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sábado, 15 de junio de 2024

SERIE POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CLXI: LA FINCA DE VISTA ALEGRE.


No deja de ser curioso y hasta un poco intrigante, que la Finca Vista Alegre no se encuentre en el barrio de Vista Alegre, son esas cuestiones de las particiones administrativas que nos sorprenden, pero así es. Y el caso es que mientras el barrio llega hasta la acera de los pares de la calle General Ricardos, los JARDINES DE LA FINCA DE VISTA ALEGRE están en la acera de los impares ¿Qué más le daría al partidor que hacer un pequeño borrón y meter la Finca en el barrio? Pero elucubraciones aparte, vamos a lo que vamos. Este espacio estuvo muchos años cerrados a pesar del clamor popular que pedía su uso generalizado, pues hoy y con las limitaciones que veremos, ya está a nuestra disposición.


 
En rojo la zona visitable. Plano de 1860.

Los Carabancheles son de los asentamientos más antiguos que existen en Madrid, donde se han encontrado restos prehistóricos que aseveran la presencia de nuestros antepasados humanos en la zona mucho antes de que apareciesen al otro lado del río, donde hoy se ubica el centro de Madrid. Su clima y el abundante agua, hizo de estas tierras un lugar de labor, por alguna razón, sobre cualquier otra posibilidad. Y por no ahondar más en esta ocasión, diré que se convirtió en el siglo XVIII en uno de los lugares preferidos por la burguesía y nobleza de la Corte madrileña para pasar los calores estivales, época en la que vivió el general Ricardos que da nombre a lo que hasta entonces había sido la carretera de Fuenlabrada (o de Madrid, según se mire). Y claro, la Reina María Cristina de Borbón decidió en 1832 comprar un establecimiento comercial que allí había, al que fue sumando otras fincas de recreo, terrenos de conventos y de la Iglesia y/o fábricas colindantes, hasta un total de casi 50 hectáreas, y mandó desviar el dicho camino fuera de sus tierras en lo que luego sería la actual calle citada. Fue la posteriormente conocida como Real Posesión de Vista Alegre.


La Reina en seguida mandó plantar hasta 20.000 árboles, reparar las edificaciones existentes y adaptarlas a sus necesidades, levantar caballerizas y hasta un Palacio Nuevo entre jardines de ensueño, una ría artificial, fuentes y parterres para mayor belleza del entorno. Y diversos otros edificios desperdigados por todo el lugar como capilla, descansadero y otros pequeños refugios. Pero lo ajetreado de su vida la obligó al exilio, dejando en 1846 la Finca a sus hijas Isabel II primero y después a la infanta Luisa Fernanda que siendo ya Duquesa de Montpensier, en 1859 la vendió al Marqués de Salamanca, que la usa para innumerables fiestas, realiza la mayor ampliación del Palacio Viejo donde quedará su vasta colección de arqueología y le da unidad y sentido a los jardines. Tras vender su palacio de Recoletos acuciado por temas económicos, residió en Vista Alegre hasta su muerte en 1883 reuniendo sus colecciones personales de arte y ciencias a sumar a las de la Corona. Tres años después los herederos hacen lo propio en favor del Estado español que dedicará el lugar a diversas actividades benéficas, para lo cual irá partiendo la finca en trozos separados.


La entrada actual conocida como Puerta Real, está en el número 179 de la calle del General Ricardos, que es la de la foto que encabeza este artículo. Al entrar nos encontramos con una plaza y una pequeña sala de información en un lateral, al frente el único camino posible pues aunque los Jardines se abrieron para disfrute popular, no toda la Finca es visitable. Así que vamos andado hacia la siguiente plazoleta entre diferentes especies de arbustos y árboles, seguro que algunas son originales de la época de la plantación real. Los Plátanos de Sombra, los Árboles del Amor, Castaños de Indicas, Olmos, etc. se prestan generosos para que nos imaginemos como nobles caminantes de la época de su máximo esplendor.

El primer edificio con que nos encontramos es la Estufa y el Baño de la Reina. Levantados en 1833, su utilidad era criar plantas exóticas, consta de dos edificios laterales unidos mediante un templete a las galerías acristaladas, con decoración y estilo arquitectónico neoclásico. Uno servía para almacenar las plantas y en el otro se hizo construir la monarca un baño, muy práctica ella, que aprovechaba el calor originado por la estufa en una piscina circular con escalones concéntricos. Además existían en la finca otras dos estufas más pequeñas y una "naranjera" donde se guardaban las macetas de los cítricos durante el invierno. Más dos invernáculos. Tras verse afectado por la Guerra Civil, la parte derruida fue levantada por Regiones Devastadas según encargo a Manuel Martínez Chumillas.

A su lado encontramos el Palacio Viejo, cuyo origen está entre 1802 y 1803 impulsado por el médico de Carlos IV, don Higinio Antonio Lorente. Luego pasó por las manos de don Francisco Ignacio de Bringas, comerciante vecino de Carabanchel que vio claro que allí había negocio y se hizo con la finca tras la invasión francesa. En 1823 lo adquirió para lugar de recreo con café, fonda, etc. Pedro Cabrero, militar e inversor, y Josefina Martínez Artó, heredera del fundador de la Real Fábrica de Platería (otro día hablaremos de esto), primeros en denominar la Finca como Vista Alegre donde se instaló un año después una Casa de Baños que se haría famosa durante los seis años que funcionó. Tras la muerte de la esposa, el viudo se deshizo de la propiedad en beneficio de la Reina. Contaba con salones, salas de baño, casino y un jardín posterior donde celebrar espectáculos y conciertos al aire libre, al cual se anexionó la Estufa Grande vista antes, se inauguró en 1824 con la Casa de Baños dicha, muy apreciado negocio en aquella época. A principios del siglo XX, ya en manos del Estado, fue dedicado a Colegio de Huérfanas de Militares de la Unión, junto con el edificio de la Casa de las Caballerizas que luego veremos. Tras la Guerra Civil, las Hermanas de la Caridad volvieron al lugar para hacerse cargo de la institución. Al pasar las competencias educativas a la Comunidad de Madrid en los años 80 del pasado siglo, se convierte en el Centro Regional de Innovación y Formación de Las Acacias. Actualmente desde 2022, es la sede del ISMIE, Instituto Superior Madrileño de Innovación Educativa.



A la parte de atrás se encuentra la Capilla del Palacio Viejo, en estilo neomudéjar, que sólo se puede apreciar desde la parte trasera del edificio. Levantada para ceremonias íntimas familiares de los residentes, se accede por una estancia techada con pinturas pompeyanas, su composición es una sola nave y una cúpula donde se encuentra el altar en el ábside circular realizado en ladrillo mudéjar.

Frente a la entrada a este Palacio se abre el JARDÍN DE LA PLAZA DE LAS ESTATUAS, tipo romántico, cuyo nombre alude a las estatuas que había en la rotonda que se forma, de las que sólo se conservan los pedestales que podemos distinguir paseando por los sinuosos recorridos que nos propone el trazado y apreciar los rincones bucólicos que consolidó el Marqués de Salamanca durante el período en que fue el propietario de la Finca. Dentro de este espacio se incluye la montaña de la cascada.

Esta cascada da lugar a La Ría artificial con un surtidor saliendo de una montaña de piedra realizado en los tiempos de la Real Posesión, que serpentea y actualmente exhibe Nenúfares y diversos Lirios acuáticos. Era navegable en su extensión de un kilómetro de longitud que se recorría en barcas o a pie por su orilla, desde su nacimiento en la Plaza de las Estatuas citada hasta una isla en forma de estrella, sólo accesible a través del agua, de la que hoy sólo queda el recuerdo, pasando por zonas de juegos y bosque arbolado con las especies ya citadas y otras más como Magnolios, Árbol de los Farolillos, Ciprés,  etc.

De todo lo que hubo, sólo podemos ver en la actualidad en la orilla de la ría, unos elementos realizados en mármol blanco, alineados en circunferencia, diseñados a modo de asientos, que reciben el nombre de Círculo de Troncos de Piedra. Están sobre la vista de un lateral del Palacio Nuevo que vamos a visitar.


Y llegamos así al Palacio Nuevo del Duque de Riansares o del de Salamanca, levantado sobre las instalaciones de los Cinco Gremios Mayores de Madrid que aprovechó sus cimientos y muros de la fábrica de jabón que albergaba. Los trabajos comenzaron en 1834 por los arquitectos Martín López Aguado y Juan Pedro Ayegui, realizado en una sola planta y tres volúmenes fácilmente distinguibles, en torno a tres patios interiores. En la entrada hay una escalinata que desemboca en un pórtico sostenido por cinco columnas provenientes del derribo que se había efectuado en la plaza de Oriente para dar cabida al Teatro Real, se da acceso a una cúpula que hace de distribuidor del edificio decorada por Evaristo Pannuci. Cuando la Reina abandona el lugar para su exilio, deja inconclusas las obras y a su regreso las encarga continuar a Narciso Pascual y Colomer; a partir de 1844 se añaden capilla, se adorna la fachada exterior y se realizan otros trabajos diversos de engrandecimiento. El Salón árabe lo manda construir ya el Marqués de Salamanca en una tercera fase a partir de 1859 aunque con el último arquitecto dicho, así como otras obras de mejora y mantenimiento como la sala de baile, el teatro, etc.; la decoración de paredes y techos se debe a Federico Madrazo en los salones dedicados a las colecciones del Marqués. Al volver a patrimonio del Estado, se realizan las obras necesarias para reconvertirlo en Asilo de Inválidos del Trabajo bajo la dirección de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul y en el 2008 se instala el Centro Público de Educación Especial María Soriano.


En un lateral del espacio delante del Palacio se encuentra el Cedro Libanés centenario y protegido en un gran alcorque naturalizado con cortezas, llama la atención por sus dimensiones: 5 metros de circunferencia y 35 metros de altura. Incluido en el Catálogo de la Comunidad de Madrid como "árbol singular" desde 2018, se le calcula una antigüedad que se remonta al 1800, dado que esta variedad turco-libanesa se trajo a Inglaterra en 1638 y a Aranjuez en 1787, de donde llegaría aquí. Se sabe de un gran tornado que en 1886 arrasó Madrid, el cual dejó numerosos daños en este ejemplar, pero se ha repuesto perfectamente. Junto al Ciprés que podemos ver frente al Palacio Viejo, son los árboles más antiguos de la Finca.



También frente al Palacio Nuevo se abren unos jardines con parterre que en su centro tienen la Fuente de los Caballos Marinos, de grandes dimensiones, 16 metros de diámetro en el vaso central. Su deterioro era tal, que hubo que reconstruirla casi entera y solucionar sus problemas de estanqueidad y riego. Entra dentro de la reforma de Narciso Pascual y Colomer y el adorno central de donde surge el surtidor de columna, se atribuye al escultor cordobés José Tomás. En él se representan unos caballos levantados sobre sus cuartos traseros que reposan como parte de la base que sostiene el plato superior sobre sus cabezas, sus colas como peces, se enrollan para hacer el pie; encima, unos niños juegan a escalar por el surtidor. Todo el conjunto está realizado en mármol. Es la fuente recuperada más espectacular de toda la Finca.


Este jardín como he dicho, se denomina el Parterre, construcción que responde al interés mencionado del Marqués por acabar con las obras dándoles un toque de unidad en sus jardines. Así en este caso destaca su estilo neoclásico con trazados geométricos, detrás del Palacio hay otro jardín que adoptó un estilo denominado Giardino más al gusto napolitano, pero que no es visitable. En el centro se ubica la fuente citada que iba acompañada a los lados por otras dos más sencillas equiparables a otras del recinto.

Por encima se encontraba la Casa de Oficios, de la que hoy podemos ver sus ruinas, como parte adquirida de otra de las fábricas de jabón tan típicas del Carabanchel antiguo, sobre cuyos cimientos se asentó. Tengamos en cuenta la cercanía del río y de ahí la existencia de la industria alrededor de dicho producto, no en vano la agrupación de negocios solía hacerse por actividades. Fue destinada a apoyo al resto de la Finca y durante un tiempo fue "la residencia del Duque" en referencia al Duque de Riansares, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, segundo esposo de la Reina, que se hospedaba en dicho lugar. En 1833 murió Fernando VII y poco después la Reina regente María Cristina de Borbón y Dos-Sicilias, cuarta esposa del rey felón, se casó con el Guardia de Corps citado en un matrimonio morganático (llamado así al ser entre personas de clase social disparatadamente distinta, por el cual no se tiene derecho a heredar nada del patrimonio del cónyuge noble). Ambos tuvieron ocho hijos y montaron innumerables negocios incluida la trata de esclavos entre África y América. No cayó la reina en gracia a los españoles y tuvo que exiliarse a ritmo de "vámonos que nos vamos" cediendo al general Espartero la regencia de la que sería Isabel II, la cual, algo de la madre heredó sin duda.


Regresamos en dirección a la calle del General Ricardos, atravesando estos jardines y nos encontramos con otra construcción adosada a los muros de la Finca. Se trata de la Casa de las Caballerizas, cuya utilidad como os podéis imaginar, era la de guardar los animales de tiro, los carruajes de paseo y trabajo y los caballos que servían de paseo a los visitantes. También cuenta con una fuente de vaso, en este caso elevado, frente a sus puertas.

Casi al lado distinguimos la Casa de Bella Vista, actualmente el CEPA Vista Alegre pero que fue el Colegio para Ciegos de Santa Catalina durante un tiempo posterior. En los tiempos de la Real Posesión, fue biblioteca y gabinete de ciencias y contaba con herbarios, colecciones de animales disecados, laboratorio e invernáculo propio. De ella vemos cómo se prolonga una galería elevada que la une con la parte de atrás del Palacio Viejo en una monumental Galería construida ya en el siglo XX por motivos prácticos sobre columnas, siendo el torreón donde hace esquina, la solución dada para salvar la diferencia de nivel entre ambos edificios.

Delante del actual CEPA se abre, en los horarios correspondientes, la Puerta de los Osos, a un lado, la fuente del Marqués de Salamanca con toques anacrónicos de estilo mudéjar, quizá jugando alegóricamente con la historia de Madrid, su fundación y la presencia del Oso correspondiente al escudo de la capital. Esta puerta fue en su momento la principal. Se reformó del modo que vemos por el Ayuntamiento de Madrid en 1987, siendo alcalde Juan Barranco.


Y desde aquí sin salir a la calle, regresamos hacia la puerta principal por la que hemos entrado, que fue la puerta por la que entraba la nobleza a este recinto, atravesando una zona de huertos donde encontramos algunos restos de aljibes, ruinas de viejas construcciones posiblemente fábricas y la trasera del Palacio Viejo y donde destaca la lucernaria del Baño de la Reina. La nómina de árboles frutales contiene Granados, Olivos, Manzanos, Perales, Madroños, Pinos, Almendros, etc. que nos adornan el camino de vuelta y que en número ocasional, encontramos en el resto de la Finca.

No podemos marcharnos sin hacer aunque sea una rápida referencia a las puertas que tuvo esta propiedad. Ya hemos visto las dos principales, la Puerta Real y la Puerta de los Osos que sustituyó a la que era la Puerta de Bella Vista, pero tenía más. La Puerta del Pueblo se encuentra ahora enladrillada e inutilizada porque va a dar a dependencias que ya no son las propias de los JARDINES DE LA FINCA DE VISTA ALEGRE, pero aún se puede distinguir en el muro que rodea la antigua propiedad y daba acceso a la Casa de Oficios. La Puerta de Madrid, conocida como Puerta Bonita por que lo es, dio nombre al barrio y estaba muy cerca de la Puerta Real, pero un camión la derribó accidentalmente, se encuentra ahora en los JARDINES DE ENRIQUE MORENTE a pie de la calle del General Ricardos una reproducción realizada en 2005, justo antes de llegar a las tapias de la Finca. También había otra llamada Puerta de Leganés porque estaba mirando hacia esa población y la carretera que venía de allí. La Puerta de San Roque por su parte, tenía la utilidad de dar acceso a la zona de huertas y cultivos. Y  finalmente, la última que encaminaba hacia Carabanchel Bajo se denominaba Puerta del Cementerio porque era a dónde daba acceso.

Catalogado en 1997 como Jardín Histórico en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid y declarado Bien de Interés Cultural en 2018, la Finca de Vista Alegre y sus jardines son el cuarto jardín histórico más grande de la ciudad, por detrás de la CASA DE CAMPO, el PARQUE DEL RETIRO y el PARQUE DEL OESTE, si bien es cierto que hoy día acoge diversos edificios cuyas parcelas no se pueden visitar, como son una Residencia Militar, una Residencia de Ancianos, otra de Menores, Escuela de Danza, Conservatorio, Comisaría y Escuela de Policía, etc.


@ 2024 by Santiago Navas Fernández

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2 comentarios:

  1. Me ha encantado Santi, yo viví muy cerca de pequeño y cuando íbamos al cole en el 55 y veía por encima del muro los palacios imaginaba que vivían allí princesas y princesos

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  2. Gracias por tu comentario. Casi aciertas porque algunos/a no tenía las cuentas claras en sus negocios.

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