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sábado, 4 de octubre de 2025

PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CCVI: EL ORIGEN DE CHAMARTÍN DE LA ROSA.



El pueblo de Chamartín de la Rosa tuvo su centro neurálgico, plaza Mayor y Ayuntamiento con cárcel, en la actual plaza de los duques de Pastrana; sin embargo, cuando fue absorbido por Madrid en 1948, primera población que sufrió este proceso de engrandecimiento de la capital, la mayor parte de la población se distribuía por sus barrios, en particular por el de Tetuán de las Victorias, uno de los siete en los que se dividía la demarcación: 

-) actualmente en Tetuán: Huerta del Obispo (las actuales paseo de la Dirección, calle Villaamil y llegaba hasta Cuatro Caminos), Castillejos (una cuña entre el actual Bravo Murillo, el paseo de la Castellana y la plaza de Castilla) y Ventilla (al noroeste de plaza Castilla);

-) actualmente en Chamartín: Progreso, que incluía Ciudad Jardín (Colonias que hemos visto en los recorridos por los actuales barrios de este distrito) y los poblados de Maudes (entre la plaza de Cuzco y el Ministerio de Economía) y de las Cuarenta Fanegas (entre las calles de Alberto Alcocer y la de Costa Rica), del cual vimos el Cuartel de la Guardia Civil en nuestra segunda zancada por la calle de Príncipe de Vergara, ver aquí

-) actualmente en Ciudad Lineal: El Pinar ("de Chamartín, lindando con Hortaleza) y el poblado de Atalaya al oeste de dicha población, seguramente en relación con una torre de vigilancia al otro lado del arroyo del Abroñigal.

Sobre estas líneas un mapa de Chamartín hacia 1875 del archivo topográfico nacional y otro de los años 40 recogido en el archivo de la Comunidad de Madrid, donde se puede ver el núcleo central y los barrios más o menos. La división dicha data de tiempos de la II República Española. Tetuán se separó en 1934, año en el que se construyó el nuevo Ayuntamiento de Chamartín precisamente ahí, en Tetuán (ver artículo inicial sobre esta población pinchando aquí). El cual se originó por un asentamiento sobre el que hay al menos, dos versiones: la épica y la histórica más reciente, pero lo que importa ahora es que su peso dentro de Chamartín era tal que fue allí donde se edificó el Ayuntamiento nuevo, hoy Junta Municipal de Distrito, junto a la carretera "mala" de Francia, hoy Bravo Murillo, frente a la estación de Metro de Valdeacederas. Bajo este párrafo los matasellos de la época tanto de Chamartín como de Tetuán:


Los primeros testimonios de la existencia de una aldea con el nombre de Chamartín, se remontan a 1222 cuando el fuero de Madrid lo asigna al sexmo de Vallecas, división administrativa que entonces se usaba. Del origen del nombre hay varias versiones, algunas realmente disparatadas, pero la más aceptada dice que su fundación en aldea data del siglo XI, tras el asentamiento de vascones y navarros que acompañaron al lugar el nombre de un supuesto habitante llamado Martín, al que antepondrían el "aita" traducido por etxe, eche o similares, del que derivaría el Cha, como ocurrió en otras partes de la península, el cual, según Menéndez Pidal equivaldría a casa, quinta o aldea de forma que el Etxe (pronunciado "eche") o Cha de Martín, se convertiría en el conocido "chamartín"; la casa, quinta o aldea de Martín. Porque las versiones que hablan de una fonda de un francés llamada "Chez Martí", o de un público que acudía y le decía "¡echa Martín!" para pedir de beber, se me queda un poco ridícula. En todo caso, no tenemos indicios visibles que nos sugieran dicho pasado, pero es cierto que como lugar de paso, parada y fonda, algo así pudo existir. Lo de "la Rosa" le viene por Francisco de Trejo y Monroy Paniagua, un Capitán de Infantería de Galeras al que Felipe IV premió en 1629 con el marquesado de la Rosa, por ser el señor de dichas tierras. Así nació el nombre de Chamartín de la Rosa. El caso es que a partir del siglo XVI ya apareció como Villa.


Vamos ahora a situarnos ante el Palacete de los Duques de Pastrana, cerca del Metro del mismo nombre, en la calle Platerías número 2, para romper mitos, por cierto, que dicha calle era la principal de la población y junto con la calle Dolores Sánchez Carrascosa (no confundir con la de Esperanza Sánchez Carrascosa de Tetuán) acogía la mayor parte de las casas que existían a mediados del siglo XIX. Dicho lo cual hay que añadir que el palacete citado jamás fue de dichos duques, ni tampoco sirvió para descanso de Napoleón como han dicho algunos autores, pues data de 1837 y el emperador francés pasó por allí a primeros de ese siglo, aunque efectivamente sí durmió en el verdadero Palacio de los Pastrana-Infantado, el llamado Palacio Viejo que estaba en territorio del actual barrio de Castilla, un poco más arriba por la avenida de Burgos, del que ya hablaremos. En realidad el de la calle Platerías número 2 es el Palacio de Gilhou, anexo a la Quinta de San Enrique. Este segundo nombre corresponde al del hijo de Luis Gilhou Rives, un empresario de origen francés que tuvo una importante presencia en Chamartín y que conserva a su nombre una plaza en Tetuán, incido en las conexiones constantes entre ambas poblaciones. 

Debido al decreto de supresión de los señoríos de 1837, muchos nobles terratenientes se quedaron sin las rentas de los colonos que trabajaban sus tierras, por lo que comenzaron a venderlas, entre otros compradores, fue el empresario francés quien adquiriera terrenos a lo duques de Pastrana-Infantado que eran propietarios desde antes incluso de tener unidos los títulos, tras haberlos ido adquiriendo a lo largo de los años en los que se hicieron dueños de prácticamente todo el término de Chamartín de la Rosa. Y en ellos fue donde Gilhou construyó la Quinta y el Palacio, además de levantar una curtiduría, dicen que también una taberna y una tahona, de la que queda una calle con ese nombre donde permanece en pie la Torre de San Enrique en el número 2, formando la esquina del muro de la finca. No eran los únicos negocios que tenía el dicho, también gas y otras actividades bancarias relacionadas con el ferrocarril estaban en su cartera y, junto con su hermano establecido en Asturias, mantenía una cierta influencia en el gobierno del general Prim, hasta el punto de que se opusieron al candidato a rey que, tras la salida de Isabel II, se proponía por el canciller alemán Otto von Bismark: Leopoldo Hohenzollern (¿os suena el nombre relacionado con otros hechos acaecidos en este mismo siglo en España?); finalmente se eligió a Amadeo de Saboya, pero esto ya es otra historia.

El Palacio de Gilhou ya era residencia para niños ciegos en tiempos de la II República; cuando pasó a manos de la ONCE los alumnos dormían en el primer piso los chicos y las chicas en el segundo. En la última remodelación realizada en el año 2000 por el arquitecto Luis Maldonado Ramos y el historiador y documentalista David Rivera Gámez, se documentó el verdadero nombre de este edificio: Palacio de la Quinta de San Enrique. Se data en 1837 y consta de jardines interiores. Aparte de este edificio, los que encontramos en el antiguo núcleo anteriores al siglo XX, son de carácter religioso.

Fue doña Catalina Gómez de Sandoval y Mendoza, octava duquesa del Infantado y consorte del cuarto de Pastrana, cuarta señora de Chamartín, la que mandó construir el Palacio de su nombre que se destruyó en 1931 en un incendio. Se encontraba en la Quinta de El Recuerdo. Este lugar se convirtió en una finca de recreo con unos destacados jardines y construcciones como el restaurado Palacio del Infantado o palacio viejo dicho, y viviendas de las que ya no se encuentra nada porque se cambiaron por otras novedosas. En 1808 Napoleón residió en él durante unos días a primeros de diciembre, dicen que no salió del Palacio y que allí firmó la abolición de la Inquisición; se marchó dejando tropas y a su hermano José como rey, mientras su ejército acampó en el cercano Olivar de Chamartín que llegaba hasta el actual de la Fundación Menéndez Pidal que vimos en otra zancada por el barrio de Nueva España. 

En 1879 regalaron la finca a los jesuitas que levantaron el Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, uno de los más grandes de Madrid. Este hecho fue lo que provocó que el nombre del Duque de Pastrana se asignara a varios lugares, calles y plazas, tomándose como referencia para Chamartín y, muchos años después, también diera nombre a la estación de Metro actual. En 1883 se inaugura la iglesia obra del Marqués de Cubas y en 1920, el colegio y casa de ejercicios diseñado por el arquitecto Modesto López Otero, en un estilo neo mudéjar con toques modernista, que se inspiraba en la casa de la orden de San Ignacio de Loyola en Azpeitia, según vemos en la foto sobre este párrafo y una vista aérea sobre el anterior. Durante la Guerra Civil serviría de cuartel. Posteriormente ha sido modificado e incorporados otros edificios e instalaciones nuevas. En 1859 también regalaron a las religiosas del Sagrado Corazón un terreno, llegadas de Francia en 1846 para fundar un colegio, establecieron un noviciado con alumnas externas y un internado gratuito. Que actualmente podemos ver totalmente reconstruido a la trasera de la parroquia, calle Santa Magdalena Sofía, nombre de la fundadora de la institución de enseñanza citada.

En el número 2 de la Avenida de Burgos se encuentra uno de los pocos vestigios que quedan del pueblo de Chamartín, el más antiguo del que se tiene noticia, es la Parroquia de San Miguel, que como tal se fundó en el siglo XIII, aunque el edificio actual se data en origen en 1650. Fue remodelada en 1924 por el arquitecto Manuel Álvarez Naya, y nuevamente al final de la Guerra Civil, por haber sido utilizada como caballerizas durante ese período bélico. 


Un poco más arriba y con un jardín a la espalda se encuentra al actual sede de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, en un edificio que data de 1901, en la avenida de Burgos número 1. Desconozco el arquitecto. En el número 10 de esa misma avenida, se ha salvado parte de la Iglesia del convento de las Reparadoras levantado según proyecto de Luis Bellido González en 1919. Comprendía colegio y casa de ejercicios. Finalmente y tras cambios de uso, propietario y abandonos, se declaró Monumento Histórico Artístico y en 1985 lo adquirió el Arzobispado de Madrid que lo cedió a la Comunidad Católica Alemana que lo restauró como lo vemos ahora. Este mismo arquitecto es el autor de otro edificio religioso, el antiguo Convento Noviciado de los Ángeles Custodios en 1924 que es sede actualmente de la Fundación Síndrome de Down.

Y aquí os dejo como despedida, una imagen de la plaza de los duques de Pastrana, que fue plaza Mayor, de la Constitución... en un antes y un después. Desde luego y tómalo como una broma, lo único que se conserva es el quiosco.


@ 2025, by Santiago Navas Fernández