Comenzamos esta Zancada con una litografía de Andrea Pic de Leopold (1789-1860) sobre dibujo de Juan Mieg (1780-1859) profesor y naturalista español, que habla sola, refleja la Iglesia de San Andrés y la pequeña población a su alrededor rodeados de un gran verdor que vamos a visitar hoy bajo el nombre de Villaverde Alto Centro Histórico. Y para encontrar su origen, recordemos que en las orillas del Manzanares han aparecido un buen número de restos del Paleolítico, pero más en concreto, en la zona del actual Villaverde, vivieron desde hace más de 400.000 años, el Homo Heidelbengensis (preneardental similar al hallado en Atapuerca), el Homo Nerdentalensis (neardental) y el Homo Sapiens, dedicados a la explotación del medio, la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Así mismo hay restos con romanos, visigodos y musulmanes, en los areneros y en el Vado de Santiago el Verde como vimos en el pasado capítulo. Pero las condiciones insalubres junto al río y las crecidas de éste, desplazaron la población hacia tierras más altas y más secas, en lo que hoy conocemos como Villaverde Alto.
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Plano de 1900 elaborado por Facundo Cañadas |
Y ese desplazamiento fue a una zona entre los arroyos de Butarque y Mal Vecino. Según los datos que aparecen en diversas fuentes, Fernando III creó la demarcación rural del Sexmo de Villaverde en el que se incluían Getafe, Fuenlabrada, Torrejón de la Calzada, Casarrubuelos, Humanejos y Perales, así que debía tener mucho peso esta zona agrícola, cuya base de subsistencia eran los pastizales lindantes con el río y más cercanos a la población los cereales, algo de vino, huertos y frutales que aprovechaban la riqueza acuífera a través de pozos o norias, economía que se acompañaba de tahonas y extracción de barro para hacer ladrillos y tejas para surtir al resto de Madrid. La siguiente fecha que se recoge es 1413/14 en la que aparece el Vado de Santiago y La Algarrada como poblados abandonados (si bien otras crónicas cuentan que ésta última se despobló en 1551) y Villaverde como único poblado con la Ermita de Santiago y la de la Magdalena en sus cercanías (ya contamos cómo acabaron, también, en el anterior paseo). Y llegamos a Felipe II, el cual quiso hacer una estadística del reino y por ella sabemos que Villaverde constaba en el siglo XVI con 250 vecinos y más de mil habitantes, que era de carácter agrícola y contaba, además, con una posada como correspondía a un cruce de caminos.
Pero fue con Felipe V cuando el poblado real se convirtió en Villa, adquiriendo cierta independencia y ventajas fiscales, jurídicas, etc., incluida la condonación de la deuda que la Guerra de Sucesión les había originado. Villaverde comienza a transformarse pero sin perder su carácter agrícola, va a ver llegar la industria ladrillera de calidad, pero también gracias al cruce de caminos, los nobles que van por el Camino Real de Aranjuez deciden hacer un alto aquí y eso provoca la aparición de más posadas. Llegamos así al siglo XIX, el censo de Madoz acabado en 1850 le asigna una población superior a los 800 habitantes, las casas llegan a 400 (más del doble que hacía un siglo). El reinado de Isabel II aporta mejoras notables a la población, entre ellas en 1842 se abre la Fuente de la plaza de Ágata, centro vivo del pueblo, que dará de beber a toda la población. La plaza Mayor se convierte en el centro neurálgico de la vida popular, mercado y lugar de encuentro, conserva aún el edificio del viejo Ayuntamiento. Recuerdo de aquellos progresos nos quedó la Chimenea de La Nora, que veremos en otro capítulo. La llegada del ferrocarril marcaría otro hito con la inauguración de la línea Madrid Aranjuez el 9 de febrero de 1861 y su expansión posterior en diferentes estaciones y apeadero, pero no adelantemos acontecimientos y vamos al origen del viejo Villaverde Alto.
Partimos del cruce de las calles de Alcocer con San Jenaro, donde encontramos un amplío bulevar ajardinado que se corresponde con el JARDIN DE SAN JENARO, el cual volveremos a ver luego en otro de sus trazados discontinuos. En el tramo presente, incluye pérgola y zonas estanciales donde se celebran eventos festivos diversos, rodeados por bancos, arboledas y una espectacular estatua de formas femeninas que representa una Fuente, realizada en 1992 por Jesús Núñez Fernández en ladrillo; en el centro se levanta la figura y alrededor suyo, bancos con aberturas para su uso correcto, mientras el agua cae en unas pilas de forma irregular al pie del pedestal que sostiene las planchas y barras de acero corten que conforman la figura dicha. La calle de San Jenaro es uno de esos nuevos trazados urbanos que ha sabido cubrir el trazado del ferrocarril y aprovechar el espacio superior. Al fondo vemos otro mural alegórico frente al cruce con la calle del Dr. Martín Arévalo, que oculta la salida a superficie de la vías del tren; se trata de una obra abstracta del mismo autor y fecha, realizada en acero soldado en formas ameboides sobre un pequeño pedestal de ladrillo y una franja de césped que lo separa del paseo.
Pero sin llegar allí, nosotros vamos a tomar por la calle del Arroyo Bueno para descubrir unos jardines bajo el nombre de PARQUE LUIS PINILLA SOLIVERES, a mano derecha, mientras a mano izquierda descubrimos interbloques que enlazan con la citada San Jenaro, de envidiable arbolado compuesto por Plátanos de Sombra en particular. Y al final llegamos a la avenida Real de Pinto que nos habla del cruce de caminos en su origen (igual que otras como el Camino de Leganés o de Carabanchel), la cual seguimos hasta la calle del Asfalto, peatonal, y que nos dejara curiosos edificios que nos regresan a ese siglo XX. Luis Pinilla Soliveres (Valladolid, 26/03/1921 - Madrid, 07/05/2004) fue militar como su padre, el cual falleció al inicio de la Guerra Civil defendiendo las posiciones del ejército golpista de Franco en Gijón. Siguió la carrera militar con una especial conexión con el mundo religioso; fue el primer general que desde la Academia de Zaragoza que dirigía y donde intentó introducir reformas no siempre bien acogidas, se puso en contra del golpe militar del 23F; en 1982 ascendió a General de División y tan sólo dos años después, renunció a su carrera militar y se fue a vivir al Pozo del Tío Raimundo donde ya había establecido cierto grupo religioso de trabajo con el padre José María de Llanos, dedicado a la ayuda a la juventud más problemática.
Llegamos a la Plaza Mayor, centro neurálgico de la vida de Villaverde Alto, donde se concentraron festejos varios como la carrera de camareros. Se data su entorno hacia el 1800, siendo la sede municipal y cárcel en su momento, Casa de Socorro un siglo después, donde se celebró casi una fiesta con motivo de la instalación de una farola en el centro. Fue remodelada en 1999, rehabilitándose para otros usos el viejo edificio consistorial como sede de Bomberos sin Fronteras o la Agencia de Empleo actuales. Una placa en su fachada hace mención a la lucha contra la Violencia de Género. En la plaza también se conserva una fuente de hierro con inscripción de 1936.
Salimos por la calle Antimonio que desemboca en la calle Vieja de Pinto, casi al lado donde se conserva el viejo edificio del cine Orpal inaugurado en los años 60 y que hoy es una discoteca. Desde ahí accedemos a la plaza de Ágata, cuyo nombre antiguo fue "La Cigüeña", en cuyo centro existía un manantial de agua potable; en 1848 la plaza se llamaba de Isabel II y fue entonces cuando se levantó la "Fuente Nueva" que incluía unos lavaderos anexos que se conservaron hasta 1939, realizada en piedra como vemos y aunque está restaurada, consiste en un pedestal con caños que descansa sobre un vaso amplio y profundo, en el pedestal aparecen inscripciones conmemorativas. El lugar se convirtió en punto de encuentro y convivencia. Acometida su remodelación, el alcalde Tierno Galván inauguró la nueva rotonda que incluía otras nuevas fuentes ornamentales en el centro, vasos de piedra artificial unidas en forma octogonal y con nueve surtidores cada una.
En la esquina con el paseo de Alberto Palacios, donde tuvo una finca el famoso arquitecto y anteriomente cañada ganadera, como puede verse en el Plano que he dejado más arriba, encontramos la escultura "Mujer y Tortuga", instalada en 2003 tras la remodelación efectuada en dicha fecha, obra del escultor José de las Casas Gómez. Se trata de una figura de mujer madura, realizada en bronce, que posa en actitud de acariciar la figura enorme de una tortuga realizada en hormigón y recubierta de cerámica en trencadís y piezas pétreas. Desde allí se abre la calle citada, ajardinada, que nos lleva hasta el Mercado de Villaverde, uno de los establecimientos municipales de éste carácter que comenzó a prestar servicio en 1963. Anteriormente, el mercado se establecía por puestos en la Plaza Mayor.
A la parte de atrás encontramos el PARQUE HUERTA DEL OBISPO, el cual contiene varias zonas estanciales a lo largo del paseo que lo recorre, además de pistas deportivas y zonas infantiles, todo bajo un frondoso dosel arbóreo, que se resume en la página web municipal con:
- Superficie: 11053 m2
- Árboles: 144 unidades
Ciruelo rojo 43%
Pino piñonero 20%
Falsa acacia 20%
Castaño de Indias 5% - Arbustos: 120
Cotoneaster 16%
Evonimo 13%
Taray 12% - Macizos arbustivos: 686 m2
Agracejo 23%
Fotinia 15%
Piracanta 9%
Desde la plaza de Ágata parte también la calle de la Fuente y llega hasta la plaza de Parvillas, cuyo nombre puede aplicarse coloquialmente a los haces de mies trillados o por trillar, por lo que los historiadores dicen que podría tratarse de la antigua ubicación de unas eras, recordando así el origen agrícola de la localidad. Continuamos por la calle Parvillas Alta para cruzar la avenida Real de Pinto y seguir por la calle Amadeo Fernández.
Nos encontramos con el JARDÍN DE LA LUZ, realizado sobre 4.475 m2 dentro del proyecto "islas de Color" del Ayuntamiento de Madrid, sobre un solar en desuso, alberga poco arbolado pero amplios paseos y algunos arbustos, destaca una esquina con sus Almendros en flor. Consta de área infantil de juegos y zonas estanciales con bancos. Volvemos para tomar la avenida Real de Pinto y bajar hasta el cruce con el extremo de la Gran Vía de Villaverde y nos volvemos a encontrar con la calle de San Jenaro.
Es esta calle la que vamos a recorrer reconociendo una serie de jardines que se suceden con nombres populares como Parque Los Verdes y Parque Los Pikos, siendo el verdadero, PARQUE SAN JENARO. Su vegetación donde predominan los Pinos, con algunos Cedros, Almez, Fresnos, etc. de abundante sombra, praderas de césped y matorrales ornamentales. Y así llegaremos a la calle Oxígeno que llega hasta la plaza Mayor, aunque nosotros no llegaremos porque ya la hemos visitado antes y porque nos vamos a quedar a conocer el último hito de este paseo.
Villaverde Alto, Casco Histórico, se denominaba como Barrio de San Andrés hasta hace pocos años. Y ese nombre se debe a la Parroquia de San Andrés que nos encontramos de frente y que aparece en la litografía con la que encabezamos esta Zancada. Si bien hay que decir que su antigüedad real se desconoce y hasta es posible que fuera un pequeño edificio religioso que se alzó como templo, constituye la construcción más antigua de la población. Hay quien habla del siglo XV aunque sólo se encuentran evidencias a partir del siglo XVI, antes del 1562 probablemente. Dibujada sobre planta rectangular con tres naves separadas por columnas, artesonado mudéjar, cabecera cerrada y coronada por cúpula, torre junto al presbiterio, etc. originales que se remodelaron tras el desastre de la Guerra Civil, que afectó gravemente a la iglesia con los bombardeos aéreos de los rebeldes.
Nos olvidaríamos de una parte muy importante del Barrio si no citáramos, al menos, las Colonias de viviendas que en la zona sur en particular, aún perduran. En 1940 la empresa Boetticher y Navarro compró unos terrenos en la pujante Villaverde, donde ampliar su fábrica y ante la necesidad de vivienda para sus trabajadores, elaboró un proyecto de 600, de las que sólo se realizaron 242, que incluiría otros espacios para servicios comunes y básicos. Finalmente levantada por la Obra Social del Hogar, tenía como eje central la calle Cobalto, a un lado aún se conservan los edificios de dos alturas en forma de chalets, con cuatro viviendas cada una; al otro lado estaban los de los ingenieros y directivos que fueron demolidas a finales del siglo XX. Tomó el nombre de Colonia Nuestra Señora de la Paz en su origen aunque se la conoce como Colonia Boetticher. Arquitecto del proyecto fue Ricardo Gómez Abad y le acompañó en la construcción José María Argote Echevarría. Casi al mismo tiempo, Luis de Sala María y Joaquín Núñez Mera, desarrollaron a través de la Obra Social del Hogar otra serie similar, la Colonia San Carlos, de las 108 viviendas proyectadas, se levantaron 94, todas de dos plantas y con un gran espacio central y una vivienda por planta. Se distinguen por el color verdoso de ésta última frente al marrón de la anterior.
Ya en la década de los 50 se desarrolló un amplio proyecto por el mismo organismo, siempre junto al Instituto Social de la Vivienda, experimentando con materiales y conceptos que abaratasen las nuevas construcciones. Rafael de Arbuto, Miguel Fisac, Joaquín Núñez Mera, Javier de Zuazo y Carlos de Miguel González, asumen dicho reto en el conocido Grupo de Viviendas Experimentales que alcanzó las 408 pisos en formatos diferentes pero todos con un límite máximo de 42 metros cuadrados y de coste no superior a las 25.000 pesetas de entonces. Aunque algunos edificios ya han desaparecido, aún se conservan otros en diferente estado, la barriada no está urbanizada entre los bloques e incluso algunos de los portales han quedado bajo rasante de la calle.
Hubo otras pequeñas colonias de viviendas en bloques que aún se conservan, como la Colonia Butano, que ha sido acondicionada a los tiempos actuales con cerramiento a su alrededor y ascensores, que no tenían. Pero las más llamativas son las citadas que surgieron por la necesidad de ofrecer un lugar donde habitar a la numerosísima población que llegaba a la zona en busca de trabajo, sirva como ejemplo decir, que sólo la fábrica de Boetticher llegó a tener más de 35.000 trabajadores. Y como los transportes públicos eran deficitarios y los privados apenas había, la gente quería/debía residir cerca del centro de trabajo. Otra de las grandes y que ya no existe, fue la Colonia Marconi, al otro lado de las vías del tren y que contó hasta con escuelas propias, además de las casas y comercios necesarios cerca de la fábrica, derruida en 2012, sólo queda el nombre y un gran polígono.
@ 2025, by Santiago Navas Fernández
P.D.- La serie sobre Villaverde sigue aquí:
1.- Villaverde: el origen y el Camino de Vallecas, pincha aquí.
2.- Villaverde Alto, Centro Histórico, o el barrio de San Andrés. Este mismo.
3.- Villaverde Bajo, Butarque y San Cristóbal, pincha aquí.
4.- La Gran Vía de Villaverde, pincha aquí.
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