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viernes, 23 de septiembre de 2022

SERIE PASEOS POR PARQUES Y JARDINES DE MADRID XCIV: FUENCARRAL, EL BARRIO DE BEGOÑA.


Comenzamos muestra Zancada en este pequeño hito, os advierto que está en el lateral de una rotonda de la avenida del Cardenal Herrera Oria casi sobre la M-607, conocida como la carretera de Colmenar. Se trata de un "recuerdo" de los Viajes del Agua a Madrid que se ha quedado en medio de la nada. La dificultad para acceder consiste en que a pesar de que hay acera, no hay pasos de cebra que conecten con esta rotonda, con lo cual hay que cruzar fijándose bien en el flujo de tráfico si es que se quiere llegar hasta el hito, aunque también se puede observar desde lejos. Desde aquí podemos ver las 5 Torres de la Castellana (las conocimos detenidamente aquí) y el Hospital Ramón y Cajal un poco más abajo tras sobrepasar el puente sobre la M-607.



Destaca por su fachada de la calle San Modesto, la cabeza del Dr. Santiago Ramón y Cajal realizada en piedra caliza por el escultor Eduardo Carretero Martín (Granada, 1920 - Chinchón, 2011), instalada en 1977 al tiempo de la apertura del Hospital en el que se integró el Centro de Especialidades Quirúrgicas del mismo nombre. Descansa la escultura sobre un pequeño pedestal, de frente se ve el rostro con pronunciados detalles y a veces creando sombras sobre sí mismo, a los lados se distinguen las uniones de las diferentes piezas y a la parte de atrás carece de detalle. Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, Navarra, 1852 - Madrid, 1934) fue médico y científico al que se le concedió el Premio Nobel de Medicina en 1906 compartido con Camilo Golgi, «en reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso»; de su biografía podemos saber más ampliamente en la Real Academia de la Historia. En cuanto al Hospital se le dedicó a su memoria pero al igual que la escultura que lo preside, aún no ha sido inaugurado oficialmente desde 1977 que abrió sus puertas. En 1972 comienzan las ambiciosas obras del edificio que realizaron los arquitectos Rafael de Aburto Renobales, Federico del Cerro Espinos, Fernando Flórez Plaza y Martín José Marcide Odriozola.


El Hospital se ubica dentro del barrio de Begoña que a su vez está dentro del barrio administrativo de Valverde el Distrito de Fuencarral-El Pardo. En este barrio se ubican dos Colonias diferenciadas pero sin más separación que una calle, la Colonia de Virgen de Aranzazu (y dentro de ella la Cooperativa de Viviendas de la Sociedad General de Autores) y la Colonia de Virgen de Begoña, que aporta la denominación al barrio del que salió, por ejemplo, el grupo Mago de Oz; Alejandro Sanz también rodó un corto como vídeo promocional y aún hay más recuerdos gráficos. Su composición se basa en bloques de viviendas con amplias espacios entre ellos que se han reconvertido en zonas estanciales con arbolado y algunos jardines, bancos, mesas y juegos infantiles; entre ellos podemos encontrar Pinos, Moreras, Plátanos de Sombra, Falsa Acacia, Olmo de Siberia, Almez, Tilo, Tuya, Aligustre y algún Níspero del Japón, Laurel, Álamo, Ciprés, Sauce Llorón, etc. A Begoña llegó el metro en 1982, hasta entonces había estado un tanto aislado. Muy cerca o casi en el barrio, en la confluencia de las calles Isla de Java y Antonio Cabezón, se ubica más o menos el antiguo "Barrio de la Malmeá", hoy sólo verás almacenes y talleres en unos terrenos que recaen sobre el área colindante a las vías de Renfe que queda a disposición del futurísimo Madrid Norte; su origen podemos buscarlo en el chabolismo dirigido tras el conflicto militar de 1936-39, cuando se trataba de organizar la emigración hacia Madrid en barrios construidos para que no llegaran a la capital y del que Fuencarral se convirtió en un lugar destacado.


El Poblado de Absorción Virgen de Begoña se diseñó entre 1957 y 1959 por el Instituto Nacional de la Vivienda, dentro de las operaciones de realojo de Madrid, dependiente del Comisario del Suelo Julián Laguna y en el que participaron varios arquitectos de la época. Se construyó a lo largo de los ocho años siguientes por parte de la Organización de Poblados Dirigidos, en un ejercicio de actuación residencial periférica que lo ubicó aislado entre el Nudo Norte, la carretera de Colmenar, la línea ferroviaria, el Hospital Ramón y Cajal y un polígono empresarial como es el Herrera Oria. Su diseño consistió en bloques en “H” de cinco plantas preferentemente, aunque también se levantaron otros de hasta nueve plantas con pequeños espacios interbloques dando lugar a un paisaje uniforme por el ladrillo rojo de las fachadas. La calidad de los materiales fue bastante modesta, la densidad elevada (112 viviendas por hectárea) y mínimos patios interiores dentro de los bloques que se compensaba con los espacios entre unos y otros. En cierta medida, este barrio resume las pobres soluciones dadas por los organismos públicos de promoción de vivienda de los años 50 y 60 del pasado siglo para afrontar la oleada inmigratoria que acogió Madrid en esos años tras la absorción del Alfoz. La Parroquia y el Colegio levantados en la misma época son obra de los arquitectos Antonio Galán Lechuga y Manuel Hidalgo Herrera.


El único parque es el del Metro, llamado oficialmente PARQUE DE BEGOÑA, que es el espacio existente que ofrece mayor amplitud. Está a la entrada por la avenida del Llano Castellano que supera la M30 a través de un puente elevado y baja junto a esta vía convirtiendo el talud en una zona ajardinada que llega hasta el siguiente puente que enlaza con la calle Pedro Rico por debajo del Hospital de La Paz, muy cerca del Hospital Ramón y Cajal. Tiene pistas de deportes, área de gimnasia y otras infantiles, es un buen lugar para asomarse hacia Madrid y ver en primer plano La Paz, las 5 Torres, Hortaleza, etc. Fue creado por Enrique Tierno Galván en terrenos que antes servían de aparcamiento a camiones y vehículos diversos, además era lugar de esparcimiento para los vecinos. Hoy se encuentra investido de Pinos, Tuyas, Almez, Ciprés, Álamos, Cedros, Olmos, Chopos, Acacias, etc.


Según la web municipal, esta es la información básica de dicho Parque:

Superficie: 21.071 m²

Árboles: 324
Olmo de Siberia 22%
Pino piñonero 21%
Álamo plateado 16%
Almez 8%

Arbustos: 9
Pita 33%
Viburnos 11%
Rosa de Siria33

Macizos arbustivos, superficie: 1.912 m²
Griñolera 27%
Espino de fuego 8%
Romero 24%


En 2011 se mejoró la accesibilidad al polígono Herrera Oria mediante un túnel con dos carriles para tráfico rodado que se practicó bajo la vía de Cercanías, dejando el antiguo túnel que exigía el paso de un solo vehículo a la vez, para peatones. Por él se llega a la calle de Francisco Sancha. Al mismo tiempo se arreglaron los taludes que desde la Colonia Virgen de Aránzazu dan acceso al Hospital Ramón y Cajal, creando un buen acerado y zonas verdes alrededor de los bloques que crean una barrera con dicho centro médico.


El polígono empresarial (no industrial) carece de zonas verdes expresamente dedicadas a parques si bien algún solar se mantiene "salvaje" y alguien ha montado un Huerto Urbano junto al final de la calle de Antoniorrobles (nombre de firma de Antonio Robles como escritor y director de revistas de humor e infantiles nacido en Robledo de Chavela en 1895 y fallecido en San Lorenzo de El Escorial en 1983, que vivió el exilio en Méjico tras la Guerra Civil, ver su biografía en Cervantes.es), aparte de eso, la calle Labastida ha reservado una ancha franja de terreno arbolado con un paseo, bancos y Plátanos de sombra en su casi totalidad, que nos llevará hacia la avenida del Llano Castellano, vía que desemboca en la principal de Fuencarral que es, sin contar Cardenal Herrera Oria, la avenida de Nuestra Señora de Valverde. En el punto donde se encuentran las tres, enlaza con los jardines por los que venimos subiendo y forma un sencillo pero agradable parquecillo que cuenta en un lateral con un gran Huerto Urbano muy organizado y, en la acera de enfrente, unos grandes solares que se usan como aparcamiento para la zona. Aquí más o menos, sería donde se situaría el poblado de Absorción B de Fuencarral, obra de Alejandro de la Sota Martínez en 1954, consistente en unas casas bajas con entrada de puerta doble a imitación de la de los pueblos, y dos plantas, con dormitorios en ambas y abajo el baño, la cocina y salón. Ubicados en alineaciones conforme el terreno lo permitía, contaban también con un pequeño patio y huerto, eran soluciones baratas a las necesidades de ubicar a la emigración procedente de los pueblos, su escasa calidad ha hecho que no se conserven pero sirvieron como entrenamiento a los grandes arquitectos que en esa época comenzaban a despuntar buscando soluciones integrales. Junto con los poblados A, diseñado por Sainz de Oiza, y C, de Romany Aranda, así como el resto visto, son parte de las ocho planificaciones que en la década de los 50 del siglo pasado se construyeron en Fuencarral, posteriormente algunos de ellos han sido sustituidos por bloques del IVIMA como ocurre con el citado poblado B.


Entre dichos bloques encontramos algún área infantil y el recuerdo de las viejas casas individuales que aquí hubo, pero en general este terreno está a la espera del futurísimo Madrid Norte, por lo que actualmente se encuentra en parcelas a veces de tierra con la maleza salvaje que quiera nacer, otras veces son lugar de aparcamiento sobre calles con nombre pero sin delimitar o construcciones de carácter industrial. El único lugar un poco articulado que existe en la zona a la espera de la expansión mencionada y ser absorbido por Madrid Norte, es el PARQUE ISLA DE JAVA, nombre prometedor para una mayor decepción. Está poblado pero poco, de árboles como Plátano de sombra, Olmos de Siberia, Pino piñonero, Acacia de tres espinas, Ciruelo púrpura, etc. Cuenta con bancos y área infantil, alguna pista de petanca y poco más.


Antes de entrar en el antiguo pueblo de Fuencarral, quiero dirigirme por la avenida del Cardenal Herrera Oria dedicada a Ángel Herrera Oria (Santander, 1886 - Madrid, 1968; periodista, jurista, político y sacerdote español, fundador con el padre Ayala de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, director del diario El Debate y defensor de una postura accidentalista ante la Segunda República; cuya biografía podéis leer en la Real Academia de la Historia) en dirección a la carretera de Colmenar Viejo, M-607, por la acera del polígono. A la altura de una plazoleta que se forma en la confluencia de las calles de Orduña y la de Llodio hay un pequeño parque como un oasis de sombra por el que quisiera entrar para mostraros el patio que han dejado unos edificios de oficinas y que va a dar frente a la parcela que al principio dijimos que tenía un Huerto innominado junto a la calle Antoniorrobles. Es un ejemplo de cómo adecuar y compaginar la modernidad con la necesidad de sombra y frescor. 


Y desde ahí nos dirigimos al extremo dicho, donde acabaremos nuestro recorrido en las puertas de la antigua fábrica de CLESA (de la cual no he hecho fotos pues está cerrada, tomo una prestada de internet para recordaros cómo era la marca). En el actual número 67 de la avenida dicha, los arquitectos Alejandro de la Sota Martínez y Fernando Lapayese del Río levantaron entre 1958 y 1962, fecha de su inauguración, una serie de edificios que destacaron por la modernidad de usar hormigón pretensado que se convertiría en la embotelladora de leche fresca en cristal, conocida como CLESA, Centrales Lecheras Españolas S.A. Su origen está en una explotación agropecuaria establecida en Lerma (Burgos) que abastecía de leche a dicha ciudad y que pasaría a llamarse Celebusa por tanto. En 1943 daría el salto a nivel nacional, instalándose en Madrid en 1958; a partir de finales de los 70 comienza a adquirir otras marcas como Letona y Cacaolat y en el 2000 los helados Royne, a pesar que desde dos años antes Clesa había sido comprada por la italiana Parmalat, cuyas dificultades económicas la llevó al desastre, y en 2007 se la queda Nueva Rumasa. La factoría de Madrid se instaló en Fuencarral cuando el polígono apenas era un proyecto por desarrollar, además del material usado para su construcción, destacaba por su modernidad y distribución con una nave central y otras accesorias para el desarrollo de toda la materia prima que recibía y su posterior distribución, así como zonas para productos derivados. El futuro de los terrenos y edificios que aún se mantienen en pie pasa por el Ayuntamiento, al cual el COAM, la Fundación Alejandro de la Sota y otros expertos, apoyados por el grupo político Más Madrid, han solicitado la declaración BIC y su reconversión en un centro socio cultural, deportivo y parque prolongación del área verde en torno a Madrid y sus vías principales, frente a la adjudicación para explotación de un inversor internacional.




@ 2022 by Santiago Navas Fernández.




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