Translate / Traduire / Übersetzen / Itzuli / Перевести / 번역하기 / 翻訳 / ترجمة / 译 / ...

viernes, 12 de mayo de 2023

SERIE PASEOS POR LOS PARQUES Y JARDINES DE MADRID CXVII: EL REAL JARDIN BOTANICO DE MADRID, y 2ª ZANCADA.




En esta segunda Zancada vamos a recorrer el REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID, para lo cual conviene proveernos de un plano que podemos recoger a la entrada o bien descargarlo aquí (es el oficial) y aún así, os lo dejo a continuación por si acaso. El Jardín cuenta con varios caminos principales paralelos entre sí y al Paseo del Prado, que delimitan y/o atraviesan las Terrazas formando un eje norte sur; al tiempo que otros caminos perpendiculares más estrechos van dibujando figuras geométricas como se ve en el plano, en las dos terrazas más bajas cuadrangulares y en la tercera circulares. El Paseo de Minuart va paralelo a la verja del Prado y pasa ante la Puerta Real, desde ésta se abre el camino más ancho, el Paseo de Carlos III, que nos lleva hasta el Pabellón Villanueva salvando algunos tramos de escalones según ascendemos por las terrazas. Ni que decir tiene que jamás se puede "pisar lo verde" ni coger frutas o cortar flores. Así que a pesar de que hagamos un recorrido que resulta "lógico" a vista de pájaro y por razones obvias, debéis saber que podéis callejear cuanto queráis.



La entrada se hace por la Puerta Norte, de Murillo o de Villanueva, al gusto, frente al lateral del Museo del Prado, en la plaza de Murillo que presenta un bonito aspecto en abril, cuando la floración asombra a los paseantes, como podemos ver en la foto de portada. La estatua representa al pintor en pose de trabajo, dijéramos, con la paleta y un boceto sobre una columna lateral, la pierna arqueada y sosteniendo en la otra mano un pincel, lo más realista posible como se le conocía por los retratos dejados en vida. Se trata de una copia del original que está ubicado en su ciudad natal frente al Museo de Bellas Artes de Sevilla, obra del escultor madrileño Sabino de Medina realizada en 1859 en bronce. Dos años después y mientras se fraguaba en París el molde adecuado en los talleres Eck y Durand, Sabino ofreció al consistorio madrileño hacer una copia y así abaratar costes al compartir parte del trabajo ya hecho, el Ayuntamiento lo aprobó y pidió permiso al propietario sevillano para hacerlo y éste puso como única condición que se indicara en el pedestal tal condición de copia, a pesar de que se aceptó, jamás se puso. En 1863 llegó la copia que inauguraría Amadeo I de Saboya en 1871, pero antes había que hacer un pedestal apropiado, en un primer momento se encargó al arquitecto municipal Juan José Sánchez Pescador, luego al propio Sabino y en vista de su alto coste, a Agustín F. Peró que elaboró un diseño que luego plasmaría su compañero José Lois, de forma gratuita a condición de que figurase en el pie el nombre de su padre, arquitecto también, Jaime Lois. Cedo a la Real Academia de la Historia la responsabilidad de contar la vida de Murillo.


Tomemos pues el Paseo de José Quer que está justo en la rotonda de la entrada y que es el eje central norte sur de la Terraza de los Cuadros, inaugurada en 1781 y que se conserva prácticamente igual, llamada así por la forma geométrica de los cuadros en cuyo centro encontraremos unos "fontines" de agua. Es quizá la más vistosa por que alberga sucesivamente, plantas ornamentales, medicinales, aromáticas y típicas de huerta, cuyos frutos no se recogen a fin de poder apreciar su desarrollo en cualquier fase, a un lado hay un Hotel de Insectos para que éstos ayuden a realizar las tareas de polinización naturales. Pero lo más vistoso es quizá la floración sucesiva que se produce a lo largo del año de Jacintos, Camelias, Magnolias, Tulipanes, Lirios, Peonías, Rosales, Dalias, etc. Y de cuya muestra añado buenas fotos propias sobre estas líneas.


Lo recorremos y lllegamos al final del Paseo para darnos de bruces con: la Rocalla, que es una forma de decoración y de jardín donde se mezclan elementos naturales de conchas, piedras, piedrecillas esparcidas, a veces incluso artificiales, con plantas resistentes a la falta de agua, incluso propias de terrenos pobres y secos. A efectos de decoración se colocan a veces pequeñas fuentes, grutas, etc. para hacerlo más ameno. En este caso cuenta con escaleras y caminos de piedra entre la vegetación.

Al lado se encuentra el Estanque que se acondicionó en 2014 con la financiación del Canal de Isabel II, para acoger diferentes plantas acuáticas entre las que destaca los "corazones de agua" o "bocado de rana", traídos de Doñana expresamente para su conservación pues son una especie en peligro de extinción. Además destacan los Nenúfares, Lirios, Algas, Eneas, Castañuelas, Juncos, etc. algunos de los cuales viven dentro del agua realizando una función de oxigenación gracias a su enraizamiento en el fondo. Cuenta con la presencia de anfibios que podrás escuchar y hasta ver si permaneces quieto, en silencio y algo alejado. El estanque es un termómetro de la calidad del agua mediante la acción natural gracias a las plantas escogidas para formar este pequeño hábitat. Además, cuenta con un sistema que renueva el contenido líquido del estanque.

Ahí mismo comienza el Paseo Bajo de Gómez Ortega, paralelo al anterior, a lo largo de dos alturas diferentes que sirven para separar la terraza más baja que hemos visto, de la terraza superior. En este paseo se ubican las estatuas de los famosos botánicos relacionados con el Jardín y que vimos en la Zancada anterior, situados sobre una plataforma ajardinada entre tramos de escalera. De sur a norte encontramos en este orden a Cavanilles, Lagasca, Rojas Clemente y José Quer. Pero no vamos a pasar por delante de ellas ahora, ya las vimos, nos desviaremos hacia la derecha para conocer el Jardín de Invierno que ocupa la esquina que da a la Cuesta de Claudio Moyano, de hecho es una ruta de moderado ascenso que queda a resguardo de la tapia del Jardín, donde lucen especies de arbolado y arbusto propias de lugares fríos, mezcladas con restos de piedras talladas y una especie de calzada de piedra (ver foto) que recuerda los caminos romanos.

Seguimos por esa línea escorándonos por el camino de la derecha para llegar a las Praderas experimentales. Más de 90 semillas se han mezclado e insertado en esta zona que pretende demostrar cómo se autogestiona la pradera a través de su variedad, adquiriendo belleza y tonalidad según la época del año en la que la observemos, atrayendo la presencia de insectos que ayuden a la polinización y dando frescor y vistosidad a la zona. El caminante puede disfrutar mejor de su visión a sabiendas de que pisar sobre el césped quizá no es lo más aconsejable para el desarrollo del ecosistema. Se ubican a la espalda del edificio del CSIC donde se alberga la Biblioteca, Archivo, Herbarios y Oficinas de investigación que, por otro lado, no son accesibles para el público en general. Una observación ¿no es paradójico un aparcamiento particular tan dimensionado en un lugar así dada la filosofía del conjunto y estando en un lugar con tanto transporte público alrededor?, pero esto es cosa mía nada más.

Seguimos subiendo y llegamos a la cuarta altura abierta en 2004, conocida por la Terraza de los Bonsais, pues allí descansan desde 1996 varias unidades de éstas especies que regaló el presidente Felipe González tras su salida de Moncloa donde las cuidó durante sus sucesivos mandatos, posteriormente ha sido ampliada con otros ejemplares añadidos por el propio Jardín. Una placa nos recuerda la inauguración realizada por parte de la entonces ministra de Educación y Ciencia María Jesús San Segundo. Las especies que podemos disfrutar son asiáticas y europeas con predominio de la flora española, lo que la convierte en una singular colección que se ubica rodeada de otras plantas y que tiene un estanque en la plaza superior, desde cuya terraza se tiene una impresionante vista sobre las copas de los árboles del Jardín y el Pabellón de Villanueva.

Como el paseo transcurre en un circuito redondo, volvemos hacia atrás y bajamos por el Paseo de los Olivos que está jalonado de esta especie centenaria y tan típica de las áreas mediterráneas. Desde el paseo vemos el emparrado del que ahora hablaremos. Hay que aclarar que el Olivo de Getsemaní, una singularidad de las varias que existen en el Jardín y de las que hablaremos en otro capítulo, se encuentra en la Terraza baja junto con los frutales, según explica la placa correspondiente que le acompaña. Getsemaní equivale a prensa de aceite y es un lugar bíblico que así se recoge en el Nuevo Testamento, donde oró Jesucristo la última noche de su vida humana, antes del prendimiento. Este ejemplar se obtuvo de un embrión germinado in vitro, a partir de una aceituna recolectada en el mencionado lugar y regalado al Jardín Botánico de Madrid.

Paralelo al Paseo de los Olivos discurre el Emparrado Sur que se levantó en 1786 junto con su opuesto al otro lado del Jardín que recibe el sobrenombre de Norte y que ya veremos. Podemos recorrerlo alternativamente saltando del Paseo de los Olivos a éste, a través de caminos con escaleras que les sirven de unión, lo que nos permitirá disfrutar del frondoso arbolado de la zona. Vamos a hacerlo por uno de ellos que nos conduce hasta la fuente que se anuncia en el mapa.

Justo ahí se encuentra la Glorieta de los Tilos Sur donde está la estatua de La Niña de los JARDINES DE LA PAZ que representa a una niña que sostiene entre sus manos una Dalia. Fue realizada para celebrar la adhesión del Jardín a la red internacional de jardines por la Paz en 1991, realizada en bronce por encargo del entonces ministro de Cultura Javier Solana al escultor Julio López Hernández que usó a su hija Marcela como modelo y nombró la obra como "Hizo de su amor simetría", aunque oficialmente recibió el nombre de La Niña.


Bajamos si os parece por el emparrado hasta llegar al eje central norte-sur de la Terraza de las Escuelas, que es la segunda en altura y que se inauguró en 1781 manteniéndose prácticamente igual. El camino central dicho, aquí se llama Paseo de Lagasca, nos servirá para conocer esta zona basada en los trabajos de "las escuelas" cuyas plantaciones van desde las más primitivas al norte a las más evolucionadas al sur, organizadas de una forma sistémica. En el centro de cada grupo en forma de cuadrados, encontramos fuentes de mayor envergadura que los fontines de la terraza baja que vimos.


Casi en el cruce del dicho con el Paseo de Carlos III se encuentra la estatua dedicada al monarca de su nombre en medio de dicho camino. Es réplica de la realizada en 1783 por Alfonso Bergaz y que se encuentra en la Plaza Mayor de Burgos, vaciada en bronce a cargo de la Fundación Juan March que la costeó, siendo instalada en 1981 con motivo del bicentenario del Jardín. La figura presenta al monarca de cuerpo entero sobre una base de granito con placa de bronce igual que la escultura, donde se grabaron nombres, fechas, etc. En las fotos superiores aparece la estatua un día cualquiera y la misma iluminada durante "las noches del Botánico" (que conste que a mi, visto así de lejos, sólo me falta un cesto al lomo para creer que es una maja florista o una lavandera).

Al final del Paseo de Lagasca hay una pequeña cuña en esquina con el Paseo de Rojas Clemente que según el plano oficial contiene el espacio dedicado a los Bulbos y Plantas de Rocalla, pero que en realidad contiene una tentadora terraza con mesas, quitasoles y sillas de madera. Los Bulbos son ejemplares de origen mediterráneo con gran significación desde el punto de vista botánico y conservacionista, se ubican dentro de un invernadero que está justo enfrente; y las Plantas de Rocalla son aquellas habituadas a vivir adosadas a rocas y en medios con poco agua, al estilo de las Siemprevivas o Sedum, siendo la mejor época para visitarlos a primeros de verano; están ubicadas junto a la nueva aula y la entrada a los edificios de los jardineros, talleres de trabajo y el pequeño invernadero citado. 


Subimos y llegamos al cruce con el Paseo de José Celestino Mutis que separa esta terraza segunda de la última, Terraza Plano de la Flor, creada al tiempo que las otras dos más bajas fue remodelada en 1858 en estilo romántico, alberga una gran variedad de árboles y arbustos. Una sucesión de caminos en curva como vemos en el plano, van componiendo un pequeño símil de laberinto, que no lo es, donde se nos van abriendo diferentes espacios en forma de plazoletas. A este lado encontramos el Emparrado Norte, paralelo al opuesto del sur ya visto e igualmente levantado en 1786 y remozado recientemente.

Entramos a la terraza por la Glorieta de los Tilos Norte equiparable a la respectiva del Sur por tener una escultura en su interior, en ese caso obra del escultor catalán Federico Marés Deulovol realizada en 1924 en piedra. Un Banco Alegórico con espectacular respaldo donde se refleja en relieve un caballo en el que va montada una amazona vuelta de espaldas y desnuda, a los lados otras figuras de mujer con largas túnicas. Es fruto de un concurso que ganó el autor para el ministerio de Fomento, pero debido a su deterioro, en 1929 le fue regalado al Jardín Botánico. En algún sitio de internet aparece como dedicado a Blas de Lázaro, un botánico del que ya hablamos en nuestro paseo por la Ciudad Universitaria pues tiene un monumento propio en la Facultad de Farmacia (ver aquí si además queréis saber algo más de él).

Seguimos hacia dentro y nos encontramos con la Glorieta de los Castaños, similar a la Glorieta de los Plátanos que se encuentra simétrica en el plano. Ambas se caracterizan por estar cubiertas por arbolado de la especie que les da nombre en torno a una Fuente Estrellada que cada una tiene ubicada en el centro. Datan de 1780 y están hundidas sobre el terreno dentro de un cuadrado que correspondía con el edifico que las ocultaba en su tiempo. En el centro de cada vaso consta un surtidor elevado que acaba en una piña de donde mana el agua, la forma del estanque es una mezcla geométrica de circunferencias y estrellas que le aporta una mezcla de esquinas y redondeles, al que se ha añadido una pequeña valla de hierro. Destacan estas glorietas también por tener bancos a su alrededor.

Entre ambas se encuentra otra mayor, la Glorieta de Linneo que contiene en su interior un Busto y el Estanque dedicados al mismo personaje dicho. Conocido tras su ennoblecimiento como Carl von Linné (Råshult, Suecia, 1707 - Upsala, 1778) fue un científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco, considerado el padre de la clasificación de los seres vivos. Desarrolló un sistema de nomenclatura binomial en 1735 que se convertiría en universal, para ello utilizó en primera posición la letra inicial en mayúscula, indicativa del género, y en segundo lugar la del nombre específico de la especie en letra minúscula. Además, agrupó los géneros en familias, las familias en clases, las clases en tipos y los tipos en reinos. Por todo ello se le considera como uno de los padres de la ecología. Como curiosidad os diré que el nombre de su ciudad de nacimiento da nombre también a un carrito que se vende en Ikea.


El Busto fue realizado por el escultor José María Rubio en 1859 por encargo del entonces director del Jardín, Mariano de la Paz Graells, realizado con gran perfección y ubicado en el centro del Estanque, que a su vez se sitúa en forma oblicua insertado en la parcela de césped natural y en el eje del Paseo de Carlos III, el cual se corta y rodea la pradera justo antes de entrar al Pabellón de Villanueva que está detrás. Una lástima que no se pueda apreciar más de cerca el busto que se sostiene sobre un pedestal a cuatro caras, más ancho en la base a ras de agua, que en la parte superior, donde está grabada la acción benefactora del entonces director. Debajo aparecen en cada cara, varios de los nombres de los principales botánicos que guardan relación con la institución. En su parte más baja, cuatro caños dan salida al agua que se expande sobre la tranquila lámina de agua.



Y desde aquí llegamos con facilidad al Pabellón de Villanueva que fue concebido como invernáculo y pasó por ser almacén y talleres del Jardín, pero que hoy se ha reconvertido en sala de exposiciones y actos diversos; realizado sin gusto y más en pro de la función que iba a tener que de la estética, está ubicado en lo que era la parte más elevada hasta la construcción de la cuarta terraza que ahora veremos. A la trasera se completa con otras construcciones tales como la Sala de Seminarios y la de Actos, el invernadero de los Bonsais y el edifico de Oficinas. El camino que pasa por delante del pabellón recibe el nombre de Paseo de Félix Avellar Brotero (Loures, 1744 - Lisboa, 1828) en honor del botánico, briólogo y micólogo portugués que por su esfuerzo y trabajo merece esta mención especial.


Según miramos deferente, a la derecha del Pabellón y enlazando con el Emparrado Norte, tenemos el JARDÍN ZEN, elaborado con lava y piedras traídas de la isla de La Palma en 2022 expulsadas por la erupción del volcán Cumbre Vieja durante 2021. Fue ideado por el japonés Hiroya Tanaka y concebido por Casa Asia en homenaje a la isla canaria para que figurase en el JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID


Al lado izquierdo del Pabellón se encuentra un espacio dedicado a las plantas suculentas. Y detrás encontramos un nuevo emparrado que esta vez mantiene una auténtica Parra joven, que nos dirige hacia una entrada trasera a otras Salas.


Por aquí podemos subir hacia la zona de los Bonsais, pero en una altura intermedia nos encontramos con la Glorieta de la Noria y el Estanque de la Noria. En la primera encontramos ejemplares de gran tamaño de Bonsais y en el segundo, patos. Su origen está en las rejas que vemos en el suelo de la glorieta, que cubre un pozo del que se extraía mediante una noria tirada por animales, el agua con el que se regaba el Jardín por simple gravedad. En 1801 el director entonces, Cavanilles, construye el estanque donde se acumulaba el agua del pozo y crea la glorieta como la vemos. Más adelante desaparece la tracción animal y se sustituye por bomas eléctricas; actualmente, el agua procede además del pozo, del Canal de Isabel II. El talud con la terraza superior que se salva mediante escaleras, esta cubierto por un infinito Jazmín de olor inigualable que nos da paso por un camino hacia el invernadero de los Bonsais y pequeñas salas de exposiciones o conferencias.


Nos volvemos por donde hemos venido y nos encontramos ahora con la Estufa de las Palmas o Invernadero de Graells construido bajo el mandato de este director en 1856, que conserva su original estructura de vigas de metal. Es visitable todo el año pues su vegetación a base de Palmeras, Helechos y Plátanos, se mantiene constante debido a dicho concepto de invernadero. En el suelo podemos apreciar aún las "baldosas" de hierro originales con rejillas donde se echaba el estiércol cuya fermentación desprendía el calor necesario para mantener la temperatura adecuada, este sistema recibe el nombre de "gloria", figuraos lo que debía de ser pero funcionaba.


Y de éste pasamos al Invernadero de Santiago Castroviejo, el cual es mucho más grande y tiene una zona de suelo y un pasillo elevado para recorrer. Santiago Castroviejo y Bolíbar (Tirán, Moaña, Pontevedra, 1946 - Madrid, 2009) doctorado en Biología por la Complutense, fue un botánico español que dirigió el Jardín Botánico donde había sido ya profesor de Investigación, Académico numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Presidente de la Real Sociedad Española de Historia Natural, autor de diferentes proyectos, tesis y otros hechos y reconocimientos tanto nacionales como internacionales, así como participaciones en revistas científicas. 


El Invernadero se divide en tres zonas, tal y como vemos en el cartel que hay a la entrada, separadas por unas cortinas de plástico que crean el ambiente necesario para cada una. Más una pasarela elevada a la que se llega por unas escaleras estrechas y de caracol, con unas vistas sobre cada espacio del suelo, pero también de las plantas en voladizo y las trepadoras. 

 

La primera zona representa el desierto con Cactus, Euforbias o plantas piedra; el segundo corresponde al subtropical, con vegetación de Canarias y otras subtropicales y comestibles; y el tercero es el bioma tropical donde encontramos Orquídeas, Heliconias (originarias de América central y sur, islas del Pacífico e Indonesia) o Bromelias (americanas). No os perdáis los terrarios, las plantas carnívoras ni ningún rincón.


A cada extremo del Invernadero se encuentran las escaleras para subir a la pasarela elevada. Es una forma de sentirse junto a un Jardín Vertical por un lado y por otro apreciar las trepadoras y las que "cuelgan", así como los ambientes que hemos recorrido por abajo, incluido un estanque. En el Invernadero de Arganzuela existe una mayor amplitud para estos ambientes o biomas, sin duda, pero también hay que tener en cuenta el espacio y cuando se levantaron.


Y una vez salgamos, casi hemos concluido. A continuación nos encontramos con los edificios dedicados a cafetería y tienda, contiguos, que cuentan con un espacio de sillas y mesas donde poder descansar tranquilamente y tomar un café o un refresco a la sombra de la arboleda o dentro del propio edificio. Es el momento de disfrutar del silencio roto por el canto de los pájaros, envidiar a los habitantes de los edificios colindantes y pensar en cuánto nos queda por ver aún, en concreto, La Rosaleda tan particular y los árboles singulares. Pero para no alargar más la Zancada, lo dejamos para otro capítulo, el tercero y último del REAL JARDIN BOTÁNICO DE MADRID, os dejo un "aperitivo" con fotos de la floración de los Tulipanes de este 2023:


P.D.- Si no has leído la Historia del Real Jardín Botánico con los personajes que lo han hecho como es, puedes hacerlo pinchando aquí. Y si quieres leer sobre su famosa Rosaleda y sus árboles singulares, pincha aquí.





@ 2023, by Santiago Navas Fernández


No hay comentarios:

Publicar un comentario