución al encuentro entre las dos avenidas, obra del arquitecto Felipe Heredero Igarza. Delante nuestro tenemos el puente para tráfico de vehículos que salva el Paseo de la Castellana por alto, uniendo las calles de Raimundo Fernández Villaverde y de Joaquín Costa. Dedicada la primera a quien ocupó diferentes ministerios como miembro del Partido Conservador, se opuso a la proclamación de la I República y fue Presidente del Consejo de Ministros entre 1903 y 1905; la segunda recuerda al regeneracionista y republicano que incidió políticamente desde su trabajo y sólo, al final de su vida, optó por un puesto de diputado que no llegó a ocupar debido a su delicada salud. Ya veis, dos políticos opuestos que se dan la mano por encima del tráfico.

 


Enfrente, a donde cruzaremos, se alzan los primeros grandes edificios de AZCA, que se prolonga por dicha acera en dirección a la Plaza de Castilla, pero nos vamos a saltar esta zona, pues ya la recorrimos en su día, ver aquí.

 


Como el resto del Paseo y Plazas, la de Lima se encuentra ajardinada en su rotonda central. Sin embargo en sus laterales podemos encontrar cosas muy curiosas, por ejemplo, antes de llegar al Estadio Santiago Bernabeu está el edificio Lima, obra del arquitecto Fernando García Mercadal finalizado en 1956, el cual resolvió el espacio de entrada con unas cuñas ajardinadas, en la más grande instaló la estatua de una Llama, animal típico de Perú, realizada en piedra caliza por el malagueño José María Palma Burgos, conocido por otras aportaciones en la ciudad, hijo y hermano de famosos imagineros. Casi enfrente, por la acera que subimos, está la Torre Europa, de 120 metros de altura y 32 pisos realizada entre 1975 y 1985 por el arquitecto Miguel de Oriol e Ybarra, destaca el impresionante reloj colgado de su fachada, cuyas líneas parecen abrirse para contenerlo; a sus pies y junto a la entrada, una lámina de agua resguarda una estructura metálica pulida que brilla con el sol, simula un árbol y sus brazos, oscilan cruzándose sin chocar, agitadas como si fueran ramas movidas por el viento (espero que tras la hecatombe climática no sean estos los únicos árboles que nos queden en pie).




Cruzamos la calle y nos encontramos con la Plaza de Joan Miró y el pequeño JARDIN DE GHANDI que cuenta con una estatua a este gran pacifista hindú, o indio, del que ya hablamos en la misma visita que vimos AZCA y cuyo enlace he puesto más arriba. No os la perdáis.

 


En cuanto al Palacio de Congresos, decir que fue ideado para cubrir la carencia que Madrid tenía de una construcción con este fin, al igual que el resto de capitales mundiales modernas contaban con un espacio similar; fue ideado por el arquitecto Pablo Pintado y Riba, levantado entre 1965 y 1970, diez años después y con la no aceptación del autor, entre el arquitecto Joan Gardy Artigas y el escultor Joán Miró Ferrá, diseñaron el mural de 7.000 placas cerámicas multicolores instaladas sobre mortero, representando una obra abstracta y pintada por Miró usando los colores rojo, negro, amarillo, índigo y turquesa, sobre fondo blanco oscurecido que simula el lienzo y trazos negros alrededor de las figuras, hecho característico del autor.

 



Seguimos subiendo hasta la siguiente plaza, pero en este tramo nos vamos a encontrar con otra de las copias de la escultura dedicada a El Agricultor, la Agricultura y el Progreso cuyo original (arriba a la izquierda) conocimos al visitar la Ciudad Universitaria delante del edificio principal de la correspondiente Facultad, la copia que vemos aquí está en la parte trasera del Palacio de Congresos y transmite una cierta sensación de abandono en general. Enfrente, delante del Bernanbeu, se sitúan los JARDINES DEL MUNDIAL 82, creados para conmemorar dicho acontecimiento, la intención era la de plantar un árbol de cada país participante, por cierto, y antes de seguir ¿cuál crees que es el árbol que mejor representa a España?, si no lo sabes, vuélvete a leer tooooooodos los artículos de esta serie, porque lo he destacado en cada entrada donde nos encontramos tan peculiar especie. En los Jardines del Mundial se han reunido especies de los países participantes que fueron: Alemania, Argelia, Argentina, Austria, Bélgica, Brasil, Checoslovaquia, Camerún, Chile, El Salvador, Escocia, España, Francia, Honduras, Hungría, Inglaterra, Irlanda del Norte, Italia, Kuwait, Nueva Zelanda, Perú, Polonia, U.R.S.S. y Yugoslavia (alguno ya ni lo encuentres en los mapas).



Llegamos a la Plaza de Cuzco, desde donde nace en la esquina con Sor Ángela de la Cruz hacia arriba, el espacio ficticio JARDINES ZONA DE CUZCO, un conjunto de edificios y espacios ajardinados y peatonales entre ellos, creados por varios arquitectos entre los que encontramos a Luis Gutiérrez Soto, Mariano García Benito, Antonio Perpiñá, Luis Igleisas, etc. que ya actuaron en AZCA, Ciudad de los Poetas, etc. y donde se sitúa, por ejemplo, una Escultura Paraboloide obra del escultor Andreu Alfaro Hernández en 1980, a la finalización del edificio cercano. Caminando por el interior de este espacio, podemos encontrar la Estructura elaborada en 1972 sobre una base de ladrillo. Igualmente nos encontramos con la Cascada y Estanque diseñados e instalados en 1975 sobre el desnivel entre dos edificios como una forma de salvarlo de manera artística. También el Estanque alargado que se adoptó como solución para la cubierta de un garaje subterráneo, destacando la forma que adopta el respiradero en la zona central. Y, por último, el Estanque Triple, tres piscinas consecutivas encerradas en una de las plazas. Veamos algunas en las fotos de abajo.

 

Salimos al Paseo de la Castellana y donde se sitúa la Caja Laboral encontramos una escultura del bilbaíno Vicente Larrea, elaborada en bronce y colocada directamente sobre la acera, asombra por su robustez y entrelazado de elementos indeterminados. Se puede, aunque no se debe, tocar.



Así mismo, en el entorno de las calles Francisco Gervás con Poeta Maragall (antes de llegar al Meliá Castilla) podemos encontrar varias esculturas y un mural, son Equilibrio Horizontal Móvil de José Luis Alonso Coomonte, realizado en 1975 ante el antiguo edifico de CAMPSA y El Mural, obra del ceramista Andrés Galdeano y del pintor y poeta Manuel Viola, realizado en la entrada de dicho edificio en 1975 también, que da la vuelta a la esquina. Así como Estatua Abstracta del mismo año y ubicación (ver los tres sobre este texto). Y, si tenemos tiempo y ganas, muy cerca de allí, en la calle Orense, podemos admirar la Escultura Modular Inoxidable del escultor Feliciano Hernández Sánchez realizada en 1974 para el edificio del Banco Exterior de España en un pequeño cuadrado ajardinado ante la entrada, ahora son dependencias de la Comunidad de Madrid que se distinguen fácilmente por sus planchas rojas en la fachada:

 


Volvemos al Paseo de la Castellana para encaminarnos hacia el final de nuestro recorrido. Nos vamos a encontrar con un singular edificio "de colores", es el INE, aunque a la hora de escribir esta visita no se ve porque está en obras, es un curioso edificio cuyo final es incierto debido a que ha fallado el mantenimiento durante tanto tiempo que milagro es que no haya habido una desgracia y que aún se mantenga en pie. En 1973 se construye el edificio que albergaría el Instituto Nacional de Estadística creado en 1946 en la entonces Avenida del Generalísimo, dicha institución operó por primera vez como Comisión Estadística del Reino en 1856, creada por Decreto del General Narváez como Presidente bajo el reinado de Isabel II, el fin era establecer un censo de población y, poco a poco fue ampliando sus contenidos, hasta que bajo el II Plan de Desarrollo franquista (1969-1972) obtuvo sede propia. Con el paso del tiempo, el edificio se quedó anticuado y nada práctico, con lo que se planteó su remodelación integral que ganó el proyecto de Ruiz-Larrea y Asociados, estudio de arquitectura ecológica y sostenible, de hecho, entre otras remodelaciones, se instalaron placas solares, la cubierta que protege un jardín elevado, etc. Así que fue entre 2004 y 2008 cuando se desarrolló este proyecto.



Y con la singular aportación del artista José María Cruz Novillo, autor de logotipos tan conocidos como los del PSOE o Correos y varios billetes de curso legal (ver en cruznovillo.com), a través del DIAFRAGAMA DECAFÓNICO DE DÍGITOS que recubre la fachada y laterales del edificio de una marejada de colores y números, se transformó un edificio sobrio y feo en algo artístico y original. El sistema de Cruz Novillo aprovecha la consistencia de los datos estadísticos para jugar con ellos y crear un lenguaje propio a la vista de todo el que pase por el Paseo de la Castellana. Básicamente, unos paneles en los cuales cada color se asocia con una nota musical y un dígito del 0 al 9, elaboran una melodía interpretable; al mismo tiempo, usando paneles de 2x1 (rectangulares) y de 1x1 (cuadrados) para números enteros o decimales respectivamente, cada uno de un color y por tanto, representando al dígito correspondiente, expone una cifra estadística a una fecha determinada según una relación preconcebida (por ejemplo la extensión de España, el número de matriculaciones en tal año, etc.); cada cifra va precedida de un panel gris numerado desde el 001 hasta el 058, así que únicamente tienes que saber a que cifra se refiere y a continuación traducir el color a su dígito, separando los paneles rectangulares (números enteros) de los cuadrados (decimales) con una coma imaginaria. No es complicado, más bien singular, pues lo que en principio parece un recubrimiento original (que por otro lado sirve para aislar al edificio), es en realidad una construcción en clave. El INE tiene publicado un folleto donde se explica paso a paso esta relación de colores, números, cifras y datos estadísticos que podéis consultar aquí.



Y llegamos al punto final. La Plaza de Castilla se construyó por necesidad, una vez comenzó el desarrollo de Madrid. Más o menos allí confluían la vieja Carretera de Francia (la mala de Francia la llamaban, así que ¡cómo sería!) en lo que hoy es Bravo Murillo, que luego se prolongaba hacia el norte en busca de Fuencarral y el camino hacia el antiguo pueblo de Chamartín de la Rosa. Por supuesto, atravesaba la población de Tetuán de las Victorias, cuya creación se dice que  debe a las tropas africanas de O’Donell, pero eso es otra historia que ya contamos aquí. Hacia primeros del siglo XX comenzó la ampliación de Madrid desde Cuatro Caminos, lo que fue atrayendo población a lo largo de la citada Carretera gracias al tranvía que llegaba incluso hasta el “hotel del negro” (llamado así no por el color de su piel sino por el apellido del propietario, Domingo Negro, ¡que no es poco!). Una planificación posterior, se encargó de diseñar lo que hoy conocemos como Paseo de la Castellana (cuyos cambios de nombre según marcaba la historia, comentaremos en otro paseo) con la pretensión de convertirse en una zona de expansión de viviendas de calidad y negocios, buscando la salida hacia el norte desde los Nuevos Ministerios, que a primeros de siglo era el lugar donde se ubicaba el Hipódromo de Madrid.

 

 

El metro llegó a Tetuán en 1929 y a Plaza de Castilla en 1961. Los tranvías, anteriores incluso, giraban allí enlazando con los autobuses de la periferia o con los que iban a Chamartín, San Blas y Fuencarral. Cuando se construyó la enorme plaza, acabada en 1954 llevándose por medio al famoso “hotel del negro”, dejó en el centro una rotonda central arbolada y ajardinada que, en 1960 ubicaría el monumento dedicado a Calvo Sotelo que hoy podemos ver en su lateral sur, tras una larga historia. José Calvo Sotelo, representante de la CEDA, fue asesinado en 1936 en un atentado cuyo origen está en el cruce de violencia entre oponentes políticos de esa época, como represalia por otra muerte igualmente violenta; el futuro gobierno de Franco propuso, ya en 1938, la construcción del dicho monumento, cuya hipotética ubicación no acabó de cuajar. En 1955 se tomó la decisión definitiva, se convocó una suscripción popular que enseguida recaudó una suma casi astronómica (para la época) y se organizó un concurso que ganó el arquitecto Manuel Manzano-Monís Mancebo (autor entre muchos otros, del barrio de Santo Ángel de la Guarda) con el escultor Carlos Ferreira de la Torre;  en 1957 se cierra la suscripción duplicando la cantidad inicial (¡casi 8 millones de pesetas!) y por fin se decide su ubicación en el centro de la plaza, inaugurándose en 1960 con todas las autoridades posibles y familiares, por supuesto. El monumento se realiza en granito y representa al homenajeado en el centro de un semicírculo en actitud como de romper unas cadenas sobre su rodilla; tras él, un obelisco truncado corona y estiliza la forma y detrás, otra figura femenina representa el dolor; los laterales representan figuras en relieve y todo el conjunto se acompaña con fuentes, surtidores y otros elementos que proponen el homenaje y el recuerdo, incluidas las escaleras que suben desde la acera hasta la amplia zona donde se sitúan las figuras.

 

 

En los años 70 desaparecerán los tranvías, las construcciones de grandes edificios de viviendas se intensificará, prolongando el Paseo de la Castellana más allá de la Plaza. El Hospital de La Paz marcará un hito en el desarrollo del norte de Madrid. La estación de Chamartín, un mero apeadero, tras un replanteamiento se convertirá en la gran estación del Norte e internacional. En los 90 el monumento de Calvo Sotelo se traslada a la zona sur presidiendo la entrada del subterráneo que se acaba de construir para dirigir el tráfico que va hacia el norte, apartándolo del cruce de la plaza. Y ya más actual, se instala la gran Columna de Calatrava, que mandó construir Blesa para conmemorar el tercer centenario de Caja Madrid y le regaló al Ayuntamiento de Madrid en 2009, 93 metros de altura de bronce cubierto de pan de oro que girando simulaba una ola, pero la aventura duró tres meses antes de pararse, su coste de mantenimiento es tan alto que bien está como está pero claro, ya no vale ni la décima parte de su tasación y, para colmo, tampoco está completamente en el centro porque su exagerado peso forzó su instalación en donde sí puede aguantar el terreno ¡en fin…! Tiempos posteriores dieron lugar a las torres Kío, también rodeadas de polémica, reciben en realidad el nombre de Torre Europa, en singular, aunque son dos, con sus 115 metros inclinados sobe la Castellana, debido a lo cual, cada planta es distinta e incluso 4 de los ascensores que tienen, no llegan hasta la última ¡cosas de arquitectos! En este caso, obra del estudio neoyorquino John Burgee Architects. La apertura en 2000 de la Avenida de Asturias sobre las antiguas casas bajas y las cocheras del metro, aprovechando el antiguo trazado de la calle de los Curtidos y otro puñado de actuaciones nos ofrecen la actual visión de la Plaza de Castilla (aunque un pajarito nos ha contado que en las antiguas cocheras quieren hacer un singular edificio que albergue, entre otras cosas, un museo del metro y transportes de Madrid ¡qué guay!).



Y con esto ya… ¡hemos acabado por hoy! Lo dejamos en la misma puerta de los Juzgados de Plaza de Castilla, por si acaso alguien no ha quedado satisfecho y me quiere denunciar. No olvidéis consultar los enlaces propuestos:


madrid.es/Jardines-de-San-Fernando


madrid.es/Jardines-del-Doctor-Fleming


madrid.es/Jardines-del-Mundial






P.D.- Llévate el texto completo en la GUÍA BÁSICA del Paseo de la Castellana adquiriéndola en Amazon.es.




@ 2021 by Santiago Navas Fernández

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