Vamos a comenzar a la altura del metro de Urgel, donde el Camino Viejo de Leganés se une a la calle del General Ricardos que estamos recorriendo, ante un pequeño jardín que un conocido restaurante de comida rápida, indirectamente aprovecha como terraza a juzgar por los restos de suciedad que, con su etiqueta, se acumulan entre bancos, pinos y juegos infantiles (ya podían tener el detalle de recogerlos). Este pequeño espacio salva mediante una rampa, la distancia en desnivel con la plaza Cantoria.
Ambos espacios cumplen una función simple de pulmón verde y estancial donde poder detenerse a descansar, en la plaza además, encontramos columpios infantiles, aunque su cuidado sea un tanto laxo. La plaza se ubica cerca de una zona de pistas deportivas que recibe el nombre de la calle trasera, Mercedes Arteaga. Es dominante aquí el Pino piñonero acompañado de algunos Cedros y otras especies con pocos ejemplares presentes como Acacias del Japón o Plátanos de sombra, mientras que en el jardín abajo de la cuesta, encontramos Cinamomo y algún ejemplar curioso, como ciertos árboles frutales, tal vez recuerdo de un pasado hortelano.
Subimos por la calle del General Ricardos entre edificios de viviendas con bajos comerciales según el diseño que se generalizó en la segunda mitad del siglo pasado, con amplias aceras y arbolamiento de Parasol de China. Detrás del número 105 se encuentra el Mercado de San Isidro. Se trata de un edificio sin ninguna reseña arquitectónica, de más de 2.000 m2, asentado sobre el solar que ocupaban los puestos ambulantes de un histórico mercadillo popular de Carabanchel Bajo. Tras la incorporación de los dos carabancheles al municipio de Madrid en 1948, comenzó a planificarse este Mercado que se inauguró en 1952 con el nombre del patrón dada su cercanía a las praderas donde se celebra su fiesta, además, por allí pasaba el famoso tranvía que traía a chulapos y chulapas y que era el mismo que recorría la arteria que hoy es General Ricardos. Su casticismo le ha mantenido en activo mejorando cada año hasta que en 2019 adquirió el colorismo que vemos en las fotos.
Fue en 1891 cuando la congregación de las Hermanas Clarisas se instaló en Carabanchel. La iglesia fue construida entre 1895 y 1897, y su convento entre 1904 y 1908. Tanto el convento como la iglesia fueron saqueados durante la guerra civil, y posteriormente reconstruidos ente 1942 y 1944, por la Dirección General de Regiones Devastadas, siguiendo un proyecto de Eduardo Torallas. La Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, siguen las enseñanzas de Santa Clara de Asís, una monja que a su vez era fiel al legado de San Francisco de Asís. Hay una tradición que se mantiene, según la cual si quieres que el día de tu boda haga buen tiempo y el matrimonio salga bien, o para cualquier otro evento que quieras "recomendación", debes llevar en ofrenda huevos a las hermanas Clarisas, da igual el Convento, no está claro ni quien debe hacerlo o cuántos huevos son necesarios para mover al favor, aunque hay versiones de que con una o dos docenes es suficiente, hasta tres docenas para los más ansiosos o encargos más difíciles; también en número concreto se habla del 13 como óptimo. Las monjas tomarán nota de los detalles y tramitarán la petición, pero ¿qué pasa con los huevos? pues es fácil ¿con qué se hacen las yemas de Santa Clara? ¡negocio redondo!
Seguimos subiendo y llegamos a la Glorieta del Valle de Oro, más conocida por plaza de Oporto, igual que la estación del metro del mismo nombre que allí desemboca, que en realidad ambos conviven. Un lugar donde confluyen la famosa calle de la Oca y la avenida de Oporto frente por frente y perpendiculares a nuestro camino. Un lugar de encuentro para los vecinos del barrio e intercambiador de diferentes sistemas de transporte de la urbe, Metro y EMT, con los buses que unen con los pueblos del sur, pero no está soterrado, lo que origina algún atasco que otro. A un lado de la salida del Metro hay una gran esplanada con buenos Plátanos de Sombra, Mimosa, Ginkgo, etc. es la parte de la Glorieta, y al otro lado, la plaza, se abre un jardín con zona de juegos infantiles y un estanque, entre bancos y árboles como Falsa Acacia, Acacia de Constantinopla, Plátano de Sombra, Laurel, Almez, Arce, Palmera, Acacia del Japón, etc. Y Además podemos encontrar arbustos como Durillo, Lavanda, etc.
Enfrente de estos jardines vemos una parcela vallada que el caminante ignora lo que es. Pues se trata del antiguo campo de futbol del desaparecido C. D. Puerta Bonita. Fundado en 1942, albergaba todas las instalaciones necesarias incluido un bar, pero el equipo, debido a las deudas acumuladas descendió de categoría y se vio obligado a liquidar cuentas en el 2016. Sus terrenos quedaron sin uso y los edificios de sus instalaciones sirvieron para dar cobijo a personas sin hogar. El destino aún no está decidido, hay voces que piden instalaciones deportivas para el barrio, que está carente de ellas. Y enfrente, a poco de pasar la plaza, otra parcela guarda una larga historia que empezó en 1890 con un hotelito de los que se levantaron en la época y reunía a nobles y aristócratas que venían desde Madrid en busca del fresco; unos años después pasó a manos de Ramona Goicoechea Isasi que a través de una fundación a su nombre lo dedicó a asilo de inválidos del trabajo manual e intelectual y posteriormente para mujeres mayores con discapacidad, tras una intervención arquitectónica realizada en 1926 por Secundino Zuazo (el de los Nuevos Ministerios que visitamos aquí, entre otros edificios), fue reinaugurado por la infanta Isabel de Borbón y otras autoridades. Doña Ramona había fallecido en 1922, pero su legado perduró en ayudas al patrimonio y a personas pobres; con los años la Fundación cambió su nombre al de Castresana, con el cual sigue funcionando. Curiosamente la Guerra Civil no afectó al hotelito de forma significativa. En los años 80 se cerró definitivamente, se le otorgó protección 2 que significa que cualquier obra que se haga debe conservar sus características y detalles básicos; el ayuntamiento en tiempos de Carmena quiso comprarlo pero tras el cambio de gobierno, el proyecto de recuperación para el barrio, cayó en el olvido.
Un poco más arriba nos encontramos con la Puerta Bonita en un espacio ajardinado que lleva el nombre de JARDINES DE ENRIQUE MORENTE. Las puertas como ya dijimos al visitar la FINCA DE VISTA ALEGRE son una reproducción de las originales, realizada en 2005, tras un pequeño accidente de un camión que quiso entrar por donde no era. El nombre se le dio en 2014 como homenaje al cantaor que vivió en esta zona de Madrid durante algo más de 20 años, ubicando una placa en el centro y rodeada de árboles como Piño piñonero, Aligustre del Japón, Acacia también del Japón y algún Olmo de Siberia.
Lo siguiente con lo que nos encontramos es con las instalaciones que fueron terreno de la citada Finca que abarcaba hasta dicha puerta, como la Residencia Militar Colegio de Santiago y Fundación San Fernando, que todas las denominaciones encontraréis, levantado en 1914 con el auspicio de la reina María Cristina de Austria y su hija la infanta María Teresa de Borbón, destinado a huérfanos de Jefes y Oficiales de Caballería. Pero no es visitable, así que seguimos. Casi enfrente de la Puerta Norte de entrada a la Finca, nos llama la atención un edificio que hace esquina con un Bar justo en el chaflán con la avenida de la Plaza de Toros, que ahora veremos. Se trata de otro de los varios edificios planificados por la Dirección de Regiones Devastadas con una estructura muy vistosa externa y patios interiores que, en este caso, está cerrada a cal y canto para el turisteo, tal vez influya la cercanía del antiguo Coso taurino. En el actual Palacio de Vista Alegre Arena se celebran todo tipo de eventos multitudinarios conservando parte de la estructura de cuando fue "la Chata", así llamada popularmente la Plaza de Toros de Vista Alegre levantada en 1908 en estilo neomudéjar en la población independiente de Carabanchel Bajo. Durante la Guerra Civil sufrió los rigores bélicos quedando prácticamente destruida, no obstante el bando franquista la usó como campo de concentración. Restaurada a mediados del siglo pasado, en 1995 fue transformada como la conocemos ahora.
Inmediatamente después está el PARQUE MARCELINO CAMACHO dedicado al recuerdo de otro de los vecinos del barrio que han destacado por diversos motivos, en este caso muy loable también a pesar de que en vida algunas de las que lo alabaron al fallecer, no le deseaban nada bueno. Pero mejor que yo, cuenta su biografía la Real Academia de la Historia. El Parque, sito en el Paseo de Marcelino Camacho número 6, cuenta con una gran fuente de chorros en círculo y un geiser central sobre un vaso cuyo borde sirve de asiento a los paseantes. Zona de juegos infantiles, mucha sombra y bancos, más un área para mascotas. En el arbolado encontramos Falsa Acacia, Paulonia, Cedro, Acacia del Japón, Olmo de Siberia, Tilo, Morera, Madroño, algún Liquidámbar, etc. En este entorno estuvo la nave industrial donde Orson Wells rodó "Campanas a medianoche" y la taberna de la Isla del Tesoro.
Seguimos subiendo por General Ricardos y frente al Colegio de las Religiosas Carmelitas de Caridad, encontramos una breve esquina ajardinada con Paulonia y Ciruelo rojo, demostrando que cualquier hueco es bueno para poner unos arbolitos y crear una isla, en esa misma calle y un poco más adelante hay una zona de juego bien arbolada con ejemplares similares a los dichos. Justo a continuación en la calle grande, se encuentra la llamada Biblioteca "La Chata" en memoria del nombre popular de la plaza de Toros y, a su vez ambas, aluden a la hermana de Alfonso XII, la infanta Isabel de Borbón que solía acudir a la Finca de Carabanchel con frecuencia y fue muy querida por el pueblo llano. La actual Biblioteca fue construida en el interior del patio de un edificio de trazado con el mismo modelo usado en la plaza del marqués de Vadillo que vimos en la primera parte de esta serie, cumple su función de biblioteca desde 2005. En un principio fue un mercadillo popular, pero se transformó de esta forma, constituye el tercer ejemplo de construcción realizado por la Dirección de Regiones Devastadas, creado tras la Guerra Civil junto con la plaza citada y el edificio de esquina a la avenida de la Plaza de Toros.
Y vamos acabando ya, el JARDÍN DE LAS PALMERAS se encuentra en la confluencia con la calle de Nuestra Señora de la Luz, dotado con zona de juegos infantiles y un buen espacio para tomarnos un descanso. Pero este nombre dado popularmente y tan genérico, se confunde con otros jardines y parques de similar o igual denominación de los que ya hemos visto alguno en diferentes puntos, como por ejemplo en el cercano PARQUE DE SAN ISIDRO. La confusa denominación le viene por la presencia de algunos Palmitos y Palmeras datileras; además encontramos Olmos, Álamos blancos sobre todo y algunos Ciruelos rojos y Ciruelos púrpura. Pero sobre todo por la variedad Washingtonia que se ve en el centro, es un ejemplar incluido en el Catálogo de árboles singulares y se data en un centenar de años.
Se une un poco más adelante la calle de Eugenia de Montijo con la del General Ricardos que desemboca sobre ella a la altura del espacio que ocupaba la antigua fábrica de "la Fosforera", la mayor fábrica de cerillas de Madrid donde predominaban las trabajadoras en condiciones laborales inferiores a cualquier otra fábrica, lo que dio lugar a que se erigieran en referentes nacionales. Comenzó a funcionar en 1896 y allí estuvo hasta 1969 que fue trasladada a Villaverde; contabilizándose peligrosos incendios ayudados por el material con el que trabajaban las mujeres.
Su espacio se ocupa actualmente con el diseño arquitectónico de José Luis Íñiguez de Onzoño Angulo y de Antonio Vázquez de Castro Sarmiento entre 1983 y 1988. Realizado en ladrillo emulando el material típico del neomudéjar para conservar la tradición madrileña, pretende señalar el paso hacia lo moderno enfrentándose con el edificio que veremos en otro recorrido, dotado con soportales a la calle General Ricardos y patios interiores ajardinados y abiertos. Las viviendas se asoman a balcones y los portales se unen por pasillos, todo ello con un vallado singular que emula jaulas de pájaros, por lo que también se la conoce como "la pajarera". Las galerías se cruzan para unir los portales y comunican con los diferentes jardines, rodeados de multitud de árboles frutales y ornamentales, guardando el silencio podremos visitarla. En un extremo encontramos una especie de corrala cerrada que corresponde a la plaza del conde de Eleta.
Aunque aquí demos por terminado el paseo por la calle General Ricardos y sus alrededores, la ruta por esta zona de Carabanchel no se acaba, pues llegamos casi al cruce con la calle de Eugenia de Montijo que vamos a recorrer a continuación, tras un paseo por el barrio de las Salesas, que ese si que no tiene nada que compartir con Carabanchel, pero ya sabéis que me gusta dar saltos disparatados en el blog.
@ 2024, by Santiago Navas Fernández
Para seguir el recorrido de esta serie por la calle General Ricardos:
-) primera etapa desde la plaza del marqués de Vadillo, pincha aquí;
-) segunda etapa, la Colonia de Tercio y Terol y el jardín de Jennifer Hermoso, pincha aquí;
-) un paseo por la Finca de Vista Alegre, pincha aquí.
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